¡Que viva México! Inaugurando el cine del Bienestar
POR: SAÚL ARELLANO MONTORO
26-03-2023 14:48:09
Si tuviera que resumir en una sola frase la última película de Luis "El Perrito" Estrada llamada "¡Que viva México!" Sería así: "Cuarto-transformado el perro, se acabó la rabia".
Y aún cuando Estrada volvió a arremeter contra las ahora instituciones del slogan "primero los pobres", enarbolando cual masiosare la desgastada bandera de una "campaña de censura en su contra" luego de haber hecho lo propio contra Netflix" y haberla rescatado del streaming, logró su cometido nuevamente al ser tomada por Sony Pictures y asegurar no cien ni quinientas pantallas sino la nada despreciable y muy envidiable cantidad de 3,400 pantallas en México y Estados Unidos. De hecho y pese a la constante de "tirarse al piso" para victimizarse, Luis Estrada ha disfrutado, desde hace varias películas, de una gran cantidad de pantallas para sus estrenos. Y lo peor, para él desde luego, es que ya le está resultando contraproducente porque cada vez son más los espectadores que ven en ese comportamiento crónico una burda tendencia a la publicidad barata del que se ve a sí mismo como el "mártir del cine mexicano por excelencia". Y no dudemos que hará lo mismo en su siguiente película si logra levantar audiencia con ésta última propuesta.
PERRO BRAVO HASTA AL PRESUPUESTO OBTENIDO LE GRUÑE
Entrando en materia; ¡Que Viva México! es una película que pretendía seguir con la narrativa de denuncia mediante una serie de extravagantes situaciones que resaltaban los vicios, las sinrazones, las taras y lo más importante, lo obscenamente corrupto de los sexenios mostrados en cada una de las secuencias de las anteriores películas. Y de alguna forma siempre lo lograba gracias a personajes bien perfilados y con motivos altamente identificables con el espectador que disfrutaba de una inteligente y bien estructurada serie de secuencias fluidas y dolorosamente divertidas que todo el público, para bien o para mal, aplaudía, celebraba y agradecía. Escenas que aún siendo ficción o de una fantasía rampante no eran sino el fiel retrato de una realidad apabullante de nuestra idiosincrasia como mexicanos en los tres sexenios anteriores; es decir el prianismo en su máxima expresión.
Y así nos había acostumbrado "El perrito" hasta que llegó su "¡Que viva México!"
PERRO QUE LADRA, NO MUERDE
La película no solo tiene en su contra una realización que parece filmada a trompicones, tratando de solventar tiempo contra presupuesto para sacar a como dé lugar el producto prometido a los que metieron dinero y no pensando en el espectador acostumbrado al nivel establecido por el propio Estrada. Es por eso que se nota en todo momento el desperdicio interpretativo que sufrieron grandes actores y actrices como Ana Martín, Manuel Poncelis, el Maestro Salvador Sánchez, Silverio Palacios o incluso Ana de la Reguera en uno de sus papeles más deplorables.
Éstos son solo los más notorios porque no hay forma de poder rescatar a cualquiera de los demás actores y actrices (Salvo Joaquín Cosío que se nota que se divirtió de lo lindo usando un mínimo de sus recursos para entregarnos personajes adecuados y que navegan honrosamente en este oceano de tempestades y naufragios, convertidos en paja para rellenar un espacio de más de tres horas dedicadas y sometidas al actor fetiche de Estrada de nombre Damian Alcazar, quien lleva la mitad del peso de la película en un papel triple que nos remite con una profunda tristeza -cercana a lo patético- de emular a Pedro Infante en Los Tres Huastecos resaltando los dones del pueblo bueno contra la otra mitad en un Alfonso Herrera que representa al clasemediero trabajador que pretende superarse mostrando ridiculamente todo lo que está en contra de la ideologia del Estado del presente sexenio; es decir, es el personaje de burla y sátira de la película quien tiene no solo que lidiar con toda clase de personajes que representan lo más prefabricado de la sociedad sino que además Estrada quiso homenajear en un solo personaje a Sara Garcia en un personaje que combinaba Los Tres García con Mecánica Nacional y a la dura Emma Roldan en la persona de la estupenda pero tambien desperdiciada actriz Angelina Peláez resultando un personaje repleto de lugares comunes y por lo mismo, muy dificil de tan siquiera pensar en alguna similitid con esas dos enormes actrices pilares del cine mexicano.
