Festival de Cine de Morelia 2023: lo destacado y lo cuestionable
POR: NANCY MORA EN MORELIA
30-10-2023 11:42:46
Luego de diez intensos días, este domingo concluyó la edición 21 del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) de la cual podemos destacar su programación con grandes joyas de la cinematografìa mundial, sus invitados internacionales y nacionales con los que el público pudo tomarse fotos o conversar al terminar cada función, este año, el festival volvió a cautivar nuestra alma cinéfila, sin embargo, es necesario hablar de lo que al menos como medios de comunicación nos afectó considerablemente para la realización de nuestro trabajo y que nos hace cuestionarnos si es un tema que realmente importa al festival.
LO DESTACABLE
El FICM es esa oportunidad que tenemos cada año para ver películas que han cautivado en festivales como Cannes, Venecia, Berlín, Sundance, historias que se quedan en nuestra mente y corazón, muchas de ellas tendrán un lugar en la próxima temporada de premios, algunas difícilmente llegarán a salas comerciales, así que sin duda, ese es el plato fuerte del festival y este año no nos decepcionó en este sentido.
Desde su película inaugural The Dead don't Hurt, de Viggo Mortensen, quien además asistió al festival para presentar su película acompañado por Dany Huston hasta la función de clausura Priscila -la cual no pudimos ver porque nuestra acreditación al festival solo cubría hasta el 27 de octubre-, pasando por la gala de Memory, con la presencia de Michel Franco, Jessica Chastain y Peter Sarsgaard, ganador de la Copa Volpi en Venecia por su actuación en esta cinta.
También hubo funciones especiales, gracias a ellas los más afortunados a la hora de comprar o canjear boletos pudieron ver películas como Fallen Leaves, de Aki Kaurismaki; Conversaciones sobre el odio, de Vera Fogwill; The Holdovers, de Alexander Payne; Los impactados, de Lucía Puenzo; Sleep, de Jason Yu; Levante, de Lilah Halla; Teddy, de Ludovic Boukherma; Robots Dreams, de Pablo Berger; o Poor Things de Yorgos Lanthimos.
Algo que ha caracterizado al FICM es la lluvia de estrellas nacionales e internacionales que son invitadas y durante los días de festival podemos ver caminando por las calles, desfilando por las alfombras rojas, tomándose selfies con el público o sentados en las salas de cine para ver como parte del público las películas.
Esta edición empezó muy bien con la llegada de Viggo Mortensen, quien además de presentar la película inaugural, acompañó al elenco de la cinta Dulce Muerte, a la que se sumó como productor; le siguieron Michel Franco, Jessica Chastain y Peter Sarsgaard; James Ivory, Kathleen Kennedy, Nicolas Philibert, Irene Jacob, Alma Poysti; Rosalie Vardá, Miguel Bosé, Eugenio Derbez y Amat Escalante.
Hacia la recta final, también llegó Willem Dafoe, un invitado frecuente al festival y que ahora presentó la película Poor Things en la que fue dirigido por Yorgos Lanthimos, y para cerrar con broche de oro, la gran Jodie Foster, una de las invitadas más esperadas, que estuvo muy consentida y recibió la Medalla Filmoteca de la UNAM, el Premio a la Excelencia Artística, develó una placa y una butaca con su nombre, además de ofrecer una master class para deleite de sus seguidores.
Sin duda fueron días intensos, como debe ser, porque entrar a la dinámica festivalera siempre es satisfactorio pero también retador, debes hacer hasta lo imposible por estar en los lugares y las funciones correctas, aunque es algo que resulta imposible, nunca puedes ver todo lo que quisieras pero al final lo que nos queda es un cúmulo de historias y emociones que permanecerán en nuestro corazón cinéfilo por siempre.
