Paradise: La idea que pudo ser mejor
POR: THALÍA BALLESTEROS
05-08-2023 14:56:37
El tema de la disparidad entre ricos y pobres en el cine no es novedoso, y numerosas series y películas han explorado cómo los menos afortunados luchan por conseguir recursos básicos como agua y alimento. Ejemplos como la serie 3%, donde los pobres anhelan vivir en un lugar con abundancia de recursos, o la película Snowpiercer, donde el último vagón del tren come insectos para sobrevivir, reflejan un mundo futurista derivado de nuestro comportamiento actual.
Paradise, una película alemana disponible en Netflix, intentó abordar este tema, pero desde el egoísmo humano, mostrando cómo alguien con un sentido de superioridad o con grandes cantidades de dinero puede buscar vivir más allá de lo que "el destino" dictaría.
La trama de Paradise gira en torno a Max y Elena, quienes llevan una vida casi perfecta hasta que se ven enfrentados a deudas inesperadas que no pueden asumir. Para saldarlas, Elena (interpretada por Marlene Tanzcik) debe "pagar" con 40 años de su vida. Privados de un futuro juntos, solo les quedan las ruinas de lo que una vez fue su vida. Max (interpretado por Kostja Ullmann), empleado de AEON, hará todo lo posible para que Elena recupere sus años perdidos, pero nada será como antes.
Como mencioné en el título de esta columna, la idea era interesante: un thriller futurista que nos muestra cómo los seres humanos pueden ser capaces de transferir años de vida entre personas. Imagina a individuos marginados por la sociedad, donde el dinero es escaso y no parece mejorar, y entonces aparece un salvador que ofrece cambiar parte de tus años de vida por una cantidad que mejore tu estatus y estabilidad. Suena plausible, no tan alejado de lo que los humanos podrían pensar o hacer.
También se aborda el tema moral de si estarías dispuesto a aceptar años de vida de otra persona para sentirte superior o tener recursos financieros. Este es un tema recurrente en la película, que deja al espectador reflexionando: ¿serías capaz de tomar 15 años de vida de un adolescente?
Sin embargo, a pesar de la buena idea, la película deja muchas preguntas sin respuesta. Intenta abarcar demasiado en solo dos horas, y aunque las actuaciones son destacables y sólidas, no son suficientes para rescatarla.
En términos de producción, Paradise muestra un nivel sobresaliente para su aparente presupuesto, especialmente en las escenas de tensión y acción, que resultan llamativas por la puesta en escena, aunque puedan parecer convencionales en comparación con las superproducciones de ciencia ficción de Hollywood. Es comprensible que la película se haya inclinado más hacia el género del thriller que hacia la ciencia ficción.
En resumen, la teoría de que en el futuro se pueda intercambiar tiempo de vida por dinero y cómo esto podría profundizar la división entre las personas, junto con la presencia de activistas poco éticos que buscan la igualdad humana, es un concepto fácil de asimilar en una película. Por estas razones, le doy 3 Thalíestrellas.
El tema de la disparidad entre ricos y pobres en el cine no es novedoso, y numerosas series y películas han explorado cómo los menos afortunados luchan por conseguir recursos básicos como agua y alimento. Ejemplos como la serie 3%, donde los pobres anhelan vivir en un lugar con abundancia de recursos, o la película Snowpiercer, donde el último vagón del tren come insectos para sobrevivir, reflejan un mundo futurista derivado de nuestro comportamiento actual.
Paradise, una película alemana disponible en Netflix, intentó abordar este tema, pero desde el egoísmo humano, mostrando cómo alguien con un sentido de superioridad o con grandes cantidades de dinero puede buscar vivir más allá de lo que "el destino" dictaría.
La trama de Paradise gira en torno a Max y Elena, quienes llevan una vida casi perfecta hasta que se ven enfrentados a deudas inesperadas que no pueden asumir. Para saldarlas, Elena (interpretada por Marlene Tanzcik) debe "pagar" con 40 años de su vida. Privados de un futuro juntos, solo les quedan las ruinas de lo que una vez fue su vida. Max (interpretado por Kostja Ullmann), empleado de AEON, hará todo lo posible para que Elena recupere sus años perdidos, pero nada será como antes.
Como mencioné en el título de esta columna, la idea era interesante: un thriller futurista que nos muestra cómo los seres humanos pueden ser capaces de transferir años de vida entre personas. Imagina a individuos marginados por la sociedad, donde el dinero es escaso y no parece mejorar, y entonces aparece un salvador que ofrece cambiar parte de tus años de vida por una cantidad que mejore tu estatus y estabilidad. Suena plausible, no tan alejado de lo que los humanos podrían pensar o hacer.
También se aborda el tema moral de si estarías dispuesto a aceptar años de vida de otra persona para sentirte superior o tener recursos financieros. Este es un tema recurrente en la película, que deja al espectador reflexionando: ¿serías capaz de tomar 15 años de vida de un adolescente?
Sin embargo, a pesar de la buena idea, la película deja muchas preguntas sin respuesta. Intenta abarcar demasiado en solo dos horas, y aunque las actuaciones son destacables y sólidas, no son suficientes para rescatarla.
En términos de producción, Paradise muestra un nivel sobresaliente para su aparente presupuesto, especialmente en las escenas de tensión y acción, que resultan llamativas por la puesta en escena, aunque puedan parecer convencionales en comparación con las superproducciones de ciencia ficción de Hollywood. Es comprensible que la película se haya inclinado más hacia el género del thriller que hacia la ciencia ficción.
En resumen, la teoría de que en el futuro se pueda intercambiar tiempo de vida por dinero y cómo esto podría profundizar la división entre las personas, junto con la presencia de activistas poco éticos que buscan la igualdad humana, es un concepto fácil de asimilar en una película. Por estas razones, le doy 3 Thalíestrellas.