El amor según Dalva o cómo recuperar tu infancia
POR: NANCY MORA
30-08-2023 13:22:11
Tuve oportunidad de ver El amor según Dalva en el Festival Internacional de Cine de Morelia y aún me cuesta trabajo escribir de esta película que en su momento me provocó un remolino de emociones porque es una película que nos reta como espectadores, nos confronta como seres humanos a través del camino que recorre la pequeña Dalva para tratar de recuperar una infancia marcada por el abuso.
El tema del abuso infantil nos confronta con una realidad desoladora y los datos son aterradores: uno de cada cinco menores sufre abuso sexual antes de cumplir los 17 años -según datos publicados por la Organización Mundial de la Salud- y más allá de las estadísticas, lo cierto es que este tema no está en la agenda política y social a nivel mundial, por eso es tan importante y necesario hablar, escribir y llevar a la pantalla este tema que nos atañe a todos.
Si bien el tema ha sido abordado en distintas películas -ficciones o documentales-, lo que más me ha impactado y hace inolvidable a El amor según Dalva es la manera en que la directora Emmanuelle Nicot cuenta la historia de Dalva, alejada del drama lastimero, sin exponer la violencia en escenas grotescas, todo lo contrario, la cineasta recurre a su protagonista y pone todo su amor y confianza en la actriz Zelda Samson para que sea ella quien nos muestre a través de miradas, gestos y silencios el proceso por el que está pasando la pequeña Dalva.
En las primeras escenas no entendemos bien por qué Dalva se viste, maquilla y comporta como una mujer adulta, nos alteran los gritos y forcejeos al ver que Dalva es separada de su padre y llevada en contra de su voluntad a un centro de atención especial, donde por primera vez tiene que convivir con niños de su edad, algo que no le resulta nada sencillo, porque a Dalva ha crecido creyendo firmemente que es la mujer de alguien que le ha enseñado un muy retorcido concepto del amor.
A lo largo de la película compartimos con Dalva su proceso, su angustia y confusión por no saber cómo será ahora su vida alejada del mundo que conocía, un mundo manipulado al extremo por el hombre que se supone debía cuidarla y protegerla. A pesar de ello, acompañamos a Dalva en su camino a una posible sanación, porque si algo nos demuestra es que es posible volver a sonreír, bailar, jugar con sus amigas y amigos, aprender de ellos, porque comparten el mismo dolor; aceptar sus miedos y volver a confiar en los adultos.
El amor según Dalva expone un tema que duele en lo profundo: el abuso desde la mirada infantil, desde la inocencia, pero no se queda en el hecho atroz, va más allá y también nos muestra la fuerza de esos niños que han sido abandonados o abusados y que ahora deben aprender a reconstruirse.
Es una película que nos reta como espectadores, sin concesiones, alejada de la victimización. Es una película que nos hace pensar en nuestra vulnerabilidad e inocencia siendo niños y la manera en que un adulto puede manipularnos a tal grado de hacernos un daño irreversible, porque aunque la película al final nos deja un halo de esperanza, lo cierto es que sin la ayuda necesaria los niños víctimas de abuso tienen un futuro incierto porque esos eventos en la vida te marcan para siempre.
Esto es una de las grandes cualidades del cine y de películas como El amor según Dalva, porque nos confrontan con una realidad que muchas veces preferimos callar, por miedo, por ignorancia o por la razón que sea, sí, es terrible que exista el abuso infantil y por ello es necesario hablar de ello, exhibir y castigar a quienes la ajercen, pero sobre todo es necesario cuidar a nuestros pequeños, porque ojalá siempre fuera posible recuperar nuestra infancia.
Tuve oportunidad de ver El amor según Dalva en el Festival Internacional de Cine de Morelia y aún me cuesta trabajo escribir de esta película que en su momento me provocó un remolino de emociones porque es una película que nos reta como espectadores, nos confronta como seres humanos a través del camino que recorre la pequeña Dalva para tratar de recuperar una infancia marcada por el abuso.
El tema del abuso infantil nos confronta con una realidad desoladora y los datos son aterradores: uno de cada cinco menores sufre abuso sexual antes de cumplir los 17 años -según datos publicados por la Organización Mundial de la Salud- y más allá de las estadísticas, lo cierto es que este tema no está en la agenda política y social a nivel mundial, por eso es tan importante y necesario hablar, escribir y llevar a la pantalla este tema que nos atañe a todos.
Si bien el tema ha sido abordado en distintas películas -ficciones o documentales-, lo que más me ha impactado y hace inolvidable a El amor según Dalva es la manera en que la directora Emmanuelle Nicot cuenta la historia de Dalva, alejada del drama lastimero, sin exponer la violencia en escenas grotescas, todo lo contrario, la cineasta recurre a su protagonista y pone todo su amor y confianza en la actriz Zelda Samson para que sea ella quien nos muestre a través de miradas, gestos y silencios el proceso por el que está pasando la pequeña Dalva.
En las primeras escenas no entendemos bien por qué Dalva se viste, maquilla y comporta como una mujer adulta, nos alteran los gritos y forcejeos al ver que Dalva es separada de su padre y llevada en contra de su voluntad a un centro de atención especial, donde por primera vez tiene que convivir con niños de su edad, algo que no le resulta nada sencillo, porque a Dalva ha crecido creyendo firmemente que es la mujer de alguien que le ha enseñado un muy retorcido concepto del amor.
A lo largo de la película compartimos con Dalva su proceso, su angustia y confusión por no saber cómo será ahora su vida alejada del mundo que conocía, un mundo manipulado al extremo por el hombre que se supone debía cuidarla y protegerla. A pesar de ello, acompañamos a Dalva en su camino a una posible sanación, porque si algo nos demuestra es que es posible volver a sonreír, bailar, jugar con sus amigas y amigos, aprender de ellos, porque comparten el mismo dolor; aceptar sus miedos y volver a confiar en los adultos.
El amor según Dalva expone un tema que duele en lo profundo: el abuso desde la mirada infantil, desde la inocencia, pero no se queda en el hecho atroz, va más allá y también nos muestra la fuerza de esos niños que han sido abandonados o abusados y que ahora deben aprender a reconstruirse.
Es una película que nos reta como espectadores, sin concesiones, alejada de la victimización. Es una película que nos hace pensar en nuestra vulnerabilidad e inocencia siendo niños y la manera en que un adulto puede manipularnos a tal grado de hacernos un daño irreversible, porque aunque la película al final nos deja un halo de esperanza, lo cierto es que sin la ayuda necesaria los niños víctimas de abuso tienen un futuro incierto porque esos eventos en la vida te marcan para siempre.
Esto es una de las grandes cualidades del cine y de películas como El amor según Dalva, porque nos confrontan con una realidad que muchas veces preferimos callar, por miedo, por ignorancia o por la razón que sea, sí, es terrible que exista el abuso infantil y por ello es necesario hablar de ello, exhibir y castigar a quienes la ajercen, pero sobre todo es necesario cuidar a nuestros pequeños, porque ojalá siempre fuera posible recuperar nuestra infancia.