LO CUESTIONABLE
Ya he hablado de lo mejor que nos ha dejado este año el FICM y en este punto debo destacar el trabajo de sus directores y fundadores, pero también es necesario exponer los puntos más cuestionables y aunque a veces queremos justificarlos pensando en lo complicado que puede llegar a ser coordinar un evento de esta magnitud, lo cierto es que con más de 20 años de existencia, el Festival de Cine de Morelia no debería tomar actitudes y decisiones que perjudican al propio festival.
Y para entrar de lleno en este tema, lanzó una primera pregunta a los organizadores: ¿qué tan importante es el trabajo que realiza la prensa para el festival? lo pregunto porque en cada conferencia para anunciar una nueva edición del encuentro siempre dicen que la difusión y la prensa son fundamentales, que sin el trabajo que realizan los reporteros, camarógrafos, reporteros gráficos, críticos, y ahora influencers, el festival no sería el mismo; pero la realidad dista mucho de estas palabras que se las lleva el viento.
Cada año es distinto, lo sabemos, pero la realidad es que este año se empeñaron en que la prensa invitada no pudiera realizar su trabajo, sabemos la complejidad del evento pero nos sentimos desplazados, bloqueados y muchas veces ignorados. Pocos días antes iniciar el encuentro confirmaron nuestra acreditación para asistir al festival solo del 20 al 27 de octubre, con transporte y hospedaje; otros medios tuvieron su confirmación dos días antes de iniciar el festival y algunos más no tuvieron apoyo de hospedaje. Lo cierto es que la comunicación con el área responsable se torna cada vez más complicada.
Este año se nos comunicó que los medios acreditados con posibilidad de canjear boletos, solo podrían hacer efectivo uno por día ¿es en serio? estás dedicando una semana completa a trabajar en el festival y sólo puedes ver una película por día, pero no solo eso, para obtener ese único boleto debiste haberte formado más de dos horas en una fila interminable y una vez que llegas a taquilla resulta que todo está “ocupado”, aunque la realidad es que muchos de los boletos están “bloqueados” para invitados especiales que muchas veces dejan su lugar vacío, negándole así la posibilidad a quienes sí quieren ver las películas, porque hay que decirlo, no siempre las salas estaban llenas.
La prensa tenía derecho a ver una película por día -si alcanzabas boleto- y dos películas de la competencia que se proyectaban por la mañana en Casa Natal, donde por cierto hubo algunos accidentes porque el recinto resultó ser peligroso por tener escalones no marcados debidamente, En mi caso, pude ver muchas películas pero porque tuve que formarme muchas veces en la fila de último minuto con la esperanza de que me dejarán pasar. Muchos periodistas tuvieron que comprar sus propios boletos.
Entendemos perfectamente las reglas y criterios del festival pero lo cierto es que muchos periodistas y miembros de los medios de comunicación hacen un gran esfuerzo para realizar sus coberturas, muchos no fueron apoyados con hospedaje, o solo les dieron algunos días, ni mencionar que todos deben cubrir sus gastos de alimentación y traslados si necesitas ver una películas en el Cinépolis Las Américas.
Y ni que decir de las entrevistas, imposible que los encargados de coordinarlas nos resolvieran a todos como se expresó en el reglamento, en lo personal mis mensajes para solicitar entrevistas con directores y talento de la competencia oficial, de cortometrajes o de talento internacional fueron ignoradas. Solo tuvimos acceso a conferencias y algunas charlas, porque incluso la masterclass de Jodie Foster fue anunciada sólo para el público porque la indicación general fue que los medios de comunicación podían cubrir dicha masterclass por redes sociales.
Entonces, retomo mi pregunta inicial y con esto cierro ¿qué tan importante es para el festival el trabajo que realizamos los medios de comunicación? es evidente que la prensa debe invertir tiempo y dinero en difundir y dar publicidad gratuita al festival en condiciones que hacen difícil realizar nuestro trabajo, no quisiéramos pensarlo pero si el trabajo que los medios -tradicionales, digitales, especializados y ahora hasta creadores de contenido- no es una prioridad tal vez sería más sencillo aceptarlo y evitarnos gastar tiempo y dinero en un festival que parece nos prefiere como público, pero entonces olviden ese viejo discurso que los medios les interesan.
