“BARDO fue un proceso introspectivo que acabó siendo una íntima auto-ficcción, ésta historia navega en la conciencia de un personaje que conozco muy bien, no se trata de una autobiografía, de ahí que el subtitulo sea Falsa crónica de unas cuantas verdades, porque todas estas imágenes pertenecen a mi imaginario, ni yo sé cuál fue real y cuáles fueron un sueño”, aseguró el cineasta mexicano Alejandro G. Iñárritu, invitado especial del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM).

En una conferencia de prensa en la que estuvo acompañado por parte de su crew y talento, Iñárritu inauguró oficialmente las actividades de la vigésima edición del FICM con su más reciente película BARDO. Falsa crónica de unas cuantas verdades, cinta elegida para  la función inaugural del festival michoacano, además de la master class que ofrecerá el 23 de octubre.

“Es un dia muy especial para mí  porque mi película se podrá ver aqui, es un momento memorable, es un honor estar en este festival”, destacó Inñárritu, quien es un frecuente invitado al FICM y en esta ocasión trae consigo su más reciente cinta, luego de haberla presentado en festivales como el de Venecia, Telluride y San Sebastian y previo a su estreno comercial en cines y en la plataforma Netflix. 

El cineasta ganador del Oscar destacó que Bardo fue abordada desde la melancolía y la no desde la tristeza… “además,  volver a filmar en CDMX  fue algo extraordinario porque aunque he tenido oportunidad de filmar en diverss países estoy convencido de que los mexicanos trabajan con pasión y de manera incondicional”. 

“Esta película es un paseo por la conciencia… me permitió ir más allá de la realidad, porque el arte nos permite imaginar el mundo que no tenemos, nos permite construir nuestro mundo interno…. necesitamos salir de la oscuridad que estamos viviendo y lo podemos hacer a través del arte”, expresó el cineasta, quien también habló sobre las claras referencias al realismo mágico de escritores como Gabriel García Márquez, así como homenajes a Juan Rulfo, Octavio paz, Jorge Luis Borges, por mencionar algunos.

Iñárritu destacó el extraordinario trabajo de su equipo y la profunda investigación que se realizó, en este sentido, Eugenio Caballero, encargado del Diseño de Producción, explicó que hubo mucho aprendizaje y una de las experiencias más enriquecedoras fueron las conversaciones con el director sobre qué habría en el departamento de la familia Gama, además de la intención clara de recrear distintas épocas en la película, lo que acabo siendo, dijo, una especie de pozole.

“La película está muy previsualizada, todo lo teníamos planeado y visualizado, quisimos utilizar el color que acompañara la historia, el color del vestuario, fue muy preciso… al final fue un homenaje a este país, y está presente en cada una de las imágenes, fue muy divertido recrear ciertas cosas”.

Anna Terrazas, diseñadora de vestuario indicó que el principal reto fue cómo vestir y plasmar una historia basada en sueños , “tan onírica,…. Diseñamos los colores para cada ambiente, había escenas que te dictaban los colores, por ejemplo”.

Daniel Giménnez Cacho, protagonista de BARDO, compartió con la prensa que hubo muchas cosas personales con las que se conecté a través de la película, “la más importante es que antes de la película yo quería morir de manera consciente y ese deseo se hizo realidad a través de la película, porque las escenas eran como ensayos sobre mi muerte, asi que entre más repetiamos una escena yo tenía más oportunidades para ensayar mi propia muerte”.

BARDO. Falsa crónica de unas cuantas verdades tendrá un estreno masivo en más de 600 complejos de cine -algo sin precedentes ppara una producción de Netflix- para luego llegar a plataformas “queremos que todo el público la pueda ver en pantalla grande y apreciar todos los detalles, ojalá que la gente se atreva a ver esta experiencia multisensorial cinematográfica para todos aquello que quieran reirse, soñar, olvidarse del mundo”, finalizó Inárritu.