Cómplices y buena onda, los abuelos del cine
POR: MARÍA DEL CARMEN VARELA
27-08-2019 23:54:37
Aunque el origen de la celebración del Día de los abuelos apunta más a una fecha impuesta por motivos comerciales, en México poco a poco se arraiga esta costumbre y desde hace unas décadas se conmemora a los adultos mayores el 28 de agosto, así que recordemos algunos singulares abuelos de la cinematografía reciente, encabezados desde luego por la llamada abuela del Cine Mexicano, doña Sara García.
Nacida en Orizaba, Veracruz, en 1895, la emblemática actriz tenía apenas 45 años cuando para interpretar un papel de anciana se deshizo de 14 piezas dentales para lograr la caracterización en la cinta Allá en el trópico (1940) y tuvo tanto éxito que a partir de ahí se le encasilló como la abuela de México y le permitió alternar con los más importantes actores de la época y trabajar con directores como Ismael Rodríguez, Luis Alcoriza o Julián Soler, entre otros.
Entre las cintas en las que populariza la figura de la abuela destacan: Nobleza ranchera, donde su nieto es Juan Gabriel; en El hijo del Pueblo, es Vicente Fernández; en El Inocente, Silvia Pinal, y en Mecánica Nacional, es abuela de Alma Muriel (hija de Manolo Fábregas). Aunque sin duda hay dos caracterizaciones de abuela que han conquistado el corazón de los mexicanos: la recia mujer dominante de Los tres García y Vuelven los García, donde sus nietos son Pedro Infante, Abel Salazar y Víctor Manuel Mendoza, y la dulce, cómplice y consentidora nana Tomasita, de Cristina (Graciela Mauri) en la teleserie Mundo de juguete.
Otra abuela memorable de la cinematografía nacional fue Prudencia Grifell, hija de padres cubano-españoles, quien comenzó su carrera actoral en 1890, haciendo zarzuela en Caracas, Venezuela. Se dice que llegó a México en los primeros años del siglo XX y trabajó con Esperanza Iris y María Conesa, con quienes formó el grupo Las Tres Gracias, y es en la década de los 40 que debuta en cine haciendo abuelitas, entre las más inolvidables está justamente el dueto que hiciera con Sara García en Las señoritas Vivanco y El proceso de las señoritas Vivanco. También habían hecho mancuerna como tías ancianas de Pedro Infante, en La Tercera Palabra, dirigidas por Julián Soler. Grifel murió en la capital mexicana en 1970, a los 93 años, mientras que García deja este mundo en 1980.
Aunque en el cine nacional también ha habido abuelos, éstos no han permeado de manera tan contundente en la memoria colectiva como en el caso de las abuelas, sin embargo, hay que mencionar los casos de Joaquín Pardavé (Mi adorada Clementina, abuelo de Marga López), Andrés Soler (Damiana y los hombres, abuelo de Muche Carreño), y Jorge Martínez de Hoyos (El abuelo y yo, abuelo de Gael García Bernal) e Ignacio López Tarso (Amores con trampa, donde es abuelo de la familia Carmona) en la pantalla chica...
En el cine internacional, el rol es más equilibrado y destacan tanto abuelos como abuelas, personificaciones actorales y dibujos animados, tal es el caso de actores de la talla de Julie Andrews, que es la reina abuela de Anne Hathaway, en El Diario de la Princesa y su secuela. Se trata de una soberana permisiva, capaz de romper hasta el protocolo real, por ser comprensiva y cómplice de su nieta, la extravagante Mia Termópolis.
Antes, el famoso señor Miyagui de la saga de Karate Kid, primero con Ralph Macchio y luego con Hillary Swank, cumple con el rol, a pesar de que no lo une con ellos un lazo sanguíneo. También se trata de un abuelo transmisor de sabiduría y cómplice de andanzas.
El aplauso se lo lleva recientemente Robert de Niro, quien estelariza Mi abuelo es un peligro, de 2016, al lado de Zac Efron, interpretando un desinhibido abuelo que con sus locuras ayudará a su nieto a rebelarse del yugo paterno, en medio de un viaje lleno de excesos que deja singulares enseñanzas al nerd abogado en la firma de papi.
