Llegó a la plataforma Disney+ Producciones de ensueño, una nueva miniserie del universo de INTENSAMENTE, donde conocemos más a fondo cómo funciona el apartado de la producción de sueños de Riley. Y no había mejor manera para apegarse a la narrativa de la historia original que darle a los personajes que forman parte de la mente de la niña sus propias emociones y conflictos, sí, como en la primera entrega de la película, pero no se equivoquen, el cambio de formato y la historia dentro de la historia hacen de esta miniserie un gran motivo para pagar la mensualidad y es que… ¿Y si los creadores tuvieran emociones?

El área encargada de producir los sueños es literalmente un estudio de producciones cinematográficas como vimos en la película, con actores y guiones a filmar donde la cámara es el inconsciente de Riley, esta miniserie de cuatro episodios nos presenta el funcionamiento de este estudio, aquí conocemos a Paula, una directora de cine o en este caso de sueños (y aquí aprovechan para explotar esa famosa manera de llamarle a Hollywood “la fábrica de sueños”) que ha sido aclamada por la eficiencia de sus películas, teniendo éstas como ultimo fin ayudar a la niña a procesar ciertas emociones y situaciones a través de sus sueños, entendiendo el propósito de su trabajo, viene lo verdaderamente bueno de la historia, el funcionamiento del medio. 

Paula es directora pero también existen (como en la vida real y permitiéndose burlarse y retratar lo que se vive dentro de la industria) otros muchos puestos como el de asistente de dirección o productores y guionistas, todos conviven en el mismo espacio y tienen sus jerarquías y actividades conjuntas buscando un bien común, una película o aquí el de los sueños de Riley.

Descubrir el proceso de producción es muy entretenido y más considerando que los creadores de estos creadores decidieron confiar en el éxito que han tenido series como The Office emulando el formato y estilo de este tipo de programas, incluso adoptando el humor y ritmo cómico; personajes animados mirando a la cámara y quebrando la cuarta pared mientras relatan sus vivencias diarias es algo nuevo para Disney, pero aun así se siente esa esencia y sello de la casa del ratón, cosa que francamente aunque suene extraño en mezclas y combinaciones, funciona perfectamente, resultando en un contenido que si bien puede ser consumido por infancias muy jóvenes al ser simple y atractivo visualmente también va a ofrecer muchas risas y sobre todo un gancho dramático a un público más adulto.

La historia dentro de la historia va sobre cómo Paula poco a poco va perdiendo el toque en su trabajo y con ello todo a su alrededor cambia, el desarrollo de este personaje y su arco son maravillosos pues no solo es realista si no que es muy cinematográfico y ofrece la perfecta narrativa para atrapar a la audiencia, todos los realizadores están súper bien escritos y además son muy divertidos, se nota que quien escribe se plasma a sí mismo y a sus colegas de forma redonda, con sus virtudes pero sobre todo con sus defectos, el director ególatra que cree que es el único con talento, el guionista que vive a base de café, la actriz cotizada e incluso el aspirante a director que quiere revolucionar la forma de hacer cine con su estilo experimental y anárquico; la serie se siente hecha con mucho cariño porque ver producciones que hablen del cine dentro del cine, el llamado género “metacine” es poco común y todavía más en este tipo de formato. 

Entendemos la brevedad de esta entrega, con cuatro episodios consigue lo que muchas series no logran en veinte temporadas pero definitivamente personajes como Xeni y el perrito Melatonina (una de las mejores inside jokes de la franquicia si conocen lo que este químico genera en el cuerpo) serán extrañados y nos dejan como audiencia con ganas de mucho más de ellos, además que nos permiten revisitar a las emociones que ya conocemos.

Producciones de ensueño ya está disponible en el catálogo y es una buena forma de quitarse el mal sabor de boca de intentos fallidos y desesperados de la marca.