CINEANDO EN LA URBE - La Médium
POR: SAÚL ROSAS
10-02-2022 16:40:29
Si algo tiene el cine de horror hoy en día son sus malos espectadores, y es que, aunado a la pandemia y al ejercicio de ver series y películas casi obligados por el encierro, los consumidores nos volvemos más exigentes. El género de horror siempre ha sufrido de buenos espectadores porque inconscientemente queremos medir nuestros miedos ante lo que nos depara la pantalla grande, es decir, no nos dejamos ser ante lo que viene. Así que cuando comienza una película de horror lo primero que hacemos es anteponer la conciencia y la realidad ante lo fantástico y sobrenatural y así, así no se puede.
Se estrenó en nuestro país LA MEDIUM, cinta tailandesa que, a decir de su publicidad y los múltiples comentarios no ha podido ganarse a un público y menos al mexicano. Con tan mala reputación verbal y en redes sociales pues me armé de valor y la fui a ver. La cinta ME GUSTÓ.
La primer pregunta que me hago es ¿Qué deseamos ver que nos asuste? ¿Queremos brincar de repente, no adivinar lo que puede pasar y sentir nervios? Pero eso no sólo depende de la cinta, también de nosotros los espectadores.
Cierto que la cinta no es extraordinaria pero tiene lo suyo. Tiene elementos básicos de un semi documental, cámara al hombro como antaño en la Bruja de Blair, elementos de cámara oculta como en Actividad paranormal y ese ritmo lento al principio como en los años 70 con el Exorcista. Despacio, despacio nos va llevando de la mano hacia un universo paranormal que hará del espectador imaginarse el final.
Inteligentemente y en progresivo, la chica posesa irá no sólo comportarse como otros personajes femeninos en decenas de películas de exorcismos. Ella, irá más allá. Explotará primero su sexualidad, su andar, su hablar y generará en su propia familia la incertidumbre del bien y el mal.
Como en toda película del género, se nos ofrecerá un mar de posibilidades para solucionar el conflicto: la posesión, pero no estamos en el mundo occidental donde Cristo y los católicos sacan a un poseso ayudados por la biblia y un ritual muy conocido. En Tailandia hay otros rituales, otros dioses, otras fórmulas…
Y aquí viene lo interesante porque, pese a los clichés, las acciones se vuelven viscerales, aterradoras...ya no hay escape. Las vueltas de tuerca que da la trama ante la expiación lleva al espectador a sentir que todo acabará pero no con esa complacencia de cientos de filmes.
La Medium repone su ritmo lento en la última hora y te hace estar atento, angustiado, pensativo. Te da golpes visuales tradicionales, pero te da más golpes morales de los que pudieras consumir.
Entiendo que a muchos no les parezca atractiva porque no tiene la vertiginosidad del presente, pero tiene la tensión de cintas del género del pasado. Quizá en momentos posea detalles que te hagan sonreír, pero esos detalles son sólo elementos para llamar la atención de lo que viene.
La cinta ofrece más elementos fílmicos disfrutables que un simple ritmo, una historia común y todo eso que nuestro consciente destruye acompañado de nuestra necedad de no querer sentir miedo y seguir siendo espectadores de segunda. Es hora de retomar nuestra mejor disposición de ver un filme dentro de un género y si aún así, la cinta es mala, pues lo será y en este caso, La médium no lo es.
Si algo tiene el cine de horror hoy en día son sus malos espectadores, y es que, aunado a la pandemia y al ejercicio de ver series y películas casi obligados por el encierro, los consumidores nos volvemos más exigentes. El género de horror siempre ha sufrido de buenos espectadores porque inconscientemente queremos medir nuestros miedos ante lo que nos depara la pantalla grande, es decir, no nos dejamos ser ante lo que viene. Así que cuando comienza una película de horror lo primero que hacemos es anteponer la conciencia y la realidad ante lo fantástico y sobrenatural y así, así no se puede.
Se estrenó en nuestro país LA MEDIUM, cinta tailandesa que, a decir de su publicidad y los múltiples comentarios no ha podido ganarse a un público y menos al mexicano. Con tan mala reputación verbal y en redes sociales pues me armé de valor y la fui a ver. La cinta ME GUSTÓ.
La primer pregunta que me hago es ¿Qué deseamos ver que nos asuste? ¿Queremos brincar de repente, no adivinar lo que puede pasar y sentir nervios? Pero eso no sólo depende de la cinta, también de nosotros los espectadores.
Cierto que la cinta no es extraordinaria pero tiene lo suyo. Tiene elementos básicos de un semi documental, cámara al hombro como antaño en la Bruja de Blair, elementos de cámara oculta como en Actividad paranormal y ese ritmo lento al principio como en los años 70 con el Exorcista. Despacio, despacio nos va llevando de la mano hacia un universo paranormal que hará del espectador imaginarse el final.
Inteligentemente y en progresivo, la chica posesa irá no sólo comportarse como otros personajes femeninos en decenas de películas de exorcismos. Ella, irá más allá. Explotará primero su sexualidad, su andar, su hablar y generará en su propia familia la incertidumbre del bien y el mal.
Como en toda película del género, se nos ofrecerá un mar de posibilidades para solucionar el conflicto: la posesión, pero no estamos en el mundo occidental donde Cristo y los católicos sacan a un poseso ayudados por la biblia y un ritual muy conocido. En Tailandia hay otros rituales, otros dioses, otras fórmulas…
Y aquí viene lo interesante porque, pese a los clichés, las acciones se vuelven viscerales, aterradoras...ya no hay escape. Las vueltas de tuerca que da la trama ante la expiación lleva al espectador a sentir que todo acabará pero no con esa complacencia de cientos de filmes.
La Medium repone su ritmo lento en la última hora y te hace estar atento, angustiado, pensativo. Te da golpes visuales tradicionales, pero te da más golpes morales de los que pudieras consumir.
Entiendo que a muchos no les parezca atractiva porque no tiene la vertiginosidad del presente, pero tiene la tensión de cintas del género del pasado. Quizá en momentos posea detalles que te hagan sonreír, pero esos detalles son sólo elementos para llamar la atención de lo que viene.
La cinta ofrece más elementos fílmicos disfrutables que un simple ritmo, una historia común y todo eso que nuestro consciente destruye acompañado de nuestra necedad de no querer sentir miedo y seguir siendo espectadores de segunda. Es hora de retomar nuestra mejor disposición de ver un filme dentro de un género y si aún así, la cinta es mala, pues lo será y en este caso, La médium no lo es.