Huesera, el lado oscuro de la maternidad
POR: NANCY MORA
12-11-2022 12:29:59
Cuando se habla de maternidad y lo que representa ser madre siempre escuchamos: ”es algo maravilloso”, ”la mejor experiencia en la vida de una mujer” -y no es que no lo sea, no lo sé- pero nadie se atreve a hablar de que con el embarazo todo en tu cuerpo y mente cambia, de lo terriblemente doloroso que puede ser el parto o más aún, de que muchas veces el deseo de ser madre obedece inconscientemente a la presión social, familiar o como una de tantas consecuencias del deber ser. Este dilema es abordado por la cineasta mexicana Michelle Garza Cervera en Huesera, su ópera prima que nos muestra "el lado oscuro" de la maternidad.
En una sociedad como la mexicana donde el patriarcado impera, las mujeres experimentamos esa presión social relacionada con ser madres, porque si eres casada y llevas ciertos años sin tener hijos eres juzgada, porque si tienes cierta edad y no has concebido "el reloj biológico no se detiene", porque la validez de una mujer en el matrimonio está relacionada con darle hijos al marido, porque si no tienes hijos, "¿quién te va a cuidar cuando seas viejo?" o "¿a quién van a heredar lo poco o mucho que hayas logrado en tu vida?", éstas y tantas otras tonterías están relacionadas en muchas ocasiones con la decisión de tener o no tener hijos.
Huesera nos cuenta la historia de Valeria (Natalia Solián) quien después de intentar todo para quedar embarazada -incluida una manda religiosa- por fin logra su objetivo, sin embargo, Valeria empieza a sentir las incomodidades de la gestación, no solo su cuerpo está cambiando, además, en su mente algo está ocurriendo, imágenes macabras la persiguen y una presencia maligna la comienza a acosar.
Así, lo que era aparente felicidad se covierte en terror, vemos a Valeria en su proceso de gestación pero tambien la vemos sentir un miedo que la recorre por ese ente que la asecha, comprendemos su desesperación y decisiones, y no, no se trata de la clásica película de terror sobre demonios engendrados, por ahí no va.
Huesera es una película arriesgada pero honesta, una película de horror, pero ese que se vive de cerca, que es más común de lo que pensamos y que como mujeres estamos expuestas a experimentar.
Michelle utiliza elementos del horror, de ese que sí te asusta, del que te hace brincar de tu asiento, cimentado en un guion bien escrito entre ella y Abia Castillo para exponer diversos temas y brindarle multiplicidad de capas a la historia, una de ellas es la exposición de personajes “incómodos”, que no encajan con las buenas costumbres, desde la protagonista que cede a las presiones familiares y después se cuestiona, los amores ”prohibidos”, la sexualidad, hasta “Las sabinas”, brujas urbanas que son rechazadas por la sociedad y tienen que ayudar a quienes las buscan desde la clandestinidad.
La película cuestiona la condición humana, los diferentes tipos de violencias que muchas mujeres podemos vivir y preferimos callar, por el motivo que sea. Michell Garza logra que sintamos lo que experimenta la protagonista, que la acompañemos en su camino hacia la locura y la desesperación, además de darnos algunos jumpscares bastante efectivos
Es aquí que toca resaltar el trabajo de Natalia Solián, quien está fenomenal como Valeria, la protagonista, cuyas tablas en los escenarios teatrales ahora se confirman ante la càmara. Sus gestos, su expresión, hasta sus silencios nos comunican ese miedo que vive día con día.
Sabemos que una película de horror son muchos los elementos y herramientas que se tienen que utilizar para obtener un buen resultado, en el caso de Huesera me gustaría destacar, sobre todo, el diseño sonoro que nos permite sentir ese tronidero de huesos que estremece, la fotografía de Nur Rubio que complementa la experiencia visual de Huesera, gracias también a un destacado trabajo de VFX y del diseño de producción, además del valioso trabajo del maestro de danza que logra corografiar esos movimientos que vemos en el cuerpo de Valeria, lo cuales hablan por sí mismos.
No hay duda, al menos para mi, que Huesera pone el dedo en la llaga sobre la maternidad, nos expone su lado oscuro, cuestiona los arquetipos de una sociedad machista, el modelo idealizado de familia, pero también, y hay que decirlo, enaltece la sororidad, la protección que como mujeres logramos cuando trabajamos juntas y nos inspira, nos permite soñar con otra realidad, que otro paradigma puede ser posible y desmontar la idea de que las mujeres nacemos para ser madres.
