La chica de la foto: Secuestro, muerte y sueños rotos
POR: THALIA BALLESTEROS
17-07-2022 15:22:36
Siendo una persona muy afín a los documentales, me di a la tarea de ver este que tanta polémica está causando en redes sociales: La chica de la foto.
Debo aceptar que estaba preparada para ver una historia más, con la que, seguramente, iba a terminar molesta por lo que se vivíanj décadas atrás, pero nada que no pudiera superar.
Puedo decir que, al día de hoy, me siento más agradecida con la vida que me tocó vivir, no podría volver a quejarme de algo después de ver esta tristísima historia.
La chica de la foto, que la plataforma de Netflix estrenó hace apenas unos días, es una película dirigida por Skye Borgman. Documenta un presunto caso de atropello y fuga de 1990, que tuvo a los investigadores confusos durante casi tres décadas. Les puedo adelantar que esconde mucho más de lo que parece a primera vista.
“Tonya”
Sharon o mejor conocida en su final como Tonya, no sabía que su nombre no era su nombre. Tampoco que su vida no era la que debía vivir. En algún momento, ella quiso ser ingeniera aeroespacial e ingresó a la universidad Georgia Tech, pero terminó practicando “striptease” en un boliche nocturno de mala muerte.
Cuando en una oportunidad tuvo la idea de escapar con su hijo, terminó atropellada en una ruta, a las afueras de la ciudad de Oklahoma, Estados Unidos.
Es impactante cómo una serie de entrevistas da pista de cómo es la vida de alguien; cuando la supuesta Tonya Hughes es examinada por las enfermeras, descubren más heridas que no pudieron ser causa del accidente y esto hace que se investigue más y más la vida de la joven.
También se ve envuelto el hijo de la víctima, Michel, un pequeño de apenas 2 años de edad, y el supuesto padre de este menor, Clarence, un hombre que fácil se le puede nombrar monstruo.
Michael
En 1994, los Bean pidieron a la justicia adoptar a Michael. Pero Clarence Hughes, quien todavía tenía derechos parentales para visitas, quería quedarse con su hijo.
Peleaba en la justicia alegando que era injusto que se lo quitaran y acusó a los Bean de maltratar a Michael, cuando claramente el niño odiaba que su “padre” lo visitara.
El 12 de septiembre de 1994 Michael estaba en clase, cursando su primer grado en la escuela Indian Meridian en Choctaw, Oklahoma, cuando Clarence Hughes entró al edificio con arma en mano y secuestró al director de la institución y al niño.
El director fue amarrado en media carretera y no pudo hacer nada.
En las décadas pasadas, por falta de tecnología o de recursos, era difícil dar con asesinos, con delincuentes, por lo tanto, con Clarence Hughes. Cómo iban a saber qué había hecho este hombre si no era investigado como se debía.
No voy a “spoilear”, pero es uno de los documentales más tristes que he visto en mucho tiempo.
Destino robado
La realidad siempre supera la ficción, pero esperamos que nunca sea un niño o niña quien se vea envuelto en un mundo tan oscuro y lleno de abusos y secuelas de la vida de alguien más, de un adulto que se supone que protegería a sus hijos.
El estilo de grabación, la conexión de los datos recabados, y, claro, las entrevistas, juegan un papel importante para describir a esta joven prometedora, que solo quería una vida normal, buscaba superarse, brillar en el mundo.
Es muy común decir que cada quien tiene un destino marcado, creo que esta es una gran excepción, nadie debería estar destinado a una vida miserable. Muy necesario ver este documental, nos damos cuenta del avance tan grande que tenemos las mujeres al exigir justica, al denunciar maltratos y abusos, algo que parece tan sencillo ahora –o no-, antes representaba ser excluida y marginada por una sociedad con vendas en los ojos.
También el saber pedir ayuda, el tener amigos cercanos recordando qué clase de persona eras y por qué no merecías morir a tus 20 años de edad.
