Pobres Criaturas: Frankenstein o el Prometeo liberado

POR: JOSÉ LUIS SALAZAR

26-01-2024 16:43:34

Pobres Criaturas: Frankenstein o el Prometeo liberado


Tras su exhibición en el pasado Festival Internacional de Cine de Morelia y un amplio recorrido por las ceremonias de premios de la academia cinematográfica norteamericana, por fin llega a salas de cine del país este 25 de enero la décima película del cineasta griego Yorgos Lanthimos y adaptación de la novela homónima de Alasdair Gray, Poor Things, con la enorme sorpresa tras de sí de tener ya 11 nominaciones a los Premios Oscar de este año.

En una de las sensaciones de taquilla del recién finalizado año 2023, una mujer que vive en un pequeño escenario de fantasía debe de embarcarse en una aventura para descubrir el mundo real y sus horrores y en el camino descubre lo que es ser un humano. Barbie de Greta Gerwig y Poor Things de Yorgos Lanthimos comparten la misma premisa, aunque sus inspiraciones sean totalmente distintas, así como sus resoluciones.


Bella Baxter es la creación de Godwin Baxter y a la vez no lo es, como lo explica el propio Godwin interpretado por un Willem Dafoe facialmente demacrado por las prótesis y el maquillaje, ella ha llorado, ha crecido, ha aprendido, ha moldeado a una persona que nada tiene que ver con aquella mujer que saltó del London Bridge en un intento de suicidio ni el bebé de ella que él crió. 


Bella carga el cuerpo de una mujer embarazada que, al borde de la muerte fue revivida por el doctor Godwinimplantándole el cerebro de su no nato, sin embargo, aunque su cuerpo posea la cicatriz de la cesárea o las heridas de su difunta madre no tiene acceso ni a sus recuerdos ni a su vida. Mismo con aquel feto que próximo a nacer que pasó a ocupar ese cuerpo, pues fue desprovisto de uno propio y de la vida que su fallecida madre estaba, digámosle, “predestinada” a darle.


El filme de Lanthimos pese a la rareza y desfachatez de su relato se las arregla para construir a personajes que suenan tan familiares y cercanos, y a su vez actuales y lejanos. Tomándome la libertad de enumerar intertextos de la obra sin recurrir a su fuente de origen, la novela homónima de Alasdair Gray que no he leído, pienso explicarlo a partir de dos referencias literarias que es imposible que Gray o Lanthimos no hayan tomado en cuenta.


Pobres Criaturas con Emma Stone


En la obra de terror Frankenstein o el moderno Prometeo de la escritora Mary Shelley, el monstruo creado por el estudiante Víctor Frankenstein es el motivo de rechazo y repulsión por el mundo exterior como de su propio creador. Shelley dedica unos capítulos de su obra a documentar el acercamiento de la criatura con una familia en medio del bosque a la que secretamente espía, aprendiendo de ellos el habla y como relacionarse, y a quienes deja pequeños regalos de forma anónima como muestra de afecto los cuales son correspondidos de la misma manera hasta que, animado por el cariño hacia ellos, decide mostrarse causando el terror y desprecio de la familia. 


Esta triste historia da a pie a muchas más en donde el monstruo es condenado al aislamiento y el ostracismo por la sociedad, engendrando en él un odio y sed de venganza contra su creador por atarlo a una existencia miserable. 


Prometeo, el dios que robó el fuego a los dioses para regalárselos a los humanos y sufrir las consecuencias con el castigo eterno de Zeus es la inspiración para la obra de Shelley, la novela de Gray y hasta para la novela en la que se basa la principal competencia de Poor Things en la temporada de premios, Oppenheimer.


En el mito y en la obra de Shelley, el protagonista queda condenado a la tortura perpetua por desafiar el orden natural, sin embargo, Lanthimos no somete a Bella a ese destino, y es que Bella tiene más que decir de Mary Shelley que de Prometeo. Su espíritu es más parecido al de la autora británica de la época victoriana que al titán de la mitología griega.


Bella tiene como padre y tutor al doctor Godwin Baxter, cuyos apellidos son la conjunción de los que Mary Shelley (apellidada previo a su matrimonio con Percy Shelley como Godwin) tuvo en su época, su padre William Goldwin y con quien pasó parte de su infancia y juventud aprendiendo de política, William Baxter. 


Y como Bella, tras una vida de internados y enclaustrada en casa con una madrastra que la despreciaba (en Poor Thingssu equivalente sería la sirvienta) terminó escapando a lo largo de Europa con Percy B. Shelley, un aristócrata liberal que llegó a su vida como admirador de la obra de su padre y con la falsa promesa de pagar todas sus deudas.


La propia Godwin o Shelley describió este periodo en el que cruzaron desde Francia a Suiza casi siempre enferma y embarazada de la siguiente manera; “estaba actuando en una novela, encarnando un romance”. Mary perdió un bebé, vivió cerca de la indigencia, perdió contacto alguno con su padre y su familia y se resignó en muchas ocasiones a la felicidad de su esposo Shelley sobre la suya, su contraparte Bella en Poor Things en una época estéticamente similar atraviesa todas estas condiciones de la mano del aristócrata liberal Duncan Wedderburn (Mark Ruffalo).


