Las películas biográficas retratan justamente la vida de su protagonista, suelen ser personas famosas cuya vida ha estado en el ojo público y Leonora no es diferente, biopic en la que conoceremos la vida de la pintora británica Leonora Carrington, una mujer cuya experiencia vital no le pide nada y asemeja a su estilo surrealista en el arte. La vida de Carrington está plasmada en un largometraje de una hora cuarenta minutos, lapso en el que experimentamos y conocemos a la leyenda, su histeria e historia y a la persona detrás de la artista.

Dirigida por Thor Klein y Lena Vurma, la película está basada en la novela homónima de Elena Poniatowska, en la que  conocemos un fragmento de la vida de esta mujer en pleno inicio de la Segunda Guerra Mundial cuando fue desplazada desde una Francia invadida después de que su pareja de nacionalidad alemana fue detenido. Poco antes de este evento decisivo podemos conocer al personaje, su personalidad y su visión del mundo, su interacción social y interpretación del entorno y de sí misma para plasmarlo en óleo

Una de las figuras que interseccionaron entre la vida de Carrington y la fama fue Remedios Varo, quien es retratada como su gran amiga, una incondicional que la ayudó en los momentos más bajos de su vida, desde la migración para evitar a Hitler hasta brindándole el apoyo necesario para salir de una terrible depresión psicótica; sin embargo, hubo episodios de la vida de la británica que tuvo que atravesar completamente sola y es ahí donde radica gran parte de la experiencia que definió la obra de Leonora. Para la época apenas se estaba explorando la especialidad médica psiquiátrica, los métodos e investigaciones eran muy primitivos y la salud mental especialmente de la mujer estaba muy mal atendida y además yacía llena de estigmas terribles; Leonora tuvo que confirmarlo de primera mano sufriendo de mala praxis y soportando pseudo tratamientos crueles y dolorosos, en su caso enviada por su familia, su padre específicamente, quien fue el padrino de sus cuidados en una institución mental; durante su estancia y a través de sueños, recuerdos y lapsos de inconsciencia conocemos la exótica y bellamente retorcida mirada de la surrealista.

Animales y mujeres especiales que demarcaron el pensamiento y visión del mundo de Leonora se manifiestan en escenas verdaderamente abstractas pero particularmente atractivas y placenteras a la vista. Entre su perspectiva y lo que realmente la rodeaba podemos entender o justificar de alguna manera a Carrington, su delirio de persecución a manos de algo invisible y desconocido podría atribuirse a sus vivencias y los traumas que seguramente desarrolló en conjunto con una imaginación desmedida que posiblemente le jugara en contra en algún punto de su vida.

Las actuaciones son fuertes y capaces de quebrar así como dulces y memorables en personaje, Olivia Vinall como la protagonista es brillante, no solo comparten nacionalidad si no una visión, la actriz tiene un entendimiento y una empatía así como posiblemente una simpatía por la artista pues una interpretación como la que da requiere sí o sí un profundo estudio de la personalidad, manierismos, perspectiva y hasta psique del personaje a jugar. 

Por otro lado, el retrato y la importancia de nuestro país para Leonora está sin duda bien plasmado, lo que México representó para ella se siente en cómo se ve el país en la historia, asimismo, los actores mexicanos Cassandra Ciangherotti y Luis Gerardo Méndez son solo un par de representantes oriundos dentro de la producción que tuvo su estreno en el 40 Festival Internacional de Cine en Guadalajara.