Cuando se habla de maternidad y lo que representa ser madre siempre escuchamos: ”es algo maravilloso”, ”la mejor experiencia en la vida de una mujer” -y no es que no lo sea, no lo sé- pero nadie se atreve a hablar de que con el embarazo todo en tu cuerpo y mente cambia, de lo terriblemente doloroso que puede ser el parto o más aún, de que muchas veces el deseo de ser madre obedece inconscientemente a la presión social, familiar o como una de tantas consecuencias del deber ser. Este dilema es abordado por la cineasta mexicana Michelle Garza Cervera en Huesera, su ópera prima que nos muestra "el lado oscuro" de la maternidad.
En una sociedad como la mexicana donde el patriarcado impera, las mujeres experimentamos esa presión social relacionada con ser madres, porque si eres casada y llevas ciertos años sin tener hijos eres juzgada, porque si tienes cierta edad y no has concebido "el reloj biológico no se detiene", porque la validez de una mujer en el matrimonio está relacionada con darle hijos al marido, porque si no tienes hijos, "¿quién te va a cuidar cuando seas viejo?" o "¿a quién van a heredar lo poco o mucho que hayas logrado en tu vida?", éstas y tantas otras tonterías están relacionadas en muchas ocasiones con la decisión de tener o no tener hijos.
Huesera nos cuenta la historia de Valeria (Natalia Solián) quien después de intentar todo para quedar embarazada -incluida una manda religiosa- por fin logra su objetivo, sin embargo, Valeria empieza a sentir las incomodidades de la gestación, no solo su cuerpo está cambiando, además, en su mente algo está ocurriendo, imágenes macabras la persiguen y una presencia maligna la comienza a acosar.
Así, lo que era aparente felicidad se covierte en terror, vemos a Valeria en su proceso de gestación pero tambien la vemos sentir un miedo que la recorre por ese ente que la asecha, comprendemos su desesperación y decisiones, y no, no se trata de la clásica película de terror sobre demonios engendrados, por ahí no va.
Huesera es una película arriesgada pero honesta, una película de horror, pero ese que se vive de cerca, que es más común de lo que pensamos y que como mujeres estamos expuestas a experimentar.
Michelle utiliza elementos del horror, de ese que sí te asusta, del que te hace brincar de tu asiento, cimentado en un guion bien escrito entre ella y Abia Castillo para exponer diversos temas y brindarle multiplicidad de capas a la historia, una de ellas es la exposición de personajes “incómodos”, que no encajan con las buenas costumbres, desde la protagonista que cede a las presiones familiares y después se cuestiona, los amores ”prohibidos”, la sexualidad, hasta “Las sabinas”, brujas urbanas que son rechazadas por la sociedad y tienen que ayudar a quienes las buscan desde la clandestinidad.
La película cuestiona la condición humana, los diferentes tipos de violencias que muchas mujeres podemos vivir y preferimos callar, por el motivo que sea. Michell Garza logra que sintamos lo que experimenta la protagonista, que la acompañemos en su camino hacia la locura y la desesperación, además de darnos algunos jumpscares bastante efectivos
Es aquí que toca resaltar el trabajo de Natalia Solián, quien está fenomenal como Valeria, la protagonista, cuyas tablas en los escenarios teatrales ahora se confirman ante la càmara. Sus gestos, su expresión, hasta sus silencios nos comunican ese miedo que vive día con día.
Sabemos que una película de horror son muchos los elementos y herramientas que se tienen que utilizar para obtener un buen resultado, en el caso de Huesera me gustaría destacar, sobre todo, el diseño sonoro que nos permite sentir ese tronidero de huesos que estremece, la fotografía de Nur Rubio que complementa la experiencia visual de Huesera, gracias también a un destacado trabajo de VFX y del diseño de producción, además del valioso trabajo del maestro de danza que logra corografiar esos movimientos que vemos en el cuerpo de Valeria, lo cuales hablan por sí mismos.
No hay duda, al menos para mi, que Huesera pone el dedo en la llaga sobre la maternidad, nos expone su lado oscuro, cuestiona los arquetipos de una sociedad machista, el modelo idealizado de familia, pero también, y hay que decirlo, enaltece la sororidad, la protección que como mujeres logramos cuando trabajamos juntas y nos inspira, nos permite soñar con otra realidad, que otro paradigma puede ser posible y desmontar la idea de que las mujeres nacemos para ser madres.