Contra lo imposible: ¿Eres tú Donald Trump?
POR: EL TONEJO
19-12-2019 23:57:19
Protagonizada por Matt Damon y Christian Bale, la cinta deleznablemente titulada Contra lo imposible, originalmente llamada Ford vs Ferrari aborda un intrépido e histórico pasaje en el mundo de las carreras deportivas, particularmente – como seguramente ya lo intuyeron – la competencia deportiva y empresarial entre Ford Motor Company y la Escudería Ferrari, en las mundialmente famosas 24 Horas de Le Mans, en Francia de 1966.
Si bien las escenas de velocidad y adrenalina sobre las pistas son intensas y muy bien llevadas, la historia que involucra a Carroll Shelby (Matt Damon) y al piloto Ken Miles (Christian Bale) tiene un trasfondo que ya nos ha contado Hollywood hasta el cansancio, y me refiero a la victoria de los estadounidenses en un escenario hostil e imposible – hasta el mismo título en Hispanoamérica lo dice – y no sólo se trata de esto, llámenme chairo pero es muy común que en vísperas de las elecciones presidenciales en Estados Unidos se produzcan y exhiban este tipo de filmes donde permea el patriotismo sobre los extranjeros, en este caso los “tramposos y malditos” italianos liderados por una especie de Vito Corleone (El Padrino) ahora llamado Enzo Ferrari, dueño de la marca del mismo apellido. En fin, los gringos en el poder lo tienen muy claro, estas películas generan percepción y por ende, votantes, poder y dinero. Bien ahí, republicanos.
Esperen, no se saquen de onda, les voy a explicar esta teoría: ¿Recuerdan Rocky IV? En la batalla final, nuestro héroe, Rocky Balboa (Sylvester Stallone), con unos pantaloncillos horribles con la bandera de Estados Unidos tiene una contienda encarnizada con un tal Iván Drago (Dolph Lundgren), también con unos pantaloncillos horribles y claramente rojos como el comunismo o digamos, la extinta ex Unión Soviética.
Claramente nuestra “heroína” se enfrenta a un panorama hostil lleno de militares siniestros que no dudarían ni un segundo en dispararle o atravesarlo con sus bayonetas. Luego de varios asaltos donde la disputa parece inclinarse hacia Drago, Balboa tiene un segundo aire y tras varios jabs, rectos y uno que otro crochet, el estadounidense gana la pelea en uno de los regresos del box más contundentes, final inesperado (gif del changuito) que hasta los mismos rusos enfundados en sus temibles uniformes militares con estrellas y águilas terminan aplaudiéndole, y reconociendo su valor y fuerza, ¡enhorabuena! Estados Unidos lo hizo de nuevo. Vavavavava.
Lo que sigue es interesante. En 1984 el republicano Ronald Reagan fue elegido Presidente de los Estados Unidos durante las elecciones presidenciales de dicho año y la película de Rocky IV se estrenó en 1985. Durante la campaña presidencial de Reagan, su equipo lanzó varios spots publicitarios, entre ellos uno muy destacado titulado Bear in the Woods, donde un oso pardo caminaba en los bosques de unas montañas rocosas, no se sabía si ese oso era pacífico o agresivo, sólo estaba ahí caminando, pero había mucha precaución de acercarse. Este oso del comercial fue comparado abiertamente por el equipo de campaña de Reagan con la Unión Soviética, recordemos que se estaba en las vísperas de la culminación de la Guerra Fría, y la URSS estaba ante un colapso económico inminente.
Rocky IV se estrenó el 27 de noviembre de 1985, ya con el Partido Republicano en el poder americano, y con ello el mensaje era claro: aplastaremos a los rusos, situación que se confirmó en años subsecuentes cuando sucede la disolución de la Unión Soviética en 1991, y varios nuevos países se convirtieron en capitalistas ante un deplorable escenario económico. A través de Rocky Balboa se mandó un mensaje claro de triunfo a los votantes, y por ende la popularidad del partido ganó muchos adeptos, por ello no es de extrañar que en las elecciones de 1988, los republicanos volvieron a aplastar a los demócratas en los conteos por estado, el sucesor de Ronald Reagan fue nada más ni nada menos que George H. W. Bush.
