The Hater o la incitación a la violencia y el extremismo en redes
POR: ORIANNA PAZ
24-08-2020 14:39:56
México es el segundo país productor de noticias falsas, sólo detrás de Turquía. Todos los días somos bombardeados por un exceso de información y contenidos, muchos de ellos de dudosa procedencia y difundidos por los llamados “bots”, que buscan dominar e incidir en la opinión pública respecto a una diversidad de temas, en particular políticos, religiosos y actualmente sanitarios.
Detrás de todas esas noticias falsas que viajan a diario en internet hay agencias especializadas, hackers y sí, haters que se dedican a manipular, alborotar e incitar a la violencia, el pánico y el odio para obtener beneficios económicos y poder. De eso va The Hater (2020), un filme polaco dirigido por Jan Komasa, a quien recordamos por Corpus Christi (2019), nominada al Oscar como Mejor Película Extranjera en 2020, y que estrenó discretamente en Netflix a principios de agosto.
La historia gira en torno a Tomek, un joven que es expulsado de la carrera de Derecho en una Universidad de Varsovia por haber cometido plagio nada más y nada menos que en su tesis de titulación. Hasta entonces, sus estudios habían sido financiados por una familia acomodada, los Krasuckis, cuya hija, Gabi, una bella pero atormentada chica adicta a las drogas, es la obsesión amorosa de Tomek, quien no es correspondido.
Para los Krasuckis, Tomek es un proyecto de caridad, un pobre muchacho al que pretenden ayudar porque las obras benéficas son muy bien vistas entre los ricos y poderosos, pero en realidad, lo desprecian, lo discriminan y se burlan de él pues nunca estará a su altura o a la de su hija.
Tomek está decidido a demostrarles que no es un cero a la izquierda, así que consigue trabajo en una agencia de relaciones públicas dirigida por una psicópata mercenaria quien de inmediato nota el potencial de su nueva contratación para destruir la imagen pública de celebridades e incluso políticos. Así, Tomek se convierte en un maestro del engaño, de las más terribles mentiras que usa para incitar al odio y al extremismo en redes. Al poco tiempo, obtiene un ascenso y con ello el tan ansiado reconocimiento social de los Krasuckis y hasta el coqueteo de Gabi en una de esas noches locas de descontrol. Pero su aparente buena racha se termina cuando los Krasuckis descubren que ha sido expulsado de la Universidad y los ha estafado durante meses con las colegiaturas. A partir de entonces los Krasukis lo desterrarán de su mundo, incluyendo a Gabi.
El resentimiento de Tomek comienza a crecer a niveles espeluznantes y sólo encuentra salida a través de las redes, donde crea perfiles falsos, llama a marchas contra los migrantes, alienta la xenofobia y el odio exacerbado contra los marginados y la comunidad LGBT, con terribles consecuencias.
El filme de Komasa nos demuestra lo fácil que es desatar el caos, la violencia y manipular a las masas sólo con unos cuántos cliks. La fotografía en tonos opacos y oscuros es un reflejo de la monstruosidad del personaje que se oculta tras una máscara de un joven respetable, incluso altruista pero que en realidad está lleno de frustración y rabia. La actuación de Maciej Musialowski como este inteligente, manipulador e intimidante hater, es brillante, sobre todo porque se trata de un personaje con muchos matices pero al mismo tiempo muy contenido, cuyo rostro no revela un ápice de la erupción que arde en su interior.
El guion está bien estructurado con una vuelta de tuerca al final que sorprende y estremece por la astucia y perversidad de esta mente malvada que parece dominarlo todo a su favor.
México es el segundo país productor de noticias falsas, sólo detrás de Turquía. Todos los días somos bombardeados por un exceso de información y contenidos, muchos de ellos de dudosa procedencia y difundidos por los llamados “bots”, que buscan dominar e incidir en la opinión pública respecto a una diversidad de temas, en particular políticos, religiosos y actualmente sanitarios.
Detrás de todas esas noticias falsas que viajan a diario en internet hay agencias especializadas, hackers y sí, haters que se dedican a manipular, alborotar e incitar a la violencia, el pánico y el odio para obtener beneficios económicos y poder. De eso va The Hater (2020), un filme polaco dirigido por Jan Komasa, a quien recordamos por Corpus Christi (2019), nominada al Oscar como Mejor Película Extranjera en 2020, y que estrenó discretamente en Netflix a principios de agosto.
La historia gira en torno a Tomek, un joven que es expulsado de la carrera de Derecho en una Universidad de Varsovia por haber cometido plagio nada más y nada menos que en su tesis de titulación. Hasta entonces, sus estudios habían sido financiados por una familia acomodada, los Krasuckis, cuya hija, Gabi, una bella pero atormentada chica adicta a las drogas, es la obsesión amorosa de Tomek, quien no es correspondido.
Para los Krasuckis, Tomek es un proyecto de caridad, un pobre muchacho al que pretenden ayudar porque las obras benéficas son muy bien vistas entre los ricos y poderosos, pero en realidad, lo desprecian, lo discriminan y se burlan de él pues nunca estará a su altura o a la de su hija.
Tomek está decidido a demostrarles que no es un cero a la izquierda, así que consigue trabajo en una agencia de relaciones públicas dirigida por una psicópata mercenaria quien de inmediato nota el potencial de su nueva contratación para destruir la imagen pública de celebridades e incluso políticos. Así, Tomek se convierte en un maestro del engaño, de las más terribles mentiras que usa para incitar al odio y al extremismo en redes. Al poco tiempo, obtiene un ascenso y con ello el tan ansiado reconocimiento social de los Krasuckis y hasta el coqueteo de Gabi en una de esas noches locas de descontrol. Pero su aparente buena racha se termina cuando los Krasuckis descubren que ha sido expulsado de la Universidad y los ha estafado durante meses con las colegiaturas. A partir de entonces los Krasukis lo desterrarán de su mundo, incluyendo a Gabi.
El resentimiento de Tomek comienza a crecer a niveles espeluznantes y sólo encuentra salida a través de las redes, donde crea perfiles falsos, llama a marchas contra los migrantes, alienta la xenofobia y el odio exacerbado contra los marginados y la comunidad LGBT, con terribles consecuencias.
El filme de Komasa nos demuestra lo fácil que es desatar el caos, la violencia y manipular a las masas sólo con unos cuántos cliks. La fotografía en tonos opacos y oscuros es un reflejo de la monstruosidad del personaje que se oculta tras una máscara de un joven respetable, incluso altruista pero que en realidad está lleno de frustración y rabia. La actuación de Maciej Musialowski como este inteligente, manipulador e intimidante hater, es brillante, sobre todo porque se trata de un personaje con muchos matices pero al mismo tiempo muy contenido, cuyo rostro no revela un ápice de la erupción que arde en su interior.
El guion está bien estructurado con una vuelta de tuerca al final que sorprende y estremece por la astucia y perversidad de esta mente malvada que parece dominarlo todo a su favor.