Han Solo: ¡Hey! Soy yo
POR: SAÚL ARELLANO MONTORO
28-05-2018 15:11:26

La cuarta película del nuevo dueño del Universo de George Lucas llega a las pantallas mexicanas arrastrando una gran expectativa al tratarse de uno de los personajes NO JEDI más importantes de la saga: Han Solo.
Viniendo de la mano de Ron Howard, un viejo amigo no solo de Lucas ni de la Kennedy sino de Lucasfilm en conjunto - gracias a las American Graffiti (1973 y 1979) y dirigiendo Willow (1988) hace justo 30 años – la historia del contrabandista de Corelia no puede ser más alejada de lo que conocíamos desde hace décadas y que estaba establecido como canon; y no solo por lo que se presentó en el Universo Expandido – reconozco que esto puede ser muy, pero MUY de fans – del Capitán del Halcón Milenario sino del perfil de los personajes que se presentan en las películas mismas y que Disney ha tratado de mantener lo más apegado posible a la creación de George Lucas les guste o no.
De acuerdo; esta nueva serie de películas alternas a la saga son para mantener el interés del comprador – sea fanático o no, nuevo o de la vieja guardia que reclama pero compra de todas formas – y ser lo más llamativa posible para no caer en la vulgaridad de un comercial de juguetes de 2 horas pero es de sorprender, al menos para mí, que el compadre Howard no haya dejado atrás varias de sus maneras fílmicas para dedicarse de lleno a mantener el espíritu que conocemos existe en una galaxia muy lejana.
ATENCIÓN: El siguiente es un análisis que por fuerza deben llevar elementos narrativos que pueden ser INESPERADOS para los que no han visto la película
“HE RECORRIDO DE UN EXTREMO AL OTRO ESTA GALAXIA, HE VISTO COSAS EXTRAÑAS...”
Ron Howard es un director que poco a poco forjó una carrera respetable en el mundo del cine; paso de la comedia ligera a dramas bien estructurados donde sus personajes se desenvuelven cómodamente en situaciones que no siempre son favorables y que necesitan de resoluciones muy elaboradas para eliminar problemas. Y en los casos de historia basadas en casos reales, aplica el drama necesario y casi imperceptible para mantener al espectador atento y empático siempre.
Es por eso que tomar las riendas de un proyecto del que no fue considerado desde el principio era una tarea, si no difícil, al menos muy poco favorecida de origen. Tomando el guion del veterano Lawrence Kasdan y el hijo de este Jonathan, Ron Howard tuvo que adaptarse a lo ya autorizado por Kathleen Kennedy (mejor conocida como Lucasfilm Disney) y no salirse de la raya porque sufriría la misma suerte de los anteriores directores Phil Lord y Christopher Miller.

Es entonces que filmó casi toda la película desde cero, dejando muy poco de lo que ya existía para hacer la visión de sus jefes; aunque no pudo evitar dejar un poco de su huella en esta aventura galáctica. Esto da como resultado una película que ni es del todo estilo Ron Howard ni tampoco es del todo Star Wars sino una mezcolanza de ideas, narrativa y secuencias que no terminan de cuajar del todo. El Drama es un género que le funciona muy bien al director por lo que resulta sorprendente que éste no haya aparecido en la película más que para situar a Han Solo como un personaje que sufrió “poquito” en la vida sin aprender ni una sola lección hasta el final.
Las escenas de acción, de ritmo veloz, son emocionantemente acompañadas – la mayoría de las veces – por una cumplidora (más no brillante) banda sonora de John Powell quien toma lo mejor de Williams para lograrlo. La carrera de Kessell tiene dos melodías icónicas de la saga: La “trinchera de la estrella de la muerte” del Episodio IV y el “Campo de asteroides” del Episodio V – pero los momentos de calma entre secuencias son planas y no presentan un puente que te mantenga adentro de la trama por lo que por momentos son lentas y casi aburridas por lo que la acción debe entrar de golpe rompiendo el ritmo nuevamente. Por eso es comprensible el ritmo irregular y muy predecible impuesto en toda la película.