De verdad que no hay por dónde agarrarse para rescatar tan buena selección de reparto desperdiciada de una forma ofensiva para ellos y para el público mexicano. Burla y satira que luego de hora y media de repetidas situaciones logra lo que nunca había logrado en sus anteriores peliculas que fue aburrir hasta el bostezo y convertirla en un ladrillo de tres eternas horas de secuencias innecesarias repletas de una comicidad que ni siquiera podemos etiquetar de pastelazo (¡Ojala!)
Y sin duda, evidenciando lo peor que puede pasarle a un director que se presentaba como anti-sistema: Someterse servilmente al Statu Quo.
PERRO CON HUESO EN LA BOCA, NI A SU AMO TOCA
No creo equivocarme al sentimiento generalizado, pero mejor lo manejo a título personal. Sumado a todo lo anterior y para colmo de males, ¡Que Viva México! es un desproporcionado autobús de acarreados a mitin pro López Obrador.
Es una película COBARDE que pretende engañar al público con un mensaje de denuncia que comenzó con su perorata de "censura" desde sus malos tratos con Netflix y que siguió esgrimiendo con IMCINE para que al final, lo que aparece en pantalla es todo menos una denuncia como la que ÉL mismo nos había acostumbrado. Y debo escribirlo de una vez: Es culpa absoluta de Luis Estrada al que ni siquiera le tembló la mano al escribir la historia porque es evidente que en ningún momento pretendió hacer el tipo de película que diera continuidad a la trilogía anterior.
Luis "El Perrito" Estrada convirtió una película de la que se esperaba mucho en algo completamente panfletario donde la denuncia se disfraza de logros en formato de meme para mostrar una rebeldía inexistente en el discurso decantado por la denuncia del "abrazo" en lugar del "balazo" visual y argumentativo al gobierno en turno y que en los sexenios de Fox, Calderón y Peña Nieto no dejaba títere con cabeza arremetiendo con una atinada y afortunada combinación de inteligencia en el guión y una furia narrativa que nos hacia reir y aplaudir por la valentía y el atrevimiento.
¡Esto era lo que esperábamos en esta película! No esta vulgar y ordinaria muestra de servilismo al Estado que además cubre con una lluvia de pétalos de rosa para no lastimar el ego de absolutamente nadie al frente del actual gobierno.
Tal vez la culpa no es de Estrada ni del otro guionista y comparsa del "Perrito" llamado Jaime Sampietro; la culpa la tenemos todos aquellos que de verdad pensábamos que el director se mantendría firme en su propuesta fílmica, que nos sorprendería una vez más con valentía y entrega a ser puntual en la denuncia inteligente y divertida de todas y cada una de las constantes mentiras sumadas a las acostumbradas sinrazones, vicios, taras, división social y lo más importante; lo obscenamente corrupto que sigue siendo este sexenio y que no hace ninguna diferencia con el prianismo más rancio que no solo no ha desaparecido sino que sigue más vivo que nunca colocado estratégicamente en los mandos de poder.
A OTRO PERRO CON ESE "NO SOMOS IGUALES"
Dicho en otras palabras y para que decidas por ti mismo:
Si eres de los que votaron por AMLO y Morena, entonces esta película es para ti. Te advierto que tal vez te incomoden algunas imágenes y diálogos pero ¡Por favor! No quemes el cine ni hagas un plantón en el lobby pidiendo la renuncia del proyeccionista. Respira hondo y sigue viéndola porque al final saldrás de la sala flotando entre nubes con esa embriagadora sensación de haber visto una película adaptada a tu ideología social pensando "Por esto es que los Lumiere inventaron el cine, para que el pueblo pueda ver florecer el movimiento transformador" y hagas una consulta popular para que le otorguen el Ariel, Oscar, Globos de Oro y hasta el Nobel a Luis Estrada.
