Chéche Lavi: una relación no romántica en medio del caos
POR: VIOLETA ROJAS
24-03-2019 16:43:04
Chéche Lavi es un documental cuya narrativa visual presenta a la ciudad de Tijuana y algunos lugares de Haití de una forma majestuosa. La cinta dirigida por Sam Ellison director estadounidense está completamente nutrida de diferentes perspectivas debido a la participación de Rachel Cantave, antropóloga de origen haitiano y estadounidense, y Abraham Ávila asentado en Tijuana.
Chéche Lavi (Buscando una vida) surge como una necesidad de transmitir la historia de dos amigos que han decido migrar de Haití después del terremoto en 2010, ambos en búsqueda de mejores condiciones de vida. Primero a Brasil donde encuentran trabajo temporal creado por las olimpiadas y al finalizar este periodo deciden buscar la condición de refugiado en Estados Unidos; sin embargo, los procesos migratorios y la evaluación de los candidatos se torna bastante largo y posteriormente frustrado con el inicio de una nueva administración estadounidense gubernamental.
El director Sam Ellison tuvo la idea de plasmar esta historia después de leer una noticia sobre la ola migratoria; su objetivo central no es abordar este problema desde una perspectiva política; no obstante, aparecen de una manera sutil problemáticas sociales, económicas y estructurales.
Sam Ellison reconoce que el documental se enfoca en la amistad de Robens y James en medio de un contexto político caótico, con la finalidad de transmitir que en medio de las circunstancias desfavorables el acompañamiento de ambos es fundamental y la fortaleza de su vínculo.
James y Robens comparten su historia, las aspiraciones y el miedo ante la incertidumbre del futuro, al mismo tiempo que se exhiben imágenes de la ciudad increíblemente representativas de la cotidianidad pero que sacuden de una forma visualmente extraordinaria, paisajes citadinos, banderas de papel ondeando, niños jugando canicas o el increíble vaivén y sonido del mar.
Es importante recordar que después del terremoto en Haití llegó a México la primera ola de refugiados a quienes no se les reconoció como tales, de modo que les fue asignada una visa humanitaria con vigencia de un año y que al expirar muchos se quedaron de manera irregular. Tal como es el caso de uno de ellos que ha decido permanecer en México y como la mayoría trabajar principalmente en la industria de ensamblaje o dentro de los comercios locales.
Quizá la reflexión principal podría ser abordar el problema de la migración de Haití prestando atención a los individuos y no a grande escala, con una pregunta en la cabeza de ambos protagonistas: ¿hasta qué punto la amistad prevalece bajo circunstancias adversas y futuros impredecibles?
Chéche Lavi es un documental cuya narrativa visual presenta a la ciudad de Tijuana y algunos lugares de Haití de una forma majestuosa. La cinta dirigida por Sam Ellison director estadounidense está completamente nutrida de diferentes perspectivas debido a la participación de Rachel Cantave, antropóloga de origen haitiano y estadounidense, y Abraham Ávila asentado en Tijuana.
Chéche Lavi (Buscando una vida) surge como una necesidad de transmitir la historia de dos amigos que han decido migrar de Haití después del terremoto en 2010, ambos en búsqueda de mejores condiciones de vida. Primero a Brasil donde encuentran trabajo temporal creado por las olimpiadas y al finalizar este periodo deciden buscar la condición de refugiado en Estados Unidos; sin embargo, los procesos migratorios y la evaluación de los candidatos se torna bastante largo y posteriormente frustrado con el inicio de una nueva administración estadounidense gubernamental.
El director Sam Ellison tuvo la idea de plasmar esta historia después de leer una noticia sobre la ola migratoria; su objetivo central no es abordar este problema desde una perspectiva política; no obstante, aparecen de una manera sutil problemáticas sociales, económicas y estructurales.
Sam Ellison reconoce que el documental se enfoca en la amistad de Robens y James en medio de un contexto político caótico, con la finalidad de transmitir que en medio de las circunstancias desfavorables el acompañamiento de ambos es fundamental y la fortaleza de su vínculo.
James y Robens comparten su historia, las aspiraciones y el miedo ante la incertidumbre del futuro, al mismo tiempo que se exhiben imágenes de la ciudad increíblemente representativas de la cotidianidad pero que sacuden de una forma visualmente extraordinaria, paisajes citadinos, banderas de papel ondeando, niños jugando canicas o el increíble vaivén y sonido del mar.
Es importante recordar que después del terremoto en Haití llegó a México la primera ola de refugiados a quienes no se les reconoció como tales, de modo que les fue asignada una visa humanitaria con vigencia de un año y que al expirar muchos se quedaron de manera irregular. Tal como es el caso de uno de ellos que ha decido permanecer en México y como la mayoría trabajar principalmente en la industria de ensamblaje o dentro de los comercios locales.
Quizá la reflexión principal podría ser abordar el problema de la migración de Haití prestando atención a los individuos y no a grande escala, con una pregunta en la cabeza de ambos protagonistas: ¿hasta qué punto la amistad prevalece bajo circunstancias adversas y futuros impredecibles?