Aitana Sánchez-Gijón, Goya de Honor 2025
POR: ENCUADRES
17-10-2024 10:03:49
A la actriz Aitana Sánchez-Gijón la recordamos por películas como Volavérunt, de Bigas Luna y por su primera nominación a los premios Goya por Madres paralelas, de Pedro Almodóvar, sin embargo, en su larga trayectoria de más de 40 años ha sabido compaginar su extraordinario trabajo en escena, en el cine y en la televisión, por ello, será merecedora del Goya de Honor 2025, que otorga la Academia de Cine española.
“He nacido casi siendo actriz y sentir que esa trayectoria de vida es vista por mis compañeros me emociona profundamente. Es una prueba de amor máxima”, expresó Aitana, quien será reconocida en la Gala de los Goya, que se celebrará el próximo 8 de febrero en Granada, España.
Casi 40 años de carrera cinematográfica avalan a la intérprete, que logró la Concha de Plata a la Mejor actriz del Festival de San Sebastián por Volavérunt, de Bigas Luna, y su primera nominación a los premios Goya por Madres paralelas, de Pedro Almodóvar.
En un encuentro con los medios, donde se mostró “abrumada, agradecidísima y muy feliz”, Sánchez-Gijón hizo balance de los 38 años que lleva en el cine. “Cuando era joven solo deseaba ser actriz como nada en el mundo, era una certeza. Tuve la suerte de que me saliera bien. No me he imaginado nada de lo que me iba a pasar, me lo he encontrado por el camino y también he podido hacer elecciones conscientes. Me lo he tomado con mucha seriedad, pero sin perder de vista la niña interior que juega y que intenta sacar hacia fuera algo del alma humana a través de los personajes”.
La Junta Directiva de la Academia ha decidido otorgar este premio honorífico a “una actriz muy querida y respetada por sus compañeros y reconocida por el público y la crítica desde sus comienzos. Una actriz completa: seria, responsable, competente, cercana y que sabe otorgar a todos sus trabajos verdad, sinceridad y profundidad”, destacó el presidente de la Academia, Fernando Méndez-Leite.
Para la actriz, el Goya de Honor “es un espaldarazo, es sentirme querida por mis compañeras y compañeros, que valoran que llevo aquí toda la vida y sentir que formo parte de esta familia del cine. Son 40 años desde que empecé a dedicarme profesionalmente a la actuación y 45 años desde que empecé con La Barraca. He nacido casi siendo actriz y sentir que esa trayectoria de vida es vista por mis compañeros me emociona profundamente. Muchos de los que nos dedicamos a esto necesitamos ser amados y esto es una prueba de amor máxima. Es un estímulo para seguir adelante”.
Aitana Sánchez-Gijón, que ha trabajado en películas de Fernando Fernán-Gómez, Pilar Miró, Bigas Luna, Vicente Aranda, Gonzalo Suárez, Jaime Chávarri, Imanol Uribe, Fernando Colomo, Pedro Almodóvar, Adolfo Aristarain, Juan José Campanella, Manolo Gómez Pereira o Patricia Ferreira, entre otros, cree que este Goya le llega en un buen momento profesional.
“Estoy en plenitud de facultades, soy más consciente de mis recursos, estoy más en paz con mis limitaciones y me doy más espacio a jugar y arriesgarme más”, reflexionó la intérprete.
Aitana Sánchez-Gijón debutó en el cine en 1986 de la mano de José María Forqué en Romanza Final (Gayarre), el mismo año en el que se convertía en un rostro habitual de la pequeña pantalla gracias a la serie Segunda enseñanza, en la que compartía reparto con Juan Diego, junto a quien recibió la Medalla de Oro de la Academia en 2015.
Unos años después de su irrupción, su carrera despegó con Bajarse al moro, comedia de Fernando Colomo que fue todo un éxito de taquilla, y que compaginó con apariciones en otros recordados largometrajes como Remando al viento, de Gonzalo Suárez, o Jarrapellejos, de Antonio Giménez Rico. También apareció en El mar y el tiempo, dirigida por Fernando Fernán-Gómez, o El pájaro de la felicidad, de Pilar Miró, al tiempo que empezaba a incorporarse a producciones internacionales, con El marido perfecto, de Beda Docampo Feijóo.
Durante toda la década de los noventa, Sánchez-Gijón fue una de las intérpretes más requeridas de nuestro cine, y encadenó importantes papeles en producciones como Un paseo por las nubes, de Alfonso Arau, en la que compartía protagonismo con Keanu Reeves; La ley de la frontera, de Adolfo Aristarain; Boca a boca y El amor perjudica seriamente la salud, ambas de Manuel Gómez Pereira; La camarera del Titanic y Volavérunt, de Bigas Luna; o Yerma, de Pilar Távora; además de encarnar en la pequeña pantalla a La Regenta, a las órdenes de Fernando Méndez-Leite.
Esta actriz, nacida en Roma, apareció ya en el nuevo siglo en El maquinista, de Brad Anderson, junto a Christian Bale; La puta y la ballena, de Luis Puenzo; o La carta esférica, de Imanol Uribe. Más recientemente, se la vio en Thi Mai: Rumbo a Vietnam, de Patricia Ferreira; Madres paralelas, de Pedro Almodóvar; La jefa, de Fran Torres, y Que nadie duerma, de Antonio Méndez Esparza.