En un papel menos transgresor, el mismo de Niro interpreta a Ben Whitaker, un viudo de 70 años jubilado, que entra en la vida de Jules (Anne Hathaway), una brillante empresaria que por momentos parece perder la brújula, ante la disyuntiva de dedicarse a la familia o al negocio, en la cita El pasante.
Otras abuelas matriarcas, que impulsan a sus nietas son las abuelitas Fa (Mulan, 1998), una mujer alegre y alocada que cree en la magia para mover el mundo; en la misma categoría está Tala, la abuela y mejor amiga de Moana (Moana,2016), quien pronto ha de gobernar a su pueblo impulsada por sus corazonadas y apoyada por su abuela; también en el rubro animado podría mencionarse a Mamá Odie (La princesa y el sapo, 2009), quien es una sacerdotisa que confabulará con los protagonistas para cumplir sus sueños.
Pixar hizo lo propio con mamá Coco, la abuelita de Miguel Rivera, una carismática anciana que ha quedado indisolublemente ligada a la canción de Recuérdame, que le canta en algún momento su nieto, Ese personaje, se dice. estuvo inspirado en una ciudadana michoacana de 105 años, de nombre Salud Ramírez Caballero.
Abuelos memorables también los hay en la cinematografía japonesa, baste recordar Rapsodia en Agosto (1991), de Akira Kurosawa. Una cinta donde una anciana abuela, que perdió a su marido en el bombardeo de Nagasaki, queda al cuidado de sus cuatro nietos. Un viaje que narra la historia de tres generaciones y la huella que deja en ellos el bombardeo nuclear.
Kurosawa repite la figura del venerable anciano en El cumpleaños (1993), donde chicos de una provincia japonesa veneran año tras año a un anciano profesor, con quien todos tienen un lazo emocional.
De 2002, es la cinta, Todos los caminos llegan a casa, una conmovedora película coreana, en la que el amor y la paciencia de una abuela destruye cualquier muro generacional con su nieto, a quien enseñar que aprender a ser feliz es de las cosas más sencillas y a la vez más difíciles de la vida. ¿y tú, conoces algún otro abuelo buena onda del cine?
Aunque el origen de la celebración del Día de los abuelos apunta más a una fecha impuesta por motivos comerciales, en México poco a poco se arraiga esta costumbre y desde hace unas décadas se conmemora a los adultos mayores el 28 de agosto, así que recordemos algunos singulares abuelos de la cinematografía reciente, encabezados desde luego por la llamada abuela del Cine Mexicano, doña Sara García.
Nacida en Orizaba, Veracruz, en 1895, la emblemática actriz tenía apenas 45 años cuando para interpretar un papel de anciana se deshizo de 14 piezas dentales para lograr la caracterización en la cinta Allá en el trópico (1940) y tuvo tanto éxito que a partir de ahí se le encasilló como la abuela de México y le permitió alternar con los más importantes actores de la época y trabajar con directores como Ismael Rodríguez, Luis Alcoriza o Julián Soler, entre otros.
Entre las cintas en las que populariza la figura de la abuela destacan: Nobleza ranchera, donde su nieto es Juan Gabriel; en El hijo del Pueblo, es Vicente Fernández; en El Inocente, Silvia Pinal, y en Mecánica Nacional, es abuela de Alma Muriel (hija de Manolo Fábregas). Aunque sin duda hay dos caracterizaciones de abuela que han conquistado el corazón de los mexicanos: la recia mujer dominante de Los tres García y Vuelven los García, donde sus nietos son Pedro Infante, Abel Salazar y Víctor Manuel Mendoza, y la dulce, cómplice y consentidora nana Tomasita, de Cristina (Graciela Mauri) en la teleserie Mundo de juguete.
Otra abuela memorable de la cinematografía nacional fue Prudencia Grifell, hija de padres cubano-españoles, quien comenzó su carrera actoral en 1890, haciendo zarzuela en Caracas, Venezuela. Se dice que llegó a México en los primeros años del siglo XX y trabajó con Esperanza Iris y María Conesa, con quienes formó el grupo Las Tres Gracias, y es en la década de los 40 que debuta en cine haciendo abuelitas, entre las más inolvidables está justamente el dueto que hiciera con Sara García en Las señoritas Vivanco y El proceso de las señoritas Vivanco. También habían hecho mancuerna como tías ancianas de Pedro Infante, en La Tercera Palabra, dirigidas por Julián Soler. Grifel murió en la capital mexicana en 1970, a los 93 años, mientras que García deja este mundo en 1980.
