Exorcismo: El Ritual: ¿Ya lo hemos visto todo?
POR: FER LOZADA
01-08-2025 14:17:23

Aún con el paso de los años, El Exorcista de 1973 se mantiene como uno de los mejores, si no es que el mejor referente de este ritual jamás filmado; existen y existirán muchísimas películas que tomen este evento como su acontecimiento central, sin embargo, es difícil innovar en algo que se ha vuelto un patrón constante y, no es tanto criticar si no cuestionar, dentro del ámbito del exorcismo, ¿ya lo hemos visto todo?
Exorcismo: El Ritual (The Ritual) es una película estrenada este año (2025) que supo jugar sus cartas en la teoría poniendo en grande el nombre del emblemático y mítico Al Pacino, sí, el reconocidísimo actor se unió al elenco de una película de terror sobre el exorcismo registrado más famoso de Estados Unidos, el exorcismo de Emma Schmidt.
La película pretende sentirse casi documental, a través de varios elementos juega con el formato buscando asemejar y entrar en la categoría de ‘metraje encontrado’ y es una buena propuesta pues hay pocas películas comerciales (repito comerciales, con esa cantidad de presupuesto tanto para producción como para distribución) que hayan pegado con esa modalidad desde “Actividad Paranormal” pero lamentablemente es el único elemento (además del nombre del Señor Pacino) que destaca de la historia pues no hay nada nuevo, ni diferente, ni innovador, ni entretenido ni nada de lo que podamos hablar aquí.
Si bien sabemos de entrada que una película con la palabra ‘exorcismo’ en su título va en algún punto a mostrarnos este escandaloso ritual, siempre esperamos algo más, un extra antes y después de la imagen de una mujer levitando (y sí, aquí vale la pena mencionar que la narrativa sigue atrapada en el estereotipo de que es siempre una fémina la que flaquea contra el demonio y es poseída; debemos aclarar que históricamente e incluso en el lore de lo paranormal siempre se ha pintado así pero existe evidencia sobre cómo muchas mujeres fueron tachadas de estar poseídas por falta de conocimiento en el área de la salud mental y psiquiatría principalmente con enfoque a la mujer, un simple ejemplo podría ser el famoso “diagnóstico” de histeria femenina que además llevó a una infinidad de abusos gineco-obstétricos o simple y sencillamente porque un hombre fue incapaz de entender que una mujer fuera autosuficiente y capaz de alzarse en su contra buscando su propia autonomía) aunque efectivamente sea un cuadro hiper estético y súper icónico.
La mayoría de las producciones audiovisuales que retratan el tema se han encerrado en un loop interminable de repetición donde puede cambiar un poco el contexto sí pero son en esencia lo mismo y, de nuevo, uno entiende que el ritual es así y se acabó, no podemos decorarlo ni exagerarlo más (y eso incluso pensando en que estos proyectos siguen siendo rentables gracias al avance de la tecnología que promete mejores efectos para dar un exorcismo más realista y sobre todo mucho más brutal) pero el tema es lo poco que se ha modificado la estructura de la narración pensando en que muchas de estas historias son una alegoría para el cambio y la introspección, desarrollando esto podemos notar que siempre tenemos a un protagonista usualmente masculino que forma parte de la orden sacerdotal con una experiencia reciente que lo ha hecho cuestionarse su propia fe, con este personaje central podemos fácilmente construir una película de exorcismo a su alrededor, aquí es donde tal vez todavía podemos vislumbrar una pizca de creatividad y un uso exacerbado de ‘jump scares’.

En 1973 nadie había visto un exorcismo en una sala de cine, lo bien logrado que estuvo el resultado incluso invitó a los espectadores a ahondar más en la realización de la película y a hablar sobre las maldiciones en el mismo set, hoy en 2025 es difícil que algo genere ese tipo de respuesta y revuelo, las buenas películas de terror han entendido y sobre todo se han adaptado al ritmo y psique del mundo actual, “Exorcismo: El Ritual” va a llevar gente a las salas por dos motivos, uno sería el antiquísimo e hiper natural morbo humano y esa sensación de adrenalina que genera el terror y el segundo es, indudablemente, Al Pacino.