El sentido del humor existe pero no es tanto como debería; la mención de personajes como Boosk (importante en la historia de Chewie), Aurra Sing o la aparición de Maul (con todo y sus piernas mecánicas) refiriéndose a Dathomir así como el traje de Lando de Skiff Guard o Benthic de Rogue One (2016) suenan forzadas y más como para recordarnos que estamos viendo una película de Star Wars donde la línea de tiempo nos deja muchas dudas “razonables”.
“RELIGIONES CHARLATANAS Y ARMAS ANTIGUAS NO SON RIVAL PARA UN BUEN BLASTER A TU LADO”
Alden Ehrenreich hizo un gran trabajo estudiando al Han Solo de Harrison Ford dando sus toques personales cuando debía hacerlo; lo mismo sucede con el Chewie de Joonas Suotamo quién nos da un Chewbacca dinámico, ágil en la pelea y con la confianza y desparpajo que dejó Peter Mayhew. Igualmente destacable es Donald Glover como Lando Calrissian quien entendió y manejó estupendo la esencia.
SIN EMBARGO (inicio de texto ñoño) los Kasdan y Disney tergiversaron por completo a Lando Calrissian al convertirlo en un vulgar y burdo tramposo al mostrarlo como un tahúr que guarda cartas en la manga. Calrissian ha sido manejado desde siempre como uno de los mejores jugadores de Sabbac que no necesitó de trampas para ganarse por primera vez el Halcón, ni la ciudad de Bespin ni la Lady Luck. Me pareció sumamente fuera de lugar ese recurso de tan primitiva creatividad de los Kasdan. Decepcionante sobre todo del papá que ESCRIBIÓ el ESB donde aparece por primera vez Lando. Por otro lado ¿Chewbacca come humanos cuando lo dejan sin comer por tres días seguidos? ¿Han se salva solo por hablar Wookie? No pude evitar pensar en la “Martha” de DC y la forma de resolver este conflicto de no ser comido por Chewie con tan solo pedírselo (fin de texto ñoño).
Las apariciones y personajes de Woody Harrelson, Emilia Clarke, Thandie Newton, Paul Bettany y Jon Favreau fueron acertadas. Los vimos fuera de sus rangos interpretativos para inmiscuirse en la ideología Star Wars donde incluso se notan a gusto y muy divertidos que, al final, de eso se trata Star Wars; de historias entretenidas, divertidas y emocionantes. Y por momentos la película HAN SOLO no lo tuvo; nos tenían que estar recordando constantemente que era SW pese a que veíamos a Chewie y al Halcón.

La carrera de Kessell – aunque no fue así en el viejo canon – es quizá lo más rescatable de la película. Aquí sí el ritmo fue el adecuado; los diálogos acordes a lo que hay en pantalla, en todo momento es emocionante con buen sentido del humor en los diálogos y visualmente precisa en cuanto a la ruta como tal. Sale sobrando ese monstruo espacial que no era necesario a la trama porque ya tenía los elementos de drama y acción necesarios para mantener al espectador enganchado en la secuencia. Otra vez, los Kasdan decepcionando con un recurso burdo.
“ESTA CUBETA DE TUERCAS ESTÁ LLENA DE SORPRESAS...”
En resumen: HAN SOLO es una película para las nuevas generaciones que trata de quedar lo menos raspada con la vieja guardia. El esfuerzo se agradece pero no termina de cuajar debido a las “libertades controladas” que tuvo que utilizar Ron Howard para sacar adelante a la “pieza de chatarra” más querida del universo de Lucas. La historia de los Kasdan tiene muchos huecos y tergiversaciones costosas de aceptar para los fans de hace 40 años pero que funcionan muy bien para los que tienen menos de 20 y desde luego para las nuevas y más jóvenes generaciones que pueden ver a los personajes de sus padres y abuelos de forma dinámica, visualmente impactante y con un ritmo secuencial adecuado a esta era de la inmediatez.
Y casi puedo apostar que en la película de BOBA FETT veremos de vuelta a este Han Solo para poder establecer el nexo con Una Nueva Esperanza... Al menos esa es MI esperanza.
