El debut directoral de Dev Patel llega finalmente con MONKEY MAN, un thriller de acción que refleja la experiencia que el actor ha adquirido a través de los años en sus múltiples proyectos y personajes pero también demuestra el gran reto al que decidió enfrentarse con un guion que chorrea extravagancia y que demuestra el hambre que tenía este actor por consumarse como creador absoluto, una megalomanía innegable pero afortunadamente bien ejecutada. 

De la mano de Jordan Peele (como productor), a quien debemos grandes piezas como Get Out y Us, llegó a los cines Monkey Man, una historia que combina grandes referentes del cine mundial con particularidades del cine de Bollywood y el sello del ahora director Patel; una esencia visualmente interesante, compleja, bien construida e inherentemente bella que se ve despojada del protagonismo por la historia que nos narra; una fórmula para nada nueva sobre una venganza personal, sin embargo, su director, guionista y protagonista nos oferta mucho más en una película cargada de crítica, mensajes políticos, sátira y mucha sangre.

Monkey Man no tiene descansos, está hecha para mantener a su público tenso y a la expectativa junto a un personaje entrañable que se nos presenta de tal forma que es imposible no empatizar ni encariñarse con él, es básicamente un cúmulo de cualidades hecho persona, incluso la película no escatima en dar escenas sola y específicamente a mostrar sus virtudes, pues durante gran parte de la cinta lo contrastan con todas las adversidades a las que se enfrenta y no solo hablamos de dificultades u obstáculos si no que podemos casi asegurar que sin problema es uno de los filmes más violentos de este año, pues la cantidad de sangre y golpes que exponen contra su protagonista son exorbitantes. 

Dev interpreta a Kid, un hombre que se apega a una leyenda de la cultura hindú con el único fin de vengar una muerte que le cambió la vida; este personaje adopta características de otros grandes como Oh Dae-Su de Oldboy, Balboa, John Wick y otros íconos del género de acción pero combinando sus oscuros orígenes y ambientes que demuestran el gran cariño y admiración que su autor tiene por sus raíces y mitología ya que adapta la leyenda de Hanuman, una historia sobre la devoción al dios hindú Rama del texto épico Ramayana.

Con un estilo y ritmo bastante acelerados pero con momentos contemplativo y emotivos, peleas perfectamente coreografiadas, escenas cómicas, un toque de romance y música de sintetizador, Patel propone un nuevo estilo que fusiona las bases del género con elementos de un cine de autor, una fórmula que contiene la mezcla del cine comercial de acción con persecuciones épicas pero aderezadas con luces neón y ambientes de una cultura amplísima e interesante.

Monkey Man es una película para los amantes de los thrillers de acción que buscan una descarga de adrenalina pero también es una sorpresa para los paladares más exigentes del séptimo arte que buscan un cine reflexivo que utilice diferentes medios para su expresión, todo esto con mucha sangre y con la garantía de mantenerte al borde del asiento minuto a minuto. 

Si algo ha aprendido Patel a lo largo de los años es a tener algo que decir y a saber cómo decirlo.