La Mansión Embrujada: cuando Halloween se celebra en julio
POR: SAÚL ARELLANO MONTORO
28-07-2023 16:15:55
Después de una intensa semana en donde las salas de cine se pintaron de rosa y gris, de pronto comienzan a salir otras opciones para el espectador que gusta tener estrenos para elegir. Entre esas opciones y en acto de franca valentía, Disney da un paso adelante con una asombrosa confianza en su título para competir con los estrenos de la semana y la pasada que aún están permeando la taquilla; me refiero a la nueva versión de La Mansión Embrujada, del director Justin Simien.
Y debo advertir que, en mi caso, la expectativa a que fuera superior a la versión de hace 20 años, es decir, la Mansión Embrujada de 2003 dirigida por Rob Minkoff y protagonizada por el entonces encumbrado Eddie Murphy; era muy alta luego de ver el avance.
Y ese fue mi error.
De entrada, la película tiene algo en su contra que tal vez sea difícil de asimilar para la niñez actual y es el que esta Mansión Embrujada tiene toda la narrativa de las películas de ese Disney de la década de los años 80 donde el humor navegaba entre el slapstick inocente y la gesticulación exagerada con una total descomposición del cuerpo como muestra de espanto. Algo muy cercano a esa joyita de Los Fantasmas de Buxley Hall (1980), de Bruce Billson donde los fantasmas se presentan como salidos de alguna caricatura promedio de Scooby Doo.
Por supuesto que para la inocente década de principios de los ochenta, el humor no solo era adecuado sino muy celebrado por toda la familia. Pero a 43 años de distancia esta nueva versión se siente lenta, poco fluida y con momentos de una sobreactuación que la hacen no solo poco divertida sino sumamente vergonzosa. Y es poco afortunado que Simien no haya entendido el ritmo porque tiene momentos verdaderamente divertidos que hacen reír de buena gana por estar muy bien escritos y actuados; especialmente en las secuencias donde coinciden Tiffany Haddish como la médium Harriet, Owen Wilson como el Padre Kent y por supuesto un delicioso Danny DeVito como el Profesor que se nota no solo muy a gusto en su personaje sino que además se da el lujo de improvisar sorprendiendo incluso al experimentado Wilson que no puede evitar la cara de real divertimento. Mención aparte tiene Jamie Lee Curtis como Madame Leota que es simplemente exquisita.
Por desgracia no podemos decir lo mismo de Rosario Dawson que se le nota más preocupada en su serie Ahsoka, ni de LaKeith Stanfield que lleva el protagónico de Ben sobre los hombros de toda la película con una interpretación bastante irregular. Pero no son tan malos como el niño Chase Dillon como una triste imitación de Arnold en “Different Strockes” y del que no esperamos nada y de todas formas nos decepciona es Jared Leto como el personaje Alistair Crump que aun siendo hecho en CGI, simplemente no logra conectar con el contexto ni el público.
Y pese a que es la más cercana al espíritu (valga la comparación) de la atracción del parque de Disneyland que la de 2003, no llega tampoco a la mini-película que pasaban en el programa setentero y ochentero de El Maravilloso Mundo de Disney a las 8 de la noche en el canal 5 los miércoles y viernes.
Sin embargo, y pese a todo lo malo que se le pueda encontrar sin rascarle demasiado, la realidad es que la película funciona muy bien para toda la familia. Y eso, en estos tiempos, hace que valga la pena cada peso que cuesta la entrada.
Así que, si ya están hartos del rosa y la sobre interpretación del mismo, aprovechen el fin de semana y salgan en familia a ver una película que también retoma el espíritu (valga nuevamente la comparación) tradicional del cine de Disney y su “mundo que es cascada de colores, mágico mundo de colores” y de retomar el entretenimiento absolutamente familiar.
Aunque creo que este estreno hubiera funcionado mucho mejor más cercano a la celebración de Halloween y no en julio.
Después de una intensa semana en donde las salas de cine se pintaron de rosa y gris, de pronto comienzan a salir otras opciones para el espectador que gusta tener estrenos para elegir. Entre esas opciones y en acto de franca valentía, Disney da un paso adelante con una asombrosa confianza en su título para competir con los estrenos de la semana y la pasada que aún están permeando la taquilla; me refiero a la nueva versión de La Mansión Embrujada, del director Justin Simien.
Y debo advertir que, en mi caso, la expectativa a que fuera superior a la versión de hace 20 años, es decir, la Mansión Embrujada de 2003 dirigida por Rob Minkoff y protagonizada por el entonces encumbrado Eddie Murphy; era muy alta luego de ver el avance.
Y ese fue mi error.
De entrada, la película tiene algo en su contra que tal vez sea difícil de asimilar para la niñez actual y es el que esta Mansión Embrujada tiene toda la narrativa de las películas de ese Disney de la década de los años 80 donde el humor navegaba entre el slapstick inocente y la gesticulación exagerada con una total descomposición del cuerpo como muestra de espanto. Algo muy cercano a esa joyita de Los Fantasmas de Buxley Hall (1980), de Bruce Billson donde los fantasmas se presentan como salidos de alguna caricatura promedio de Scooby Doo.
Por supuesto que para la inocente década de principios de los ochenta, el humor no solo era adecuado sino muy celebrado por toda la familia. Pero a 43 años de distancia esta nueva versión se siente lenta, poco fluida y con momentos de una sobreactuación que la hacen no solo poco divertida sino sumamente vergonzosa. Y es poco afortunado que Simien no haya entendido el ritmo porque tiene momentos verdaderamente divertidos que hacen reír de buena gana por estar muy bien escritos y actuados; especialmente en las secuencias donde coinciden Tiffany Haddish como la médium Harriet, Owen Wilson como el Padre Kent y por supuesto un delicioso Danny DeVito como el Profesor que se nota no solo muy a gusto en su personaje sino que además se da el lujo de improvisar sorprendiendo incluso al experimentado Wilson que no puede evitar la cara de real divertimento. Mención aparte tiene Jamie Lee Curtis como Madame Leota que es simplemente exquisita.
Por desgracia no podemos decir lo mismo de Rosario Dawson que se le nota más preocupada en su serie Ahsoka, ni de LaKeith Stanfield que lleva el protagónico de Ben sobre los hombros de toda la película con una interpretación bastante irregular. Pero no son tan malos como el niño Chase Dillon como una triste imitación de Arnold en “Different Strockes” y del que no esperamos nada y de todas formas nos decepciona es Jared Leto como el personaje Alistair Crump que aun siendo hecho en CGI, simplemente no logra conectar con el contexto ni el público.
Y pese a que es la más cercana al espíritu (valga la comparación) de la atracción del parque de Disneyland que la de 2003, no llega tampoco a la mini-película que pasaban en el programa setentero y ochentero de El Maravilloso Mundo de Disney a las 8 de la noche en el canal 5 los miércoles y viernes.
Sin embargo, y pese a todo lo malo que se le pueda encontrar sin rascarle demasiado, la realidad es que la película funciona muy bien para toda la familia. Y eso, en estos tiempos, hace que valga la pena cada peso que cuesta la entrada.
Así que, si ya están hartos del rosa y la sobre interpretación del mismo, aprovechen el fin de semana y salgan en familia a ver una película que también retoma el espíritu (valga nuevamente la comparación) tradicional del cine de Disney y su “mundo que es cascada de colores, mágico mundo de colores” y de retomar el entretenimiento absolutamente familiar.
Aunque creo que este estreno hubiera funcionado mucho mejor más cercano a la celebración de Halloween y no en julio.