The Handmaid’s Tale: La moralidad como castigo
POR: THALÍA BALLESTEROS
15-07-2024 15:09:38
En 2017 se estrenó The Handmaid's Tale (El cuento de la criada), una serie que ha crecido a lo largo de cinco temporadas desde entonces. Desde el principio, quedé fascinado por ella y esperaba ansiosamente la segunda temporada, aunque la tercera se me pasó completamente desapercibida con el tiempo. Recientemente descubrí que Amazon Prime Video tiene las cinco temporadas completas disponibles.
Basada en la novela de Margaret Atwood, la serie imagina un futuro distópico donde una dictadura fundamentalista obliga a las mujeres a ser concubinas y procrear hijos para sus comandantes en la República de Gilead. Este estado teocrático ha desterrado los valores occidentales modernos, relegando a las mujeres a una subordinación extrema y valorándolas únicamente por su capacidad reproductiva en un mundo con problemas de fertilidad.
El impacto de la serie reside en la brutalidad de estas circunstancias: las mujeres son moralmente juzgadas por su pasado y obligadas a rituales de fertilidad donde pierden todo control sobre sus hijos, convirtiéndose en objetos sin voz ni derechos sobre sus propios cuerpos. Traicionar el régimen implica enfrentar la pena de muerte, condenadas a la horca sin juicio ni libertad alguna.
En cuanto a los hombres, aunque parecen ser el problema central de la serie, también son severamente juzgados como las mujeres. Son asignados al trabajo como empleados o soldados de la paz (aunque a veces ejecuten funciones violentas). Aquellos de alto rango aspiran a formar una familia ideal, instalándose en grandes casas con una decoración impuesta por el nuevo orden, sin posibilidad de elección. Lo más intrigante es ver cómo algunos personajes evolucionan negativamente: cómo un hombre bueno, amoroso y protector puede transformarse en un monstruo, un tirano golpeador con un leve poder en sus manos.
Por otro lado, se presenta un mundo ordenado con comida saludable; incluso la simple acción de hornear pan parece poética. Sin embargo, ¿es realmente la solución regresar al pasado? La serie ilustra un cambio radical con "mejoras", pero a costa de separar familias, tortura y rebelión. La solución parecía sencilla, pero se ignoraron las fortalezas ocultas de madres, esposas e hijas.
Los niños son separados de sus padres con la justificación de que no son adecuados para ellos, ya sea por ser hijos de madres solteras, de padres del mismo sexo o considerados desobedientes. Son arrancados de los brazos de sus progenitores para ser colocados en familias que se consideran moralmente correctas, según los valores ideales de una familia. Observando la serie, uno se da cuenta de que los niños pequeños pueden olvidar fácilmente quiénes eran sus padres, sus tradiciones, su cultura y sus juegos personales, lo cual resulta profundamente inquietante.
The Handmaid's Tale explora temas profundos como el poder, la fragilidad de la vida humana y el impacto del fanatismo religioso llevado a extremos. También aborda problemas contemporáneos como el cambio climático, proyectando un futuro donde la fertilidad humana se ve amenazada.
Visualmente, la serie combina la belleza con el horror, utilizando sets, maquillaje y vestuario para sumergir al espectador en el mundo hostil de Gilead. Ha recibido numerosas nominaciones a los Premios Emmy, destacándose por sus actuaciones y dirección.
The Handmaid's Tale no solo es una experiencia visual y emocional intensa, sino también una reflexión sobre el mundo actual y sus posibles direcciones futuras. Es una serie que provoca emociones intensas, desde la tristeza y la ira hasta la frustración y la esperanza, desafiando al espectador a salir de su zona de confort y reflexionar sobre los logros y desafíos de la sociedad contemporánea.
Por todo esto, más allá de sus momentos difíciles de ver, The Handmaid's Tale es una serie coherente que nos recuerda que el mundo abominable de Gilead no está tan lejos de posibilidades reales; por todo lo anterior a The Handmaid's Tale le doy cinco Thaliestrellas.
