ANORA: Cenicienta para adultos
POR: FERNANDA LOZADA
09-01-2025 16:57:04
En la actualidad siempre vamos a encontrar referencias o similitudes en las historias que nos narran, dicen que ya todo ha sido contado, sin embargo, aún quedan muchas variantes y formas por explorar y es por eso que Anora, la nueva película de Sean Baker, ha sido tan galardonada, la forma y variante con la que se presenta esta historia es sin igual; a través de una comedia negra el director nos regala una tragedia, una fábula y más disfrazada de una especie de Cenicienta para adultos.
Mikey Madison es posiblemente una de las actrices más capaces en su disciplina y es que el papel protagónico de la película es suyo y con toda razón, el viaje, arco y desarrollo de Ani es uno de los más completos y complejos en el cine actual; la mirada de Baker nos presenta a una joven stripper que por azares del destino atiende a un adolescente multimillonario perteneciente a una mafiosa familia rusa, la historia desarrolla su relación y nos regala una probadita del sueño de cualquier chica, con toda la magia pero sin perder ese poquito de realidad, muy al estilo Cenicienta, una chica maltratada por las condiciones de la vida que es salvada por un caballero que es capaz de sacarla de su trágico entorno y convertirla en una princesa gracias al amor.
El tono de Anora es cómico y ostenta un ritmo perfecto para la situación, para el espectador es inevitable quedar prendado de los personajes y sus virtudes y defectos; Ani como una mujer fuerte e independiente pero que es en el fondo sensible y amorosa que se encuentra con Vanya, el heredero joven adicto a la fiesta pero que se da la oportunidad de enamorarse de la doncella de diferente estatus social. Es el cuento de hadas +18 más lindo que pudiéramos ver, la stripper y el millonario que además encuentran el escenario más cursi y perfecto para desarrollar este romance, Las Vegas; qué otro lugar podría ser testigo del amor más puro y sincero que las capillas donde el mismísimo Elvis Presley es tu padrino de bodas.
Ahogados en el romance y en la idea del amor al más puro estilo de cuento comenzamos con la verdadera montaña rusa de emociones que es esta película, a través de un evento inesperado se nos cae la venda de los ojos, habíamos caído en la trampa junto con Ani, la verdad nunca es como en las películas de princesas, Vanya desaparece evitando un conflicto con su familia quien se entera del precipitado matrimonio, el cual obviamente desaprueban, no solo por su edad y su evidente falta de madurez y responsabilidad si noque también por la reputación de Ani, una stripper americana que probablemente solo busca desfalcar económicamente al más pequeño de la familia Zakharov.
Poco a poco vamos regresando a la realidad después de el bombardeo de amor que nos hicieron porque, si algo desarrollamos como público, es empatía con Ani, desde que nos están narrando desde su perspectiva hasta que el storytelling nos hace víctimas enamoradasirremediablemente junto y justo como ella; afortunadamente esto es una comedia (o al menos hasta ahora) porque durante la búsqueda de Vanya junto a los trabajadores y lacayos de la familia rusa conocemos a personajes hiper divertidos y escritos bajo un tono cómico plenamente identificable, Toros, Garnik e Igor por ejemplo, tres sicarios rusos que pierden todo poder al enfrentarse con Ani.
También es divertidísima la comedia que se desarrolla a través de la situación y es que el guion de la película es pulcro y actual, los diálogos refieren a la cotidianidad y eso conecta forzosamente con el público, los personajes aluden a diferentes grupos de edad e incluso con diferentes realidades socio económicas, ofreciendo la posibilidad de identificarse y de reconocer a lo que se aspira así sea mediante actividades turbias y debemos resaltar el gran trabajo actoral, desde el evidente proceso de entendimiento de personaje,hasta la química con otros actores, todo el elenco es brillante y destacan por sí mismos aunque resaltamos lo súper merecido de los premios que ha recibido Madison por su trabajo y es que, esta comedia da un giro inesperado, para no estropear ni destripar la película solo hay que hablar sobre el manejo sobre las emociones ajenas que tiene Sean Baker, el final de Anora es posiblemente uno de los más crudos y duros de los últimos años, tiene la capacidad de hacer reflexionar a un público que venía de un dolor de estomago fuerte por las risas, de hacerlos auto cuestionarse su humor, de pensar qué perspectiva decidimos darle a la vida y a sus desacatos con tal de protegernos a nosotros mismos de la tragedia, preguntarnos cómo podemos ser tan ingenuos.
Anora además de visibilizar y humanizar a un grupo que ha sido mal retratado durante muchos años, el gremio de las strippers, ofrece una reflexión muy interesante a través del cambio de tono de un momento para otro, de la oportunidad de darnos cuenta de que nos han lastimado y reconocernos vulnerables y frágiles pero también nos da la oportunidad de reírnos y pasarla increíble durante dos horas dieciocho de las dos horas diecinueve que dura, lo último que nos ofrece es el golpe de realidad de cuánto nos puede doler y afectar un solo minuto.