La cuarta película del nuevo dueño del Universo de George Lucas llega a las pantallas mexicanas arrastrando una gran expectativa al tratarse de uno de los personajes NO JEDI más importantes de la saga: Han Solo.
Viniendo de la mano de Ron Howard, un viejo amigo no solo de Lucas ni de la Kennedy sino de Lucasfilm en conjunto - gracias a las American Graffiti (1973 y 1979) y dirigiendo Willow (1988) hace justo 30 años – la historia del contrabandista de Corelia no puede ser más alejada de lo que conocíamos desde hace décadas y que estaba establecido como canon; y no solo por lo que se presentó en el Universo Expandido – reconozco que esto puede ser muy, pero MUY de fans – del Capitán del Halcón Milenario sino del perfil de los personajes que se presentan en las películas mismas y que Disney ha tratado de mantener lo más apegado posible a la creación de George Lucas les guste o no.
De acuerdo; esta nueva serie de películas alternas a la saga son para mantener el interés del comprador – sea fanático o no, nuevo o de la vieja guardia que reclama pero compra de todas formas – y ser lo más llamativa posible para no caer en la vulgaridad de un comercial de juguetes de 2 horas pero es de sorprender, al menos para mí, que el compadre Howard no haya dejado atrás varias de sus maneras fílmicas para dedicarse de lleno a mantener el espíritu que conocemos existe en una galaxia muy lejana.
ATENCIÓN: El siguiente es un análisis que por fuerza deben llevar elementos narrativos que pueden ser INESPERADOS para los que no han visto la película
“HE RECORRIDO DE UN EXTREMO AL OTRO ESTA GALAXIA, HE VISTO COSAS EXTRAÑAS...”
Ron Howard es un director que poco a poco forjó una carrera respetable en el mundo del cine; paso de la comedia ligera a dramas bien estructurados donde sus personajes se desenvuelven cómodamente en situaciones que no siempre son favorables y que necesitan de resoluciones muy elaboradas para eliminar problemas. Y en los casos de historia basadas en casos reales, aplica el drama necesario y casi imperceptible para mantener al espectador atento y empático siempre.
Es por eso que tomar las riendas de un proyecto del que no fue considerado desde el principio era una tarea, si no difícil, al menos muy poco favorecida de origen. Tomando el guion del veterano Lawrence Kasdan y el hijo de este Jonathan, Ron Howard tuvo que adaptarse a lo ya autorizado por Kathleen Kennedy (mejor conocida como Lucasfilm Disney) y no salirse de la raya porque sufriría la misma suerte de los anteriores directores Phil Lord y Christopher Miller.
Es entonces que filmó casi toda la película desde cero, dejando muy poco de lo que ya existía para hacer la visión de sus jefes; aunque no pudo evitar dejar un poco de su huella en esta aventura galáctica. Esto da como resultado una película que ni es del todo estilo Ron Howard ni tampoco es del todo Star Wars sino una mezcolanza de ideas, narrativa y secuencias que no terminan de cuajar del todo. El Drama es un género que le funciona muy bien al director por lo que resulta sorprendente que éste no haya aparecido en la película más que para situar a Han Solo como un personaje que sufrió “poquito” en la vida sin aprender ni una sola lección hasta el final.
Las escenas de acción, de ritmo veloz, son emocionantemente acompañadas – la mayoría de las veces – por una cumplidora (más no brillante) banda sonora de John Powell quien toma lo mejor de Williams para lograrlo. La carrera de Kessell tiene dos melodías icónicas de la saga: La “trinchera de la estrella de la muerte” del Episodio IV y el “Campo de asteroides” del Episodio V – pero los momentos de calma entre secuencias son planas y no presentan un puente que te mantenga adentro de la trama por lo que por momentos son lentas y casi aburridas por lo que la acción debe entrar de golpe rompiendo el ritmo nuevamente. Por eso es comprensible el ritmo irregular y muy predecible impuesto en toda la película.