Si quieren verlo en una buena película que además comparta con ‘el diablo’ vean “El abogado del diablo”, una cinta que sí supo aprovechar el talento del actor y no solo su fama. En “The Ritual” Pacino es el otro padre en pantalla, el padre que representa la experiencia de los años y la fe inamovible (ese es el segundo ingrediente de la lista de personajes en la estructura de una película de exorcismos, por si quieren hacer una ustedes mismos); la forma en la que el personaje está escrito nos demuestra también lo apegado que está el guion a las reglas genéricas pues es justamente el personaje de Pacino el que tiene dos o tres momentos de risa, para llegar a una emoción, en este caso el miedo, hay que llevar al espectador a la contraria primero, en este caso, la risa. El actor está totalmente desperdiciado aunque es nostálgico verlo en pantalla, tristemente se le nota ya un poco la limitación física pero ese no es el verdadero problema si no que es un personaje que ya conocemos y que hemos visto hasta el cansancio.
Dan Stevens como el padre atormentado y dudoso está aceptable pero nada más, no se percibe tampoco mucha química con ninguno de los otros actores en pantalla, cosa que vuelve insípida la experiencia; Ashley Greene debió quedarse en Forks como Alice Cullen porque aquí le dieron el papel más estereotípico, aburrido y machista que pudieron concebir, una monja devota con cuerpo y carita de modelo que accidentalmente se vuelve motivo de pecado de pensamiento para el padre y para ella misma.
Podríamos decir que la única interpretación interesante es la de Abigail Cowen como la poseída; su plasticidad y elasticidad le aportan mucho a la creación de su personaje, su fenotipo es perfecto para capturar la inocencia y pureza perdida de una mujer habitada por el diablo (además de mantener viva la tradición de las pelirrojas y su correlación con lo oscuro).
En fin, es decepcionante ver este tipo de películas que son el equivalente a las patadas de ahogado en el cine comercial hollywoodense de género, no digo que sea fácil querer proyectar una historia de exorcismos porque a final de cuentas se dice que ya todo ha sido contado, sin embargo, buscar una nueva perspectiva o una voz que no ha sido escuchada sería buenísima en lugar de hacer refritos con efectos especiales más costosos.
Aún con el paso de los años, El Exorcista de 1973 se mantiene como uno de los mejores, si no es que el mejor referente de este ritual jamás filmado; existen y existirán muchísimas películas que tomen este evento como su acontecimiento central, sin embargo, es difícil innovar en algo que se ha vuelto un patrón constante y, no es tanto criticar si no cuestionar, dentro del ámbito del exorcismo, ¿ya lo hemos visto todo?
Exorcismo: El Ritual (The Ritual) es una película estrenada este año (2025) que supo jugar sus cartas en la teoría poniendo en grande el nombre del emblemático y mítico Al Pacino, sí, el reconocidísimo actor se unió al elenco de una película de terror sobre el exorcismo registrado más famoso de Estados Unidos, el exorcismo de Emma Schmidt.
La película pretende sentirse casi documental, a través de varios elementos juega con el formato buscando asemejar y entrar en la categoría de ‘metraje encontrado’ y es una buena propuesta pues hay pocas películas comerciales (repito comerciales, con esa cantidad de presupuesto tanto para producción como para distribución) que hayan pegado con esa modalidad desde “Actividad Paranormal” pero lamentablemente es el único elemento (además del nombre del Señor Pacino) que destaca de la historia pues no hay nada nuevo, ni diferente, ni innovador, ni entretenido ni nada de lo que podamos hablar aquí.
Si bien sabemos de entrada que una película con la palabra ‘exorcismo’ en su título va en algún punto a mostrarnos este escandaloso ritual, siempre esperamos algo más, un extra antes y después de la imagen de una mujer levitando (y sí, aquí vale la pena mencionar que la narrativa sigue atrapada en el estereotipo de que es siempre una fémina la que flaquea contra el demonio y es poseída; debemos aclarar que históricamente e incluso en el lore de lo paranormal siempre se ha pintado así pero existe evidencia sobre cómo muchas mujeres fueron tachadas de estar poseídas por falta de conocimiento en el área de la salud mental y psiquiatría principalmente con enfoque a la mujer, un simple ejemplo podría ser el famoso “diagnóstico” de histeria femenina que además llevó a una infinidad de abusos gineco-obstétricos o simple y sencillamente porque un hombre fue incapaz de entender que una mujer fuera autosuficiente y capaz de alzarse en su contra buscando su propia autonomía) aunque efectivamente sea un cuadro hiper estético y súper icónico.
