El secuestro del Papa, la relevancia de las películas históricas
POR: ALEX VANSS
22-04-2024 15:28:47
Las películas basadas en hechos históricos siempre tienen un gran riesgo y es que con la finalidad de ser fieles a la historia o sencillamente no distorsionarla se puede caer en el pecado de contar una película plana, intrascendente porqué cuando un autor se da licencias para ficcionar los hechos en pos de obtener un arco dramático que haga que el espectador se quede anclado al filme se logran buenos resultados pero cuando no, entonces nos podremos cuestionar la relevancia de las películas históricas y ese es el caso de El secuestro del Papa, una película que nos hace cuestionarnos la importancia de este tipo de cintas más allá de un diseño de producción, vestuario y maquillaje sobresaliente.
Y es que El secuestro del Papa nos cuenta la historia de Edgardo Mortara, un niño de familia judía, quien un día es confiscado por las autoridades eclesiásticas de Bologna, Italia, pues presuntamente ha sido bautizado y según el derecho canónico debe ser reclamado por la Iglesia Católica específicamente por el Papa Pio IX, a pesar de la negativa de sus padres, el niño es separado su familia y llevado a Roma para recibir una instrucción católica.
Este hecho provoca que su padre y madre se movilicen con la finalidad de recuperar a su hijo sin embargo en este momento el poder del Papa era absoluto por lo cual cualquier intento sencillamente fracasó.
Fuera de contarnos este hecho y de inferir el origen de algunas situaciones complicadas durante el fin de el poder absoluto de la Iglesia Católica en diversas regiones de Italia, donde gobernaba, la película es más bien anecdótica pues nos cuenta lo que pasó como si fuera un cuento, poco conocemos de los conflictos del matrimonio judío, lo que vivía el niño con esta separación y su adoctrinamiento católico, así como la psique del Papa en ese momento que es histórico, y por supuesto, la relación entre el niño y el Sumo Pontífice.
Aunque esté hecho en realidad no importa porque más allá del nombre dado en México a la película -que nos hace pensar es que habría una relación entre secuestrado y captor- el titulo en italiano sencillamente es Rapito (secuestrado), y este secuestro no fue orquestado por el Papa sino por la propia Iglesia Católica, como institución, ya que ese tipo de cosas estaban totalmente justificadas en el derecho canónico, ley que rige a la iglesia.
Sin embargo fuera de esto la verdad es que la película no genera absolutamente nada más interesante que una serie de secuencias, de recuadros, de retablos, de pequeñas pinturas que nos están contando una historia desconectadaentre si y que uno entiende por lo que va sucediendo pero que no ahonda más.
Como lo comentaba el principio, a veces me pregunto la importancia este tipo de películas ¿de algo sirve, en algo ayudan, cuál es el mérito de este tipo de películas, por qué se dan recursos para hacer este tipo de películas?
En ocasiones creo que esto solamente sucede por la trayectoria del director, encuentra inversores por lo que ha obtenido lo largo de su carrera pero es que seamos sinceros El secuestro del Papa es una película, que fuera de la publicidad que le quieren hacer como nominada a la Palma de oro, la realidad es que bien podría ser una película normalita que pasara sin ningún tipo de pena ni gloria, lo único diferente en ella es justamente que fue un filme que compitió en Cannes.
Claro que hay un extraordinario trabajo de diseño de producción, de vestuario, de maquillaje, la ambientación es bastante buena, también hay que hacer un reconocimiento a los que trabajaron en los efectos visuales y los efectos especiales, por supuesto a la gente que hizo la postproduccion, en este sentido, también habría que reconocer el trabajo de los actores lo cual también nos muestra que hay un buen trabajo de dirección, dicho lo anterior, el problema no es ese, el problema es que con todo eso la película es altamente olvidable.
Uno entiende que en una selección oficial de un festival tan importante y tan grande como Cannes, lo cierto es que sucede en cualquier tipo de festival de renombre, generalmente siempre hay películas que parecen una especie de relleno que aquellos platos fuertes que se perfilan a ganar el máximo reconocimiento que entregue dicho certamen fílmico, y es que insisto, frente a películas como Hojas de otoño, Anatomía de una caída, La zona de interés, Monsters, Perfect Days o La quimera, que compitieron en el mismo año, El secuestro del Papa, no tiene absolutamente nada que hacer.
Y no me malinterpreten, como ya se los dije, es una buena película, muy bien hecha, muy cuidada, con una calidad extraordinaria pero que sencillamente no aporta más que contarnos un pedacito de una historia que, según Marco Bellocchio, terminó provocando la rebelión del pueblo judío contra la Iglesia Católica propiciando la caída del poder de ésta, ahora, si eso hubiera sido el cuento entonces hubiera sido francamente más interesante pero no esas son suposiciones, inferencias que podemos hacer respecto a lo que se nos dice pero que el director no desarrolla.
Creo que la lección, particularmente, que me deja El secuestro del Papa es ser más cuidadoso con aquellas películas que se presentan en festivales de categoría triple A, pues no por haber competido en Cannes significa que la película sea buena per se, también nos hace ver que una película histórica no se vuelve importante sencillamente por todo lo que la rodea y la adorna, al final de cuentas esta película nos vuelve a poner de manifiesto que una gran idea, que una gran premisa sin un buen guion es absolutamente nada porque el guion es absolutamente todo.
