Mejores películas mexicanas del 2016 según Ulises Castañeda
POR: ULISES CASTAÑEDA
28-12-2016 18:11:10
Una de las grandes virtudes que tiene el cine mexicano es la de no estancarse en un género en especial. Hoy en día, las generaciones de resistencia y lucha de reposicionamiento del cine nacional están unidas con una nueva ola de talentos que se han ganado el reconocimiento en algunos de los festivales de cine más importantes del mundo con producciones nacionales y al mismo tiempo se ha dado una renovación en cuanto a géneros que poco o nada se habían abordado en los últimos años.
Este 2016, el abanico de propuestas de calidad se expandió para incluir filmes de géneros que van desde la comedia y el drama hasta el horror y los filmes documentales. Nombres de cineastas consagrados y consolidados como Arturo Ripstein y Amat Escalante comparten época con jóvenes realizadores que en sus películas muestran su ambición por enriquecer el panorama nacional.
En Encuadres hacemos un recuento de las mejores películas mexicanas que pudieron verse en este año:
- Los parecidos, de Isaac Ezban. El realizador forma parte de un grupo que en el último lustro ha renovado el rostro del cine de género en México. Después de formar parte del largometraje colectivo México Bárbaro(2014) y de estrenar su extraña pero creativa película de horror metafísico El incidente (2014), Ezban estrenó este año el más redondo y sorpresivo de sus trabajos. Una perturbadora, divertida y paranormal película contextualizada en la madrugada del 2 de octubre de 1968, en la cual ocho personajes que esperan un camión en una remota estación en el medio de la nada para dirigirse a la Ciudad de México comienzan a ser víctimas de un extraño fenómeno. Tan irreverente como estridente este imaginativo filme.
- La 4ta. compañía, de Amir Galván Cervera y Mitzi Vanessa Arreola. Con una gran calidad de producción y un manejo excepcional del ritmo en una película basada en hechos reales, este filme llegó para crear una esperanza en torno al género de la acción. La película sigue la historia de Zambrano, un delincuente juvenil que sólo anhela integrarse al legendario equipo de futbol americano conocido como Los Perros de Santa Martha, sin saber que el precio por formar parte del equipo también lo involucra en el crimen organizado, maquinado por las mismas autoridades bajo la orden del gobernador López Portillo.
- 7:19, de Jorge Michel Grau. El cineasta mexicano es uno de los que más oficio cinematográfico tienen en este momento. También miembro del selecto grupo de nombres que renovaron el cine de terror con su sensacional filme Somos lo que hay(2010) y también su segmento en México Bárbaro. Ahora nos presenta otro tipo de terror con un sensacional filme que va de la claustrofobia a lo emocionante, en el cual recrea el drama de un grupo de personas que vivieron el terremoto de 1985. No retoma el escenario de catástrofe como bandera del filme, sino como que utiliza el desastre para mostrar la fragilidad del ser humano, hacer un análisis social y sobre todo un ejercicio muy respetuoso trabajo sobre el dolor y las frustraciones
- Bellas de noche, de María José Cuevas. El documental hace una radiografía que pasa por la vida actual de Rossy Mendoza, Olga Breeskin, Lyn May, Wanda Seux y la Princesa Yamal y sus remembranzas a esa época gloriosa cuando las vedettes, mujeres voluptuosas, con vestimenta exuberante, dominaban el cine nacional. Este filme volvió a encumbrar a esos símbolos sexuales; destaca el humor involuntario, y los matices para mostrar también la parte más dolorosa de estas mujeres. Un filme que además cuenta con un guión que sabe llevar muy bien al espectador a moverse en ese limbo emocional que genera el testimonio del éxito y el abismo.
- La vida inmoral de la pareja ideal, de Manolo Caro. El realizador ha sido uno de los más activos en el cine mexicano de los últimos años. Cuatro filmes estrenados desde el 2013, todos con un estilo que mezcla el drama y la comedia, en los cuales Manolo Caro no esconde sus influencias claras al cine de Pedro Almodóvar. Pero es, quizás, La vida inmoral de la pareja ideal, su trabajo más afinado ya en cuestión de manejo del arco dramático y con una historia tan sencilla como madura. Es una película muy disfrutable que además tiene una música que le da un halo de nostalgia a los años 80 y que en la historia también nos aproxima a los recuerdos de los amores adolescentes.
