Érase una vez, cuando la fantasía esconde la realidad
POR: ALEX VANSS
01-01-2021 18:28:41
Reinterpretar dos cuentos clásicos que han sido tocados por Disney no es cosa sencilla, sin embargo, Brenda Chapman logra contar una historia distinta en Érase una vez (Come away), filme que cuenta con la actuación -olvidable - de Angelina Jolie y que nos muestra los orígenes de las historias de Alicia en el País de las Maravillas y Peter Pan, con un twist que la desmarca aún más de los autores literarios y de las adaptaciones cinematográficas, pues los protagonistas son una familia interracial con niños afrodescendientes pero que lo más valioso es tocar la salud mental en un filme aparentemente inocente donde la fantasía esconde la realidad.
Érase una vez no es una historia de hadas ni para niños, es un drama aderezado con elementos fantásticos, provenientes de la imaginación prodigiosa de los niños que deben enfrentar una sociedad desigual y una pérdida que detona todos los hechos que vemos en la película, y es que esta familia que parece perfecta, que no hace caso de lo que los demás dicen, se tambalea cuando el mayor de sus hijos sufre un terrible accidente en el que pierde la vida, lo que causa profundo dolor en los padres pero en los hermanos menores - Peter y Alice - genera incertidumbre y grandes presiones sociales.
Como buenos niños, la imaginación es una de sus principales herramientas para generar juegos y pasar el día escapando de los deberes domésticos y las tareas escolares, sin embargo, la pérdida de su hermano mayor los confronta con la realidad de una sociedad pesada e injusta a la que ambos deberán hacerle frente solos, pues el luto de la familia los ha alejado de los padres, consejeros de vida, sin los cuales los pequeños fácilmente herrán en sus decisiones, así Peter busca llenar el hueco que su hermano ha dejado, él abandona cualquier sueño generado por su imaginación, en el caso de Alice al ya no tener a su hermano mayor que la cuidaba y la animaba a jugar se acerca a su tía, bastante racista, para ser una dama cortando totalmente su infancia pues no supera los 7 u 8 años de edad.
La "inocencia" provoca que los niños se metan en apuros, que conozcan a la mala lo que hay en el mundo real pero es éste elemento el motor que permite que la película llegue a su meta, que conozcamos los pilares que dieron origen a las historias de Peter Pan y Alicia en el País de las Maravillas. Y aquí viene lo interesante del filme, visibilizar los problemas de salud mental que ambos niños comienzan a sufrir, al mezclar la realidad con la fantasía ambos niños escapan de los problemas que tienen, ven piratas donde hay bandidos, conejos blancos donde hay una terrible borrachera - al "confundir" una botella de licor con un brebaje mágico - todos estos hechos son posibles ante la ausencia de los padres que se hunden en sus problemas y en su miseria, dejando a su suerte a los pequeños.
Chapman logra crear un ambiente sombrío, lúgubre - maximizado por el diseño de producción - que nos permite reflexionar sobre la salud mental, hacer un paralelismo entre el deterioro de la misma con la oscuridad, entre más mal estemos más oscuro se ve todo a nuestro alrededor y el único escape termina siendo la negación, en este caso la imaginación de los niños, que se evaden para no lidiar con el deber ser, evidentemente cada persona reacciona de distinto modo así es que en el filme vemos que Peter es el que sufre más y debe afrontarlo solo.
Con lo antes mencionado volvemos a ser testigos de cómo la fantasía en las películas permite hablar de temas profundos de una forma más amable e incluso enmascarar un final que apuntaba a ser trágico convirtiéndolo en un mensaje de esperanza pero que si quitamos esa misma fantasía usada por la directora para contar la historia descubriremos lo que ésta esconde, que como la vida misma, puede ser crudo y doloroso.
Reinterpretar dos cuentos clásicos que han sido tocados por Disney no es cosa sencilla, sin embargo, Brenda Chapman logra contar una historia distinta en Érase una vez (Come away), filme que cuenta con la actuación -olvidable - de Angelina Jolie y que nos muestra los orígenes de las historias de Alicia en el País de las Maravillas y Peter Pan, con un twist que la desmarca aún más de los autores literarios y de las adaptaciones cinematográficas, pues los protagonistas son una familia interracial con niños afrodescendientes pero que lo más valioso es tocar la salud mental en un filme aparentemente inocente donde la fantasía esconde la realidad.
Érase una vez no es una historia de hadas ni para niños, es un drama aderezado con elementos fantásticos, provenientes de la imaginación prodigiosa de los niños que deben enfrentar una sociedad desigual y una pérdida que detona todos los hechos que vemos en la película, y es que esta familia que parece perfecta, que no hace caso de lo que los demás dicen, se tambalea cuando el mayor de sus hijos sufre un terrible accidente en el que pierde la vida, lo que causa profundo dolor en los padres pero en los hermanos menores - Peter y Alice - genera incertidumbre y grandes presiones sociales.
Como buenos niños, la imaginación es una de sus principales herramientas para generar juegos y pasar el día escapando de los deberes domésticos y las tareas escolares, sin embargo, la pérdida de su hermano mayor los confronta con la realidad de una sociedad pesada e injusta a la que ambos deberán hacerle frente solos, pues el luto de la familia los ha alejado de los padres, consejeros de vida, sin los cuales los pequeños fácilmente herrán en sus decisiones, así Peter busca llenar el hueco que su hermano ha dejado, él abandona cualquier sueño generado por su imaginación, en el caso de Alice al ya no tener a su hermano mayor que la cuidaba y la animaba a jugar se acerca a su tía, bastante racista, para ser una dama cortando totalmente su infancia pues no supera los 7 u 8 años de edad.
La "inocencia" provoca que los niños se metan en apuros, que conozcan a la mala lo que hay en el mundo real pero es éste elemento el motor que permite que la película llegue a su meta, que conozcamos los pilares que dieron origen a las historias de Peter Pan y Alicia en el País de las Maravillas. Y aquí viene lo interesante del filme, visibilizar los problemas de salud mental que ambos niños comienzan a sufrir, al mezclar la realidad con la fantasía ambos niños escapan de los problemas que tienen, ven piratas donde hay bandidos, conejos blancos donde hay una terrible borrachera - al "confundir" una botella de licor con un brebaje mágico - todos estos hechos son posibles ante la ausencia de los padres que se hunden en sus problemas y en su miseria, dejando a su suerte a los pequeños.
Chapman logra crear un ambiente sombrío, lúgubre - maximizado por el diseño de producción - que nos permite reflexionar sobre la salud mental, hacer un paralelismo entre el deterioro de la misma con la oscuridad, entre más mal estemos más oscuro se ve todo a nuestro alrededor y el único escape termina siendo la negación, en este caso la imaginación de los niños, que se evaden para no lidiar con el deber ser, evidentemente cada persona reacciona de distinto modo así es que en el filme vemos que Peter es el que sufre más y debe afrontarlo solo.
Con lo antes mencionado volvemos a ser testigos de cómo la fantasía en las películas permite hablar de temas profundos de una forma más amable e incluso enmascarar un final que apuntaba a ser trágico convirtiéndolo en un mensaje de esperanza pero que si quitamos esa misma fantasía usada por la directora para contar la historia descubriremos lo que ésta esconde, que como la vida misma, puede ser crudo y doloroso.