Aunque conociéndote estoy seguro que buscarás la forma de verla pirata porque te cobraran la entrada al cine y eso es de fifis.
Si por el contrario eres de los Anti-López, entonces ni te acerques a la sala de cine porque no solo te sentirás estafado con la primera referencia a los dichos que hemos escuchado durante cuatro años en las mañaneras a los pocos minutos de haber empezado la película (faltando aún tres horas con 5 minutos para que termine y no es broma) sino que además no darás crédito ha cómo un director al que todos, repito, TODOS aplaudimos con películas de alto nivel como EL INFIERNO (2010), LA DICTADURA PERFECTA (2014) o la impecable LA LEY DE HERODES (1999) pudo caer tan bajo en su carrera. Y seguramente buscará culpables cuando las salas de cine no se llenen el fin de semana del estreno ni en los siguientes.
Así que mejor ocupa esas tres horas de tu vida en algo más productivo como ir al departamento de pescados congelados y dedicarte a picarles los ojos hasta que el encargado te diga algo amenazador y tengas que irte. Esto, sin duda, será algo más productivo que ir al cine a ver esta película.
Ahora bien, si eres curioso y de sangre aventurera, entonces no lo dudes tampoco; entra con brío y espíritu de supervivencia en el mejor y más cómodo asiento de la sala y déjate llevar por una de las peores películas de 2023 (lo que tiene también su mérito) y entonces tendrás la gallardía y dignidad de un cineasta extemo al salir del cine e incluso podrás portar orgullosamente una camiseta que diga: "Vi ¡Que Viva México! y sobreviví".
Esos son los tres panoramas y no puedo hacer más por ti; así que con TÚ decisión serás el mejor crítico de esta aventura cinematográfica y que nadie opine por ti.
Ni que nos pagara con tortas y frutsis por opinar.
Si tuviera que resumir en una sola frase la última película de Luis "El Perrito" Estrada llamada "¡Que viva México!" Sería así: "Cuarto-transformado el perro, se acabó la rabia".
Y aún cuando Estrada volvió a arremeter contra las ahora instituciones del slogan "primero los pobres", enarbolando cual masiosare la desgastada bandera de una "campaña de censura en su contra" luego de haber hecho lo propio contra Netflix" y haberla rescatado del streaming, logró su cometido nuevamente al ser tomada por Sony Pictures y asegurar no cien ni quinientas pantallas sino la nada despreciable y muy envidiable cantidad de 3,400 pantallas en México y Estados Unidos. De hecho y pese a la constante de "tirarse al piso" para victimizarse, Luis Estrada ha disfrutado, desde hace varias películas, de una gran cantidad de pantallas para sus estrenos. Y lo peor, para él desde luego, es que ya le está resultando contraproducente porque cada vez son más los espectadores que ven en ese comportamiento crónico una burda tendencia a la publicidad barata del que se ve a sí mismo como el "mártir del cine mexicano por excelencia". Y no dudemos que hará lo mismo en su siguiente película si logra levantar audiencia con ésta última propuesta.
PERRO BRAVO HASTA AL PRESUPUESTO OBTENIDO LE GRUÑE
Entrando en materia; ¡Que Viva México! es una película que pretendía seguir con la narrativa de denuncia mediante una serie de extravagantes situaciones que resaltaban los vicios, las sinrazones, las taras y lo más importante, lo obscenamente corrupto de los sexenios mostrados en cada una de las secuencias de las anteriores películas. Y de alguna forma siempre lo lograba gracias a personajes bien perfilados y con motivos altamente identificables con el espectador que disfrutaba de una inteligente y bien estructurada serie de secuencias fluidas y dolorosamente divertidas que todo el público, para bien o para mal, aplaudía, celebraba y agradecía. Escenas que aún siendo ficción o de una fantasía rampante no eran sino el fiel retrato de una realidad apabullante de nuestra idiosincrasia como mexicanos en los tres sexenios anteriores; es decir el prianismo en su máxima expresión.
