Una boda que vende lo que promete
POR: ALEX VANSS
31-03-2018 13:22:00
Como a las personas, las etiquetas le hacen daño al cine mexicano, que si es cine comercial, que si es independiente que si es de arte, que si es bueno o que si es malo, estas etiquetas, muchas veces reproducidas por los propios críticos, no permiten al público decidir por sí mismos, quitarse prejuicios y poder maravillarse con un filme mexicano.
Hay que decirlo, no todo el cine de autor es bueno y no todo el cine comercial es malo, a veces simplemente hay que entender a qué público va dirigido. Éste es el caso de Hasta que la boda nos separe, una comedia disparatada cuyo público meta es el gran público mexicano que va a ver comedias como Tuya, mía te la apuesto o Marcianos contra Mexicanos.
Pero ¿qué hace distinta a Hasta que la boda nos separé del resto de películas? El cómo está comercializada. Desde el tráiler se nos vende una película llena de excesos, con enredos y clichés propios de muchas celebraciones y fiestas mexicanas de familia, a quién no le ha tocado ver al tío que le gusta la bebida y meterse en problemas en una boda, o a los primitos que desesperan a todos los invitados, al papá que no quiere soltar el micrófono y que llora porque su hija ha cumplido 15 años. Quienes estén casados podrían comprender la adrenalina de juntar a dos familias y de temer que los pongan en vergüenza, sí, los pongan en vergüenza.
Con esos elementos, además de chistes sacados de las redes sociales y juegos de palabras con los nombres para dejar en ridículo al quien los lee, se desarrolla la película, entorno a una pareja que se quiere casar y tener la boda de sus sueños y no la de sus padres, eso es lo que nos ofrece este filme no más, no menos, y en ese sentido es una película cumplidora.
Ese es el gran mérito de Hasta que la boda nos separe, que desde el tráiler no nos vende otra cosa, sabes lo que viene y siempre te entrega lo que esperabas, claro no es una película para todos -como todas las películas y eso hay que tenerlo muy claro-, quizá el único “pero” es la existencia de una moraleja, pero al menos no es una moraleja que nos quiere aleccionar como en el caso de Tres idiotas, en donde los personajes nos decían que había que estudiar para cumplir nuestros sueños y bla bla bla.
Hasta que la boda nos separe es una película que puede funcionar con la típica publicidad de boca en boca, la más efectiva, porque no cuenta con caras conocidas; participa Adal Ramones, que se interpreta así mismo, igual que Roberto Palazuelos, incluso aparece el standupero Esewey y los ¿socialités? Potro y Karime de Acapulco shore. Afortunadamente, salvo en el caso de Ramones, los demás prácticamente salen un par de veces a lo mucho y no vuelven a salir.
Sí, es una adaptación de una película rusa y eso le quita puntos, me hubiera gustado que fuera una idea original, y aunque no he visto la versión rusa y no puedo hablar de ella debo decir que la versión mexicana producida por Lemon films está bien ejecutada ¿por qué? porque te hace reír.
Habrá quienes dirán que la película es malísima, que se gasta mucho dinero en películas que no valen la pena, que hay que hacer cine de calidad… lo cierto es que Hasta que la boda nos separe es una película para pasar el rato, no es la película que México esperaba y la comedia que necesitábamos pero sí es una comedia que te hará pasar un buen rato, con la que posiblemente saldrás de la sala con una sonrisa en la cara y que la olvidarás al paso de las horas, una película para divertirte y hacer reír porque para eso fue hecha.
Critiquemos a las películas en su justa medida no comparemos el cine de Tarkovsky con el cine de Cantinflas sería un despropósito, así que dense la oportunidad de ver Hasta que boda nos separe y me comentan que les pareció.
Como a las personas, las etiquetas le hacen daño al cine mexicano, que si es cine comercial, que si es independiente que si es de arte, que si es bueno o que si es malo, estas etiquetas, muchas veces reproducidas por los propios críticos, no permiten al público decidir por sí mismos, quitarse prejuicios y poder maravillarse con un filme mexicano.
Hay que decirlo, no todo el cine de autor es bueno y no todo el cine comercial es malo, a veces simplemente hay que entender a qué público va dirigido. Éste es el caso de Hasta que la boda nos separe, una comedia disparatada cuyo público meta es el gran público mexicano que va a ver comedias como Tuya, mía te la apuesto o Marcianos contra Mexicanos.
Pero ¿qué hace distinta a Hasta que la boda nos separé del resto de películas? El cómo está comercializada. Desde el tráiler se nos vende una película llena de excesos, con enredos y clichés propios de muchas celebraciones y fiestas mexicanas de familia, a quién no le ha tocado ver al tío que le gusta la bebida y meterse en problemas en una boda, o a los primitos que desesperan a todos los invitados, al papá que no quiere soltar el micrófono y que llora porque su hija ha cumplido 15 años. Quienes estén casados podrían comprender la adrenalina de juntar a dos familias y de temer que los pongan en vergüenza, sí, los pongan en vergüenza.
Con esos elementos, además de chistes sacados de las redes sociales y juegos de palabras con los nombres para dejar en ridículo al quien los lee, se desarrolla la película, entorno a una pareja que se quiere casar y tener la boda de sus sueños y no la de sus padres, eso es lo que nos ofrece este filme no más, no menos, y en ese sentido es una película cumplidora.
Ese es el gran mérito de Hasta que la boda nos separe, que desde el tráiler no nos vende otra cosa, sabes lo que viene y siempre te entrega lo que esperabas, claro no es una película para todos -como todas las películas y eso hay que tenerlo muy claro-, quizá el único “pero” es la existencia de una moraleja, pero al menos no es una moraleja que nos quiere aleccionar como en el caso de Tres idiotas, en donde los personajes nos decían que había que estudiar para cumplir nuestros sueños y bla bla bla.
Hasta que la boda nos separe es una película que puede funcionar con la típica publicidad de boca en boca, la más efectiva, porque no cuenta con caras conocidas; participa Adal Ramones, que se interpreta así mismo, igual que Roberto Palazuelos, incluso aparece el standupero Esewey y los ¿socialités? Potro y Karime de Acapulco shore. Afortunadamente, salvo en el caso de Ramones, los demás prácticamente salen un par de veces a lo mucho y no vuelven a salir.
Sí, es una adaptación de una película rusa y eso le quita puntos, me hubiera gustado que fuera una idea original, y aunque no he visto la versión rusa y no puedo hablar de ella debo decir que la versión mexicana producida por Lemon films está bien ejecutada ¿por qué? porque te hace reír.
Habrá quienes dirán que la película es malísima, que se gasta mucho dinero en películas que no valen la pena, que hay que hacer cine de calidad… lo cierto es que Hasta que la boda nos separe es una película para pasar el rato, no es la película que México esperaba y la comedia que necesitábamos pero sí es una comedia que te hará pasar un buen rato, con la que posiblemente saldrás de la sala con una sonrisa en la cara y que la olvidarás al paso de las horas, una película para divertirte y hacer reír porque para eso fue hecha.
Critiquemos a las películas en su justa medida no comparemos el cine de Tarkovsky con el cine de Cantinflas sería un despropósito, así que dense la oportunidad de ver Hasta que boda nos separe y me comentan que les pareció.