- Tenemos la carne, de Emiliano Rocha Minter. El filme mexicano más provocador y perturbador en mucho tiempo. La película llena de parafilias sexuales tuvo el dudoso honor de ser la película de la que más público se salió de la sala antes de terminar dentro del Festival de Cine de SITGES, el más importante del cine de géneros como terror y horror en el mundo. Y es que esta historia, que se mueve en lo apocalíptico y grotesco, nos presenta a dos hermanos perdidos en una ciudad en ruinas y que se encuentran a un extraño hombre que les hará una propuesta de lo más extraña y siniestra para sobrevivir al mundo exterior. Uno de los papeles más importantes en la carrera de Noé Hernández y una película que más que esperar ser entendida, espera crear sensaciones poco convencionales.
- Un monstruo de mil cabezas, de Rodrigo Plá. En este abanico de géneros explorados por el cine nacional, Rodrigo Plá regresa al thriller casi a 10 años de estrenar La zona(2007), y lo hace con una extraordinaria historia sobre una mujer, esposa de un hombre que está muy enfermo, que busca que se le aplique a su marido un tratamiento recomendado por un médico, pero la aseguradora de la que es socia rehúsa pagarlo. Ella toma decisiones extremas para poder salvar a su marido. Una actuación memorable de Jana Raluy y un buen manejo de la historia en esta película coral.
- Tempestad, de Tatiana Huezo. La realidad siempre superará a la ficción, y en México el género de documental ha funcionado de una forma extraordinaria para narrar aquellas historias crueles que le ocurren a la gente en el día a día. La cineasta Tatiana Huezo presentó este año Tempestad, la cual documenta la llegada de una mujer a una cárcel dominada por un cártel de narcotraficantes, mientras que otra pierde a su hija: con las imágenes de un viaje a través de México, el filme conecta dos testimonios para pintar el panorama de un país atrapado en las garras del crimen organizado. Imposible no salir tocado al terminar de verlo.
- Chronic, de Michel Franco. Protagonizado por un impecable Tim Roth, con este filme Michel Franco lleva su carrera a otro nivel después de su drama estudiantil sobre el bullyingy sus extremos en Después de Lucía (2012). Detalla su estilo contemplativo, más inclinado al cine de autor europeo, pero con una extraordinaria forma de cerrar cada una de sus largas escenas con mensajes cada vez más contundentes en esta historia sobre un enfermero introvertido y con tendencia a la depresión que se dedica a ayudar a pacientes terminales, al tiempo que trata de retomar la relación con la familia que abandonó. Una película sobre los traumas emocionales con un final apabullante.
- Me estás matando Susana, de Roberto Sneider. Más allá de la fallida pero sensual actriz española Verónica Echegui, el realizador Roberto Sneider, conocido por su sensacional Arráncame la vida(2008), regresa con una nueva adaptación de la literatura de forma sensacional. El director tomó el libro Ciudades desiertas de José Agustín, y utilizó a Gael García Bernal (en uno de sus más destacados trabajos de su carrera), para hacer una radiografía sobre la figura del macho mexicano. Una versión que habla de las pasiones, el gusto por la fiesta, el deseo de trascender, el luchar con la monotonía de las relaciones amorosas y la desenvoltura que da el simple hecho de ser mexicano. Una película divertida y sensible.
- Te prometo anarquía, de Julio Hernández Cordón. Cuenta con una narrativa visual muy llamativa y un guión muy cuidado desde la construcción de la historia hasta el manejo del lenguaje citadino digno de admirarse, en la historia de amor entre dos Miguel y Johnny, dos amantes de la patineta, originarios de un barrio bravo de la Ciudad de México y que están involucrados en la venta de sangre para el mercado negro, los jóvenes de forma ingenua transitan en el mercado negro del comercio de sangre con pequeños encargos, hasta que un día les llega un encargo grande, que les traerá grandes problemas. Estamos ante una película que maneja con mucha delicadeza la compleja relación de sus personajes y sobre todo tiene una gran habilidad para retratar una sociedad que se mueve en las apariencias sin caer en el drama innecesario de la intolerancia social.
