Venom: el último baile, un final feliz para una triste trilogía
POR: DE MONSTERMASH
25-10-2024 11:48:24
Tras seis años de aventuras entre el simbionte y Eddie Brock (Tom Hardy), finalmente llega Venom: el último baile, última parte de esta trilogía que, aún con demasiados altibajos, logró conquistar el corazón de los fans de uno de los mejores antihéroes en la historia de los cómics.
Aunque Eddie y el simbionte tienen una relación compleja, han encontrado cierto equilibrio en su desastrosa y divertida vida. Sin embargo, lejos de tener momentos de paz, su mayor reto será cuando deban hacer el mayor sacrificio que hayan realizado hasta el momento, pues, tras jurar ser el protector letal, todo parece indicar que Venom es la mayor amenaza para la tierra que juraron defender.
La directora Kelly Marcel nos trae la que, sin lugar a dudas, es la mejor, más divertida y concisa parte de esta trilogía; una trilogía que está lejos de ser perfecta, pero que es un entretenimiento puro, simplón y efectivo para pasar un rato agradable.
Hay que aceptar que, estrictamente hablando, estas películas están lejos de ser obras maestras; apenas si cumplen con su misión de entretener, pues, ciertamente, Venom merecía una mejor adaptación, con toques más brutales y sanguinarios para demostrar toda la ferocidad y violencia a la que este alienígena puede llegar.
No obstante, tenemos lo que se nos dio, tres cintas que por alguna extraña razón logran entretenernos, sacarnos una que otra sonrisa con su humor barato y emocionarnos con secuencias de acción repletas de CGI que consiguen desconectarnos del estrés diario. En este sentido, hay que admitir que es una trilogía que, a pesar de no ser maravillosa, se mantuvo estable, lo bastante para ser divertida. Con eso nos basta y sobra.
Ahora, gran parte de este peso lo cargó Tom Hardy, quien, por su gran carisma y talento, nos divirtió bastante al ver su actuación cada vez que tenía sus charlas y discusiones con el simbionte. En pocas palabras, la relación que creó entre Eddy y el alien fue una simbiosis perfecta, muy absurda, pero, a fin de cuentas, perfecta.
Esta relación tiene su clímax en Venom: el último baile, película que no pierde tiempo y nos mete de lleno a la acción, viendo al extraterrestre y su huésped tratar de salvar su vida en situaciones hilarantes y peligrosas.
Siguiendo este hilo, aquellos fans que busquen emoción, sentimentalismo, diversión y peleas, se irán bastante contentos de la sala. Sin embargo, también saldrán tristes, pues como dijimos, aunque es entretenimiento barato pero efectivo, milagrosamente estas tres cintas lograron conectar con el corazón de muchos fans. Por ello, no podrán evitar sentir cierta nostalgia y, sobre todo, mucho cariño hacia el final de la película, pues, para bien o para mal, decirle adiós a Venom también es mirar la triste despedida entre dos grandes amigos, o sea, entre Eddy y el simbionte, quienes, como repetimos, crean una verdadera conexión entre ellos y el público.
Venom: el último baile es la nota musical más alta en esta triste sinfonía. Sorprende, una vez más, que siendo una mala trilogía, sea algo que no nos importe, pues la llegamos a querer y duele verla partir.
Tras seis años de aventuras entre el simbionte y Eddie Brock (Tom Hardy), finalmente llega Venom: el último baile, última parte de esta trilogía que, aún con demasiados altibajos, logró conquistar el corazón de los fans de uno de los mejores antihéroes en la historia de los cómics.
Aunque Eddie y el simbionte tienen una relación compleja, han encontrado cierto equilibrio en su desastrosa y divertida vida. Sin embargo, lejos de tener momentos de paz, su mayor reto será cuando deban hacer el mayor sacrificio que hayan realizado hasta el momento, pues, tras jurar ser el protector letal, todo parece indicar que Venom es la mayor amenaza para la tierra que juraron defender.
La directora Kelly Marcel nos trae la que, sin lugar a dudas, es la mejor, más divertida y concisa parte de esta trilogía; una trilogía que está lejos de ser perfecta, pero que es un entretenimiento puro, simplón y efectivo para pasar un rato agradable.
Hay que aceptar que, estrictamente hablando, estas películas están lejos de ser obras maestras; apenas si cumplen con su misión de entretener, pues, ciertamente, Venom merecía una mejor adaptación, con toques más brutales y sanguinarios para demostrar toda la ferocidad y violencia a la que este alienígena puede llegar.
No obstante, tenemos lo que se nos dio, tres cintas que por alguna extraña razón logran entretenernos, sacarnos una que otra sonrisa con su humor barato y emocionarnos con secuencias de acción repletas de CGI que consiguen desconectarnos del estrés diario. En este sentido, hay que admitir que es una trilogía que, a pesar de no ser maravillosa, se mantuvo estable, lo bastante para ser divertida. Con eso nos basta y sobra.
Ahora, gran parte de este peso lo cargó Tom Hardy, quien, por su gran carisma y talento, nos divirtió bastante al ver su actuación cada vez que tenía sus charlas y discusiones con el simbionte. En pocas palabras, la relación que creó entre Eddy y el alien fue una simbiosis perfecta, muy absurda, pero, a fin de cuentas, perfecta.
Esta relación tiene su clímax en Venom: el último baile, película que no pierde tiempo y nos mete de lleno a la acción, viendo al extraterrestre y su huésped tratar de salvar su vida en situaciones hilarantes y peligrosas.
Siguiendo este hilo, aquellos fans que busquen emoción, sentimentalismo, diversión y peleas, se irán bastante contentos de la sala. Sin embargo, también saldrán tristes, pues como dijimos, aunque es entretenimiento barato pero efectivo, milagrosamente estas tres cintas lograron conectar con el corazón de muchos fans. Por ello, no podrán evitar sentir cierta nostalgia y, sobre todo, mucho cariño hacia el final de la película, pues, para bien o para mal, decirle adiós a Venom también es mirar la triste despedida entre dos grandes amigos, o sea, entre Eddy y el simbionte, quienes, como repetimos, crean una verdadera conexión entre ellos y el público.
Venom: el último baile es la nota musical más alta en esta triste sinfonía. Sorprende, una vez más, que siendo una mala trilogía, sea algo que no nos importe, pues la llegamos a querer y duele verla partir.