Los cinco diablos: ¿Habrá un tiempo sin prejuicios?
POR: JOSÉ LUIS SALAZAR
22-05-2023 13:00:33
Los cinco diablos (The Five Devils), uno de los estrenos de MUBI, de la directora francesa Léa Mysius es una película de viajes en el tiempo que contradice la esencia misma de la fantasía colectiva que tenemos de ellos gracias al cine, a la vez que cuestiona el poder de nuestra voluntad.
La cinta que compitió en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes de 2022 sigue a Vicky (Sally Dramé) una niña de 8 años que posee un extraordinario don: un privilegiado olfato súper desarrollado que le otorga la capacidad de percibir y reconocer olores, y a través de ellos viajar por los recuerdos de sus seres queridos. Vicky ocupa su tiempo recolectando y mezclando plantas, trozos de objetos y animales a fin de crear aromas particulares que la remitan a las memorias de las personas, en donde, ella será una visitante sin capacidad de ser vista ni escuchada.
Cuando la tía de Vicky, Julia (Swala Emati), reaparece en sus vidas, las tensiones entre su madre, Joanne (Adèle Exarchopoulos), su padre, Jimmy (Moustapha Mbengue) y la compañera de trabajo de Joanne Nadine (Daphné Patakia) sacará a la luz una tragedia que hizo que por años se distanciaran.
La gran mayoría de las películas de viajes en el tiempo son en realidad historias de superación personal; nuestros protagonistas siempre parten de una vida infeliz tratando de corregir errores del pasado y en el proceso aprenden de ellos.
¿Por qué incluso las películas más severas en cuanto a las reglas del viaje en el tiempo se ven seducidas por el atractivo de una vida donde las consecuencias pueden ser revertidas? En Back to the Future de Robert Zemeckis se nos deja en claro que el pasado no puede cambiarse pues sus efectos pueden ser contraproducentes y aun así las tres películas de la franquicia se esfuerzan en establecer que esto no se aplica a su protagonista.
¿Qué diferencia hay entre cambiar el pasado para que Biff Tannen se haga millonario a través de las apuestas a que el padre de nuestro protagonista, Marty McFly, lo haga con la literatura? ¿A permitir que McFly corrija los futuros errores de sus hijos a que Tannen cambie los suyos? Realmente ninguna, pero la película hace un gran trabajo al ofrecer esa fantasía individualista y egoísta de manipular tu destino. Una en donde nuestro destino individual sí está en nuestras manos.
Los escenarios de Back to the Future obedecen a la fantasía del chico blanco suburbano clasemediero de la era de Reagan; librarse de las, entre paréntesis, “opresiones” de la vida escolar preuniversitaria como el bullying local, el acné, los reportes escolares, el baile de graduación y el rechazo de las chicas. Por eso, en el basto universo que ofrece una saga de películas de viajes en el tiempo lo más ingenioso que se puede hacer es mandar los resultados deportivos al pasado y hacer dinero apostando con ello.
Con esto no intento decir que Back to the Future o cualquier otra película similar merece ser aborrecida pero sí que son reflejo de su época y de la aspiracionalidad individualista del ciudadano estadounidense.
Volviendo a The Five Devils y el viaje en el tiempo; la película toma un camino diferente pues Vicky al viajar al pasado y ver cómo su madre y Julia mantienen una relación romántica que pone en riesgo su existencia y decide intervenir para darse cuenta que la tragedia que las separará es, en parte, gracias a ella y que eso ya estaba escrito que tendría que pasar.
¿Realmente al viajar en el tiempo podemos cambiar los sucesos? ¿Y si Marty hubiera sido el hijo de un matrimonio forzado? ¿O tal vez un hijo no deseado? ¿A quién salvaría Marty, a él o a sus padres?
La mecánica que establece The Five Devils es más parecida a la de La Jetée, de Chris Marker, donde nuestro protagonista de niño ve morir a una persona en un aeropuerto, solo para que de adulto al viajar en el tiempo se convierta en la persona que su yo más joven verá morir.
O en la cultura popular, en Harry Potter y el Prisionero de Azkaban. Harry espera que el espíritu de su padre aparezca a hacer el patronus que lo salve sin darse cuenta que estaba destinado a que él viaje al pasado porque es quien hará el patronus que aleje a los dementores.
M. E. McTaggart explica este concepto en su obra The Unreality of Time con la paradoja que lleva su nombre: nuestra percepción del tiempo involucra una contradicción y, por ende, nuestra realidad no puede ser temporal.
