Sueño Mexicano, algo por lo que se tiene que luchar día con día
POR: NANCY MORA
21-10-2023 12:57:51
“Simplemente quiero ser yo, salir de donde me guardé y quedé aplastada, porque nunca es tarde para empezar, ser libre, tener amigos, divertirse sanamente, porque así soy yo, alegre y así me quiero morir”, dice Male, la protagonista de Sueño Mexicano, y es este pensamiento lo que representa para su sueño, algo por lo que lucha día con día.
María Magdalena Reyes, Male, no solo es la protagonista de Sueño Mexicano, película que realizó en estrecha colaboración con la cineasta Laura Plancarte, también es la narradora y fotógrafa de su propia historia, una historia que es por demás digna de ser contada porque nos expone de la manera más honesta lo que es para una mujer como ella luchar para poder realizar sus sueños.
En este largometraje que rompe los límites entre el documental y la ficción -si es que estos límites existen- lo importante es la historia y cómo se va contando, la historia de Male, una mujer que fue violentada por el padre de sus tres hijos, que al separarse de él perdió la patria potestad y que ahora lucha por recuperarlos, por tener su propia casa, por tener su propio negocio, ofrecerles lo mejor a sus hijos, pero sobre todo, que lucha por recuperarse a sí misma y simplemente ser feliz.
Al iniciar la película, pareciera que iría por un rumbo distinto, pues Male acude a una clínica porque desea tener otro hijo, ahora con su actual pareja Edgar, aunque ella ya tiene tres hijos que no están por el momento con ella, pero desea complacer a Diego que desea ser padre por primera vez…. Y hay quien cuestionaría esta decisión, pero al final, quiénes somos nosotros para juzgar, cada quien tiene el derecho a tomar sus propias decisiones y buscar su propia felicidad.
Conforme avanza la historia acompañamos a Male en su cotidianeidad, conocemos la relación con sus padres, con sus amigos, con su “patrona” que le da empleo en la Ciudad de México como trabajadora del hogar, y la relación que tiene con sus hijos, uno de ellos, Jhovani, que la extraña y la busca, y con Fátima, quien no la “perdona” y la rechaza, pero también conocemos la relación de Male con ella misma, sus momentos de soledad, cuando sale a divertirse, cuando disfruta de un bello atardecer, sus momentos más íntimos y por supuesto los momentos en que se permite soñar.
Pero Male no es de las mujeres que solo sueña y se lamenta por no alcanzar esos sueños, no no, Male es de las mujeres que todos los días se levantan con un objetivo muy claro, porque después del abuso que vivió y la adicción que logró vencer, ahora es más fuerte, aún en sus momentos de profunda tristeza, ahora tiene claro lo que quiere lograr y por quién tiene que luchar, ahora sabe que aunque la violencia y el machismo con cosas que llevamos tatuadas como sociedad, no está dispuesta a ceder ante nuevas formas de violencia.
Ella es de las mujeres que defienden sus ideas aun si no concuerdan con la educación tradicionalista y machista con la que creció, es de las mujeres que se permiten escuchar y ser escuchadas, de las que pueden hacer mezcla y pegar ladrillos y de las que sabe cuando es necesario alejarse de quién le hace daño o la quiere frenar.
Ahora a Male no le da miedo la soledad, tiene muchas personas a su alrededor que la quieren alimentan su amistad, no la derrotan los desplantes y groserías de su hija, resiste a ellas, porque al final sabe que a pesar de todo siempre estará dispuesta a velar por sus hijos.
Sueño Mexicano, de Laura Plancarte, es una película muy íntima y honesta, contada y en ocasiones filmada por la propia protagonista, una película que no solo sirvió para que Male exorcizara sus propios demonios, sino que nos comparte a los espectadores una historia de vida que merece ser contada, que nos hace pensar y replantearnos de manera personal cuáles son nuestros verdaderos sueños y realmente que estamos haciendo para convertirlos en realidad.
“Simplemente quiero ser yo, salir de donde me guardé y quedé aplastada, porque nunca es tarde para empezar, ser libre, tener amigos, divertirse sanamente, porque así soy yo, alegre y así me quiero morir”, dice Male, la protagonista de Sueño Mexicano, y es este pensamiento lo que representa para su sueño, algo por lo que lucha día con día.
María Magdalena Reyes, Male, no solo es la protagonista de Sueño Mexicano, película que realizó en estrecha colaboración con la cineasta Laura Plancarte, también es la narradora y fotógrafa de su propia historia, una historia que es por demás digna de ser contada porque nos expone de la manera más honesta lo que es para una mujer como ella luchar para poder realizar sus sueños.
En este largometraje que rompe los límites entre el documental y la ficción -si es que estos límites existen- lo importante es la historia y cómo se va contando, la historia de Male, una mujer que fue violentada por el padre de sus tres hijos, que al separarse de él perdió la patria potestad y que ahora lucha por recuperarlos, por tener su propia casa, por tener su propio negocio, ofrecerles lo mejor a sus hijos, pero sobre todo, que lucha por recuperarse a sí misma y simplemente ser feliz.
Al iniciar la película, pareciera que iría por un rumbo distinto, pues Male acude a una clínica porque desea tener otro hijo, ahora con su actual pareja Edgar, aunque ella ya tiene tres hijos que no están por el momento con ella, pero desea complacer a Diego que desea ser padre por primera vez…. Y hay quien cuestionaría esta decisión, pero al final, quiénes somos nosotros para juzgar, cada quien tiene el derecho a tomar sus propias decisiones y buscar su propia felicidad.
Conforme avanza la historia acompañamos a Male en su cotidianeidad, conocemos la relación con sus padres, con sus amigos, con su “patrona” que le da empleo en la Ciudad de México como trabajadora del hogar, y la relación que tiene con sus hijos, uno de ellos, Jhovani, que la extraña y la busca, y con Fátima, quien no la “perdona” y la rechaza, pero también conocemos la relación de Male con ella misma, sus momentos de soledad, cuando sale a divertirse, cuando disfruta de un bello atardecer, sus momentos más íntimos y por supuesto los momentos en que se permite soñar.
Pero Male no es de las mujeres que solo sueña y se lamenta por no alcanzar esos sueños, no no, Male es de las mujeres que todos los días se levantan con un objetivo muy claro, porque después del abuso que vivió y la adicción que logró vencer, ahora es más fuerte, aún en sus momentos de profunda tristeza, ahora tiene claro lo que quiere lograr y por quién tiene que luchar, ahora sabe que aunque la violencia y el machismo con cosas que llevamos tatuadas como sociedad, no está dispuesta a ceder ante nuevas formas de violencia.
Ella es de las mujeres que defienden sus ideas aun si no concuerdan con la educación tradicionalista y machista con la que creció, es de las mujeres que se permiten escuchar y ser escuchadas, de las que pueden hacer mezcla y pegar ladrillos y de las que sabe cuando es necesario alejarse de quién le hace daño o la quiere frenar.
Ahora a Male no le da miedo la soledad, tiene muchas personas a su alrededor que la quieren alimentan su amistad, no la derrotan los desplantes y groserías de su hija, resiste a ellas, porque al final sabe que a pesar de todo siempre estará dispuesta a velar por sus hijos.
Sueño Mexicano, de Laura Plancarte, es una película muy íntima y honesta, contada y en ocasiones filmada por la propia protagonista, una película que no solo sirvió para que Male exorcizara sus propios demonios, sino que nos comparte a los espectadores una historia de vida que merece ser contada, que nos hace pensar y replantearnos de manera personal cuáles son nuestros verdaderos sueños y realmente que estamos haciendo para convertirlos en realidad.