CINEANDO EN LA URBE - Rompiendo el tiempo
POR: SAÚL ROSAS
18-11-2021 12:39:41
Ahora que viene fin de año, y quizá más tiempo vacacional, sería indispensable romper el tiempo fílmico, es decir, aventurarnos de nuevo a re encontrarnos con películas que pese a los años siguen dejando profunda huella emocional y estética en los espectadores. Es cosa de buscar, es cosa de recordar para saber qué tanto se ha avanzado en la producción fílmica que atiborra los sentidos.
David Lynch ha dejado huella en Blue Velvet, intensa cinta con toques extraordinarios de cine negro y atmósfera de alta tensión. Isabella Rossellini y Denis Hopper poseen la magia de hacerte sentir débil ante la crueldad humana; porque te llevan a los extremos entre el placer y el dolor no sólo del cuerpo sino del alma. En contraste, la joven pareja del filme, a manera de sarcasmo no inunda de lo que todo mundo desearía vivir: la tranquilidad, el sueño americano simple: una casa, una familia, un sueño permanente. Pero Lynch te dirá que hasta esos sueños son manchados por la cruda realidad….
Y aunque los temas parezcan rudos, vale la pena verlos desde la perspectiva fílmica de quien sabe abordarlos: Alan Parker realizó a finales de los 80, dos obras de una factura impecable desde el punto de vista estético y argumental. La primera de 1987 estelarizada por Mickey Rourke y Robert de Niro, es un alucinante viaje al pasado y al encuentro siempre eterno entre el bien y el mal. La conciencia, los valores, la muerte provocada, la magia negra y la soledad son sólo algunos de los elementos que Parker nos deja ver en esta cinta titulada Angel Heart, quizá no muy comercial pero sí altamente recomendable. Y la segunda es una cinta de 1988, considerada, incluso, como patrimonio de la humanidad por su temática lamentablemente vigente. Mississippi Burning es el retrato de la inconciencia social, es el grito de que aún no somos completamente humanos, somos ciegos por una cuestión de color de piel. Las actuaciones de Gene Hackman y Willem Dafoe le dan a la narración fílmica un halo casi documental. El racismo manifiesto y latente se respira desde el inicio hasta el final y nos deja un amargo sabor de boca, pero de esos disfrutables y es que Parker, pese a la oscuridad de sus temas y sus ambientes nos da luz para reflexionar sobre el comportamiento bárbaro de los seres humanos…
Y para concluir con este rompimiento del tiempo pues vayamos al clásico de terror mundial: EL exorcista de William Friedkin. Pese a lo años, pese a los efectos esta cinta sigue causando horror en el espectador y por lo menos te provoca el silencio cuando el interior vislumbra que no sólo es una cita de posesión sino una visión profunda del ataque contante a los valores humanos más queridos: La familia, la madre y Dios. En La película cada un de estos valores se trastoca, se quebranta y cuando piensas que tendrás la redención aparecerá el mal para decirte que este mundo es equilibrio y no todo es felicidad. Con escenas agregadas que le dan más sentido comercial recomiendo buscar la versión original e 1973 y el tráiler prohibido de aquella época…
Tres directores indispensables, cuatro cintas siempre para romper el tiempo.
Ahora que viene fin de año, y quizá más tiempo vacacional, sería indispensable romper el tiempo fílmico, es decir, aventurarnos de nuevo a re encontrarnos con películas que pese a los años siguen dejando profunda huella emocional y estética en los espectadores. Es cosa de buscar, es cosa de recordar para saber qué tanto se ha avanzado en la producción fílmica que atiborra los sentidos.
David Lynch ha dejado huella en Blue Velvet, intensa cinta con toques extraordinarios de cine negro y atmósfera de alta tensión. Isabella Rossellini y Denis Hopper poseen la magia de hacerte sentir débil ante la crueldad humana; porque te llevan a los extremos entre el placer y el dolor no sólo del cuerpo sino del alma. En contraste, la joven pareja del filme, a manera de sarcasmo no inunda de lo que todo mundo desearía vivir: la tranquilidad, el sueño americano simple: una casa, una familia, un sueño permanente. Pero Lynch te dirá que hasta esos sueños son manchados por la cruda realidad….
Y aunque los temas parezcan rudos, vale la pena verlos desde la perspectiva fílmica de quien sabe abordarlos: Alan Parker realizó a finales de los 80, dos obras de una factura impecable desde el punto de vista estético y argumental. La primera de 1987 estelarizada por Mickey Rourke y Robert de Niro, es un alucinante viaje al pasado y al encuentro siempre eterno entre el bien y el mal. La conciencia, los valores, la muerte provocada, la magia negra y la soledad son sólo algunos de los elementos que Parker nos deja ver en esta cinta titulada Angel Heart, quizá no muy comercial pero sí altamente recomendable. Y la segunda es una cinta de 1988, considerada, incluso, como patrimonio de la humanidad por su temática lamentablemente vigente. Mississippi Burning es el retrato de la inconciencia social, es el grito de que aún no somos completamente humanos, somos ciegos por una cuestión de color de piel. Las actuaciones de Gene Hackman y Willem Dafoe le dan a la narración fílmica un halo casi documental. El racismo manifiesto y latente se respira desde el inicio hasta el final y nos deja un amargo sabor de boca, pero de esos disfrutables y es que Parker, pese a la oscuridad de sus temas y sus ambientes nos da luz para reflexionar sobre el comportamiento bárbaro de los seres humanos…
Y para concluir con este rompimiento del tiempo pues vayamos al clásico de terror mundial: EL exorcista de William Friedkin. Pese a lo años, pese a los efectos esta cinta sigue causando horror en el espectador y por lo menos te provoca el silencio cuando el interior vislumbra que no sólo es una cita de posesión sino una visión profunda del ataque contante a los valores humanos más queridos: La familia, la madre y Dios. En La película cada un de estos valores se trastoca, se quebranta y cuando piensas que tendrás la redención aparecerá el mal para decirte que este mundo es equilibrio y no todo es felicidad. Con escenas agregadas que le dan más sentido comercial recomiendo buscar la versión original e 1973 y el tráiler prohibido de aquella época…
Tres directores indispensables, cuatro cintas siempre para romper el tiempo.