La cumplidora película de Han Solo
POR: RAFAEL MARTÍNEZ
26-05-2018 23:42:55
Cuando en 2012 Disney anunció la compra de Lucasfilm y sus propiedades por poco más de 4 mil millones de dólares, se confirmó también la creación de una nueva trilogía, la cual estaría ubicada 30 años después de los sucesos del Episodio VI Return of the Jedi, y no sólo eso, sino que además estrenarían una serie de spin-offs (entonces llamados Star Wars Anthology) en los que se explorarían personajes icónicos de la saga o momentos relevantes en la historia de la galaxia lejana que no fueron mostrados en los Episodios. El plan era, en resumen, sacarle todo el provecho del mundo a tan significativa compra.
La primera de estas películas “antológicas”, Rogue One: A Star Wars Story, llegó en diciembre de 2016 de la mano del joven director Gareth Edwards y en medio de incertidumbre, ya que a principios de ese año se habló mucho de habían tenido que volver a filmar buena parte de la película porque el corte no convencía a los ejecutivos del Estudio. A pesar de los rumores de desastre, las reescrituras y la presión para terminar la película a tiempo, Rogue One llegó a los cines en la fecha prevista y sorprendió a todos, pues no sólo se trata de una muy buena película, sino que ya es por muchos considerada una de las mejores de la saga galáctica, al nivel de la mítica The Empire Strikes Back y la clásica A New Hope.
La historia detrás de Solo: A Star Wars Story no es muy diferente. A punto de terminar su rodaje, los directores originales Phil Lord y Christopher Miller (The LEGO Movie, 21 Jump Street), fueron despedidos por supuestas diferencias creativas con Lucasfilm y su presidenta Kathleen Kennedy, para ser reemplazados poco después por el veterano Ron Howard, una decisión muy coherente, pues el Estudio necesitaba a un director con oficio, que entregara algo de calidad, apegado fielmente al guión de Lawrence y Jonathan Kasdan, y sin tener que postergar la fecha de estreno (fijada en mayo, a diferencia de las tres producciones previas que estrenaron en diciembre). Y así es como llegamos a la película que ahora se estrena en muchas partes del mundo, la segunda de esta serie antológica tras ser cancelada la película de Josh Trank (Chronicle) sobre el caza recompensas Boba Fett, hoy retomada por James Mangold (Logan).
Pues bien, Solo: A Star Wars Story resultó ser la película que nos prometieron, y no mucho más. Una satisfactoria adición a este universo cinematográfico. Un viaje emocionante, trepidante, divertido y muy bien narrado. No es un logro mayor como el que Edwards consiguió hace un par de años con Rogue One, pero sí es un trabajo destacable y honesto.
La labor de todo el equipo creativo, delante y detrás de la cámara, es de reconocerse. Ron Howard logra construir una película bien balanceada, de ritmo impecable y siempre en el tono correcto. El fotógrafo, Bradford Young (Arrival) consigue grandes imágenes que evocan tanto a los mejores momentos (visualmente hablando) de la saga de Star Wars, como a los western más clásicos de la historia del cine (no es gratuita toda esa secuencia/homenaje en la que nuestro grupo de ladrones protagonista asaltan un tren). El reparto completo entrega interpretaciones muy buenas, sin que haya un gran sobresaliente, por más que muchos quieran aplaudir demasiado a Donald Glover, que lo hace bien y ya. Alden Ehrenreich hace un buen Han Solo, que no consigue opacar nunca al genial Harrison Ford, pero tampoco hace que le extrañemos demasiado. El único que no pudo convencerme del todo fue el músico John Powell, quien entrega un score que en más de una ocasión me hizo sentir que escuchaba algo no perteneciente a este universo de ficción, que desentonaba mucho. John Williams será siempre difícil de igualar, aunque Giacchino hizo un trabajo muy decoroso (y en sólo un mes, tras la salida de Alexandre Desplat) con Rogue One.
Una advertencia: Al parecer mucha gente se ha sentido decepcionada después de ver Solo porque esperaban (no entiendo por qué) encontrarse con una historia de origen del personaje o con algo que aportara información relevante para la mitología de Star Wars, cuando en realidad se trata sólo de una aventura más protagonizada por este carismático forajido. Nunca se nos dijo que veríamos otra cosa, de hecho se nos prometió poco (posible spoiler): Han conociendo a Chewbacca y a Lando, y Han haciéndose con el Halcón Milenario. Ambas se cumplen, y todo lo que sucede alrededor de esa anécdota, es muy divertido y alucinante. Disfrutemos el viaje y no pidamos más. Basta revisitar el universo y convivir nuevamente con estos icónicos personajes para pasarla muy bien en el cine, que de eso se trata todo esto.
