Happy End: Rostros familiares sin mucho más que decir

POR: LUIS DANIEL DE LEÓN

16-07-2018 13:54:13

Happy end Haneke

Michael Haneke es uno de los cineastas más talentosos en lo que se puede categorizar como “cine de autor” en la actualidad, este realizador austriaco se ha vuelto reconocido a nivel internacional por una filmografía mayormente consistente, destacable por llevar siempre una estética sobria, temáticas sombrías, imágenes violentas e impactantes, que a veces están fuera de cuadro o que son directamente explicitas pero que en ambos casos resulta casi siempre impredecible.

A menudo en su trabajo es visible una búsqueda recurrente por temáticas orientadas a la denuncia, con un especial énfasis en criticar a las clases sociales privilegiadas europeas y el empleo de técnicas cinematográficas que emulen el formato de videos caseros, una manera de retratar la realidad desde una perspectiva que se siente real e incómoda al punto de ser “voyerista”.


Muchas de estas obsesiones son nuevamente revisitadas en su más reciente trabajo; Happy End, en donde el realizador toma elementos de casi todas sus obras previas y los unifica a manera de “pastiche”. Una cinta dramática que en esencia termina siendo bastante auto referencial. Los que estén familiarizados con el cine de Haneke les será fácil identificar guiños a sus primeros trabajos como Benny’s Video, pasando luego por Caché e incluso su más reconocida y elogiada Amour.


La película empieza con pequeños clips grabados con la cámara de un celular y publicados en línea por una pre-adolescente llamada Eve. En estas transmisiones en vivo ella narra por medio de mensajes de texto el desprecio que siente hacia su madre a la par con pequeños momentos de su rutina, incluyendo también un cruel experimento con su hámster mascota y en los clips finales se nos dan a entender que la madre de la joven sufre luego de una sobredosis de antidepresivos, presuntamente por obra de la misma Eve.


Luego, la joven se va a vivir con su padre, que pertenece a una familia burguesa dueña de una firma de construcción que se ve envuelta recientemente en un caso de demanda después de que un accidente laboral afectara de manera grave a uno de sus trabajadores. El resto de la cinta se dedica a presentar de forma dosificada cada uno de los pequeños dramas que afectan individualmente a los miembros de esta familia, siendo en los casos más interesantes manifestaciones de sus deseos reprimidos.


Happy end Michael Haneke


Al principio resulta un tanto confuso la manera en que se nos presentan los hechos, poco a poco vamos armando nuestro propio rompecabezas y vamos entendiendo las relaciones que existen entre cada uno de los personajes que conforman el prototipo de familia de “alta alcurnia”, compuesta por algunos de los más reconocidos actores del cine francés contemporáneo: Mattieu Kassovitz, Isabelle Huppert y Jean-Louis Trintignant.


Como decía anteriormente, la película va entorno a presentar una historia coral en la que cada uno de los miembros de la familia recopilan la mayoría de los temas por el cual se ha obsesionado Haneke; las infidelidades, la depresión, la insensibilidad ante la violencia, intentos de suicidio y sobre todo, la propia hipocresía de las clases privilegiadas pero tratado con su muy característico humor negro.


La verdad, aunque la cinta puede llegar a ser por momentos disfrutable para un conocedor del trabajo de Haneke, también termina sintiéndose bastante superflua, que se pierde y no desarrolla del todo su propio potencial al estar amarrada en una enmarañada red de tramas y momentos que no terminan por contar algo lo suficientemente contundente.


La trama se desarrolla en la ciudad de Calais, y el lugar en donde vive esta familia parece estar muy cercana a un campamento de refugiados, que poco a poco se van integrando en el filme pero interactuando muy poco con nuestros protagonista hasta aparecer en la escena final y lo que podría parecer un debate entre las diferencias de estos dos mundos separados por su clase social, más bien se siente como un capricho de adornar más la trama e intentar orientarla nuevamente a la denuncia pero sin que esto tenga una justificación..


Final Feliz Haneke


Es una película que se salva de tener momentos y situaciones planteadas con la maestría que tiene un realizador del calibre de Haneke, siendo destacable las constantes escenas en plano secuencia pero que a la final no termina de convencer en esta historia donde más bien solo pareció conformarse con tomar elementos de sus trabajos previos pero sin necesariamente querer aportarles una nueva perspectiva, ni que mucho menos se logró salvar por su comedia.



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