Bellas de Noche: Las Diosas se desnudan
POR: ANTONIO FLORES
15-12-2016 18:31:44
Olga Breeskin, Lyn May, Wanda Seux, Rossy Mendoza y la Princesa Yamal, cinco nombres que causaron revuelo en la década de los 70 a partir de las sexicomedias o cine de ficheras que, influenciado por las comedias eróticas italianas de la época, sin duda marcó un parteaguas en la industria del cine nacional. Fueron dos décadas donde las pantallas de cine y los cabarets sucumbieron ante estas diosas del espectáculo nocturno de la Ciudad de México.
Curiosamente a raíz del temblor del 85 es como la mayoría de estos centros nocturnos cayeron, y con ellos el Cine de Ficheras y la vida nocturna comenzó a morir, llevándose entre sus huestes a estas vedettes, algo que tarde o temprano tendría que ocurrir.
Han pasado 40 largos años desde entonces y es gracias a la ópera prima de María José Cuevas, Bellas de Noche, como se abre una ventana a la vida actual de estas cinco musas. Deseadas, pretendidas, soñadas y fantaseadas, es como en aquel sexenio de López Portillo se podría definir la carrera de cualquiera de ellas, hoy en día la atmósfera y los estándares de belleza contemporánea son distintos, porque la edad no perdona el cuerpo pero alimenta el espíritu y fortalece los valores. Hace 40 años estas exuberantes mujeres se desnudaban en los escenarios, frente a una cámara de cine o en pleno programa de televisión, hoy, con la vejez a cuestas se desnudan de manera emocional, de forma natural y con una gracia que es sencillamente encantadora.
El documental de poco más de 90 minutos es un retrato duro, divertido y reflexivo sobre los prejuicios sociales, el aprendizaje y el tiempo, ese implacable que está presente durante todo el filme. Sin embargo, a partir de interesantes entrevistas e intromisiones de la cámara en los hogares de las protagonistas, es como se demuestra que estas mujeres han sabido lidiar con la modernidad, lejos de los reflectores es como han sabido reinventarse y continuar siendo bellas, de hecho más bellasahora por la sabiduría que les ha dado ese mismo tiempo que no ha resquebrajado las sonrisas y las ganas de trascender.
La música es fantástica, la nostalgia invasiva y las anécdotas brotan de a montones, de manera categórica estas mujeres despilfarraron todas las riquezas que poseían en la época, pero el tesoro más grande nunca lo derrocharon, me refiero a la oportunidad que se otorgaron ellas mismas para regenerarse y coincidir que la belleza es superficial, pero la integridad, la libertad y la reinvención son cosas que nunca nadie podrá jamás quitarles, y ese pequeño gran detalle convierte a estas musas nocturnas en bellas, en bellas de noche.
Olga Breeskin, Lyn May, Wanda Seux, Rossy Mendoza y la Princesa Yamal, cinco nombres que causaron revuelo en la década de los 70 a partir de las sexicomedias o cine de ficheras que, influenciado por las comedias eróticas italianas de la época, sin duda marcó un parteaguas en la industria del cine nacional. Fueron dos décadas donde las pantallas de cine y los cabarets sucumbieron ante estas diosas del espectáculo nocturno de la Ciudad de México.
Curiosamente a raíz del temblor del 85 es como la mayoría de estos centros nocturnos cayeron, y con ellos el Cine de Ficheras y la vida nocturna comenzó a morir, llevándose entre sus huestes a estas vedettes, algo que tarde o temprano tendría que ocurrir.
Han pasado 40 largos años desde entonces y es gracias a la ópera prima de María José Cuevas, Bellas de Noche, como se abre una ventana a la vida actual de estas cinco musas. Deseadas, pretendidas, soñadas y fantaseadas, es como en aquel sexenio de López Portillo se podría definir la carrera de cualquiera de ellas, hoy en día la atmósfera y los estándares de belleza contemporánea son distintos, porque la edad no perdona el cuerpo pero alimenta el espíritu y fortalece los valores. Hace 40 años estas exuberantes mujeres se desnudaban en los escenarios, frente a una cámara de cine o en pleno programa de televisión, hoy, con la vejez a cuestas se desnudan de manera emocional, de forma natural y con una gracia que es sencillamente encantadora.
El documental de poco más de 90 minutos es un retrato duro, divertido y reflexivo sobre los prejuicios sociales, el aprendizaje y el tiempo, ese implacable que está presente durante todo el filme. Sin embargo, a partir de interesantes entrevistas e intromisiones de la cámara en los hogares de las protagonistas, es como se demuestra que estas mujeres han sabido lidiar con la modernidad, lejos de los reflectores es como han sabido reinventarse y continuar siendo bellas, de hecho más bellasahora por la sabiduría que les ha dado ese mismo tiempo que no ha resquebrajado las sonrisas y las ganas de trascender.
La música es fantástica, la nostalgia invasiva y las anécdotas brotan de a montones, de manera categórica estas mujeres despilfarraron todas las riquezas que poseían en la época, pero el tesoro más grande nunca lo derrocharon, me refiero a la oportunidad que se otorgaron ellas mismas para regenerarse y coincidir que la belleza es superficial, pero la integridad, la libertad y la reinvención son cosas que nunca nadie podrá jamás quitarles, y ese pequeño gran detalle convierte a estas musas nocturnas en bellas, en bellas de noche.