Debuta Epitafio en el Festival de Cine Ceará
POR: ORIANNA PAZ EN BRASIL
19-06-2016 10:41:40
México inició su participación en la 26 edición del Festival Iberoamericano de Cine Ceará en un teatro São Luiz casi lleno para ver Epitafio (México, 2015), la más reciente producción de la pareja de jóvenes cineastas mexicanos, Yulene Olaizola (Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo) y Rubén Imaz (Cefalópodo).
El filme es un importante contendiente para llevarse el Mucuripe a la Mejor Película Iberoamericana del certamen ya que tuvo una buena acogida por parte del público y la crítica brasileña e internacional.
Epitafio narra una anécdota mínima acerca de un trío de conquistadores españoles que por órdenes de Hernán Cortés, la Corona y la Iglesia españolas deben subir hasta la cumbre del volcán Popocatépetl en una misión de vital importancia para la conquista de la esplendorosa Tenochtitlán.
Con una fotografía muy naturalista que destaca por el protagonismo del paisaje, adverso, inhóspito, inmenso y terriblemente frío, ambos cineastas nos introducen poco a poco en las inquietudes y pensamientos de un par de soldados al mando de Diego de Ordaz, un personaje histórico que tuvo un papel primordial en la Guerra de Conquista y que, sin embargo, es poco conocido en la Historia de México.
“Diego de Ordaz era un personaje fascinante, fue explorador, espía, aventurero y muy devoto de la Iglesia y la Corona, era un hombre que amaba a los indios como hermanos, algo muy inusual en un conquistador. Generalmente estamos acostumbrados a ver a los conquistadores como los malvados, sin embargo, aquí quisimos mostrar la otra cara de la moneda, humanizarlos y verlos como personas que buscaban cumplir con su religión y sus creencias”, comentó Rubén Imaz en conferencia de prensa.
Al ser cuestionados acerca del surgimiento de la historia, ambos cineastas compartieron que estaban leyendo el libro de Bernal Díaz del Castillo, La verdadera historia de la Conquista de la Nueva España, cuando descubrieron esta anécdota contada en no más de dos párrafos, que despertó su interés y motivación para desarrollar una trama en parte ficción, en parte documental. La historia tenía todos los elementos que ambos privilegian en su cine: podía realizarse con un presupuesto mínimo, un equipo de trabajo pequeño y en un sitio natural imponente que significaba un reto.
Con relación al complejo proceso de rodaje que duró poco más de 4 semanas y que se realizó bajo condiciones límite en su mayoría en el Pico de Orizaba a más de 5 mil metros de altura, Yulene comentó: “tuvimos varios entrenamientos previos de alpinismo; nos ayudó mucho que nuestro fotógrafo, Emiliano Fernández, fuera alpinista profesional, fue una guía muy importante; filmamos a dos cámaras en HD con luz natural, trabajando con lo que la montaña nos brindaba, sin embargo, fue muy difícil trabajar con las condiciones que encontramos al momento del rodaje ya que la nieve que habíamos previsto que tendríamos había desaparecido pues nos tocó el invierno más caluroso en 47 años, y queríamos una nieve más densa para darle aún más melancolía al filme”.
Buena parte de la película se sostiene en los tres protagonistas, de los cuales destaca notablemente Xabier Coronado, quien interpreta a Diego de Ordaz de una forma magistral, lo que resulta una grata sorpresa tratándose de actores no profesionales que como afirma Yulene aportan al filme un poco de sus propias personalidades.
“Carlos Triviño es un mecánico de Mallorca que jamás había actuado en una película; Martín Román es un guionista de Valencia, mientras que el protagonista, Xabier Coronado, es una especie de hippie que hace más de 20 años vive solo en las montañas de Oaxaca, al tiempo que es periodista de La Jornada e investigador”, comentó la cineasta.
Epitafio es un filme místico, en partes incluso onírico, con una historia universal: la eterna lucha del hombre contra la naturaleza, en este caso como una misión divina, de honor y servicio a la Corona, un viaje muy personal de un personaje que busca trascender y que parte a lo desconocido aunque en ello le vaya la vida y la de sus hombres.
“Hay una parte del filme que es muy psicódelica, el momento en que los personajes comienzan a sufrir el mal de montaña, algo completamente desconocido para ellos, quisimos jugar mucho con los mitos en torno al Popocatéptl, pues los indios decían que allí había espíritus, que era una especie de inframundo, que la montaña podía enloquecerte y llevarte a la muerte, y aprovechamos eso para jugar con una atmósfera de psicodelia, de metáforas”, concluyó Yulene.
