Uno de los méritos que tiene Emilia Pérez es que no deja indiferente a nadie que la ve, ya sea porque les gusta demasiado o porque la detestan. Curiosamente no hay punto medio con esta película y en ese sentido Emilia Pérez ha dado en el clavo.

Técnicamente está muy bien hecha, aunque con un presupuesto que superó los 440 millones de pesos, no podría ser de otra manera, imaginen que con todo ese dinero falle la fotografía, la escenografía o las coreografías. 

Pero a Emilia Pérez le falta algo fundamental: una buena investigación; y eso lo ha dicho su director y guionista Jaques Audiard, él no investigó casi nada de México para hacer una historia que se desarrolla en nuestro país.

Bien me lo decía un profesor, cuando escribes algo que no conoces, se nota demasiado. 

A todo esto ¿Quién es Emilia Pérez?

La principal de todo, Karla Sofía Gascón es la actriz encargada de darle vida. 

"Manitas", líder principal de un grupo narcotraficante, rapta a la abogada Rita (Zoé Saldaña) la necesita para hacerse una operación de cambio de sexo, ya que “Manitas” se identifica como mujer, hasta ahí la historia suena interesante, un criminal en búsqueda de su verdadera identidad y cómo solo sabe obtener lo que quiere a través de la violencia, pues obligara a alguien que le de eso que necesita. Algo diferente, por lo menos en el factor de que es un sicario queriendo ser mujer en un mundo que se considera muy masculino y machista, como el narcotráfico, desafortunadamente esto no queda ahí.

Manitas ha cambiado y ahora es Emilia Pérez, una persona muy empática con las familias que tienen desaparecidos, probablemente varios de ellos provocados por las actividades criminales pasadas de Emilia, que crea una asociación humanitaria, que funciona con fondos de sus propias actividades ilícitas y al parecer con dinero otorgado por varios políticos que les encantan las donaciones a las buenas causas.

Pero Emilia no es tan buena como parece y tampoco ha redimido su pasado, sigue siendo machista y misógina, y su principal víctima es su pobre viuda Jessi (Selena Gómez) a la que obliga regresar a México de Suiza, lugar en donde la “esconden” junto a sus hijos después de la supuesta muerte de Manitas.

Envidiosa, celosa, machista, misógina, violenta y posesiva, tal vez no son las mejores características de Emilia, pero ella quiere a su familia devuelta, a su viuda y a sus hijos, pero también quiere en su vida a su nueva mejor amiga, la abogada Rita y a su nueva pareja Epifanía (Adriana Paz, la única mexicana en el elenco principal)

¿Un musical de denuncia política y social?

En Emilia Pérez se banaliza de muchas formas la violencia que se vive en el país, sus números musicales Mis Siete Hermanas y Yo o Para son ejemplos de ello ¿No me creen? “Para vengarnos de las burlas de la sociedad…Para acercarse al otro lado a encontrar el mal… Para pedir perdón y perdonar…”, esto es parte de la letra de Para canción que interpretan los familiares de desaparecidos y sicarios que quieren redimirse en la película.

Porque en Emilia Pérez, las familias de los desaparecidos también tienen que pedir perdón.

En la más reciente entrega de los Globos de Oro Emilia Pérez se llevó 4 galardones, entre ellos el de mejor actriz de soporte para Zoé Saldaña y el de mejor canción con El Mal canción que denuncia el sistema corrupto en México.

La falta de información lleva a tomar malas decisiones, como crear una letra de El Mal en la que se hablan de ministros, jueces y secretarios, aunque las ideas y los conceptos no están bien colocados. 

Por cierto, muchas canciones de Emilia Pérez se sienten incómodas más allá de la letra y esto se debe a que se escribieron en inglés y se hizo un mal traducción al español, provocando incomodidad entre la métrica, el ritmo y la melodía para quienes las escuchan. 

El Mal es la canción que buscan postular en los diferentes premios que faltan por entregar, junto con Bienvenida sí, la canción que canta Selena Gómez, a la cual tal vez no se le hubiera notado tanto la mala pronunciación del español si hubieran buscado algún arreglista que les ayudara en la traducción de las letras correctamente a nuestro idioma, pero si ni los compositores, ni el director hablan español, por ende, es algo en lo que pensaron y se nota. 

Emilia Pérez es políticamente correcta, menos en el país en el que se desarrolla.

Emilia Pérez vuelve a crear un estereotipo del mexicano: somos corruptos, violentos, narcotraficantes, asesinos, pobres, mal hablados y sobre todo víctimas de las decisiones de alguien más.

La película funciona muy bien para estadounidenses y europeos, aunque no tanto para muchos mexicanos y latinoamericanos.

Varias personas que han visto Emilia Pérez -prensa especializada, críticos, público en general- la han destrozado, pero creo que esto va más allá de la falta de elenco mexicano, porque al parecer aquí no hay actores y actrices suficientemente buenos para interpretar a estos personajes, la mala pronunciación del español de Selena Gómez, los malos diálogos, el ataque de su protagonista, Karla Sofía Gascón, a varios detractores del filme; la banalización de varios temas como el narcotráfico, la violencia, las desapariciones forzadas, los feminicidios o un argumento tan complejo como el cambio de sexo; es el hecho de que nos hace a un lado en un discurso, que para bien o para mal, nos atañe. 

Un dato curioso

Emilia Pérez fue filmada en Francia, sí, una película que se desarrolla en nuestro país, ni siquiera fue filmada acá; aunque Nicolas Celis es productor asociado. 

Y esto no es nacionalismo, es el cansancio del estereotipo, de creer que México solo es narcotráfico y violencia, si nuestro propio cine ha mostrado nuevas historias, nuevas visiones ¿Por qué alguien de fuera nos narra un cuento que ya conocemos y de una mala forma?

Bastante irónico es que dos producciones que llevan el nombre de Emilia o su derivación en otro idioma como Emily, sean tan criticadas en los países en los que se supone se desarrollan. 

No Francia, nosotros no creamos Emily in Paris. 

¿Qué se puede hacer?

Ver más cine.

Si quieren ver una película mexicana que hable de la transición de una persona trans les recomiendo Made in Bangkok, de Flavio Florencio.

Si quieren ver filmes nacionales que hablen de las familias de los desaparecidos de manera respetuosa, pueden ver Sin Señas Particulares, de Astrid Rondero y Fernanda Valadez, es más, de las mismas directoras está Sujo, que habla de superar tu lugar de origen violento para encontrar tu verdadero yo.

Pero si aun así quieren ver Emilia Pérez, bueno, ya se puede conseguir de muchas formas, no se las recomendaré pero si quieren busquen un programa que esconda su VPN para verla en el catálogo de Netflix de Estados Unidos o Europa, ahí ya está.

O vayan a verla al cine, al menos si sigue haciendo ruido, tal vez, solo tal vez, el discurso de sus creadores y sus protagonistas cambie un poco, porque para ellos “es una carta de amor para México”.

Lo cierto es que nosotros como consumidores cinematográficos también tenemos derecho a dar nuestra opinión de lo que nos están presentando y ellos como creadores se exponen a nuestras críticas, buenas o malas.