Robot Salvaje, nueva película de DreamWorks, llega con una narrativa distinta a lo que hemos visto en propuestas del mundo de la animación recientemente, es una adaptación del libro homónimo que busca transmitir conceptos complejos a los más pequeños (y no tan pequeños) a través de personajes con los que forzosamente se desarrolla de la mejor y más eficiente manera la empatía ya que se abordan temas que son universales y que no son exclusivamente humanos.

El uso de personajes y narrativas que tengan relación con la tecnología han ido en aumento a la par del avance tecnológico en la vida real y un muy buen ejercicio para los más jóvenes es integrar este fenómeno a su desarrollo como parte de algo cotidiano, sobre todo, utilizarlo como herramienta de apoyo para no perder (aunque parezca contradictorio) lo que nos diferencia de todo ello, nuestra propia humanidad.

Los creadores de películas como Wall-E o Mi amigo robot han apostado a esta teoría sobre “humanizar” a las máquinas para enseñar principios meramente humanos y han demostrado ser un éxito, logran comunicar enseñanzas importantes y además consiguen generar gran empatía con personajes que en principio deberían ser el polo opuesto, las máquinas y tecnologías como creaciones con fines de servicio y sin emociones ni sentimientos que complejizan sus tareas.

En Robot Salvaje, Roz es una robot que por azares del destino cae en un lugar desprovisto de humanidad y se ve confundida al no poder cumplir con su único propósito, servir y cumplir las órdenes de un humano, en cambio, se encuentra en un bosque dominado por la fauna que lo habita. Roz debe adaptarse a existir en un mundo sin propósito aparente para ella hasta que la naturaleza le asigna una tarea inesperada y para la cual no ha sido programada, ser madre de una cría de ganso.

A partir de esta anécdota desarrolla temas como la maternidad, el desarrollo en sociedad, la búsqueda de propósito e incluso el autodescubrimiento.

Con un storytelling muy al estilo de Dreamworks, acompañamos a Roz a través de su paso por la tierra mientras descubre que poco a poco y gracias a su esfuerzo pero también a su rareza y todo aquello que la hace diferente comienza a formar parte de una sociedad (que a su vez se mofa de la naturaleza al comparar e ignorar la cadena alimenticia literalmente y, obviamente, al antropomorfizar a los animales), donde alude a los retos de la maternidad con humor pero al mismo tiempo con la seriedad que el tópico requiere, también con Roz se explora la búsqueda literal y figurativamente de un propósito, principalmente para la mujer, que después de ser madre y haber criado a sus hijos se queda sin “un fin” claro, igual podemos explorar situaciones como el amor en muchas formas, por ejemplo la amistad e incluso el propio al darse uno mismo un valor gracias al descubrimiento de nuestras capacidades aun cuando (y resalto) “no forma parte de nuestra programación”.

Con personajes entrañables desde el zorro mejor amigo de la robot, hasta las nutrias que no tienen ni un solo diálogo, la película sabe enamorar a su público (además para su asistencia latinoamericana, el trabajo de doblaje es impecable y muy divertido gracias a la tropicalización que está perfectamente integrada y trabajada).

Además, cabe mencionar que es un golpe directo y bien dado (un auténtico gancho al hígado) a su competidor directo, Disney; la casa de Mickey además de que en sus últimas películas ha perdido el amor de la gente por la carencia de “alma” en sus historias, las técnicas de animación se han ido quedando atrás, principalmente después del intento que realizaron con WISH, la animación en estilo 2D en combinación con la moderna resultó en un fracaso para ellos, sin embargo, ROBOT SALVAJE lo consiguió y generó visualmente una película preciosa y súper memorable.

Para los espectadores más tiernos, Robot Salvaje, es una película entretenida y que gracias a la forma y el lenguaje consigue transmitir todas estas ideas y premisas a sus cabecitas además de conmoverlos profundamente ya que si algo no falla es la empatía que se construye a lo largo de toda la película y no solo emociona a los niños, todo aquel que se decida a ver ROBOT SALVAJE va a necesitar sí o sí un pañuelo desechable (o tal vez dos).