Cuando hablamos de viajes en el tiempo, en una ficción siempre nos gusta pensar que existe, que se puede llegar a ellos. Hemos avanzado tanto en la tecnología, que lo creemos posible. La serie Manifiesto estrenó su tercera temporada en Netflix. Es este tipo de ficciones para disfrutar de todos los bucles e incógnitas que rodean el tema de los viajes en el tiempo, pero un regreso con poderes inexplicables de por medio.

Esta historia gira en torno a los pasajeros del vuelo 828, de Montego Air, quienes se dan cuenta que, de manera inexplicable, han estado cinco años dentro de ese avión, aunque ellos no registran signos de envejecimiento. Cuando retornan a sus hogares tras el misterioso evento, las cosas ya no son como antes, afrontando nuevas realidades y “llamados”.

Es una serie que invita a tener empatía y genera una cadena de buenas acciones para recibir de igual manera algo bueno, esos “llamados” que ahora poseen los pasajeros regresados a la vida, son parte de un juego mental que iremos descubriendo durante cada episodio, que ya cuenta con tres temporadas.

Si bien, las primeras partes son el contexto de lo que vendrá después, pero en mi opinión es una serie que comenzó con muchas expectativas y fue bajando la intensidad de lo que nos mantenía siempre esperando: ¿Qué pasará?

La manera en la que se conectan las historias y los personajes hace que sean bastantes protagonistas, pero no es difícil de ver, al contrario, todos juegan un papel importante en el desenlace de los sucesos inexplicables que acontecen, además, los finales felices de algunos capítulos hacen que tus nervios bajen.

Me gustó que cada capítulo de Manifiesto es una mini historia de investigación, ciencia ficción e historias mezcladas por cosas tan simples como una canción, una persona o un hecho ocurrido en el pasado.

No es de las mejores series ni un tema tan original, pero es una propuesta para disfrutar y cumple con entretenerte durante los 50 minutos de duración de cada episodio. Es por eso que le doy 3 Thalíestrellas.