- La calle de la amargura, de Arturo Ripstein. La más reciente película de Arturo Ripstein nos recuerda al de sus mejores tiempos: audaz, hostil, crudo y profundo al mismo tiempo. Esta vez inspirado en el caso real y con una extraordinaria fotografía en blanco y negro cuenta la historia de dos prostitutas de mediana edad, con problemas cotidianos, banales y corrientes que una mala noche se meten con dos luchadores enanos para celebrar su victoria en el ring sin saber que en la habitación del hotel se cometerían trágicas decisiones. Un filme revelador, que habla de la vulnerabilidad y el desencanto.
- La región salvaje, de Amat Escalante. Con este filme ganó el premio al Mejor Director de la más reciente edición del Festival Internacional de Cine de Morelia. Un drama que fusiona el realismo con la ciencia ficción, en el que se destaca una impecable habilidad para crear atmósferas sórdidas que reflexionan sobre la fragilidad de las personas ante el amor y el sexo, debido a que los protagonistas viven en entornos hostiles de valores familiares y rodeados de hipocresía, homofobia y machismo, donde un ente que no es de este mundo parece ser la respuesta a todas sus frustraciones.
- Las tinieblas, de Daniel Castro Zimbrón. La película cuenta la historia de una familia que habita en una cabaña en medio del bosque que está rodeada de neblina y que parece vivir en tiempos de austeridad. La familia la compone el padre, encarnado magistralmente por Brontis Jodorowsky, quien mantiene encerrados a sus tres hijos en el sótano de la cabaña, porque busca protegerlos de una supuesta bestia salvaje que deambula en el bosque. Un filme que habla sobre la oscuridad interna de los personajes y los límites a los que son orillados a causa del miedo al entorno. Una fotografía sensacional y un Brontis extraordinario.
- Las elegidas, de David Pablos. Mejor Película de la más reciente entrega de los Premios Ariel y es sin duda uno de los mejores filmes mexicanos de los últimos años. Presenta el doloroso pero imaginativo drama de la trata de mujeres en la frontera de Tijuana. A través de la historia de amor de Ulises, de 15 años, y Sofía, de 14, cuya relación es corrompida por el padre del niño quien obliga a su hijo a seducir a chicas jóvenes para obligar a estas a prostituirse. Así, Ulises termina por entrar al mundo que negó: el negocio de tráfico de mujeres que existe en su familia. Pablos maneja de forma extraordinaria la violencia de género como recurso narrativo para no mostrarla de forma explícita y deja un mensaje desolador.
Una de las grandes virtudes que tiene el cine mexicano es la de no estancarse en un género en especial. Hoy en día, las generaciones de resistencia y lucha de reposicionamiento del cine nacional están unidas con una nueva ola de talentos que se han ganado el reconocimiento en algunos de los festivales de cine más importantes del mundo con producciones nacionales y al mismo tiempo se ha dado una renovación en cuanto a géneros que poco o nada se habían abordado en los últimos años.
Este 2016, el abanico de propuestas de calidad se expandió para incluir filmes de géneros que van desde la comedia y el drama hasta el horror y los filmes documentales. Nombres de cineastas consagrados y consolidados como Arturo Ripstein y Amat Escalante comparten época con jóvenes realizadores que en sus películas muestran su ambición por enriquecer el panorama nacional.
En Encuadres hacemos un recuento de las mejores películas mexicanas que pudieron verse en este año:
- Los parecidos, de Isaac Ezban. El realizador forma parte de un grupo que en el último lustro ha renovado el rostro del cine de género en México. Después de formar parte del largometraje colectivo México Bárbaro(2014) y de estrenar su extraña pero creativa película de horror metafísico El incidente (2014), Ezban estrenó este año el más redondo y sorpresivo de sus trabajos. Una perturbadora, divertida y paranormal película contextualizada en la madrugada del 2 de octubre de 1968, en la cual ocho personajes que esperan un camión en una remota estación en el medio de la nada para dirigirse a la Ciudad de México comienzan a ser víctimas de un extraño fenómeno. Tan irreverente como estridente este imaginativo filme.
- La 4ta. compañía, de Amir Galván Cervera y Mitzi Vanessa Arreola. Con una gran calidad de producción y un manejo excepcional del ritmo en una película basada en hechos reales, este filme llegó para crear una esperanza en torno al género de la acción. La película sigue la historia de Zambrano, un delincuente juvenil que sólo anhela integrarse al legendario equipo de futbol americano conocido como Los Perros de Santa Martha, sin saber que el precio por formar parte del equipo también lo involucra en el crimen organizado, maquinado por las mismas autoridades bajo la orden del gobernador López Portillo.