Poor Things de Yorgos Lanthimos


El filme de Lanthimos y, asumo la obra de Gray, tienen innegablemente inspiración en la vida de la escritora londinense, sin embargo, lo que hace a Bella un personaje tan atemporal es justamente su necesidad de anteponerse a las reglas y convenciones de género de una época, que en la película es un futuro visualmente industrial, en la vida de Shelley fue la época victoriana y en la del espectador es una actualidad de cada vez mayor brecha de clase y una segunda ola de la derecha y el conservadurismo en los gobiernos del mundo.


Nuestra Bella no encuentra en la venganza su liberación sino en la retribución social; no es el monstruo de Mary Shelleyni el Prometeo de Prometeo Liberado de su esposo Percy B. Shelley. Ella en uno de los momentos más profundos de la película descubre más por ejercicio de tortura que por propio interés el sufrimiento de aquellos desclasados. Un par de infortunios después al caer en esa misma situación, como ella dice, utiliza su único medio de producción: su cuerpo.


“¿Quién puede culpar a una mujer golpeada por la pobreza por venderse a sí misma, por preferir los únicos ingresos de fácil acceso a la existencia miserable, el hambre y en ocasiones la muerte por hambre? Hay que tener en cuenta que no hay nada placentero en ser prostituta. Uno no tiene más que escuchar con qué desprecio los burgueses y sus mujeres hablan de las degeneradas trabajadores fabriles, y con qué hipócrita repugnancia estas mujeres que nunca han conocido la pobreza pronuncian la palabra «prostituta»”.


Las palabras de la Ex Ministra de Educación de la Unión Sovietica Nadezhda Krúpskaya resuenan más que nunca ante el prejuicio al trabajo sexual dentro y fuera de la pantalla que cuando no reduce a las mujeres a un trofeo de feria como en Pretty Woman lo hace a un chiste clasista en Milk Money. La película las hace más humanas y a quien vuelve blanco de sus bromas es al pretendiente monógamo y posesivo, al millonario abusivo y al explotador cuya reputación suele protegerse y dichos atributos mencionados idealizarse por lo general en la gran pantalla. En Alfie Blessington/Christopher Abbott está nuestro Richard Gere.


“Las relaciones románticas en occidente se asocian con ideales de exclusividad sexual y emocional. Socioculturalmente los celos y las infidelidades están ligadas al amor romántico que involucra creencias sobre la posesión del ser amado y el compromiso tácito de exclusividad sexual y emocional. Bajo este imaginario las parejas se pertenecen unas a otras y el amor (y el ser amado) es un objeto que se desea, se obtiene, se conserva o se pierde. Esta metáfora deshumaniza al ser amado y justifica los deseos de posesión y todo lo que se considera maneras para conservar la misma”.


Tania Rodríguez Salazar, miembro del Sistema Nacional de Investigadores y autora de “Las razones del matrimonio”escribe al respecto de la exclusividad sexual; Bella lo resume en una pregunta en la película, ahora yo parafraseando, “¿Acaso la cantidad de encuentros sexuales no disminuye el deseo de posesión y cariño de los hombres hacia nosotras?”


Poor Things Bella Baxter


Al final de la Barbie de Greta Gerwig nuestra narradora, Helen Mirren, lanza el siguiente comentario: “Los Kenstendrán que luchar por su lugar en Barbieland y tal vez algún día lo logren, tal y como las mujeres en el mundo real”. Como si la opresión de las mujeres fuera meramente la exclusión de algunas fiestas y juntas sociales. No hay una dimensión de clase en Barbieland y esto impide entender en muchas medidas la de género.


Por eso la resolución del viaje de Barbie es volver al mundo real, similar a la que tienen las historias de superhéroes, que puede reducirse a una frase trillada: “El mundo no es perfecto, pero es el mejor que tenemos. Tenemos que protegerlo, no cambiarlo”. Una defensa del status quo.


Una de las peleas con el joven pasajero del crucero que bordan Bella y Ducan, Harry Astley, es que él cree que el mundo es un lugar condenado al que no se puede ayudar y Bella piensa lo contrario. Bella después de mirar desde una especie de torre de Babel la miseria y sufrir de las clases bajas que, para una película que muestra como parten trozos de cerebro como si fueran rebanadas de jamón al mostrar la pobreza se limita a unos cuantos hombres precariamente vestidos, en lugar de desanimarse cree que hay una forma en que esta división no exista.


Bella no salva al mundo, pero aquella tarde de margaritas con quien alguna vez fue su sirvienta y con su compañera de burdel muestra lo idílico y aunque a pequeña escala, posible,de un mundo sin la brecha que nos separa. En donde dejen mirarnos desde arriba y atrevan a bajarse y vernos por fin a los ojos, frente a frente. Si esa escalera no la bajan y la retiran, nosotros la subimos y los destruimos junto con ella.




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