Maxxxine, el crudo y delicioso precio de la fama
POR: DE MONSTERMASH
09-07-2024 15:25:23
Por mucho que cueste creerlo, existen sagas en el terror que, no sólo son buenas, sino que evolucionan y maduran de forma increíble para demostrar que el género es, en sí, un arte catártico que puede ser sorpresivo, serio y exagerado al mismo tiempo, sin olvidarse, claro, de lo sangriento. Hoy en dia, el mejor ejemplo es la trilogía de Ti West y Mia Goth que finalmente concluye con Maxxxine.
Tras los eventos vistos en X (2022) –y su respectiva precuela Pearl (2022)-, Maxine (Mia Goth) finalmente se abre paso al estrellato en el turbio y trastornado mundo de Hollywood. No obstante, cuando su carrera está por despegar, los demonios de su pasado y un diabólico hombre conocido como el Night Stalker aparecen para arrebatarle la única oportunidad de ser una estrella.
Este es un caso extraño en el que todas las películas de la saga no sólo son buenas a su manera, sino que, cada una, es muy diferente de la otra y, aún así, ensamblan perfectamente en su locura. Habrá quienes adoren el descenso a la psicopatía en Pearl, otros que sacien su sed de morbo con X y, finalmente, los que saboreen el thriller en Maxxxine; pero, a fin de cuentas, hay una pedazo para todos en esta exquisitez de (casi) serie B.
Para hablar de Maxxxine es necesario mencionar a sus antecesoras, ya que, como película en solitario, puede dejar cierta hambre de más pero, como una parte de un todo, funciona perfectamente.
Y es que, como dijimos, Pearl nos demostró la mejor actuación de Goth en la trilogía, fue esa rebanada que nos enseña lo complejo de la maldad. X, por el contrario, es el ocaso de ese trasfondo psicológico para dar rienda suelta al slasher. Maxxxine, por su parte, ensambla ambas partes y le adhiere suspenso y dolor sin llegar a lo explícito ni lo turbio; es un producto más cercano al thriller que a lo morboso.
Asimismo, si bien cuenta con un presupuesto mucho mayor que otras cintas de serie B, su atmósfera, personajes y, sobre todo, su estética setentera-ochentera le impregna esa deliciosa suciedad de las cintas de bajo presupuesto. Al mismo tiempo, esto le permite ser tan exagerada como puede.
Quizá esta tercera parte también decepcione a muchos en cuanto a lo explícito y al terror psicológico, pues tiene poco de lo primero y nada de lo segundo. Pero, de nuevo, cada uno de estos tópicos se trató en las cintas previas.
Maxxxine nos entrega otra cara de la trilogía, la de la desesperación y la podredumbre de una industria en la que sólo se puede ascender estando igual de desesperado y podrido que la misma. Allí es donde encaja la futura estrella Maxine, de allí que todos sus actos y pensamientos nos sean tan aceptables y justificables. En el fondo, amamos ver sufrir a otros, mejor aún, si su verdugo es alguien todavía más despiadado que ellos.
Por último, puede que el último giro no agrade a algunos. Y sí, quizá no es el final que esperábamos o, mejor dicho, esperábamos una revelación y un enfrentamiento con otro personaje. A pesar de esto, todas las piezas encajan perfectamente desde Pearl y se nos entrega no el final que pedíamos, pero sí el que la trilogía merecía tener.
Por mucho que cueste creerlo, existen sagas en el terror que, no sólo son buenas, sino que evolucionan y maduran de forma increíble para demostrar que el género es, en sí, un arte catártico que puede ser sorpresivo, serio y exagerado al mismo tiempo, sin olvidarse, claro, de lo sangriento. Hoy en dia, el mejor ejemplo es la trilogía de Ti West y Mia Goth que finalmente concluye con Maxxxine.
Tras los eventos vistos en X (2022) –y su respectiva precuela Pearl (2022)-, Maxine (Mia Goth) finalmente se abre paso al estrellato en el turbio y trastornado mundo de Hollywood. No obstante, cuando su carrera está por despegar, los demonios de su pasado y un diabólico hombre conocido como el Night Stalker aparecen para arrebatarle la única oportunidad de ser una estrella.
Este es un caso extraño en el que todas las películas de la saga no sólo son buenas a su manera, sino que, cada una, es muy diferente de la otra y, aún así, ensamblan perfectamente en su locura. Habrá quienes adoren el descenso a la psicopatía en Pearl, otros que sacien su sed de morbo con X y, finalmente, los que saboreen el thriller en Maxxxine; pero, a fin de cuentas, hay una pedazo para todos en esta exquisitez de (casi) serie B.
Para hablar de Maxxxine es necesario mencionar a sus antecesoras, ya que, como película en solitario, puede dejar cierta hambre de más pero, como una parte de un todo, funciona perfectamente.
Y es que, como dijimos, Pearl nos demostró la mejor actuación de Goth en la trilogía, fue esa rebanada que nos enseña lo complejo de la maldad. X, por el contrario, es el ocaso de ese trasfondo psicológico para dar rienda suelta al slasher. Maxxxine, por su parte, ensambla ambas partes y le adhiere suspenso y dolor sin llegar a lo explícito ni lo turbio; es un producto más cercano al thriller que a lo morboso.
Asimismo, si bien cuenta con un presupuesto mucho mayor que otras cintas de serie B, su atmósfera, personajes y, sobre todo, su estética setentera-ochentera le impregna esa deliciosa suciedad de las cintas de bajo presupuesto. Al mismo tiempo, esto le permite ser tan exagerada como puede.
Quizá esta tercera parte también decepcione a muchos en cuanto a lo explícito y al terror psicológico, pues tiene poco de lo primero y nada de lo segundo. Pero, de nuevo, cada uno de estos tópicos se trató en las cintas previas.
Maxxxine nos entrega otra cara de la trilogía, la de la desesperación y la podredumbre de una industria en la que sólo se puede ascender estando igual de desesperado y podrido que la misma. Allí es donde encaja la futura estrella Maxine, de allí que todos sus actos y pensamientos nos sean tan aceptables y justificables. En el fondo, amamos ver sufrir a otros, mejor aún, si su verdugo es alguien todavía más despiadado que ellos.
Por último, puede que el último giro no agrade a algunos. Y sí, quizá no es el final que esperábamos o, mejor dicho, esperábamos una revelación y un enfrentamiento con otro personaje. A pesar de esto, todas las piezas encajan perfectamente desde Pearl y se nos entrega no el final que pedíamos, pero sí el que la trilogía merecía tener.