- 7:19, de Jorge Michel Grau. El cineasta mexicano es uno de los que más oficio cinematográfico tienen en este momento. También miembro del selecto grupo de nombres que renovaron el cine de terror con su sensacional filme Somos lo que hay(2010) y también su segmento en México Bárbaro. Ahora nos presenta otro tipo de terror con un sensacional filme que va de la claustrofobia a lo emocionante, en el cual recrea el drama de un grupo de personas que vivieron el terremoto de 1985. No retoma el escenario de catástrofe como bandera del filme, sino como que utiliza el desastre para mostrar la fragilidad del ser humano, hacer un análisis social y sobre todo un ejercicio muy respetuoso trabajo sobre el dolor y las frustraciones
- Bellas de noche, de María José Cuevas. El documental hace una radiografía que pasa por la vida actual de Rossy Mendoza, Olga Breeskin, Lyn May, Wanda Seux y la Princesa Yamal y sus remembranzas a esa época gloriosa cuando las vedettes, mujeres voluptuosas, con vestimenta exuberante, dominaban el cine nacional. Este filme volvió a encumbrar a esos símbolos sexuales; destaca el humor involuntario, y los matices para mostrar también la parte más dolorosa de estas mujeres. Un filme que además cuenta con un guión que sabe llevar muy bien al espectador a moverse en ese limbo emocional que genera el testimonio del éxito y el abismo.
- La vida inmoral de la pareja ideal, de Manolo Caro. El realizador ha sido uno de los más activos en el cine mexicano de los últimos años. Cuatro filmes estrenados desde el 2013, todos con un estilo que mezcla el drama y la comedia, en los cuales Manolo Caro no esconde sus influencias claras al cine de Pedro Almodóvar. Pero es, quizás, La vida inmoral de la pareja ideal, su trabajo más afinado ya en cuestión de manejo del arco dramático y con una historia tan sencilla como madura. Es una película muy disfrutable que además tiene una música que le da un halo de nostalgia a los años 80 y que en la historia también nos aproxima a los recuerdos de los amores adolescentes.
- Tenemos la carne, de Emiliano Rocha Minter. El filme mexicano más provocador y perturbador en mucho tiempo. La película llena de parafilias sexuales tuvo el dudoso honor de ser la película de la que más público se salió de la sala antes de terminar dentro del Festival de Cine de SITGES, el más importante del cine de géneros como terror y horror en el mundo. Y es que esta historia, que se mueve en lo apocalíptico y grotesco, nos presenta a dos hermanos perdidos en una ciudad en ruinas y que se encuentran a un extraño hombre que les hará una propuesta de lo más extraña y siniestra para sobrevivir al mundo exterior. Uno de los papeles más importantes en la carrera de Noé Hernández y una película que más que esperar ser entendida, espera crear sensaciones poco convencionales.
- Un monstruo de mil cabezas, de Rodrigo Plá. En este abanico de géneros explorados por el cine nacional, Rodrigo Plá regresa al thriller casi a 10 años de estrenar La zona(2007), y lo hace con una extraordinaria historia sobre una mujer, esposa de un hombre que está muy enfermo, que busca que se le aplique a su marido un tratamiento recomendado por un médico, pero la aseguradora de la que es socia rehúsa pagarlo. Ella toma decisiones extremas para poder salvar a su marido. Una actuación memorable de Jana Raluy y un buen manejo de la historia en esta película coral.
- Tempestad, de Tatiana Huezo. La realidad siempre superará a la ficción, y en México el género de documental ha funcionado de una forma extraordinaria para narrar aquellas historias crueles que le ocurren a la gente en el día a día. La cineasta Tatiana Huezo presentó este año Tempestad, la cual documenta la llegada de una mujer a una cárcel dominada por un cártel de narcotraficantes, mientras que otra pierde a su hija: con las imágenes de un viaje a través de México, el filme conecta dos testimonios para pintar el panorama de un país atrapado en las garras del crimen organizado. Imposible no salir tocado al terminar de verlo.