Así es que a La chica de la foto le doy 5 Thalíestrellas.
Siendo una persona muy afín a los documentales, me di a la tarea de ver este que tanta polémica está causando en redes sociales: La chica de la foto.
Debo aceptar que estaba preparada para ver una historia más, con la que, seguramente, iba a terminar molesta por lo que se vivíanj décadas atrás, pero nada que no pudiera superar.
Puedo decir que, al día de hoy, me siento más agradecida con la vida que me tocó vivir, no podría volver a quejarme de algo después de ver esta tristísima historia.
La chica de la foto, que la plataforma de Netflix estrenó hace apenas unos días, es una película dirigida por Skye Borgman. Documenta un presunto caso de atropello y fuga de 1990, que tuvo a los investigadores confusos durante casi tres décadas. Les puedo adelantar que esconde mucho más de lo que parece a primera vista.
“Tonya”
Sharon o mejor conocida en su final como Tonya, no sabía que su nombre no era su nombre. Tampoco que su vida no era la que debía vivir. En algún momento, ella quiso ser ingeniera aeroespacial e ingresó a la universidad Georgia Tech, pero terminó practicando “striptease” en un boliche nocturno de mala muerte.
Cuando en una oportunidad tuvo la idea de escapar con su hijo, terminó atropellada en una ruta, a las afueras de la ciudad de Oklahoma, Estados Unidos.
Es impactante cómo una serie de entrevistas da pista de cómo es la vida de alguien; cuando la supuesta Tonya Hughes es examinada por las enfermeras, descubren más heridas que no pudieron ser causa del accidente y esto hace que se investigue más y más la vida de la joven.
También se ve envuelto el hijo de la víctima, Michel, un pequeño de apenas 2 años de edad, y el supuesto padre de este menor, Clarence, un hombre que fácil se le puede nombrar monstruo.
Michael
En 1994, los Bean pidieron a la justicia adoptar a Michael. Pero Clarence Hughes, quien todavía tenía derechos parentales para visitas, quería quedarse con su hijo.
Peleaba en la justicia alegando que era injusto que se lo quitaran y acusó a los Bean de maltratar a Michael, cuando claramente el niño odiaba que su “padre” lo visitara.
El 12 de septiembre de 1994 Michael estaba en clase, cursando su primer grado en la escuela Indian Meridian en Choctaw, Oklahoma, cuando Clarence Hughes entró al edificio con arma en mano y secuestró al director de la institución y al niño.
El director fue amarrado en media carretera y no pudo hacer nada.
En las décadas pasadas, por falta de tecnología o de recursos, era difícil dar con asesinos, con delincuentes, por lo tanto, con Clarence Hughes. Cómo iban a saber qué había hecho este hombre si no era investigado como se debía.
No voy a “spoilear”, pero es uno de los documentales más tristes que he visto en mucho tiempo.
Destino robado
La realidad siempre supera la ficción, pero esperamos que nunca sea un niño o niña quien se vea envuelto en un mundo tan oscuro y lleno de abusos y secuelas de la vida de alguien más, de un adulto que se supone que protegería a sus hijos.
El estilo de grabación, la conexión de los datos recabados, y, claro, las entrevistas, juegan un papel importante para describir a esta joven prometedora, que solo quería una vida normal, buscaba superarse, brillar en el mundo.
Es muy común decir que cada quien tiene un destino marcado, creo que esta es una gran excepción, nadie debería estar destinado a una vida miserable. Muy necesario ver este documental, nos damos cuenta del avance tan grande que tenemos las mujeres al exigir justica, al denunciar maltratos y abusos, algo que parece tan sencillo ahora –o no-, antes representaba ser excluida y marginada por una sociedad con vendas en los ojos.
También el saber pedir ayuda, el tener amigos cercanos recordando qué clase de persona eras y por qué no merecías morir a tus 20 años de edad.
Así es que a La chica de la foto le doy 5 Thalíestrellas.