Nuestro querido Alfonso Cuaron jamás se imaginó el impacto que alcanzaría con ROMA; y no me refiero con el público sino con sus colegas directores alrededor del mundo; Kenneth Branag hizo lo propio con BELFAST;  Gonzalez Iñárritu filmó algo muy personal con BARDO y ahora es el turno de Steven Spielberg con su propuesta íntima llamada LOS FABELMAN.

Y antes de entrar en materia, les pido un voto de confianza y de ser posible vean el documental de HBOMax llamado SPIELBERG que, si bien es cierto que no es indispensable verlo antes de la película, si es un buen punto de referencia para entender los porqué de la familia, los motivos de la madre del director y los acontecimientos que dieron como resultado la exitosa carrera de Spielberg.

Ahora si, entrando en materia…

Los Fabelman NO es una lección de cine ni devela ningún secreto de cómo dirigir películas; Los Fabelman es una carta de amor a la familia, un agradecimiento agridulce a la madre de Spielberg que, pese a los diversos problemas y dificultades por los que ella pasaba en su relación con su marido y padre de Steven, nunca dejó de apoyar y empujar al director (y a sus hermanas en lo que querían) a luchar por lo que les gustaba, por lo que les apasionaba sin importar la opinión de todos a su alrededor, incluidos sus propios padres.

Los Fabelman es, parafraseando a mi extrañado amigo y colega Victor Bustos, una "lección de vida" al poner imagen a la frase "lucha por lo que amas" que resulta ser, justamente, la lección que marca toda la narrativa de la película.

Una cinta hermosamente fotografiada, con movimientos de cámara precisos, un guion que navega entre el drama y la comedia que permite el lucimiento de todos los actores resaltando de forma brillante Michelle Williams interpretando a Mitzi Fabelman, la madre de la familia.

Una pelicula que habla también del cine pero que en ningún momento pretende dar lecciones del oficio; The Fabelman es un gran álbum de íntimas fotografías en movimiento que nos permiten ser un testigo siempre presente y silencioso que acompaña al joven Sam (alter ego de Spielberg) en el camino hacia el destino que todos conocemos para bien o para mal.

The Fabelman es, para resumir, un canto de amor a la familia que toca de pasadita al cine pero solo como instrumento de libertad y vehículo del impulso creativo.

Y si lo que quieren es conocer los secretos fílmicos develados por el director, vean el documental.

Y para cerrar este texto, debo reconocer que la broma visual con que cierra la película me hizo reir de buena gana.