Home Is Somewhere Else: historias de amor a la distancia
POR: ALEX VANSS
07-05-2023 19:27:46
Cualquier mexicano conoce, de forma directa o indirecta, algún caso de familias separadas por el llamado “sueño americano”, por necesidad, por mejores oportunidades de vida, historias cuyo factor común es el amor de sus integrantes a la distancia, algo presente en el documental de animación Home Is Somewhere Else, de Carlos Hagerman y Jorge Villalobos.
Carlos y Jorge nos presentan a tres familias separadas por la distancia, por papeles, por leyes migratorias, por situaciones económicas y como espectadores compartimos su tristeza y dolor por estar separadas desde su núcleo, conocemos sus historias a través de la narración de la versión animada de José Eduardo Aguilar ‘El Deportee’, también protagonista.
Es gracias a la animación que podemos rellenar los huecos de las ensoñaciones, de los sentimientos, de las metáforas, de corazón de Jasmine, quien decide luchar por los derechos de los migrantes con todo y el temor de ser deportada; también la nostalgia de Evelyn y Elizabeth, separadas por miles de kilómetros, una en México y otra en Los Ángeles; y José Eduardo, quien nos comparte el despojo de sus raíces, el paso por el centro de detención y su posterior deportación a un país del que no sabe nada.
Cada historia está contada con una técnica de animación distinta, va desde trazados simples, que nos recuerdan a los dibujos que hacen los niños - para contarnos la historia de Jasmine, sin olvidar la historia 2D de Evelyn y Elizabeth, hasta una animación más 3D en la que El Deportee nos muestra parte de su activismo en pro de los derechos migrantes, su detención y expulsión a la incertidumbre llamada México.
Cada técnica nos permite separar cada historia pero también nos permite identificar a cada protagonista, le otorga una personalidad, un carácter que nos permite acercarnos con mayor confianza, con la posibilidad de empatizar, comprender y solidarizarnos con cada uno de ellos.
Estas historias de amor y distancia nos hacen acercarnos de formas más humanas al drama migrante, a denunciar la injusta separación de familias completas y a identificar leyes hechas bajo intereses políticos que lo único que buscan es el poder en detrimento de las personas.
Y esto no es otra cosa más que un mérito de los directores, su decisión de encarar la inmigración a través de la animación permite recibir toda la información que los protagonistas nos comparten sin la normalización que nos vuelve indiferentes a su dolor y que en mucho es responsabilidad de la forma en que los medios nos cuentan sus historias, relatos amarillistas-morbosos que solo buscan el rating.
Por todo lo anterior Home Is Somewhere Else se vuelve un documento valioso, un documento fílmico que también muestra el avance del lenguaje cinematográfico, a través de la animación, un documento que borra fronteras entre técnicas y que sueña con borrar fronteras políticas para reconocer que humanidad solo hay una.
Cualquier mexicano conoce, de forma directa o indirecta, algún caso de familias separadas por el llamado “sueño americano”, por necesidad, por mejores oportunidades de vida, historias cuyo factor común es el amor de sus integrantes a la distancia, algo presente en el documental de animación Home Is Somewhere Else, de Carlos Hagerman y Jorge Villalobos.
Carlos y Jorge nos presentan a tres familias separadas por la distancia, por papeles, por leyes migratorias, por situaciones económicas y como espectadores compartimos su tristeza y dolor por estar separadas desde su núcleo, conocemos sus historias a través de la narración de la versión animada de José Eduardo Aguilar ‘El Deportee’, también protagonista.
Es gracias a la animación que podemos rellenar los huecos de las ensoñaciones, de los sentimientos, de las metáforas, de corazón de Jasmine, quien decide luchar por los derechos de los migrantes con todo y el temor de ser deportada; también la nostalgia de Evelyn y Elizabeth, separadas por miles de kilómetros, una en México y otra en Los Ángeles; y José Eduardo, quien nos comparte el despojo de sus raíces, el paso por el centro de detención y su posterior deportación a un país del que no sabe nada.
Cada historia está contada con una técnica de animación distinta, va desde trazados simples, que nos recuerdan a los dibujos que hacen los niños - para contarnos la historia de Jasmine, sin olvidar la historia 2D de Evelyn y Elizabeth, hasta una animación más 3D en la que El Deportee nos muestra parte de su activismo en pro de los derechos migrantes, su detención y expulsión a la incertidumbre llamada México.
Cada técnica nos permite separar cada historia pero también nos permite identificar a cada protagonista, le otorga una personalidad, un carácter que nos permite acercarnos con mayor confianza, con la posibilidad de empatizar, comprender y solidarizarnos con cada uno de ellos.
Estas historias de amor y distancia nos hacen acercarnos de formas más humanas al drama migrante, a denunciar la injusta separación de familias completas y a identificar leyes hechas bajo intereses políticos que lo único que buscan es el poder en detrimento de las personas.
Y esto no es otra cosa más que un mérito de los directores, su decisión de encarar la inmigración a través de la animación permite recibir toda la información que los protagonistas nos comparten sin la normalización que nos vuelve indiferentes a su dolor y que en mucho es responsabilidad de la forma en que los medios nos cuentan sus historias, relatos amarillistas-morbosos que solo buscan el rating.
Por todo lo anterior Home Is Somewhere Else se vuelve un documento valioso, un documento fílmico que también muestra el avance del lenguaje cinematográfico, a través de la animación, un documento que borra fronteras entre técnicas y que sueña con borrar fronteras políticas para reconocer que humanidad solo hay una.