La mayoría de las producciones audiovisuales que retratan el tema se han encerrado en un loop interminable de repetición donde puede cambiar un poco el contexto sí pero son en esencia lo mismo y, de nuevo, uno entiende que el ritual es así y se acabó, no podemos decorarlo ni exagerarlo más (y eso incluso pensando en que estos proyectos siguen siendo rentables gracias al avance de la tecnología que promete mejores efectos para dar un exorcismo más realista y sobre todo mucho más brutal) pero el tema es lo poco que se ha modificado la estructura de la narración pensando en que muchas de estas historias son una alegoría para el cambio y la introspección, desarrollando esto podemos notar que siempre tenemos a un protagonista usualmente masculino que forma parte de la orden sacerdotal con una experiencia reciente que lo ha hecho cuestionarse su propia fe, con este personaje central podemos fácilmente construir una película de exorcismo a su alrededor, aquí es donde tal vez todavía podemos vislumbrar una pizca de creatividad y un uso exacerbado de ‘jump scares’.
En 1973 nadie había visto un exorcismo en una sala de cine, lo bien logrado que estuvo el resultado incluso invitó a los espectadores a ahondar más en la realización de la película y a hablar sobre las maldiciones en el mismo set, hoy en 2025 es difícil que algo genere ese tipo de respuesta y revuelo, las buenas películas de terror han entendido y sobre todo se han adaptado al ritmo y psique del mundo actual, “Exorcismo: El Ritual” va a llevar gente a las salas por dos motivos, uno sería el antiquísimo e hiper natural morbo humano y esa sensación de adrenalina que genera el terror y el segundo es, indudablemente, Al Pacino.
Si quieren verlo en una buena película que además comparta con ‘el diablo’ vean “El abogado del diablo”, una cinta que sí supo aprovechar el talento del actor y no solo su fama. En “The Ritual” Pacino es el otro padre en pantalla, el padre que representa la experiencia de los años y la fe inamovible (ese es el segundo ingrediente de la lista de personajes en la estructura de una película de exorcismos, por si quieren hacer una ustedes mismos); la forma en la que el personaje está escrito nos demuestra también lo apegado que está el guion a las reglas genéricas pues es justamente el personaje de Pacino el que tiene dos o tres momentos de risa, para llegar a una emoción, en este caso el miedo, hay que llevar al espectador a la contraria primero, en este caso, la risa. El actor está totalmente desperdiciado aunque es nostálgico verlo en pantalla, tristemente se le nota ya un poco la limitación física pero ese no es el verdadero problema si no que es un personaje que ya conocemos y que hemos visto hasta el cansancio.
Dan Stevens como el padre atormentado y dudoso está aceptable pero nada más, no se percibe tampoco mucha química con ninguno de los otros actores en pantalla, cosa que vuelve insípida la experiencia; Ashley Greene debió quedarse en Forks como Alice Cullen porque aquí le dieron el papel más estereotípico, aburrido y machista que pudieron concebir, una monja devota con cuerpo y carita de modelo que accidentalmente se vuelve motivo de pecado de pensamiento para el padre y para ella misma.
Podríamos decir que la única interpretación interesante es la de Abigail Cowen como la poseída; su plasticidad y elasticidad le aportan mucho a la creación de su personaje, su fenotipo es perfecto para capturar la inocencia y pureza perdida de una mujer habitada por el diablo (además de mantener viva la tradición de las pelirrojas y su correlación con lo oscuro).
En fin, es decepcionante ver este tipo de películas que son el equivalente a las patadas de ahogado en el cine comercial hollywoodense de género, no digo que sea fácil querer proyectar una historia de exorcismos porque a final de cuentas se dice que ya todo ha sido contado, sin embargo, buscar una nueva perspectiva o una voz que no ha sido escuchada sería buenísima en lugar de hacer refritos con efectos especiales más costosos.