CINEANDO EN LA URBE - El cine capitulado...
POR: SAÚL ROSAS
02-12-2021 00:36:08
La producción cinematográfica se ha transformado en formato digital para ser proyectada en plataformas, es decir, en video y eso ha logrado que las películas tengan mayor difusión. Pero lo que vemos en hora y media, o un poco más, hace que el espectador exija más de las historias. Entonces se le da vida a las series y los capítulos.
Desde los orígenes del cine, los estadounidenses, como visión comercial, hacían series como películas y las proyectaban en las llamadas matinés. Por ejemplo, el llanero solitario y grandes figuras de western fueron seriadas para que, los fines de semana las salas cinematográficas tuvieran públicos cautivos. Con el tiempo la seriación se fue desvaneciendo y más con la aparición de la televisión.
Hoy en día, las series son la moda, el formato, las historias largas, las trayectorias de los personajes son como las tele novelas pero en formato de cine, con alta calidad de imagen y con argumentos cada vez más complejos. Parece que el reto común es ver una serie completa en el menor tiempo posible porque somos incapaces de esperar una semana para saber los nuevos avatares de los personajes.
Caemos en los maratones, en prepararnos para lo que sigue y como un código secreto nunca revelar o spoilear el final de la serie de moda. El placer se vuelve individual y parece que nunca colectivo porque los gustos en cada miembro de la familia son disímbolos. Así que, si te chutas una serie solo, solo terminarás de verla.
Series y películas se vuelven individualistas y ahí, sin poder compartir los detalles de “tu serie”, sufres, ríes o te decepcionas. Y aunque compartas tus emociones, ideas, pensamientos o críticas nadie te entenderá. El espectáculo mediático.
Hace unos días terminé de ver “SUPERNATURAL”, serie de 15 temporadas, una por año que sólo para fans será un festín, para los ocasionales se volverá inentendible, aunque cada capítulo resuelva una trama menor, pero al tener un hilo conductor dramático te perderás en mil y un preguntas y te llevará, como toda serie a mirarla desde el principio para volver a caer en un maratón, en las garras de la imagen continua, en la magia de los argumentos.
Pero eso creará un aislamiento de la critica objetiva porque nos volvemos complacientes, tolerantes y vemos pero no observamos…estamos endiosados por los acontecimientos de la pantalla y eso lo único que demuestra es que, para caer, para perder la noción del tiempo, la serie debe estar extraordinariamente bien hecha. Como una buena obra maestra. Podrá tener sus altibajos, pero mantiene su nivel cuando, durante años nos volcamos en una misma serie.
SUPERNATURAL me hizo llorar al final, pero obvio, perdí la razón por hacerla parte de mi vida, de mis gustos…de mi vicio por el cine y las imágenes…de esas, de las que siempre debemos aprender.
La producción cinematográfica se ha transformado en formato digital para ser proyectada en plataformas, es decir, en video y eso ha logrado que las películas tengan mayor difusión. Pero lo que vemos en hora y media, o un poco más, hace que el espectador exija más de las historias. Entonces se le da vida a las series y los capítulos.
Desde los orígenes del cine, los estadounidenses, como visión comercial, hacían series como películas y las proyectaban en las llamadas matinés. Por ejemplo, el llanero solitario y grandes figuras de western fueron seriadas para que, los fines de semana las salas cinematográficas tuvieran públicos cautivos. Con el tiempo la seriación se fue desvaneciendo y más con la aparición de la televisión.
Hoy en día, las series son la moda, el formato, las historias largas, las trayectorias de los personajes son como las tele novelas pero en formato de cine, con alta calidad de imagen y con argumentos cada vez más complejos. Parece que el reto común es ver una serie completa en el menor tiempo posible porque somos incapaces de esperar una semana para saber los nuevos avatares de los personajes.
Caemos en los maratones, en prepararnos para lo que sigue y como un código secreto nunca revelar o spoilear el final de la serie de moda. El placer se vuelve individual y parece que nunca colectivo porque los gustos en cada miembro de la familia son disímbolos. Así que, si te chutas una serie solo, solo terminarás de verla.
Series y películas se vuelven individualistas y ahí, sin poder compartir los detalles de “tu serie”, sufres, ríes o te decepcionas. Y aunque compartas tus emociones, ideas, pensamientos o críticas nadie te entenderá. El espectáculo mediático.
Hace unos días terminé de ver “SUPERNATURAL”, serie de 15 temporadas, una por año que sólo para fans será un festín, para los ocasionales se volverá inentendible, aunque cada capítulo resuelva una trama menor, pero al tener un hilo conductor dramático te perderás en mil y un preguntas y te llevará, como toda serie a mirarla desde el principio para volver a caer en un maratón, en las garras de la imagen continua, en la magia de los argumentos.
Pero eso creará un aislamiento de la critica objetiva porque nos volvemos complacientes, tolerantes y vemos pero no observamos…estamos endiosados por los acontecimientos de la pantalla y eso lo único que demuestra es que, para caer, para perder la noción del tiempo, la serie debe estar extraordinariamente bien hecha. Como una buena obra maestra. Podrá tener sus altibajos, pero mantiene su nivel cuando, durante años nos volcamos en una misma serie.
SUPERNATURAL me hizo llorar al final, pero obvio, perdí la razón por hacerla parte de mi vida, de mis gustos…de mi vicio por el cine y las imágenes…de esas, de las que siempre debemos aprender.