Aún más bella y el reencuentro con la vida
POR: MAURICIO HERNÁNDEZ
01-06-2018 14:14:19
No hay nada más escalofriante que las posibilidades y sucesos reales, como son las enfermedades. El cáncer de seno es la segunda causa de muerte más común en mujeres, llevándose millones de vidas cada año alrededor del mundo. Quienes logran superar el tormento, muchas veces quedan en la desolación. Evolucionar puede ser lo más complicado al tratarse de un viacrucis así. Así, Aún más bella nos presenta una historia sobre avanzar, sobre abrazar el porvenir y aceptarse de nuevo.
Lucie (Florence Foresti), una señora de mediana edad, se encuentra en remisión, pero la huella emocional del cáncer aún yace en ella. No sabe cómo continuar tras el desgarrador episodio. Su familia intenta impulsarla a seguir con normalidad, pero la inseguridad sobre su personalidad y cuerpo, siguen apartándola de gozar la existencia. Buscando una peluca se encontrará con Dalila (Nicole Garcia), una peculiar maestra de danza quien, con métodos poco ortodoxos, le ayudará a reencontrarse con el amor hacia sí misma; mientras que lidiará con Clovis (Mathieu Kassovitz), un hombre soberbio que tratará de enamorarla.
Al estar en boga, el feminismo ha sido adoptado como un tema central por las industrias. Diferentes productos audiovisuales, para llegar a un mercado mayor y llamar la atención, son etiquetadas de feministas cuando lo que muestran en pantalla realmente no se acerca a eso… véase Mujer Maravilla (2017). Ahora, una cinta que exalta la aceptación del cuerpo, la belleza intrínseca a la figura humana, particularmente la femenina, y a la lucha por continuar la vida a pesar de las dificultades (en este caso, el cáncer de mama), me suena mucho más cercana a exponer una postura feminista—y así es—.
En Aún más bella podemos apreciar dos potentes escenas que ilustran el empoderamiento de la mujer. La primera es una donde vemos al grupo de Dalila ensayar una enérgica coreografía que será mostrada en un evento público, parte de su curso, con zapatos de tacón y ropa interior como único vestuario. El sonido se suprime casi en su totalidad, sólo escuchamos el taconeo y vemos, mediante un travelling y distintos juegos de planos, a las mujeres proyectando una confianza tremenda y cómodas con su figura. En la segunda, por un ejercicio, las señoras deben desnudarse por completo y mostrarse ante las demás. Lucie, después de dudar y meditarlo, hace un recorrido desde el backstage hacia el escenario. Al encarar a la pequeña audiencia, se deshace de la ropa y sin que nos enseñen más que su espalda alta y cara, la sonoridad se apaga casi enteramente para escuchar vagamente los aplausos que recibe de sus compañeras. Al suprimir todo ruido y terminar con la expresión sonriente de la dama, entendemos el sentimiento de realización, alegría y, a la vez, de intimidad que siente Lucie por reconstruir su autoestima.
El filme también tiene un acercamiento a la comedia romántica que se ve expresada en la interacción entre la protagonista y Clovis, quien suele dar el toque chistorete al relato. Todo el carácter feminista se hubiera arruinado si el tambaleante cortejo entre ambos se convirtiera en un punto central de la trama o la resolución final fuera un hermoso beso bajo las luces parisinas. Eso no ocurrió, pero dicho coqueteo sí trunca, en ocasiones, el desarrollo argumental.
Esos franceses sí que saben retratar el amor. En este caso, el amor propio. Aún más bella es una agradable y conmovedora propuesta que contribuye al discurso de valoración de la mujer y complace en el proceso. Recomiendo que ponga especial atención a la penúltima secuencia, otra de sumo valor y, por supuesto, belleza.
No hay nada más escalofriante que las posibilidades y sucesos reales, como son las enfermedades. El cáncer de seno es la segunda causa de muerte más común en mujeres, llevándose millones de vidas cada año alrededor del mundo. Quienes logran superar el tormento, muchas veces quedan en la desolación. Evolucionar puede ser lo más complicado al tratarse de un viacrucis así. Así, Aún más bella nos presenta una historia sobre avanzar, sobre abrazar el porvenir y aceptarse de nuevo.
Lucie (Florence Foresti), una señora de mediana edad, se encuentra en remisión, pero la huella emocional del cáncer aún yace en ella. No sabe cómo continuar tras el desgarrador episodio. Su familia intenta impulsarla a seguir con normalidad, pero la inseguridad sobre su personalidad y cuerpo, siguen apartándola de gozar la existencia. Buscando una peluca se encontrará con Dalila (Nicole Garcia), una peculiar maestra de danza quien, con métodos poco ortodoxos, le ayudará a reencontrarse con el amor hacia sí misma; mientras que lidiará con Clovis (Mathieu Kassovitz), un hombre soberbio que tratará de enamorarla.
Al estar en boga, el feminismo ha sido adoptado como un tema central por las industrias. Diferentes productos audiovisuales, para llegar a un mercado mayor y llamar la atención, son etiquetadas de feministas cuando lo que muestran en pantalla realmente no se acerca a eso… véase Mujer Maravilla (2017). Ahora, una cinta que exalta la aceptación del cuerpo, la belleza intrínseca a la figura humana, particularmente la femenina, y a la lucha por continuar la vida a pesar de las dificultades (en este caso, el cáncer de mama), me suena mucho más cercana a exponer una postura feminista—y así es—.
En Aún más bella podemos apreciar dos potentes escenas que ilustran el empoderamiento de la mujer. La primera es una donde vemos al grupo de Dalila ensayar una enérgica coreografía que será mostrada en un evento público, parte de su curso, con zapatos de tacón y ropa interior como único vestuario. El sonido se suprime casi en su totalidad, sólo escuchamos el taconeo y vemos, mediante un travelling y distintos juegos de planos, a las mujeres proyectando una confianza tremenda y cómodas con su figura. En la segunda, por un ejercicio, las señoras deben desnudarse por completo y mostrarse ante las demás. Lucie, después de dudar y meditarlo, hace un recorrido desde el backstage hacia el escenario. Al encarar a la pequeña audiencia, se deshace de la ropa y sin que nos enseñen más que su espalda alta y cara, la sonoridad se apaga casi enteramente para escuchar vagamente los aplausos que recibe de sus compañeras. Al suprimir todo ruido y terminar con la expresión sonriente de la dama, entendemos el sentimiento de realización, alegría y, a la vez, de intimidad que siente Lucie por reconstruir su autoestima.
El filme también tiene un acercamiento a la comedia romántica que se ve expresada en la interacción entre la protagonista y Clovis, quien suele dar el toque chistorete al relato. Todo el carácter feminista se hubiera arruinado si el tambaleante cortejo entre ambos se convirtiera en un punto central de la trama o la resolución final fuera un hermoso beso bajo las luces parisinas. Eso no ocurrió, pero dicho coqueteo sí trunca, en ocasiones, el desarrollo argumental.
Esos franceses sí que saben retratar el amor. En este caso, el amor propio. Aún más bella es una agradable y conmovedora propuesta que contribuye al discurso de valoración de la mujer y complace en el proceso. Recomiendo que ponga especial atención a la penúltima secuencia, otra de sumo valor y, por supuesto, belleza.