En 2017 se estrenó The Handmaid's Tale (El cuento de la criada), una serie que ha crecido a lo largo de cinco temporadas desde entonces. Desde el principio, quedé fascinado por ella y esperaba ansiosamente la segunda temporada, aunque la tercera se me pasó completamente desapercibida con el tiempo. Recientemente descubrí que Amazon Prime Video tiene las cinco temporadas completas disponibles.
Basada en la novela de Margaret Atwood, la serie imagina un futuro distópico donde una dictadura fundamentalista obliga a las mujeres a ser concubinas y procrear hijos para sus comandantes en la República de Gilead. Este estado teocrático ha desterrado los valores occidentales modernos, relegando a las mujeres a una subordinación extrema y valorándolas únicamente por su capacidad reproductiva en un mundo con problemas de fertilidad.
El impacto de la serie reside en la brutalidad de estas circunstancias: las mujeres son moralmente juzgadas por su pasado y obligadas a rituales de fertilidad donde pierden todo control sobre sus hijos, convirtiéndose en objetos sin voz ni derechos sobre sus propios cuerpos. Traicionar el régimen implica enfrentar la pena de muerte, condenadas a la horca sin juicio ni libertad alguna.
En cuanto a los hombres, aunque parecen ser el problema central de la serie, también son severamente juzgados como las mujeres. Son asignados al trabajo como empleados o soldados de la paz (aunque a veces ejecuten funciones violentas). Aquellos de alto rango aspiran a formar una familia ideal, instalándose en grandes casas con una decoración impuesta por el nuevo orden, sin posibilidad de elección. Lo más intrigante es ver cómo algunos personajes evolucionan negativamente: cómo un hombre bueno, amoroso y protector puede transformarse en un monstruo, un tirano golpeador con un leve poder en sus manos.
Por otro lado, se presenta un mundo ordenado con comida saludable; incluso la simple acción de hornear pan parece poética. Sin embargo, ¿es realmente la solución regresar al pasado? La serie ilustra un cambio radical con "mejoras", pero a costa de separar familias, tortura y rebelión. La solución parecía sencilla, pero se ignoraron las fortalezas ocultas de madres, esposas e hijas.
Los niños son separados de sus padres con la justificación de que no son adecuados para ellos, ya sea por ser hijos de madres solteras, de padres del mismo sexo o considerados desobedientes. Son arrancados de los brazos de sus progenitores para ser colocados en familias que se consideran moralmente correctas, según los valores ideales de una familia. Observando la serie, uno se da cuenta de que los niños pequeños pueden olvidar fácilmente quiénes eran sus padres, sus tradiciones, su cultura y sus juegos personales, lo cual resulta profundamente inquietante.
The Handmaid's Tale explora temas profundos como el poder, la fragilidad de la vida humana y el impacto del fanatismo religioso llevado a extremos. También aborda problemas contemporáneos como el cambio climático, proyectando un futuro donde la fertilidad humana se ve amenazada.
Visualmente, la serie combina la belleza con el horror, utilizando sets, maquillaje y vestuario para sumergir al espectador en el mundo hostil de Gilead. Ha recibido numerosas nominaciones a los Premios Emmy, destacándose por sus actuaciones y dirección.
The Handmaid's Tale no solo es una experiencia visual y emocional intensa, sino también una reflexión sobre el mundo actual y sus posibles direcciones futuras. Es una serie que provoca emociones intensas, desde la tristeza y la ira hasta la frustración y la esperanza, desafiando al espectador a salir de su zona de confort y reflexionar sobre los logros y desafíos de la sociedad contemporánea.
Por todo esto, más allá de sus momentos difíciles de ver, The Handmaid's Tale es una serie coherente que nos recuerda que el mundo abominable de Gilead no está tan lejos de posibilidades reales; por todo lo anterior a The Handmaid's Tale le doy cinco Thaliestrellas.