El sentido del humor existe pero no es tanto como debería; la mención de personajes como Boosk (importante en la historia de Chewie), Aurra Sing o la aparición de Maul (con todo y sus piernas mecánicas) refiriéndose a Dathomir así como el traje de Lando de Skiff Guard o Benthic de Rogue One (2016) suenan forzadas y más como para recordarnos que estamos viendo una película de Star Wars donde la línea de tiempo nos deja muchas dudas “razonables”.
“RELIGIONES CHARLATANAS Y ARMAS ANTIGUAS NO SON RIVAL PARA UN BUEN BLASTER A TU LADO”
Alden Ehrenreich hizo un gran trabajo estudiando al Han Solo de Harrison Ford dando sus toques personales cuando debía hacerlo; lo mismo sucede con el Chewie de Joonas Suotamo quién nos da un Chewbacca dinámico, ágil en la pelea y con la confianza y desparpajo que dejó Peter Mayhew. Igualmente destacable es Donald Glover como Lando Calrissian quien entendió y manejó estupendo la esencia.
SIN EMBARGO (inicio de texto ñoño) los Kasdan y Disney tergiversaron por completo a Lando Calrissian al convertirlo en un vulgar y burdo tramposo al mostrarlo como un tahúr que guarda cartas en la manga. Calrissian ha sido manejado desde siempre como uno de los mejores jugadores de Sabbac que no necesitó de trampas para ganarse por primera vez el Halcón, ni la ciudad de Bespin ni la Lady Luck. Me pareció sumamente fuera de lugar ese recurso de tan primitiva creatividad de los Kasdan. Decepcionante sobre todo del papá que ESCRIBIÓ el ESB donde aparece por primera vez Lando. Por otro lado ¿Chewbacca come humanos cuando lo dejan sin comer por tres días seguidos? ¿Han se salva solo por hablar Wookie? No pude evitar pensar en la “Martha” de DC y la forma de resolver este conflicto de no ser comido por Chewie con tan solo pedírselo (fin de texto ñoño).
Las apariciones y personajes de Woody Harrelson, Emilia Clarke, Thandie Newton, Paul Bettany y Jon Favreau fueron acertadas. Los vimos fuera de sus rangos interpretativos para inmiscuirse en la ideología Star Wars donde incluso se notan a gusto y muy divertidos que, al final, de eso se trata Star Wars; de historias entretenidas, divertidas y emocionantes. Y por momentos la película HAN SOLO no lo tuvo; nos tenían que estar recordando constantemente que era SW pese a que veíamos a Chewie y al Halcón.
La carrera de Kessell – aunque no fue así en el viejo canon – es quizá lo más rescatable de la película. Aquí sí el ritmo fue el adecuado; los diálogos acordes a lo que hay en pantalla, en todo momento es emocionante con buen sentido del humor en los diálogos y visualmente precisa en cuanto a la ruta como tal. Sale sobrando ese monstruo espacial que no era necesario a la trama porque ya tenía los elementos de drama y acción necesarios para mantener al espectador enganchado en la secuencia. Otra vez, los Kasdan decepcionando con un recurso burdo.
“ESTA CUBETA DE TUERCAS ESTÁ LLENA DE SORPRESAS...”
En resumen: HAN SOLO es una película para las nuevas generaciones que trata de quedar lo menos raspada con la vieja guardia. El esfuerzo se agradece pero no termina de cuajar debido a las “libertades controladas” que tuvo que utilizar Ron Howard para sacar adelante a la “pieza de chatarra” más querida del universo de Lucas. La historia de los Kasdan tiene muchos huecos y tergiversaciones costosas de aceptar para los fans de hace 40 años pero que funcionan muy bien para los que tienen menos de 20 y desde luego para las nuevas y más jóvenes generaciones que pueden ver a los personajes de sus padres y abuelos de forma dinámica, visualmente impactante y con un ritmo secuencial adecuado a esta era de la inmediatez.
Y casi puedo apostar que en la película de BOBA FETT veremos de vuelta a este Han Solo para poder establecer el nexo con Una Nueva Esperanza... Al menos esa es MI esperanza.