En la actualidad siempre vamos a encontrar referencias o similitudes en las historias que nos narran, dicen que ya todo ha sido contado, sin embargo, aún quedan muchas variantes y formas por explorar y es por eso que Anora, la nueva película de Sean Baker, ha sido tan galardonada, la forma y variante con la que se presenta esta historia es sin igual; a través de una comedia negra el director nos regala una tragedia, una fábula y más disfrazada de una especie de Cenicienta para adultos.
Mikey Madison es posiblemente una de las actrices más capaces en su disciplina y es que el papel protagónico de la película es suyo y con toda razón, el viaje, arco y desarrollo de Ani es uno de los más completos y complejos en el cine actual; la mirada de Baker nos presenta a una joven stripper que por azares del destino atiende a un adolescente multimillonario perteneciente a una mafiosa familia rusa, la historia desarrolla su relación y nos regala una probadita del sueño de cualquier chica, con toda la magia pero sin perder ese poquito de realidad, muy al estilo Cenicienta, una chica maltratada por las condiciones de la vida que es salvada por un caballero que es capaz de sacarla de su trágico entorno y convertirla en una princesa gracias al amor.
El tono de Anora es cómico y ostenta un ritmo perfecto para la situación, para el espectador es inevitable quedar prendado de los personajes y sus virtudes y defectos; Ani como una mujer fuerte e independiente pero que es en el fondo sensible y amorosa que se encuentra con Vanya, el heredero joven adicto a la fiesta pero que se da la oportunidad de enamorarse de la doncella de diferente estatus social. Es el cuento de hadas +18 más lindo que pudiéramos ver, la stripper y el millonario que además encuentran el escenario más cursi y perfecto para desarrollar este romance, Las Vegas; qué otro lugar podría ser testigo del amor más puro y sincero que las capillas donde el mismísimo Elvis Presley es tu padrino de bodas.
Ahogados en el romance y en la idea del amor al más puro estilo de cuento comenzamos con la verdadera montaña rusa de emociones que es esta película, a través de un evento inesperado se nos cae la venda de los ojos, habíamos caído en la trampa junto con Ani, la verdad nunca es como en las películas de princesas, Vanya desaparece evitando un conflicto con su familia quien se entera del precipitado matrimonio, el cual obviamente desaprueban, no solo por su edad y su evidente falta de madurez y responsabilidad si noque también por la reputación de Ani, una stripper americana que probablemente solo busca desfalcar económicamente al más pequeño de la familia Zakharov.
Poco a poco vamos regresando a la realidad después de el bombardeo de amor que nos hicieron porque, si algo desarrollamos como público, es empatía con Ani, desde que nos están narrando desde su perspectiva hasta que el storytelling nos hace víctimas enamoradasirremediablemente junto y justo como ella; afortunadamente esto es una comedia (o al menos hasta ahora) porque durante la búsqueda de Vanya junto a los trabajadores y lacayos de la familia rusa conocemos a personajes hiper divertidos y escritos bajo un tono cómico plenamente identificable, Toros, Garnik e Igor por ejemplo, tres sicarios rusos que pierden todo poder al enfrentarse con Ani.
También es divertidísima la comedia que se desarrolla a través de la situación y es que el guion de la película es pulcro y actual, los diálogos refieren a la cotidianidad y eso conecta forzosamente con el público, los personajes aluden a diferentes grupos de edad e incluso con diferentes realidades socio económicas, ofreciendo la posibilidad de identificarse y de reconocer a lo que se aspira así sea mediante actividades turbias y debemos resaltar el gran trabajo actoral, desde el evidente proceso de entendimiento de personaje,hasta la química con otros actores, todo el elenco es brillante y destacan por sí mismos aunque resaltamos lo súper merecido de los premios que ha recibido Madison por su trabajo y es que, esta comedia da un giro inesperado, para no estropear ni destripar la película solo hay que hablar sobre el manejo sobre las emociones ajenas que tiene Sean Baker, el final de Anora es posiblemente uno de los más crudos y duros de los últimos años, tiene la capacidad de hacer reflexionar a un público que venía de un dolor de estomago fuerte por las risas, de hacerlos auto cuestionarse su humor, de pensar qué perspectiva decidimos darle a la vida y a sus desacatos con tal de protegernos a nosotros mismos de la tragedia, preguntarnos cómo podemos ser tan ingenuos.
Anora además de visibilizar y humanizar a un grupo que ha sido mal retratado durante muchos años, el gremio de las strippers, ofrece una reflexión muy interesante a través del cambio de tono de un momento para otro, de la oportunidad de darnos cuenta de que nos han lastimado y reconocernos vulnerables y frágiles pero también nos da la oportunidad de reírnos y pasarla increíble durante dos horas dieciocho de las dos horas diecinueve que dura, lo último que nos ofrece es el golpe de realidad de cuánto nos puede doler y afectar un solo minuto.