La montaña: La emocional travesía en mar del EZLN
POR: JOSÉ LUIS SALAZAR
24-06-2023 14:45:13
La Montaña es el último documental de Diego Enrique Osorno, el periodista que documenta en película, lo cual demuestra en trabajo, en el que más que cualquier otro documental que haya filmado antes, lo hace partícipe de lo que filma. En este caso de la travesía que el EZLN emprende en el Atlántico en su búsqueda de llegar a Europa siendo él, un pasajero más.
Osorno construye a través de su bitácora de viaje titulada La montaña, nombre que toma del barco alemán que los cobija, un recuento del pasado, presente y futuro del EZLN bajo los ojos de una generación que se crió bajo padres miembros del zapatismo. 4 mujeres, 2 hombres y una persona no binaria encabezan el Escuadrón 4-2-1, quienes recuerdan los tiempos en que sus padres se ausentaban y poco les contaban de la organización de la que ahora forman parte. Cómo sus madres les daban comida a sus papás y éstos subían a las montañas a pasar el día y volvían cansados y sin ella.
Osorno se suma al recorrido del navío zapatista a lo largo del Atlántico y desenmaraña a través de anécdotas del presente y el pasado de la organización las esperanzas y motivaciones de cada uno de sus tripulantes, documenta sus opiniones en torno a acontecimientos del presente como la pandemia, el encierro, la virtualidad y las dinámicas que han sostenido en los últimos 6 sexenios desde Carlos Salinas de Gortari hasta el actual con Andrés Manuel López Obrador en el poder político.
Puede parecer extraño escuchar a los pueblos indígenas ir en contra de la lógica colonialista, de cuando los pueblos conquistadores iban tras ellos y ahora cruzar el mar voluntariamente invirtiendo ese proceso de conquista, pero el documental en todo momento justifica esto bajo las voces de quienes emprenden el viaje y haciendo eco de la misión que cobija al EZLN dicha en palabras del propio subcomandante Marcos: “¿La toma del poder? No, apenas algo más difícil: un mundo nuevo”.
Esto es lo que sostiene el relato: el anhelo de un mundo nuevo y poder transmitir el espíritu de lucha en otras latitudes del mundo pues, para el EZLN su campo de acción no son las regiones del sur de México ni su foco de interés exclusivamente los pueblos indígenas mexicanos sino todo aquel oprimido del mundo. Con estas bases fundó la organización y por ellas murieron muchos de sus miembros; que los cambios en sus pueblos y en sus tierras, puedan verse en todos los pueblos y, en todas las tierras.
“Para unos éramos comunistas, para otros trotskistas, anarquistas, maoístas, milenaristas… Si me permiten un consejo deberían cultivar el sentido del humor, no solo por salud mental y física, también porque sin sentido del humor no van a entender el zapatismo. El que no entiende juzga, y el que juzga, condena”.
Estas palabras del Subcomandante Marcos que el documental coloca como parte de las secuencias de material de archivo toman fuerza con lo que inconscientemente Osorno logra filmar en el documental sobre la socialización del europeo con los indígenas.
En la tripulación del barco los acompañan dos alemanes quienes conviven con los guerrilleros y aprenden de su capacidad para mantenerse a flote con pocos recursos y sus habilidades para fabricar materiales de uso personal, sin embargo, cuando temas de política o de economía se vuelven el centro de conversación ellos no tienen intenciones de ceder la voz sino de posicionarse como autoridades de la discusión.
Una de las preguntas recurrentes en el documental es “¿cómo nos recibirán en Europa?” esto bajo el supuesto que lo acompaña “si es que nos llegan a recibir” ya que, uno de los riesgos a los que el EZLN se enfrentaban al partir era a su llegada prohibirles desembarcar en España y, en caso de que lo hicieran, al trato y las barreras culturales a las que se enfrentarían con el europeo. Osorno sin darse cuenta las filma.
Los dos alemanes convierten varias escenas en el barco en un salón de clases, donde ellos se posicionan como profesores que instruyen y corrigen a los guerrilleros, siempre desde el paternalismo y la condescendencia. Y aunque hablan en múltiples ocasiones de las cosas que han aprendido de su recorrido con el EZLN, sus actitudes dicen lo contrario.
Aunque es reprobable, dichas escenas tienen un valor dentro del documental pues contestan la pregunta de cómo los europeos los recibirán. Probablemente algo parecido.
Aún con un diálogo constante sobre sus diferencias culturales y una convivencia por meses, la manera de tratar y recibir al EZLN por parte de los alemanes apenas si cambia, dándonos a entender el enorme reto al que se enfrentan al tratar de llevar un mensaje que difícilmente no ha sido malinterpretado en muchos espacios de su propio país.
Al llegar a España descienden del barco y deciden tomarse una foto para guardar registro del éxito de su operación; en ella aparecen los 5 guerrilleros cubiertos de la cara como se les ha visto a lo largo del documental, algo que explican, fue necesario desde los inicios de la organización para proteger su identidad de las represalias gubernamentales y la persecución, pero también para evitar la creación de estructuras de poder en el interior del contingente como las que se dan en el ejército o en las instituciones.
Uno de los alemanes quiere salir en la foto. A él le hemos visto toda la película, pero al posar a su lado decide cubrirse el rostro de manera improvisada con su playera causando risa del resto. Si en todo momento él ha querido que se le vea como un igual, con este gesto se posiciona por encima de ellos. Para él es un chiste anecdotario, para el EZLN es la manera de mantenerse con vida.
No sabemos cómo los recibirá Europa y si podrán entender la lucha zapatista, pero Osorno nos adelanta que no será fácil, se requieren años para desaprender el papel de colonizador y mirarnos como iguales, como compañeros de lucha, pero sobre todo se requiere voluntad.
