Antes de ser director, Ariel Gutiérrez fue un cinéfilo, creció observando cine, admirando a grandes directores que desfilaban por la alfombra del Palacio de Festivales, el templo del cine del Festival de Cannes, y soñó con algún día estar ahí y pisar el mismo suelo que Godard, Clément, Almodóvar, Bresson, Scorsese y Del Toro tocaron alguna vez.

Este año, Ariel, estudiante del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), compite en Cinèfondation, selección oficial del Festival de Cannes, uno de los más importante del mundo, con su cortometraje Los tiempos de Héctor, donde un doctor que ha perdido su licencia médica y que se dedica a ayudar a bien morir a desahuciados se encuentra con una joven mujer que decide que su existencia en el mundo ha llegado a su fin.

¿Pero cómo esté joven director pasó de asistir al cine, ver el festival de la costa francesa por televisión, y escribir crítica cinematográfica, a ser uno de los pocos mexicanos que este año estarán en Cannes? Ariel lo tiene claro y lo compartió en entrevista con Encuadres.

"Hay un punto, no sé si a todos les suceda, a veces lo he platicado con algunos amigos que escriben crítica y les decía ¿no sienten que hay un punto donde después de ver tantas películas, de tantos países, tantos directores, tantas veces, no sienten la necesidad ustedes de hacer su propia película? En mi caso, después de ver tantas películas inspiradoras, dije: también quiero hacer eso, yo también tengo algo que decir".

Esa necesidad de expresar una idea, de contar una historia, fue lo que motivó a Ariel a tomar una cámara casera y emprender su propio camino dentro del séptimo arte.

"Recuerdo mis primeros ejercicios, eran horribles, grabando mis juguetes y luego poniendo a mis papás a actuar y luego ya en un esquema más profesional, que es distinto, pero creo que la sensación es la misma de mucha ilusión cuando uno está grabando".

Este viaje le ha permitido ir acumulando experiencias que ha utilizado como herramientas para contar historias, que sin ser necesariamente autobiográficas, están impregnadas de sentimientos personales, como es el caso de Los tiempos de Héctor.

"No me gustaría ver este corto como algo catártico pero cuando lo veo recuerdo mi estado de ánimo al momento de escribirlo, que cambió al momento que lo filmé, es algo que tiene el cine, son tan largos los procesos que uno cambia como persona, le suceden cosas buenas y malas. Pero sí se puede ver reflejado el estado de ánimo que sentía, era un estado como gris, sombrío, un poco alicaído, creo que eso se puede ver en los personajes"

Las vivencias de Ariel y los sentimientos suscitados de relaciones personales, como el amor, son fuente de inspiración, materia prima para seguir escribiendo y seguir contando historias.

"Los tiempos de Héctor fue mi tesis con la que me titulé en mi especialización de dirección y actualmente estoy en la escritura de un largometraje y es de una experiencia personal, se sitúa en el estado de Coahuila y habla de una cosa que le sucedió a mi familia relacionada con el tema de violencia y como eso, en los últimos dos sexenios, ha repercutido en la manera de vivir de la gente, si salen o no salen, cómo hablan (...) y me interesa contar una historia en el contexto de mi tierra, de mi región".

Pero por ahora este viaje tiene una parada importante para él, el sueño que alguna vez tuvo cuando niño se ha hecho una realidad, estará en el Festival de Cine de Cannes. 

"Cuando recibí la noticia fue algo inesperado, algo que no tenía contemplado y que me sacudió positivamente, me llenó primero de emoción pero también de muchísimo orgullo porque saber que el trabajo es de calidad y que gusta en otros países, que gusta en el marco de un festival tan prestigioso como Cannes y que además yo he admirado por los cineastas que han pasado por ahí (...) y también un honor el poder representar a la escuela y a mi país también".