Y así nos había acostumbrado "El perrito" hasta que llegó su "¡Que viva México!"
PERRO QUE LADRA, NO MUERDE
La película no solo tiene en su contra una realización que parece filmada a trompicones, tratando de solventar tiempo contra presupuesto para sacar a como dé lugar el producto prometido a los que metieron dinero y no pensando en el espectador acostumbrado al nivel establecido por el propio Estrada. Es por eso que se nota en todo momento el desperdicio interpretativo que sufrieron grandes actores y actrices como Ana Martín, Manuel Poncelis, el Maestro Salvador Sánchez, Silverio Palacios o incluso Ana de la Reguera en uno de sus papeles más deplorables.
Éstos son solo los más notorios porque no hay forma de poder rescatar a cualquiera de los demás actores y actrices (Salvo Joaquín Cosío que se nota que se divirtió de lo lindo usando un mínimo de sus recursos para entregarnos personajes adecuados y que navegan honrosamente en este oceano de tempestades y naufragios, convertidos en paja para rellenar un espacio de más de tres horas dedicadas y sometidas al actor fetiche de Estrada de nombre Damian Alcazar, quien lleva la mitad del peso de la película en un papel triple que nos remite con una profunda tristeza -cercana a lo patético- de emular a Pedro Infante en Los Tres Huastecos resaltando los dones del pueblo bueno contra la otra mitad en un Alfonso Herrera que representa al clasemediero trabajador que pretende superarse mostrando ridiculamente todo lo que está en contra de la ideologia del Estado del presente sexenio; es decir, es el personaje de burla y sátira de la película quien tiene no solo que lidiar con toda clase de personajes que representan lo más prefabricado de la sociedad sino que además Estrada quiso homenajear en un solo personaje a Sara Garcia en un personaje que combinaba Los Tres García con Mecánica Nacional y a la dura Emma Roldan en la persona de la estupenda pero tambien desperdiciada actriz Angelina Peláez resultando un personaje repleto de lugares comunes y por lo mismo, muy dificil de tan siquiera pensar en alguna similitid con esas dos enormes actrices pilares del cine mexicano.
De verdad que no hay por dónde agarrarse para rescatar tan buena selección de reparto desperdiciada de una forma ofensiva para ellos y para el público mexicano. Burla y satira que luego de hora y media de repetidas situaciones logra lo que nunca había logrado en sus anteriores peliculas que fue aburrir hasta el bostezo y convertirla en un ladrillo de tres eternas horas de secuencias innecesarias repletas de una comicidad que ni siquiera podemos etiquetar de pastelazo (¡Ojala!)
Y sin duda, evidenciando lo peor que puede pasarle a un director que se presentaba como anti-sistema: Someterse servilmente al Statu Quo.
PERRO CON HUESO EN LA BOCA, NI A SU AMO TOCA
No creo equivocarme al sentimiento generalizado, pero mejor lo manejo a título personal. Sumado a todo lo anterior y para colmo de males, ¡Que Viva México! es un desproporcionado autobús de acarreados a mitin pro López Obrador.
Es una película COBARDE que pretende engañar al público con un mensaje de denuncia que comenzó con su perorata de "censura" desde sus malos tratos con Netflix y que siguió esgrimiendo con IMCINE para que al final, lo que aparece en pantalla es todo menos una denuncia como la que ÉL mismo nos había acostumbrado. Y debo escribirlo de una vez: Es culpa absoluta de Luis Estrada al que ni siquiera le tembló la mano al escribir la historia porque es evidente que en ningún momento pretendió hacer el tipo de película que diera continuidad a la trilogía anterior.