Cuando en 2012 Disney anunció la compra de Lucasfilm y sus propiedades por poco más de 4 mil millones de dólares, se confirmó también la creación de una nueva trilogía, la cual estaría ubicada 30 años después de los sucesos del Episodio VI Return of the Jedi, y no sólo eso, sino que además estrenarían una serie de spin-offs (entonces llamados Star Wars Anthology) en los que se explorarían personajes icónicos de la saga o momentos relevantes en la historia de la galaxia lejana que no fueron mostrados en los Episodios. El plan era, en resumen, sacarle todo el provecho del mundo a tan significativa compra.
La primera de estas películas “antológicas”, Rogue One: A Star Wars Story, llegó en diciembre de 2016 de la mano del joven director Gareth Edwards y en medio de incertidumbre, ya que a principios de ese año se habló mucho de habían tenido que volver a filmar buena parte de la película porque el corte no convencía a los ejecutivos del Estudio. A pesar de los rumores de desastre, las reescrituras y la presión para terminar la película a tiempo, Rogue One llegó a los cines en la fecha prevista y sorprendió a todos, pues no sólo se trata de una muy buena película, sino que ya es por muchos considerada una de las mejores de la saga galáctica, al nivel de la mítica The Empire Strikes Back y la clásica A New Hope.
La historia detrás de Solo: A Star Wars Story no es muy diferente. A punto de terminar su rodaje, los directores originales Phil Lord y Christopher Miller (The LEGO Movie, 21 Jump Street), fueron despedidos por supuestas diferencias creativas con Lucasfilm y su presidenta Kathleen Kennedy, para ser reemplazados poco después por el veterano Ron Howard, una decisión muy coherente, pues el Estudio necesitaba a un director con oficio, que entregara algo de calidad, apegado fielmente al guión de Lawrence y Jonathan Kasdan, y sin tener que postergar la fecha de estreno (fijada en mayo, a diferencia de las tres producciones previas que estrenaron en diciembre). Y así es como llegamos a la película que ahora se estrena en muchas partes del mundo, la segunda de esta serie antológica tras ser cancelada la película de Josh Trank (Chronicle) sobre el caza recompensas Boba Fett, hoy retomada por James Mangold (Logan).
Pues bien, Solo: A Star Wars Story resultó ser la película que nos prometieron, y no mucho más. Una satisfactoria adición a este universo cinematográfico. Un viaje emocionante, trepidante, divertido y muy bien narrado. No es un logro mayor como el que Edwards consiguió hace un par de años con Rogue One, pero sí es un trabajo destacable y honesto.
La labor de todo el equipo creativo, delante y detrás de la cámara, es de reconocerse. Ron Howard logra construir una película bien balanceada, de ritmo impecable y siempre en el tono correcto. El fotógrafo, Bradford Young (Arrival) consigue grandes imágenes que evocan tanto a los mejores momentos (visualmente hablando) de la saga de Star Wars, como a los western más clásicos de la historia del cine (no es gratuita toda esa secuencia/homenaje en la que nuestro grupo de ladrones protagonista asaltan un tren). El reparto completo entrega interpretaciones muy buenas, sin que haya un gran sobresaliente, por más que muchos quieran aplaudir demasiado a Donald Glover, que lo hace bien y ya. Alden Ehrenreich hace un buen Han Solo, que no consigue opacar nunca al genial Harrison Ford, pero tampoco hace que le extrañemos demasiado. El único que no pudo convencerme del todo fue el músico John Powell, quien entrega un score que en más de una ocasión me hizo sentir que escuchaba algo no perteneciente a este universo de ficción, que desentonaba mucho. John Williams será siempre difícil de igualar, aunque Giacchino hizo un trabajo muy decoroso (y en sólo un mes, tras la salida de Alexandre Desplat) con Rogue One.
Una advertencia: Al parecer mucha gente se ha sentido decepcionada después de ver Solo porque esperaban (no entiendo por qué) encontrarse con una historia de origen del personaje o con algo que aportara información relevante para la mitología de Star Wars, cuando en realidad se trata sólo de una aventura más protagonizada por este carismático forajido. Nunca se nos dijo que veríamos otra cosa, de hecho se nos prometió poco (posible spoiler): Han conociendo a Chewbacca y a Lando, y Han haciéndose con el Halcón Milenario. Ambas se cumplen, y todo lo que sucede alrededor de esa anécdota, es muy divertido y alucinante. Disfrutemos el viaje y no pidamos más. Basta revisitar el universo y convivir nuevamente con estos icónicos personajes para pasarla muy bien en el cine, que de eso se trata todo esto.