Aunque en el cine nacional también ha habido abuelos, éstos no han permeado de manera tan contundente en la memoria colectiva como en el caso de las abuelas, sin embargo, hay que mencionar los casos de Joaquín Pardavé (Mi adorada Clementina, abuelo de Marga López), Andrés Soler (Damiana y los hombres, abuelo de Muche Carreño), y Jorge Martínez de Hoyos (El abuelo y yo, abuelo de Gael García Bernal) e Ignacio López Tarso (Amores con trampa, donde es abuelo de la familia Carmona) en la pantalla chica...
En el cine internacional, el rol es más equilibrado y destacan tanto abuelos como abuelas, personificaciones actorales y dibujos animados, tal es el caso de actores de la talla de Julie Andrews, que es la reina abuela de Anne Hathaway, en El Diario de la Princesa y su secuela. Se trata de una soberana permisiva, capaz de romper hasta el protocolo real, por ser comprensiva y cómplice de su nieta, la extravagante Mia Termópolis.
Antes, el famoso señor Miyagui de la saga de Karate Kid, primero con Ralph Macchio y luego con Hillary Swank, cumple con el rol, a pesar de que no lo une con ellos un lazo sanguíneo. También se trata de un abuelo transmisor de sabiduría y cómplice de andanzas.
El aplauso se lo lleva recientemente Robert de Niro, quien estelariza Mi abuelo es un peligro, de 2016, al lado de Zac Efron, interpretando un desinhibido abuelo que con sus locuras ayudará a su nieto a rebelarse del yugo paterno, en medio de un viaje lleno de excesos que deja singulares enseñanzas al nerd abogado en la firma de papi.
En un papel menos transgresor, el mismo de Niro interpreta a Ben Whitaker, un viudo de 70 años jubilado, que entra en la vida de Jules (Anne Hathaway), una brillante empresaria que por momentos parece perder la brújula, ante la disyuntiva de dedicarse a la familia o al negocio, en la cita El pasante.
Otras abuelas matriarcas, que impulsan a sus nietas son las abuelitas Fa (Mulan, 1998), una mujer alegre y alocada que cree en la magia para mover el mundo; en la misma categoría está Tala, la abuela y mejor amiga de Moana (Moana,2016), quien pronto ha de gobernar a su pueblo impulsada por sus corazonadas y apoyada por su abuela; también en el rubro animado podría mencionarse a Mamá Odie (La princesa y el sapo, 2009), quien es una sacerdotisa que confabulará con los protagonistas para cumplir sus sueños.
Pixar hizo lo propio con mamá Coco, la abuelita de Miguel Rivera, una carismática anciana que ha quedado indisolublemente ligada a la canción de Recuérdame, que le canta en algún momento su nieto, Ese personaje, se dice. estuvo inspirado en una ciudadana michoacana de 105 años, de nombre Salud Ramírez Caballero.
Abuelos memorables también los hay en la cinematografía japonesa, baste recordar Rapsodia en Agosto (1991), de Akira Kurosawa. Una cinta donde una anciana abuela, que perdió a su marido en el bombardeo de Nagasaki, queda al cuidado de sus cuatro nietos. Un viaje que narra la historia de tres generaciones y la huella que deja en ellos el bombardeo nuclear.
Kurosawa repite la figura del venerable anciano en El cumpleaños (1993), donde chicos de una provincia japonesa veneran año tras año a un anciano profesor, con quien todos tienen un lazo emocional.
De 2002, es la cinta, Todos los caminos llegan a casa, una conmovedora película coreana, en la que el amor y la paciencia de una abuela destruye cualquier muro generacional con su nieto, a quien enseñar que aprender a ser feliz es de las cosas más sencillas y a la vez más difíciles de la vida. ¿y tú, conoces algún otro abuelo buena onda del cine?