Luis "El Perrito" Estrada convirtió una película de la que se esperaba mucho en algo completamente panfletario donde la denuncia se disfraza de logros en formato de meme para mostrar una rebeldía inexistente en el discurso decantado por la denuncia del "abrazo" en lugar del "balazo" visual y argumentativo al gobierno en turno y que en los sexenios de Fox, Calderón y Peña Nieto no dejaba títere con cabeza arremetiendo con una atinada y afortunada combinación de inteligencia en el guión y una furia narrativa que nos hacia reir y aplaudir por la valentía y el atrevimiento.
¡Esto era lo que esperábamos en esta película! No esta vulgar y ordinaria muestra de servilismo al Estado que además cubre con una lluvia de pétalos de rosa para no lastimar el ego de absolutamente nadie al frente del actual gobierno.
Tal vez la culpa no es de Estrada ni del otro guionista y comparsa del "Perrito" llamado Jaime Sampietro; la culpa la tenemos todos aquellos que de verdad pensábamos que el director se mantendría firme en su propuesta fílmica, que nos sorprendería una vez más con valentía y entrega a ser puntual en la denuncia inteligente y divertida de todas y cada una de las constantes mentiras sumadas a las acostumbradas sinrazones, vicios, taras, división social y lo más importante; lo obscenamente corrupto que sigue siendo este sexenio y que no hace ninguna diferencia con el prianismo más rancio que no solo no ha desaparecido sino que sigue más vivo que nunca colocado estratégicamente en los mandos de poder.
A OTRO PERRO CON ESE "NO SOMOS IGUALES"
Dicho en otras palabras y para que decidas por ti mismo:
Si eres de los que votaron por AMLO y Morena, entonces esta película es para ti. Te advierto que tal vez te incomoden algunas imágenes y diálogos pero ¡Por favor! No quemes el cine ni hagas un plantón en el lobby pidiendo la renuncia del proyeccionista. Respira hondo y sigue viéndola porque al final saldrás de la sala flotando entre nubes con esa embriagadora sensación de haber visto una película adaptada a tu ideología social pensando "Por esto es que los Lumiere inventaron el cine, para que el pueblo pueda ver florecer el movimiento transformador" y hagas una consulta popular para que le otorguen el Ariel, Oscar, Globos de Oro y hasta el Nobel a Luis Estrada.
Aunque conociéndote estoy seguro que buscarás la forma de verla pirata porque te cobraran la entrada al cine y eso es de fifis.
Si por el contrario eres de los Anti-López, entonces ni te acerques a la sala de cine porque no solo te sentirás estafado con la primera referencia a los dichos que hemos escuchado durante cuatro años en las mañaneras a los pocos minutos de haber empezado la película (faltando aún tres horas con 5 minutos para que termine y no es broma) sino que además no darás crédito ha cómo un director al que todos, repito, TODOS aplaudimos con películas de alto nivel como EL INFIERNO (2010), LA DICTADURA PERFECTA (2014) o la impecable LA LEY DE HERODES (1999) pudo caer tan bajo en su carrera. Y seguramente buscará culpables cuando las salas de cine no se llenen el fin de semana del estreno ni en los siguientes.
Así que mejor ocupa esas tres horas de tu vida en algo más productivo como ir al departamento de pescados congelados y dedicarte a picarles los ojos hasta que el encargado te diga algo amenazador y tengas que irte. Esto, sin duda, será algo más productivo que ir al cine a ver esta película.
Ahora bien, si eres curioso y de sangre aventurera, entonces no lo dudes tampoco; entra con brío y espíritu de supervivencia en el mejor y más cómodo asiento de la sala y déjate llevar por una de las peores películas de 2023 (lo que tiene también su mérito) y entonces tendrás la gallardía y dignidad de un cineasta extemo al salir del cine e incluso podrás portar orgullosamente una camiseta que diga: "Vi ¡Que Viva México! y sobreviví".
Esos son los tres panoramas y no puedo hacer más por ti; así que con TÚ decisión serás el mejor crítico de esta aventura cinematográfica y que nadie opine por ti.
Ni que nos pagara con tortas y frutsis por opinar.