Tras ser pospuesta un año debido a la pandemia, Venom: Carnage liberado finalmente estrenó en cines, y lo hace a lo grande, pues se trata de una película repleta de acción, efectos especiales, un grato humor y muchas sorpresas para lo que nos depara el cine de superhéroes en el futuro.

Luego de que el simbionte y Eddie Brock (Tom Hardy) salvaron al mundo en 2018 de una invasión alienígena, ambos han aprendido a coexistir como Venom, un poderoso antihéroe que busca proteger a la sociedad a su manera: la más letal posible. Sin embargo, cuando ambos provocan que el asesino serial Cletus Kasady (Woody Harrelson) se convierta en el despiadado Carnage, deberán hacer lo posible por destruirlo a como dé lugar.

Andy Serkis, quien ha dado vida personajes como Cesar en El planeta de los simios o Gollum en El señor de los anillos, se recupera de su trastabillado paso como director al estar al frente de Venom: Carnage liberado. Esto, claro, gracias a su experiencia con el mocap (captura en movimiento), lo que sin duda le representó una gran ventaja para crear esta secuela inundada de efectos computarizados y pantallas verdes por doquier.

Es decir, estamos hablando de un producto que a pesar de durar mucho menos que su primera parte, a diferencia de ésta nos presenta a Venom desde el inicio de la cinta, dando pie a que la acción, el suspenso y el humor tan particular de los protagonistas (tanto de Eddie Brock como del alienígena) hagan de las suyas.

Además, la aparición de Carnage tampoco se hace esperar gracias a que no se pierde tiempo al introducirnos a Cletus Kasady, pues lo único que necesitamos saber de él es que es un despiadado asesino y nada más (un papel que no es desconocido para Harrelson). Así, las matanzas y la carnicería comienzan apenas lo vemos en pantalla.

Por esta razón, las escenas en las que ambos simbiontes y huéspedes se enfrentan cumplen bastante bien con lo que prometen, o sea, todas sus peleas dejan enormes, explosivos y viscosos desastres a su paso. Además, es sumamente grato ver la manera y la rapidez en que los trajes de Brock y Kasady se despegan de ambos, vuelven a unirse, gritan e incluso se mezclan e interactúan entre sí.

Tampoco está de sobra mencionar alguna que otra referencia a los cómics enfocados en Venom (como Lethal Protector), pero esto no es impedimento para disfrutar del filme si tampoco se les ha leído.

Ahora, sobre el humor de la película, tomando en cuenta que es categoría PG-13 y que al mismo tiempo dará pie a más productos en el futuro, en momentos puede abusar de éste, pero de ninguna manera es exagerado, innecesario ni mucho menos ridículo. Además, si se toma en cuenta la emocionante escena final a mitad de los créditos, es fácil emocionarse al saber que Venom deberá sacar su mejor sarcasmo ante otro digno maestro del sarcasmo.