Luego de diez intensos días, este domingo concluyó la edición 21 del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) de la cual podemos destacar su programación con grandes joyas de la cinematografìa mundial, sus invitados internacionales y nacionales con los que el público pudo tomarse fotos o conversar al terminar cada función, este año, el festival volvió a cautivar nuestra alma cinéfila, sin embargo, es necesario hablar de lo que al menos como medios de comunicación nos afectó considerablemente para la realización de nuestro trabajo y que nos hace cuestionarnos si es un tema que realmente importa al festival.
LO DESTACABLE
El FICM es esa oportunidad que tenemos cada año para ver películas que han cautivado en festivales como Cannes, Venecia, Berlín, Sundance, historias que se quedan en nuestra mente y corazón, muchas de ellas tendrán un lugar en la próxima temporada de premios, algunas difícilmente llegarán a salas comerciales, así que sin duda, ese es el plato fuerte del festival y este año no nos decepcionó en este sentido.
Desde su película inaugural The Dead don't Hurt, de Viggo Mortensen, quien además asistió al festival para presentar su película acompañado por Dany Huston hasta la función de clausura Priscila -la cual no pudimos ver porque nuestra acreditación al festival solo cubría hasta el 27 de octubre-, pasando por la gala de Memory, con la presencia de Michel Franco, Jessica Chastain y Peter Sarsgaard, ganador de la Copa Volpi en Venecia por su actuación en esta cinta.
También hubo funciones especiales, gracias a ellas los más afortunados a la hora de comprar o canjear boletos pudieron ver películas como Fallen Leaves, de Aki Kaurismaki; Conversaciones sobre el odio, de Vera Fogwill; The Holdovers, de Alexander Payne; Los impactados, de Lucía Puenzo; Sleep, de Jason Yu; Levante, de Lilah Halla; Teddy, de Ludovic Boukherma; Robots Dreams, de Pablo Berger; o Poor Things de Yorgos Lanthimos.
Algo que ha caracterizado al FICM es la lluvia de estrellas nacionales e internacionales que son invitadas y durante los días de festival podemos ver caminando por las calles, desfilando por las alfombras rojas, tomándose selfies con el público o sentados en las salas de cine para ver como parte del público las películas.
Esta edición empezó muy bien con la llegada de Viggo Mortensen, quien además de presentar la película inaugural, acompañó al elenco de la cinta Dulce Muerte, a la que se sumó como productor; le siguieron Michel Franco, Jessica Chastain y Peter Sarsgaard; James Ivory, Kathleen Kennedy, Nicolas Philibert, Irene Jacob, Alma Poysti; Rosalie Vardá, Miguel Bosé, Eugenio Derbez y Amat Escalante.
Hacia la recta final, también llegó Willem Dafoe, un invitado frecuente al festival y que ahora presentó la película Poor Things en la que fue dirigido por Yorgos Lanthimos, y para cerrar con broche de oro, la gran Jodie Foster, una de las invitadas más esperadas, que estuvo muy consentida y recibió la Medalla Filmoteca de la UNAM, el Premio a la Excelencia Artística, develó una placa y una butaca con su nombre, además de ofrecer una master class para deleite de sus seguidores.
Sin duda fueron días intensos, como debe ser, porque entrar a la dinámica festivalera siempre es satisfactorio pero también retador, debes hacer hasta lo imposible por estar en los lugares y las funciones correctas, aunque es algo que resulta imposible, nunca puedes ver todo lo que quisieras pero al final lo que nos queda es un cúmulo de historias y emociones que permanecerán en nuestro corazón cinéfilo por siempre.
LO CUESTIONABLE
Ya he hablado de lo mejor que nos ha dejado este año el FICM y en este punto debo destacar el trabajo de sus directores y fundadores, pero también es necesario exponer los puntos más cuestionables y aunque a veces queremos justificarlos pensando en lo complicado que puede llegar a ser coordinar un evento de esta magnitud, lo cierto es que con más de 20 años de existencia, el Festival de Cine de Morelia no debería tomar actitudes y decisiones que perjudican al propio festival.