Y aún más importante, nuestra voluntad no nos permite interferir en nuestro entorno pues solo nos hace realizar actividades a las que ya estamos encaminados. En el caso de Harry en Harry Potter, Davos Hanich de La Jetée y Vicky de The Five Devils a repetir cosas que ya pasaron en su intento por cambiar el pasado o el futuro probando que no tienen libre albedrio, sino que están atrapados en un ciclo fuera de su control.
De ahí la terquedad de nuestros protagonistas; creer que el tiempo es lineal y el resultado de una serie de eventos que, modificándose alterará la secuencia.
Sin embargo, Albert Einstein ya lo ha dicho: “Las personas como nosotros que creemos en la física sabemos que la distinción entre pasado, presente y futuro es solo una ilusión obstinadamente persistente. El tiempo, en otras palabras, es una ilusión”.
¿Tenemos voluntad? ¿Tiene sentido viajar en el tiempo si no podemos interferir finalmente en él pues solo obedecemos a lo que ya está escrito que debe pasar?
Esto no importa mucho cuando hay realidades que nos sobrepasan y a nuestra capacidad de alterarlas individualmente, inclusive, en el presente. Vicky es víctima del racismo de sus compañeros de escuela mientras que Julia es una mujer que sufre tanto de esto como de los prejuicios y la lesbofobia del pueblo. ¿Cómo cambias esa realidad social que afecta a nuestras protagonistas?
La película cuenta una historia de amor lésbica muy linda con una ingeniosa trama de viajes en el tiempo que, aunque no ofrece un consuelo hacia la violencia y el estigma que día a día se vive sí ofrece una solución.
La película inicia con un primer plano de una Joanne joven en medio del incendio (la que aparece al inicio de esta reseña) que sería el evento que rompería la relación de Julia y ella, y desataría el nacimiento de Vicky y su infelicidad con Jimmy que también se muestra casi al final de la película cuando Vicky viaja al pasado y lo presencia, pero no creo que ese sea el final.
La película realmente empieza, para mí, cuando Vicky le dice a su mamá “Te amo, más que a nada en el mundo” quien le responde indiferentemente, y termina cuando Vicky deja de intentar cambiar las cosas y asume su presente abrazando a su papá diciéndole las mismas palabras, “Te amo papá, estoy aquí” mientras él se rompe en llanto.
Ahí es donde Mysius destaca su película del resto de la misma temática pues enseña a vivir aquí y ahora, a asumir el presente y las cosas reales, en las cuales siempre el cariño y la ternura será la solución que debemos seguir para cambiar la realidad social.
Los cinco diablos (The Five Devils), uno de los estrenos de MUBI, de la directora francesa Léa Mysius es una película de viajes en el tiempo que contradice la esencia misma de la fantasía colectiva que tenemos de ellos gracias al cine, a la vez que cuestiona el poder de nuestra voluntad.
La cinta que compitió en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes de 2022 sigue a Vicky (Sally Dramé) una niña de 8 años que posee un extraordinario don: un privilegiado olfato súper desarrollado que le otorga la capacidad de percibir y reconocer olores, y a través de ellos viajar por los recuerdos de sus seres queridos. Vicky ocupa su tiempo recolectando y mezclando plantas, trozos de objetos y animales a fin de crear aromas particulares que la remitan a las memorias de las personas, en donde, ella será una visitante sin capacidad de ser vista ni escuchada.
Cuando la tía de Vicky, Julia (Swala Emati), reaparece en sus vidas, las tensiones entre su madre, Joanne (Adèle Exarchopoulos), su padre, Jimmy (Moustapha Mbengue) y la compañera de trabajo de Joanne Nadine (Daphné Patakia) sacará a la luz una tragedia que hizo que por años se distanciaran.
La gran mayoría de las películas de viajes en el tiempo son en realidad historias de superación personal; nuestros protagonistas siempre parten de una vida infeliz tratando de corregir errores del pasado y en el proceso aprenden de ellos.
¿Por qué incluso las películas más severas en cuanto a las reglas del viaje en el tiempo se ven seducidas por el atractivo de una vida donde las consecuencias pueden ser revertidas? En Back to the Future de Robert Zemeckis se nos deja en claro que el pasado no puede cambiarse pues sus efectos pueden ser contraproducentes y aun así las tres películas de la franquicia se esfuerzan en establecer que esto no se aplica a su protagonista.
¿Qué diferencia hay entre cambiar el pasado para que Biff Tannen se haga millonario a través de las apuestas a que el padre de nuestro protagonista, Marty McFly, lo haga con la literatura? ¿A permitir que McFly corrija los futuros errores de sus hijos a que Tannen cambie los suyos? Realmente ninguna, pero la película hace un gran trabajo al ofrecer esa fantasía individualista y egoísta de manipular tu destino. Una en donde nuestro destino individual sí está en nuestras manos.