A la actriz Aitana Sánchez-Gijón la recordamos por películas como Volavérunt, de Bigas Luna y por su primera nominación a los premios Goya por Madres paralelas, de Pedro Almodóvar, sin embargo, en su larga trayectoria de más de 40 años ha sabido compaginar su extraordinario trabajo en escena, en el cine y en la televisión, por ello, será merecedora del Goya de Honor 2025, que otorga la Academia de Cine española.
“He nacido casi siendo actriz y sentir que esa trayectoria de vida es vista por mis compañeros me emociona profundamente. Es una prueba de amor máxima”, expresó Aitana, quien será reconocida en la Gala de los Goya, que se celebrará el próximo 8 de febrero en Granada, España.
Casi 40 años de carrera cinematográfica avalan a la intérprete, que logró la Concha de Plata a la Mejor actriz del Festival de San Sebastián por Volavérunt, de Bigas Luna, y su primera nominación a los premios Goya por Madres paralelas, de Pedro Almodóvar.
En un encuentro con los medios, donde se mostró “abrumada, agradecidísima y muy feliz”, Sánchez-Gijón hizo balance de los 38 años que lleva en el cine. “Cuando era joven solo deseaba ser actriz como nada en el mundo, era una certeza. Tuve la suerte de que me saliera bien. No me he imaginado nada de lo que me iba a pasar, me lo he encontrado por el camino y también he podido hacer elecciones conscientes. Me lo he tomado con mucha seriedad, pero sin perder de vista la niña interior que juega y que intenta sacar hacia fuera algo del alma humana a través de los personajes”.
La Junta Directiva de la Academia ha decidido otorgar este premio honorífico a “una actriz muy querida y respetada por sus compañeros y reconocida por el público y la crítica desde sus comienzos. Una actriz completa: seria, responsable, competente, cercana y que sabe otorgar a todos sus trabajos verdad, sinceridad y profundidad”, destacó el presidente de la Academia, Fernando Méndez-Leite.
Para la actriz, el Goya de Honor “es un espaldarazo, es sentirme querida por mis compañeras y compañeros, que valoran que llevo aquí toda la vida y sentir que formo parte de esta familia del cine. Son 40 años desde que empecé a dedicarme profesionalmente a la actuación y 45 años desde que empecé con La Barraca. He nacido casi siendo actriz y sentir que esa trayectoria de vida es vista por mis compañeros me emociona profundamente. Muchos de los que nos dedicamos a esto necesitamos ser amados y esto es una prueba de amor máxima. Es un estímulo para seguir adelante”.
Aitana Sánchez-Gijón, que ha trabajado en películas de Fernando Fernán-Gómez, Pilar Miró, Bigas Luna, Vicente Aranda, Gonzalo Suárez, Jaime Chávarri, Imanol Uribe, Fernando Colomo, Pedro Almodóvar, Adolfo Aristarain, Juan José Campanella, Manolo Gómez Pereira o Patricia Ferreira, entre otros, cree que este Goya le llega en un buen momento profesional.
“Estoy en plenitud de facultades, soy más consciente de mis recursos, estoy más en paz con mis limitaciones y me doy más espacio a jugar y arriesgarme más”, reflexionó la intérprete.
Aitana Sánchez-Gijón debutó en el cine en 1986 de la mano de José María Forqué en Romanza Final (Gayarre), el mismo año en el que se convertía en un rostro habitual de la pequeña pantalla gracias a la serie Segunda enseñanza, en la que compartía reparto con Juan Diego, junto a quien recibió la Medalla de Oro de la Academia en 2015.
Unos años después de su irrupción, su carrera despegó con Bajarse al moro, comedia de Fernando Colomo que fue todo un éxito de taquilla, y que compaginó con apariciones en otros recordados largometrajes como Remando al viento, de Gonzalo Suárez, o Jarrapellejos, de Antonio Giménez Rico. También apareció en El mar y el tiempo, dirigida por Fernando Fernán-Gómez, o El pájaro de la felicidad, de Pilar Miró, al tiempo que empezaba a incorporarse a producciones internacionales, con El marido perfecto, de Beda Docampo Feijóo.
Durante toda la década de los noventa, Sánchez-Gijón fue una de las intérpretes más requeridas de nuestro cine, y encadenó importantes papeles en producciones como Un paseo por las nubes, de Alfonso Arau, en la que compartía protagonismo con Keanu Reeves; La ley de la frontera, de Adolfo Aristarain; Boca a boca y El amor perjudica seriamente la salud, ambas de Manuel Gómez Pereira; La camarera del Titanic y Volavérunt, de Bigas Luna; o Yerma, de Pilar Távora; además de encarnar en la pequeña pantalla a La Regenta, a las órdenes de Fernando Méndez-Leite.
Esta actriz, nacida en Roma, apareció ya en el nuevo siglo en El maquinista, de Brad Anderson, junto a Christian Bale; La puta y la ballena, de Luis Puenzo; o La carta esférica, de Imanol Uribe. Más recientemente, se la vio en Thi Mai: Rumbo a Vietnam, de Patricia Ferreira; Madres paralelas, de Pedro Almodóvar; La jefa, de Fran Torres, y Que nadie duerma, de Antonio Méndez Esparza.