El filme que ha tenido un recorrido por más de una decena de festivales internacionales llegará a la cartelera mexicana en agosto próximo.
México inició su participación en la 26 edición del Festival Iberoamericano de Cine Ceará en un teatro São Luiz casi lleno para ver Epitafio (México, 2015), la más reciente producción de la pareja de jóvenes cineastas mexicanos, Yulene Olaizola (Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo) y Rubén Imaz (Cefalópodo).
El filme es un importante contendiente para llevarse el Mucuripe a la Mejor Película Iberoamericana del certamen ya que tuvo una buena acogida por parte del público y la crítica brasileña e internacional.
Epitafio narra una anécdota mínima acerca de un trío de conquistadores españoles que por órdenes de Hernán Cortés, la Corona y la Iglesia españolas deben subir hasta la cumbre del volcán Popocatépetl en una misión de vital importancia para la conquista de la esplendorosa Tenochtitlán.
Con una fotografía muy naturalista que destaca por el protagonismo del paisaje, adverso, inhóspito, inmenso y terriblemente frío, ambos cineastas nos introducen poco a poco en las inquietudes y pensamientos de un par de soldados al mando de Diego de Ordaz, un personaje histórico que tuvo un papel primordial en la Guerra de Conquista y que, sin embargo, es poco conocido en la Historia de México.
“Diego de Ordaz era un personaje fascinante, fue explorador, espía, aventurero y muy devoto de la Iglesia y la Corona, era un hombre que amaba a los indios como hermanos, algo muy inusual en un conquistador. Generalmente estamos acostumbrados a ver a los conquistadores como los malvados, sin embargo, aquí quisimos mostrar la otra cara de la moneda, humanizarlos y verlos como personas que buscaban cumplir con su religión y sus creencias”, comentó Rubén Imaz en conferencia de prensa.
Al ser cuestionados acerca del surgimiento de la historia, ambos cineastas compartieron que estaban leyendo el libro de Bernal Díaz del Castillo, La verdadera historia de la Conquista de la Nueva España, cuando descubrieron esta anécdota contada en no más de dos párrafos, que despertó su interés y motivación para desarrollar una trama en parte ficción, en parte documental. La historia tenía todos los elementos que ambos privilegian en su cine: podía realizarse con un presupuesto mínimo, un equipo de trabajo pequeño y en un sitio natural imponente que significaba un reto.
Con relación al complejo proceso de rodaje que duró poco más de 4 semanas y que se realizó bajo condiciones límite en su mayoría en el Pico de Orizaba a más de 5 mil metros de altura, Yulene comentó: “tuvimos varios entrenamientos previos de alpinismo; nos ayudó mucho que nuestro fotógrafo, Emiliano Fernández, fuera alpinista profesional, fue una guía muy importante; filmamos a dos cámaras en HD con luz natural, trabajando con lo que la montaña nos brindaba, sin embargo, fue muy difícil trabajar con las condiciones que encontramos al momento del rodaje ya que la nieve que habíamos previsto que tendríamos había desaparecido pues nos tocó el invierno más caluroso en 47 años, y queríamos una nieve más densa para darle aún más melancolía al filme”.
Buena parte de la película se sostiene en los tres protagonistas, de los cuales destaca notablemente Xabier Coronado, quien interpreta a Diego de Ordaz de una forma magistral, lo que resulta una grata sorpresa tratándose de actores no profesionales que como afirma Yulene aportan al filme un poco de sus propias personalidades.
“Carlos Triviño es un mecánico de Mallorca que jamás había actuado en una película; Martín Román es un guionista de Valencia, mientras que el protagonista, Xabier Coronado, es una especie de hippie que hace más de 20 años vive solo en las montañas de Oaxaca, al tiempo que es periodista de La Jornada e investigador”, comentó la cineasta.
Epitafio es un filme místico, en partes incluso onírico, con una historia universal: la eterna lucha del hombre contra la naturaleza, en este caso como una misión divina, de honor y servicio a la Corona, un viaje muy personal de un personaje que busca trascender y que parte a lo desconocido aunque en ello le vaya la vida y la de sus hombres.
“Hay una parte del filme que es muy psicódelica, el momento en que los personajes comienzan a sufrir el mal de montaña, algo completamente desconocido para ellos, quisimos jugar mucho con los mitos en torno al Popocatéptl, pues los indios decían que allí había espíritus, que era una especie de inframundo, que la montaña podía enloquecerte y llevarte a la muerte, y aprovechamos eso para jugar con una atmósfera de psicodelia, de metáforas”, concluyó Yulene.
El filme que ha tenido un recorrido por más de una decena de festivales internacionales llegará a la cartelera mexicana en agosto próximo.