Las películas basadas en hechos históricos siempre tienen un gran riesgo y es que con la finalidad de ser fieles a la historia o sencillamente no distorsionarla se puede caer en el pecado de contar una película plana, intrascendente porqué cuando un autor se da licencias para ficcionar los hechos en pos de obtener un arco dramático que haga que el espectador se quede anclado al filme se logran buenos resultados pero cuando no, entonces nos podremos cuestionar la relevancia de las películas históricas y ese es el caso de El secuestro del Papa, una película que nos hace cuestionarnos la importancia de este tipo de cintas más allá de un diseño de producción, vestuario y maquillaje sobresaliente.
Y es que El secuestro del Papa nos cuenta la historia de Edgardo Mortara, un niño de familia judía, quien un día es confiscado por las autoridades eclesiásticas de Bologna, Italia, pues presuntamente ha sido bautizado y según el derecho canónico debe ser reclamado por la Iglesia Católica específicamente por el Papa Pio IX, a pesar de la negativa de sus padres, el niño es separado su familia y llevado a Roma para recibir una instrucción católica.
Este hecho provoca que su padre y madre se movilicen con la finalidad de recuperar a su hijo sin embargo en este momento el poder del Papa era absoluto por lo cual cualquier intento sencillamente fracasó.
Fuera de contarnos este hecho y de inferir el origen de algunas situaciones complicadas durante el fin de el poder absoluto de la Iglesia Católica en diversas regiones de Italia, donde gobernaba, la película es más bien anecdótica pues nos cuenta lo que pasó como si fuera un cuento, poco conocemos de los conflictos del matrimonio judío, lo que vivía el niño con esta separación y su adoctrinamiento católico, así como la psique del Papa en ese momento que es histórico, y por supuesto, la relación entre el niño y el Sumo Pontífice.
Aunque esté hecho en realidad no importa porque más allá del nombre dado en México a la película -que nos hace pensar es que habría una relación entre secuestrado y captor- el titulo en italiano sencillamente es Rapito (secuestrado), y este secuestro no fue orquestado por el Papa sino por la propia Iglesia Católica, como institución, ya que ese tipo de cosas estaban totalmente justificadas en el derecho canónico, ley que rige a la iglesia.
Sin embargo fuera de esto la verdad es que la película no genera absolutamente nada más interesante que una serie de secuencias, de recuadros, de retablos, de pequeñas pinturas que nos están contando una historia desconectadaentre si y que uno entiende por lo que va sucediendo pero que no ahonda más.
Como lo comentaba el principio, a veces me pregunto la importancia este tipo de películas ¿de algo sirve, en algo ayudan, cuál es el mérito de este tipo de películas, por qué se dan recursos para hacer este tipo de películas?
En ocasiones creo que esto solamente sucede por la trayectoria del director, encuentra inversores por lo que ha obtenido lo largo de su carrera pero es que seamos sinceros El secuestro del Papa es una película, que fuera de la publicidad que le quieren hacer como nominada a la Palma de oro, la realidad es que bien podría ser una película normalita que pasara sin ningún tipo de pena ni gloria, lo único diferente en ella es justamente que fue un filme que compitió en Cannes.
Claro que hay un extraordinario trabajo de diseño de producción, de vestuario, de maquillaje, la ambientación es bastante buena, también hay que hacer un reconocimiento a los que trabajaron en los efectos visuales y los efectos especiales, por supuesto a la gente que hizo la postproduccion, en este sentido, también habría que reconocer el trabajo de los actores lo cual también nos muestra que hay un buen trabajo de dirección, dicho lo anterior, el problema no es ese, el problema es que con todo eso la película es altamente olvidable.
Uno entiende que en una selección oficial de un festival tan importante y tan grande como Cannes, lo cierto es que sucede en cualquier tipo de festival de renombre, generalmente siempre hay películas que parecen una especie de relleno que aquellos platos fuertes que se perfilan a ganar el máximo reconocimiento que entregue dicho certamen fílmico, y es que insisto, frente a películas como Hojas de otoño, Anatomía de una caída, La zona de interés, Monsters, Perfect Days o La quimera, que compitieron en el mismo año, El secuestro del Papa, no tiene absolutamente nada que hacer.
Y no me malinterpreten, como ya se los dije, es una buena película, muy bien hecha, muy cuidada, con una calidad extraordinaria pero que sencillamente no aporta más que contarnos un pedacito de una historia que, según Marco Bellocchio, terminó provocando la rebelión del pueblo judío contra la Iglesia Católica propiciando la caída del poder de ésta, ahora, si eso hubiera sido el cuento entonces hubiera sido francamente más interesante pero no esas son suposiciones, inferencias que podemos hacer respecto a lo que se nos dice pero que el director no desarrolla.
Creo que la lección, particularmente, que me deja El secuestro del Papa es ser más cuidadoso con aquellas películas que se presentan en festivales de categoría triple A, pues no por haber competido en Cannes significa que la película sea buena per se, también nos hace ver que una película histórica no se vuelve importante sencillamente por todo lo que la rodea y la adorna, al final de cuentas esta película nos vuelve a poner de manifiesto que una gran idea, que una gran premisa sin un buen guion es absolutamente nada porque el guion es absolutamente todo.