La Montaña es el último documental de Diego Enrique Osorno, el periodista que documenta en película, lo cual demuestra en trabajo, en el que más que cualquier otro documental que haya filmado antes, lo hace partícipe de lo que filma. En este caso de la travesía que el EZLN emprende en el Atlántico en su búsqueda de llegar a Europa siendo él, un pasajero más.
Osorno construye a través de su bitácora de viaje titulada La montaña, nombre que toma del barco alemán que los cobija, un recuento del pasado, presente y futuro del EZLN bajo los ojos de una generación que se crió bajo padres miembros del zapatismo. 4 mujeres, 2 hombres y una persona no binaria encabezan el Escuadrón 4-2-1, quienes recuerdan los tiempos en que sus padres se ausentaban y poco les contaban de la organización de la que ahora forman parte. Cómo sus madres les daban comida a sus papás y éstos subían a las montañas a pasar el día y volvían cansados y sin ella.
Osorno se suma al recorrido del navío zapatista a lo largo del Atlántico y desenmaraña a través de anécdotas del presente y el pasado de la organización las esperanzas y motivaciones de cada uno de sus tripulantes, documenta sus opiniones en torno a acontecimientos del presente como la pandemia, el encierro, la virtualidad y las dinámicas que han sostenido en los últimos 6 sexenios desde Carlos Salinas de Gortari hasta el actual con Andrés Manuel López Obrador en el poder político.
Puede parecer extraño escuchar a los pueblos indígenas ir en contra de la lógica colonialista, de cuando los pueblos conquistadores iban tras ellos y ahora cruzar el mar voluntariamente invirtiendo ese proceso de conquista, pero el documental en todo momento justifica esto bajo las voces de quienes emprenden el viaje y haciendo eco de la misión que cobija al EZLN dicha en palabras del propio subcomandante Marcos: “¿La toma del poder? No, apenas algo más difícil: un mundo nuevo”.
Esto es lo que sostiene el relato: el anhelo de un mundo nuevo y poder transmitir el espíritu de lucha en otras latitudes del mundo pues, para el EZLN su campo de acción no son las regiones del sur de México ni su foco de interés exclusivamente los pueblos indígenas mexicanos sino todo aquel oprimido del mundo. Con estas bases fundó la organización y por ellas murieron muchos de sus miembros; que los cambios en sus pueblos y en sus tierras, puedan verse en todos los pueblos y, en todas las tierras.
“Para unos éramos comunistas, para otros trotskistas, anarquistas, maoístas, milenaristas… Si me permiten un consejo deberían cultivar el sentido del humor, no solo por salud mental y física, también porque sin sentido del humor no van a entender el zapatismo. El que no entiende juzga, y el que juzga, condena”.
Estas palabras del Subcomandante Marcos que el documental coloca como parte de las secuencias de material de archivo toman fuerza con lo que inconscientemente Osorno logra filmar en el documental sobre la socialización del europeo con los indígenas.
En la tripulación del barco los acompañan dos alemanes quienes conviven con los guerrilleros y aprenden de su capacidad para mantenerse a flote con pocos recursos y sus habilidades para fabricar materiales de uso personal, sin embargo, cuando temas de política o de economía se vuelven el centro de conversación ellos no tienen intenciones de ceder la voz sino de posicionarse como autoridades de la discusión.
Una de las preguntas recurrentes en el documental es “¿cómo nos recibirán en Europa?” esto bajo el supuesto que lo acompaña “si es que nos llegan a recibir” ya que, uno de los riesgos a los que el EZLN se enfrentaban al partir era a su llegada prohibirles desembarcar en España y, en caso de que lo hicieran, al trato y las barreras culturales a las que se enfrentarían con el europeo. Osorno sin darse cuenta las filma.
Los dos alemanes convierten varias escenas en el barco en un salón de clases, donde ellos se posicionan como profesores que instruyen y corrigen a los guerrilleros, siempre desde el paternalismo y la condescendencia. Y aunque hablan en múltiples ocasiones de las cosas que han aprendido de su recorrido con el EZLN, sus actitudes dicen lo contrario.
Aunque es reprobable, dichas escenas tienen un valor dentro del documental pues contestan la pregunta de cómo los europeos los recibirán. Probablemente algo parecido.
Aún con un diálogo constante sobre sus diferencias culturales y una convivencia por meses, la manera de tratar y recibir al EZLN por parte de los alemanes apenas si cambia, dándonos a entender el enorme reto al que se enfrentan al tratar de llevar un mensaje que difícilmente no ha sido malinterpretado en muchos espacios de su propio país.
Al llegar a España descienden del barco y deciden tomarse una foto para guardar registro del éxito de su operación; en ella aparecen los 5 guerrilleros cubiertos de la cara como se les ha visto a lo largo del documental, algo que explican, fue necesario desde los inicios de la organización para proteger su identidad de las represalias gubernamentales y la persecución, pero también para evitar la creación de estructuras de poder en el interior del contingente como las que se dan en el ejército o en las instituciones.
Uno de los alemanes quiere salir en la foto. A él le hemos visto toda la película, pero al posar a su lado decide cubrirse el rostro de manera improvisada con su playera causando risa del resto. Si en todo momento él ha querido que se le vea como un igual, con este gesto se posiciona por encima de ellos. Para él es un chiste anecdotario, para el EZLN es la manera de mantenerse con vida.
No sabemos cómo los recibirá Europa y si podrán entender la lucha zapatista, pero Osorno nos adelanta que no será fácil, se requieren años para desaprender el papel de colonizador y mirarnos como iguales, como compañeros de lucha, pero sobre todo se requiere voluntad.