Una vez vomitada toda esta información histórica, volvamos a Matt Damon y Christian Bale en Contra lo imposible y pongamos el panorama actual: Las elecciones presidenciales donde el magnate enemigo de los pobres (sobre todo si son mexicanos) Donald J. Trump buscará la reelección sucederá el martes 3 de noviembre del 2020. Lo interesante viene a continuación, se prepara el terreno.
Históricamente Estados Unidos ha sido cuna de las grandes empresas automotrices del mundo, casi es uno de sus símbolos patrios, Detroit es sin duda una de las capitales automotrices del mundo, y en recientes años esta industria ha ido a la baja ¿Poooor? Porque la manufactura de estos autos se hace principalmente en México con acero comprado en diferentes países, y eso le sale muy caro a los estadounidenses y más si consideramos que países como Alemania, Japón, Francia e Italia están compitiendo fuertemente.
La nueva regla del T-MEC ha endurecido sus normas y ahora el acero con el que se construyen los autos en México básicamente, deberá ser comprado, obligatoriamente, en Estados Unidos, negocio redondo, Estados Unidos produce acero y lo vende a México, se ensambla en territorio mexicano y se regresa bien bonito a Estados Unidos para que ponga precios “competitivos”.
De ahí que la película Contra lo imposible tome tintes comerciales y políticos, pareciera que desde la Casa Blanca y a través del cine como siempre se ha hecho, se busca dar un mensaje claro: la industria automotriz estadounidense saldrá victoriosa.
En fin, la película está bien lograda en las escenas de carreras, quizá la fotografía es pésima para mi gusto, pero el patriotismo ahí está, plasmado en cada tuerca que compone esta interesante historia donde Ford venció a Ferrari en las 24 Horas de Le Mans, tal vez me equivoque en esta teoría chaira, ya veremos.
Protagonizada por Matt Damon y Christian Bale, la cinta deleznablemente titulada Contra lo imposible, originalmente llamada Ford vs Ferrari aborda un intrépido e histórico pasaje en el mundo de las carreras deportivas, particularmente – como seguramente ya lo intuyeron – la competencia deportiva y empresarial entre Ford Motor Company y la Escudería Ferrari, en las mundialmente famosas 24 Horas de Le Mans, en Francia de 1966.
Si bien las escenas de velocidad y adrenalina sobre las pistas son intensas y muy bien llevadas, la historia que involucra a Carroll Shelby (Matt Damon) y al piloto Ken Miles (Christian Bale) tiene un trasfondo que ya nos ha contado Hollywood hasta el cansancio, y me refiero a la victoria de los estadounidenses en un escenario hostil e imposible – hasta el mismo título en Hispanoamérica lo dice – y no sólo se trata de esto, llámenme chairo pero es muy común que en vísperas de las elecciones presidenciales en Estados Unidos se produzcan y exhiban este tipo de filmes donde permea el patriotismo sobre los extranjeros, en este caso los “tramposos y malditos” italianos liderados por una especie de Vito Corleone (El Padrino) ahora llamado Enzo Ferrari, dueño de la marca del mismo apellido. En fin, los gringos en el poder lo tienen muy claro, estas películas generan percepción y por ende, votantes, poder y dinero. Bien ahí, republicanos.
Esperen, no se saquen de onda, les voy a explicar esta teoría: ¿Recuerdan Rocky IV? En la batalla final, nuestro héroe, Rocky Balboa (Sylvester Stallone), con unos pantaloncillos horribles con la bandera de Estados Unidos tiene una contienda encarnizada con un tal Iván Drago (Dolph Lundgren), también con unos pantaloncillos horribles y claramente rojos como el comunismo o digamos, la extinta ex Unión Soviética.
