CINEANDO EN LA URBE - 50 años de El Padrino
POR: SAÚL ROSAS
20-01-2022 14:55:12
“Según Evans, yo parecía demasiado joven para interpretar el papel de Don Corleone, quien al comienzo de la película tiene cuarenta y tantos años y al final poco más de setenta. En aquel entonces yo tenía cuarenta y siete”.
Eso escribió Marlon Brando al narrar en su libro autobiográfico algunos detalles de una de las cintas más emblemáticas en la historia del cine. Una película que se sigue viendo en círculos cerrados, en escuelas de cine, en casa y que este año cumple medio siglo de haberse filmado.
Los ejecutivos de la Paramount no querían a Brando y luego deseaban despedir a Coppola por diversas razones, pero ambos personajes defendidos también a capa y espada por el autor de la novela y co-guionistaMario Puzo, los mantuvo en el rodaje. En aquellos años 70 no se podía decir mafia, porque la verdadera mafia de Nueva York estaba muy al pendiente del rodaje, de hecho para dejar que se llevara acabo tuvieron que meter como técnicos y actores secundarios a verdaderos miembros de los grupos criminales.
A 50 años de distancia, la excelente filmación de esta historia soporta y ha de soportar cualquier mejora digital, porque la fotografía es impecable, porque la producción es de primera y porque es una gran historia llena de personajes entrañables, de personajes que bambolean el bien y el mal de acuerdo a su situación social y política dentro de la historia misma.
La esencia de El Padrino paradójicamente son los altos valores familiares que se contraponen con los valores políticos y sociales más no los religiosos, es un manejo dicotómico que te trae vuelta y vuelta con cada una de las situaciones planteadas en la cinta.
El ansia de poder y la ocupación de cualquier medio para obtenerlo y mantenerlo pareciera en esta cinta ser como el motivo por el cual se mueven los personajes. El objetivo es dominar y no dejarse vencer porque ante todo está el clan, los más cercanos, los amigos, la familia pues.
50 años se ha mantenido esta historia en el gusto del público, ha dejado frases celebres como “no es nada personal, son puros negocios” y nos ha mostrado definitivamente el valor de la traición, porque aparejada a la lealtad se encuentra ésta y en la película es el elemento que da los giros de tuercacuando menos los esperamos.
Los personajes, aún los más visiblemente serenos son intensos, llenos de historias, de pasado, de una vida difícil para el omento en que se cruzan en cada escena, en cada parte del relato fílmico. Los amores, desamores, las desilusiones y las añoranzas juegan cada minuto con las emociones del espectador aún así hayas visto la cinta desde su estreno en 1972 hasta la fecha.
La película es como esos buenos libros que leemos una y otra vez y en cada lectura le encontramos algo nuevo, percibimos quizá otras atmosferas, otros recuerdos ligados a nuestra vida misma. Por eso las grandes cintas perviven porque con los años cuando las volvemos a disfrutar y nuestro interior ha sido modificado por la vida esa obra se torna distinta, se capta con más profundidad, se cuida como las antigüedades porque tiene un valor intrínseco y perdurable porque en esencia alimenta el espíritu.
El Padrino cumple 50 años y habrá que ir de nuevo al cine a ver una de las grandes obras maestras que ha dado el séptimo arte. Brando, Deniro, Pacino, Duval, Shire, Keaton, son un festín de actores que hay que volver a saborear y para las nuevas generaciones habrá que dárselos en charola de plata y oro para que los conserven en su memoria colectiva fílmica por toda la eternidad
“Según Evans, yo parecía demasiado joven para interpretar el papel de Don Corleone, quien al comienzo de la película tiene cuarenta y tantos años y al final poco más de setenta. En aquel entonces yo tenía cuarenta y siete”.
Eso escribió Marlon Brando al narrar en su libro autobiográfico algunos detalles de una de las cintas más emblemáticas en la historia del cine. Una película que se sigue viendo en círculos cerrados, en escuelas de cine, en casa y que este año cumple medio siglo de haberse filmado.
Los ejecutivos de la Paramount no querían a Brando y luego deseaban despedir a Coppola por diversas razones, pero ambos personajes defendidos también a capa y espada por el autor de la novela y co-guionistaMario Puzo, los mantuvo en el rodaje. En aquellos años 70 no se podía decir mafia, porque la verdadera mafia de Nueva York estaba muy al pendiente del rodaje, de hecho para dejar que se llevara acabo tuvieron que meter como técnicos y actores secundarios a verdaderos miembros de los grupos criminales.
A 50 años de distancia, la excelente filmación de esta historia soporta y ha de soportar cualquier mejora digital, porque la fotografía es impecable, porque la producción es de primera y porque es una gran historia llena de personajes entrañables, de personajes que bambolean el bien y el mal de acuerdo a su situación social y política dentro de la historia misma.
La esencia de El Padrino paradójicamente son los altos valores familiares que se contraponen con los valores políticos y sociales más no los religiosos, es un manejo dicotómico que te trae vuelta y vuelta con cada una de las situaciones planteadas en la cinta.
El ansia de poder y la ocupación de cualquier medio para obtenerlo y mantenerlo pareciera en esta cinta ser como el motivo por el cual se mueven los personajes. El objetivo es dominar y no dejarse vencer porque ante todo está el clan, los más cercanos, los amigos, la familia pues.
50 años se ha mantenido esta historia en el gusto del público, ha dejado frases celebres como “no es nada personal, son puros negocios” y nos ha mostrado definitivamente el valor de la traición, porque aparejada a la lealtad se encuentra ésta y en la película es el elemento que da los giros de tuercacuando menos los esperamos.
Los personajes, aún los más visiblemente serenos son intensos, llenos de historias, de pasado, de una vida difícil para el omento en que se cruzan en cada escena, en cada parte del relato fílmico. Los amores, desamores, las desilusiones y las añoranzas juegan cada minuto con las emociones del espectador aún así hayas visto la cinta desde su estreno en 1972 hasta la fecha.
La película es como esos buenos libros que leemos una y otra vez y en cada lectura le encontramos algo nuevo, percibimos quizá otras atmosferas, otros recuerdos ligados a nuestra vida misma. Por eso las grandes cintas perviven porque con los años cuando las volvemos a disfrutar y nuestro interior ha sido modificado por la vida esa obra se torna distinta, se capta con más profundidad, se cuida como las antigüedades porque tiene un valor intrínseco y perdurable porque en esencia alimenta el espíritu.
El Padrino cumple 50 años y habrá que ir de nuevo al cine a ver una de las grandes obras maestras que ha dado el séptimo arte. Brando, Deniro, Pacino, Duval, Shire, Keaton, son un festín de actores que hay que volver a saborear y para las nuevas generaciones habrá que dárselos en charola de plata y oro para que los conserven en su memoria colectiva fílmica por toda la eternidad