Y para entrar de lleno en este tema, lanzó una primera pregunta a los organizadores: ¿qué tan importante es el trabajo que realiza la prensa para el festival? lo pregunto porque en cada conferencia para anunciar una nueva edición del encuentro siempre dicen que la difusión y la prensa son fundamentales, que sin el trabajo que realizan los reporteros, camarógrafos, reporteros gráficos, críticos, y ahora influencers, el festival no sería el mismo; pero la realidad dista mucho de estas palabras que se las lleva el viento.
Cada año es distinto, lo sabemos, pero la realidad es que este año se empeñaron en que la prensa invitada no pudiera realizar su trabajo, sabemos la complejidad del evento pero nos sentimos desplazados, bloqueados y muchas veces ignorados. Pocos días antes iniciar el encuentro confirmaron nuestra acreditación para asistir al festival solo del 20 al 27 de octubre, con transporte y hospedaje; otros medios tuvieron su confirmación dos días antes de iniciar el festival y algunos más no tuvieron apoyo de hospedaje. Lo cierto es que la comunicación con el área responsable se torna cada vez más complicada.
Este año se nos comunicó que los medios acreditados con posibilidad de canjear boletos, solo podrían hacer efectivo uno por día ¿es en serio? estás dedicando una semana completa a trabajar en el festival y sólo puedes ver una película por día, pero no solo eso, para obtener ese único boleto debiste haberte formado más de dos horas en una fila interminable y una vez que llegas a taquilla resulta que todo está “ocupado”, aunque la realidad es que muchos de los boletos están “bloqueados” para invitados especiales que muchas veces dejan su lugar vacío, negándole así la posibilidad a quienes sí quieren ver las películas, porque hay que decirlo, no siempre las salas estaban llenas.
La prensa tenía derecho a ver una película por día -si alcanzabas boleto- y dos películas de la competencia que se proyectaban por la mañana en Casa Natal, donde por cierto hubo algunos accidentes porque el recinto resultó ser peligroso por tener escalones no marcados debidamente, En mi caso, pude ver muchas películas pero porque tuve que formarme muchas veces en la fila de último minuto con la esperanza de que me dejarán pasar. Muchos periodistas tuvieron que comprar sus propios boletos.
Entendemos perfectamente las reglas y criterios del festival pero lo cierto es que muchos periodistas y miembros de los medios de comunicación hacen un gran esfuerzo para realizar sus coberturas, muchos no fueron apoyados con hospedaje, o solo les dieron algunos días, ni mencionar que todos deben cubrir sus gastos de alimentación y traslados si necesitas ver una películas en el Cinépolis Las Américas.
Y ni que decir de las entrevistas, imposible que los encargados de coordinarlas nos resolvieran a todos como se expresó en el reglamento, en lo personal mis mensajes para solicitar entrevistas con directores y talento de la competencia oficial, de cortometrajes o de talento internacional fueron ignoradas. Solo tuvimos acceso a conferencias y algunas charlas, porque incluso la masterclass de Jodie Foster fue anunciada sólo para el público porque la indicación general fue que los medios de comunicación podían cubrir dicha masterclass por redes sociales.
Entonces, retomo mi pregunta inicial y con esto cierro ¿qué tan importante es para el festival el trabajo que realizamos los medios de comunicación? es evidente que la prensa debe invertir tiempo y dinero en difundir y dar publicidad gratuita al festival en condiciones que hacen difícil realizar nuestro trabajo, no quisiéramos pensarlo pero si el trabajo que los medios -tradicionales, digitales, especializados y ahora hasta creadores de contenido- no es una prioridad tal vez sería más sencillo aceptarlo y evitarnos gastar tiempo y dinero en un festival que parece nos prefiere como público, pero entonces olviden ese viejo discurso que los medios les interesan.