Cuerdas, entre Stephen King y George A. Romero
POR: ISRAEL YERENA
21-11-2020 21:21:55
El cuerpo humano, aunque es un mecanismo casi perfecto, también puede ser un horrible aparato de tortura cuando se atrofia y se convierte en una prisión de carne para la mente. Afortunadamente, además de diversos tratamientos para las discapacidades, la naturaleza nos ha regalado la compañía de animales entrenados para cubrir algunas necesidades.
En Cuerdas, una mujer joven y cuadrapléjica se ve orillada a pasar unos días en su casa de campo junto con su perro de ayuda. Desgraciadamente, el canino contraerá una terrible enfermedad que lo convertirá en una terrible bestia implacable y sedienta de sangre.
Sí, no vamos a negarlo ni mucho menos a esconderlo, pues cuando uno lee la trama, la primera idea que pasa por la mente de los fanáticos del terror es “qué clase de Cujo es esto” por su enorme similitud con la historia escrita por Stephen King.
Afortunadamente, esta película española cuenta con un elemento extra para evitar un poco las comparaciones.
Sí, aquí también vemos a una mujer enfrentarse a un perro rabioso dentro de un pequeño espacio, con la diferencia de que la joven está paralítica del cuello hacía abajo, lo que hace que el juego de la “supervivencia” sea lo bastante entretenido como para acabar de ver la película.
De igual manera, y al mirar la situación tanto de la víctima como del animal asesino, también es inevitable pensar en Atracción diabólica, aquella mítica cinta de George A. Romero donde vimos la sádica historia de amor entre un mono y un hombre tetrapléjico.
Ambas similitudes ocasionan que Cuerdas sea bastante predecible, ya que al unir las ideas de King y de Romero se deduce fácilmente el camino que tomará y la conclusión a la que llegará.
Sin embargo, el filme tiene el acierto de no perder tiempo y comenzar rápidamente con la pelea a muerte entre la mujer y el perro; además de que por momentos es más fácil empatizar con el animal rabioso que con la protagonista, cuya actitud es bastante pesada.
Si a esto sumamos unas cuantas secuencias con una tensión considerable, el metraje termina por ser una propuesta muy arriesgada por sus antecedentes ya mencionados, pero lo suficientemente entretenida como para darle una oportunidad y mirarla.
El cuerpo humano, aunque es un mecanismo casi perfecto, también puede ser un horrible aparato de tortura cuando se atrofia y se convierte en una prisión de carne para la mente. Afortunadamente, además de diversos tratamientos para las discapacidades, la naturaleza nos ha regalado la compañía de animales entrenados para cubrir algunas necesidades.
En Cuerdas, una mujer joven y cuadrapléjica se ve orillada a pasar unos días en su casa de campo junto con su perro de ayuda. Desgraciadamente, el canino contraerá una terrible enfermedad que lo convertirá en una terrible bestia implacable y sedienta de sangre.
Sí, no vamos a negarlo ni mucho menos a esconderlo, pues cuando uno lee la trama, la primera idea que pasa por la mente de los fanáticos del terror es “qué clase de Cujo es esto” por su enorme similitud con la historia escrita por Stephen King.
Afortunadamente, esta película española cuenta con un elemento extra para evitar un poco las comparaciones.
Sí, aquí también vemos a una mujer enfrentarse a un perro rabioso dentro de un pequeño espacio, con la diferencia de que la joven está paralítica del cuello hacía abajo, lo que hace que el juego de la “supervivencia” sea lo bastante entretenido como para acabar de ver la película.
De igual manera, y al mirar la situación tanto de la víctima como del animal asesino, también es inevitable pensar en Atracción diabólica, aquella mítica cinta de George A. Romero donde vimos la sádica historia de amor entre un mono y un hombre tetrapléjico.
Ambas similitudes ocasionan que Cuerdas sea bastante predecible, ya que al unir las ideas de King y de Romero se deduce fácilmente el camino que tomará y la conclusión a la que llegará.
Sin embargo, el filme tiene el acierto de no perder tiempo y comenzar rápidamente con la pelea a muerte entre la mujer y el perro; además de que por momentos es más fácil empatizar con el animal rabioso que con la protagonista, cuya actitud es bastante pesada.
Si a esto sumamos unas cuantas secuencias con una tensión considerable, el metraje termina por ser una propuesta muy arriesgada por sus antecedentes ya mencionados, pero lo suficientemente entretenida como para darle una oportunidad y mirarla.