Cassette Sandía, los niños también tienen frustraciones
POR: NANCY MORA
27-09-2023 14:06:22
Cuando nos convertimos en adultos pensamos que inician nuestros mayores conflictos existenciales, a muchos de nosotros nos ha pasado por la mente querer regresar el tiempo y volver a ser niños, porque en esa etapa de la vida nada te preocupa, solo jugar y que te consientan, pero Cassette Sandía, dirigido por Luis Gerardo LoGar, nos demuestra que no siempre es así, que los niños también tienen frustraciones.
El cortometraje, que forma parte de la competencia NeoMex del Festival Internacional de Cortometrajes de la Ciudad de México, Shorts México, nos habla de la relación entre hermanos, de los conflictos personales por los que cada uno puede estar pasando, de la convivencia entre los hermanos mayores y los más pequeño y como de una manera tan natural se puede caer en el adultocentrismo.
Gerardo (Mauro Sánchez Navarro), Claudia (Karla Coronado), Diego (José Miguel Ramos) y Santi (Mariano Ramos) son cuatro hermanos que emprenden un viaje rumbo a Acapulco en el viejo carro de papá, en el trayecto cada uno se enfrentará con sus propios conflictos personales, sus anhelos, pero también con sus mayores frustraciones.
Gerardo y Claudia son los adultos, que como la mayoría de los hermanos mayores, se burlan de los más pequeños, y es que casi nunca nos percatamos de ello pero los adultos solemos molestar a los más pequeños con actitudes que van desde cambiar sus nombre para referirnos a ellos con diminutivos, hasta ignorar sus necesidades más básicas.
Un viaje entre hermanos puede resultar caótico, pero al final esos viajes siempre resultan memorables, porque entre pleitos y desacuerdos, también hay complicidad, fraternidad, aprendizaje y crecimiento.
La historia de Cassette Sandía fue escrita por Luis Gerardo LoGar y Thelma Ruiz, quienes tienen la sensibilidad para manejar temas que pueden ser complejos pero lo hacen con una ligereza y familiaridad que captura la atención del espectador, además de aderezarla con animación en 2D que le da un toque especial y divertido.
En cuanto al diseño de producción he de confesar que me remonto a mi propia niñez, cuando nos llevaban en el carro clásico familiar, una época en la que no había aparatos electrónicos que nos distrajeran y la música de los casetes de papá era nuestra única compañía y distracción que nos hacía cantar a todos.
Siendo el cuarto cortometraje dirigido por Luis Gerardo -quien además ha dirigido videos y una serie de televisión- Cassete Sandía reúne una buena dirección de actores -aún en las situaciones más extremas-, un interesante manejo de la cámara -incluso en reducidos espacios de un auto- pero sobre todo, el cortometraje logra reunir los elementos necesarios para dejarnos un buen sabor de boca (sabor sandía).
En resumen: Cassette Sandía es un cortometraje que nos hace recordar nuestra infancia, nuestra resiliencia, y ahora que somos adultos deberíamos respetar a los pequeños, ser más empáticos y entender que sus problemas pueden ser tan o más importantes que los de los adultos encerrados en sus propios mundos.
Cuando nos convertimos en adultos pensamos que inician nuestros mayores conflictos existenciales, a muchos de nosotros nos ha pasado por la mente querer regresar el tiempo y volver a ser niños, porque en esa etapa de la vida nada te preocupa, solo jugar y que te consientan, pero Cassette Sandía, dirigido por Luis Gerardo LoGar, nos demuestra que no siempre es así, que los niños también tienen frustraciones.
El cortometraje, que forma parte de la competencia NeoMex del Festival Internacional de Cortometrajes de la Ciudad de México, Shorts México, nos habla de la relación entre hermanos, de los conflictos personales por los que cada uno puede estar pasando, de la convivencia entre los hermanos mayores y los más pequeño y como de una manera tan natural se puede caer en el adultocentrismo.
Gerardo (Mauro Sánchez Navarro), Claudia (Karla Coronado), Diego (José Miguel Ramos) y Santi (Mariano Ramos) son cuatro hermanos que emprenden un viaje rumbo a Acapulco en el viejo carro de papá, en el trayecto cada uno se enfrentará con sus propios conflictos personales, sus anhelos, pero también con sus mayores frustraciones.
Gerardo y Claudia son los adultos, que como la mayoría de los hermanos mayores, se burlan de los más pequeños, y es que casi nunca nos percatamos de ello pero los adultos solemos molestar a los más pequeños con actitudes que van desde cambiar sus nombre para referirnos a ellos con diminutivos, hasta ignorar sus necesidades más básicas.
Un viaje entre hermanos puede resultar caótico, pero al final esos viajes siempre resultan memorables, porque entre pleitos y desacuerdos, también hay complicidad, fraternidad, aprendizaje y crecimiento.
La historia de Cassette Sandía fue escrita por Luis Gerardo LoGar y Thelma Ruiz, quienes tienen la sensibilidad para manejar temas que pueden ser complejos pero lo hacen con una ligereza y familiaridad que captura la atención del espectador, además de aderezarla con animación en 2D que le da un toque especial y divertido.
En cuanto al diseño de producción he de confesar que me remonto a mi propia niñez, cuando nos llevaban en el carro clásico familiar, una época en la que no había aparatos electrónicos que nos distrajeran y la música de los casetes de papá era nuestra única compañía y distracción que nos hacía cantar a todos.
Siendo el cuarto cortometraje dirigido por Luis Gerardo -quien además ha dirigido videos y una serie de televisión- Cassete Sandía reúne una buena dirección de actores -aún en las situaciones más extremas-, un interesante manejo de la cámara -incluso en reducidos espacios de un auto- pero sobre todo, el cortometraje logra reunir los elementos necesarios para dejarnos un buen sabor de boca (sabor sandía).
En resumen: Cassette Sandía es un cortometraje que nos hace recordar nuestra infancia, nuestra resiliencia, y ahora que somos adultos deberíamos respetar a los pequeños, ser más empáticos y entender que sus problemas pueden ser tan o más importantes que los de los adultos encerrados en sus propios mundos.