Claramente nuestra “heroína” se enfrenta a un panorama hostil lleno de militares siniestros que no dudarían ni un segundo en dispararle o atravesarlo con sus bayonetas. Luego de varios asaltos donde la disputa parece inclinarse hacia Drago, Balboa tiene un segundo aire y tras varios jabs, rectos y uno que otro crochet, el estadounidense gana la pelea en uno de los regresos del box más contundentes, final inesperado (gif del changuito) que hasta los mismos rusos enfundados en sus temibles uniformes militares con estrellas y águilas terminan aplaudiéndole, y reconociendo su valor y fuerza, ¡enhorabuena! Estados Unidos lo hizo de nuevo. Vavavavava.
Lo que sigue es interesante. En 1984 el republicano Ronald Reagan fue elegido Presidente de los Estados Unidos durante las elecciones presidenciales de dicho año y la película de Rocky IV se estrenó en 1985. Durante la campaña presidencial de Reagan, su equipo lanzó varios spots publicitarios, entre ellos uno muy destacado titulado Bear in the Woods, donde un oso pardo caminaba en los bosques de unas montañas rocosas, no se sabía si ese oso era pacífico o agresivo, sólo estaba ahí caminando, pero había mucha precaución de acercarse. Este oso del comercial fue comparado abiertamente por el equipo de campaña de Reagan con la Unión Soviética, recordemos que se estaba en las vísperas de la culminación de la Guerra Fría, y la URSS estaba ante un colapso económico inminente.
Rocky IV se estrenó el 27 de noviembre de 1985, ya con el Partido Republicano en el poder americano, y con ello el mensaje era claro: aplastaremos a los rusos, situación que se confirmó en años subsecuentes cuando sucede la disolución de la Unión Soviética en 1991, y varios nuevos países se convirtieron en capitalistas ante un deplorable escenario económico. A través de Rocky Balboa se mandó un mensaje claro de triunfo a los votantes, y por ende la popularidad del partido ganó muchos adeptos, por ello no es de extrañar que en las elecciones de 1988, los republicanos volvieron a aplastar a los demócratas en los conteos por estado, el sucesor de Ronald Reagan fue nada más ni nada menos que George H. W. Bush.
Una vez vomitada toda esta información histórica, volvamos a Matt Damon y Christian Bale en Contra lo imposible y pongamos el panorama actual: Las elecciones presidenciales donde el magnate enemigo de los pobres (sobre todo si son mexicanos) Donald J. Trump buscará la reelección sucederá el martes 3 de noviembre del 2020. Lo interesante viene a continuación, se prepara el terreno.
Históricamente Estados Unidos ha sido cuna de las grandes empresas automotrices del mundo, casi es uno de sus símbolos patrios, Detroit es sin duda una de las capitales automotrices del mundo, y en recientes años esta industria ha ido a la baja ¿Poooor? Porque la manufactura de estos autos se hace principalmente en México con acero comprado en diferentes países, y eso le sale muy caro a los estadounidenses y más si consideramos que países como Alemania, Japón, Francia e Italia están compitiendo fuertemente.
La nueva regla del T-MEC ha endurecido sus normas y ahora el acero con el que se construyen los autos en México básicamente, deberá ser comprado, obligatoriamente, en Estados Unidos, negocio redondo, Estados Unidos produce acero y lo vende a México, se ensambla en territorio mexicano y se regresa bien bonito a Estados Unidos para que ponga precios “competitivos”.
De ahí que la película Contra lo imposible tome tintes comerciales y políticos, pareciera que desde la Casa Blanca y a través del cine como siempre se ha hecho, se busca dar un mensaje claro: la industria automotriz estadounidense saldrá victoriosa.
En fin, la película está bien lograda en las escenas de carreras, quizá la fotografía es pésima para mi gusto, pero el patriotismo ahí está, plasmado en cada tuerca que compone esta interesante historia donde Ford venció a Ferrari en las 24 Horas de Le Mans, tal vez me equivoque en esta teoría chaira, ya veremos.