- Chronic, de Michel Franco. Protagonizado por un impecable Tim Roth, con este filme Michel Franco lleva su carrera a otro nivel después de su drama estudiantil sobre el bullyingy sus extremos en Después de Lucía (2012). Detalla su estilo contemplativo, más inclinado al cine de autor europeo, pero con una extraordinaria forma de cerrar cada una de sus largas escenas con mensajes cada vez más contundentes en esta historia sobre un enfermero introvertido y con tendencia a la depresión que se dedica a ayudar a pacientes terminales, al tiempo que trata de retomar la relación con la familia que abandonó. Una película sobre los traumas emocionales con un final apabullante.
- Me estás matando Susana, de Roberto Sneider. Más allá de la fallida pero sensual actriz española Verónica Echegui, el realizador Roberto Sneider, conocido por su sensacional Arráncame la vida(2008), regresa con una nueva adaptación de la literatura de forma sensacional. El director tomó el libro Ciudades desiertas de José Agustín, y utilizó a Gael García Bernal (en uno de sus más destacados trabajos de su carrera), para hacer una radiografía sobre la figura del macho mexicano. Una versión que habla de las pasiones, el gusto por la fiesta, el deseo de trascender, el luchar con la monotonía de las relaciones amorosas y la desenvoltura que da el simple hecho de ser mexicano. Una película divertida y sensible.
- Te prometo anarquía, de Julio Hernández Cordón. Cuenta con una narrativa visual muy llamativa y un guión muy cuidado desde la construcción de la historia hasta el manejo del lenguaje citadino digno de admirarse, en la historia de amor entre dos Miguel y Johnny, dos amantes de la patineta, originarios de un barrio bravo de la Ciudad de México y que están involucrados en la venta de sangre para el mercado negro, los jóvenes de forma ingenua transitan en el mercado negro del comercio de sangre con pequeños encargos, hasta que un día les llega un encargo grande, que les traerá grandes problemas. Estamos ante una película que maneja con mucha delicadeza la compleja relación de sus personajes y sobre todo tiene una gran habilidad para retratar una sociedad que se mueve en las apariencias sin caer en el drama innecesario de la intolerancia social.
- La calle de la amargura, de Arturo Ripstein. La más reciente película de Arturo Ripstein nos recuerda al de sus mejores tiempos: audaz, hostil, crudo y profundo al mismo tiempo. Esta vez inspirado en el caso real y con una extraordinaria fotografía en blanco y negro cuenta la historia de dos prostitutas de mediana edad, con problemas cotidianos, banales y corrientes que una mala noche se meten con dos luchadores enanos para celebrar su victoria en el ring sin saber que en la habitación del hotel se cometerían trágicas decisiones. Un filme revelador, que habla de la vulnerabilidad y el desencanto.
- La región salvaje, de Amat Escalante. Con este filme ganó el premio al Mejor Director de la más reciente edición del Festival Internacional de Cine de Morelia. Un drama que fusiona el realismo con la ciencia ficción, en el que se destaca una impecable habilidad para crear atmósferas sórdidas que reflexionan sobre la fragilidad de las personas ante el amor y el sexo, debido a que los protagonistas viven en entornos hostiles de valores familiares y rodeados de hipocresía, homofobia y machismo, donde un ente que no es de este mundo parece ser la respuesta a todas sus frustraciones.
- Las tinieblas, de Daniel Castro Zimbrón. La película cuenta la historia de una familia que habita en una cabaña en medio del bosque que está rodeada de neblina y que parece vivir en tiempos de austeridad. La familia la compone el padre, encarnado magistralmente por Brontis Jodorowsky, quien mantiene encerrados a sus tres hijos en el sótano de la cabaña, porque busca protegerlos de una supuesta bestia salvaje que deambula en el bosque. Un filme que habla sobre la oscuridad interna de los personajes y los límites a los que son orillados a causa del miedo al entorno. Una fotografía sensacional y un Brontis extraordinario.
- Las elegidas, de David Pablos. Mejor Película de la más reciente entrega de los Premios Ariel y es sin duda uno de los mejores filmes mexicanos de los últimos años. Presenta el doloroso pero imaginativo drama de la trata de mujeres en la frontera de Tijuana. A través de la historia de amor de Ulises, de 15 años, y Sofía, de 14, cuya relación es corrompida por el padre del niño quien obliga a su hijo a seducir a chicas jóvenes para obligar a estas a prostituirse. Así, Ulises termina por entrar al mundo que negó: el negocio de tráfico de mujeres que existe en su familia. Pablos maneja de forma extraordinaria la violencia de género como recurso narrativo para no mostrarla de forma explícita y deja un mensaje desolador.