Los escenarios de Back to the Future obedecen a la fantasía del chico blanco suburbano clasemediero de la era de Reagan; librarse de las, entre paréntesis, “opresiones” de la vida escolar preuniversitaria como el bullying local, el acné, los reportes escolares, el baile de graduación y el rechazo de las chicas. Por eso, en el basto universo que ofrece una saga de películas de viajes en el tiempo lo más ingenioso que se puede hacer es mandar los resultados deportivos al pasado y hacer dinero apostando con ello.
Con esto no intento decir que Back to the Future o cualquier otra película similar merece ser aborrecida pero sí que son reflejo de su época y de la aspiracionalidad individualista del ciudadano estadounidense.
Volviendo a The Five Devils y el viaje en el tiempo; la película toma un camino diferente pues Vicky al viajar al pasado y ver cómo su madre y Julia mantienen una relación romántica que pone en riesgo su existencia y decide intervenir para darse cuenta que la tragedia que las separará es, en parte, gracias a ella y que eso ya estaba escrito que tendría que pasar.
¿Realmente al viajar en el tiempo podemos cambiar los sucesos? ¿Y si Marty hubiera sido el hijo de un matrimonio forzado? ¿O tal vez un hijo no deseado? ¿A quién salvaría Marty, a él o a sus padres?
La mecánica que establece The Five Devils es más parecida a la de La Jetée, de Chris Marker, donde nuestro protagonista de niño ve morir a una persona en un aeropuerto, solo para que de adulto al viajar en el tiempo se convierta en la persona que su yo más joven verá morir.
O en la cultura popular, en Harry Potter y el Prisionero de Azkaban. Harry espera que el espíritu de su padre aparezca a hacer el patronus que lo salve sin darse cuenta que estaba destinado a que él viaje al pasado porque es quien hará el patronus que aleje a los dementores.
M. E. McTaggart explica este concepto en su obra The Unreality of Time con la paradoja que lleva su nombre: nuestra percepción del tiempo involucra una contradicción y, por ende, nuestra realidad no puede ser temporal.
Y aún más importante, nuestra voluntad no nos permite interferir en nuestro entorno pues solo nos hace realizar actividades a las que ya estamos encaminados. En el caso de Harry en Harry Potter, Davos Hanich de La Jetée y Vicky de The Five Devils a repetir cosas que ya pasaron en su intento por cambiar el pasado o el futuro probando que no tienen libre albedrio, sino que están atrapados en un ciclo fuera de su control.
De ahí la terquedad de nuestros protagonistas; creer que el tiempo es lineal y el resultado de una serie de eventos que, modificándose alterará la secuencia.
Sin embargo, Albert Einstein ya lo ha dicho: “Las personas como nosotros que creemos en la física sabemos que la distinción entre pasado, presente y futuro es solo una ilusión obstinadamente persistente. El tiempo, en otras palabras, es una ilusión”.
¿Tenemos voluntad? ¿Tiene sentido viajar en el tiempo si no podemos interferir finalmente en él pues solo obedecemos a lo que ya está escrito que debe pasar?
Esto no importa mucho cuando hay realidades que nos sobrepasan y a nuestra capacidad de alterarlas individualmente, inclusive, en el presente. Vicky es víctima del racismo de sus compañeros de escuela mientras que Julia es una mujer que sufre tanto de esto como de los prejuicios y la lesbofobia del pueblo. ¿Cómo cambias esa realidad social que afecta a nuestras protagonistas?
La película cuenta una historia de amor lésbica muy linda con una ingeniosa trama de viajes en el tiempo que, aunque no ofrece un consuelo hacia la violencia y el estigma que día a día se vive sí ofrece una solución.
La película inicia con un primer plano de una Joanne joven en medio del incendio (la que aparece al inicio de esta reseña) que sería el evento que rompería la relación de Julia y ella, y desataría el nacimiento de Vicky y su infelicidad con Jimmy que también se muestra casi al final de la película cuando Vicky viaja al pasado y lo presencia, pero no creo que ese sea el final.
La película realmente empieza, para mí, cuando Vicky le dice a su mamá “Te amo, más que a nada en el mundo” quien le responde indiferentemente, y termina cuando Vicky deja de intentar cambiar las cosas y asume su presente abrazando a su papá diciéndole las mismas palabras, “Te amo papá, estoy aquí” mientras él se rompe en llanto.
Ahí es donde Mysius destaca su película del resto de la misma temática pues enseña a vivir aquí y ahora, a asumir el presente y las cosas reales, en las cuales siempre el cariño y la ternura será la solución que debemos seguir para cambiar la realidad social.
