Jennifer Clemont, la poesía detrás de Noche de Fuego
POR: NANCY MORA EN GUADALAJARA
03-10-2021 14:16:44
En México la violencia se respira todos los días, existen lugares donde nacer mujer es una sentencia de muerte, comunidades donde madres e hijas tienen que sobrevivir solas, enfrentar el miedo, la muerte; uno de estos lugares desolados en las montañas de Guerrero fue lo que inspiró a la escritora Jennifer Clemont para escribir Ladydi, una novela donde los horrores de la violencia son matizados con poesía.
Ese fue uno de los principales retos al que se enfrentó la escritora mexico-americana, quien siempre tuvo claro que no quería que sus personajes perdieran la dignidad ni fueran re victimizados, así que encontró la manera de describir una historia desgarradora pero a través del lenguaje poético, sin pornografía ni violencia gráfica.
“En mi novela, ella (la amiga de Ladydi) regresa para contar dónde había estado y aunque evidentemente muchos hombres abusaron de ella, yo no iba a describir esa escena porque era volver a violentarla, entonces lo que ella le dice es: fui como una botella de agua y todo mundo tomó de mí”, explicó Jennifer como ejemplo de cómo la poesía le ayudó a describir algo tan atroz.
Ese mismo lenguaje poético es el que utiliza la cineasta Tatiana Huezo al retomar la novela de Clemont para realizar Noche de Fuego, película en la que también somos testigos de la violencia que acecha en todo momento a las mujeres de la sierra de Guerrero, que deben cuidarse entre ellas, que trabajan en los campos de amapola a cambio de una falsa “protección”, que deben aparentar no ser mujeres para evitar lo que se vuelve inevitable.
“Tatiana y yo compartimos el mismo lenguaje, un lenguaje sin violencia, pero que a la vez está permeado de violencia, yo jamás pondría a una de mis personajes en una posición en la que pierdan su dignidad, jamás escribiría una escena brutal explícita, porque yo me enamoro de mis personajes, así que los tengo que proteger”.
Entre los muchos aprendizajes que Noche de Fuego le dejó a Clemont fue reconocer que su miedo ante la violencia era muy grande, pero lo era aún más su indignación, “ir a Guerrero, entrar a ese mundo y tratar de entender lo que pasaba me creaba una indignación tan grande que lo tenía que contar”.
Durante la clase magistral Noche de fuego, un estudio de caso, que ofrecieron Jennifer Clemont y los productores Jim Stark y Nicolás Celis como parte de las actividades del 36 Festival Internacional de Cine en Guadalajara, Celis habló sobre cómo Tatiana Huezo retomó la novela de Clemont para contar la historia de tres amigas que crecen en un lugar hostil y violento, “a Tatiana le gusta crear personajes complejos, con claroscuros, reales, algo que muchas veces no pasa en el cine mexicano”.
“Con Noche de Fuego quisimos hacer una película que contara una historia que ya hemos visto en los periódicos, porque la violencia es algo que se vive todos los días en este país, pero sin victimizar, sin hacer una apología de la violencia, una historia que nos representara a los mexicanos y lo que vivimos para así llegar al público pero no desde los balazos sino desde la verdad y la empatía”.
Como productor, Celis comentó que la apuesta de Pimienta Films, es realizar un tipo de cine que tenga un balance entre las películas que cada vez lleguen a más gente pero que a la vez nos alimenten, que conecten con el público, “con menos calorías pero mucha proteína, por eso hay que fomentar que los cineastas y productores nos arriesguemos, que aprovechemos de la mejor manera los fondos públicos para hacer buen cine”.
En México la violencia se respira todos los días, existen lugares donde nacer mujer es una sentencia de muerte, comunidades donde madres e hijas tienen que sobrevivir solas, enfrentar el miedo, la muerte; uno de estos lugares desolados en las montañas de Guerrero fue lo que inspiró a la escritora Jennifer Clemont para escribir Ladydi, una novela donde los horrores de la violencia son matizados con poesía.
Ese fue uno de los principales retos al que se enfrentó la escritora mexico-americana, quien siempre tuvo claro que no quería que sus personajes perdieran la dignidad ni fueran re victimizados, así que encontró la manera de describir una historia desgarradora pero a través del lenguaje poético, sin pornografía ni violencia gráfica.
“En mi novela, ella (la amiga de Ladydi) regresa para contar dónde había estado y aunque evidentemente muchos hombres abusaron de ella, yo no iba a describir esa escena porque era volver a violentarla, entonces lo que ella le dice es: fui como una botella de agua y todo mundo tomó de mí”, explicó Jennifer como ejemplo de cómo la poesía le ayudó a describir algo tan atroz.
Ese mismo lenguaje poético es el que utiliza la cineasta Tatiana Huezo al retomar la novela de Clemont para realizar Noche de Fuego, película en la que también somos testigos de la violencia que acecha en todo momento a las mujeres de la sierra de Guerrero, que deben cuidarse entre ellas, que trabajan en los campos de amapola a cambio de una falsa “protección”, que deben aparentar no ser mujeres para evitar lo que se vuelve inevitable.
“Tatiana y yo compartimos el mismo lenguaje, un lenguaje sin violencia, pero que a la vez está permeado de violencia, yo jamás pondría a una de mis personajes en una posición en la que pierdan su dignidad, jamás escribiría una escena brutal explícita, porque yo me enamoro de mis personajes, así que los tengo que proteger”.
Entre los muchos aprendizajes que Noche de Fuego le dejó a Clemont fue reconocer que su miedo ante la violencia era muy grande, pero lo era aún más su indignación, “ir a Guerrero, entrar a ese mundo y tratar de entender lo que pasaba me creaba una indignación tan grande que lo tenía que contar”.
Durante la clase magistral Noche de fuego, un estudio de caso, que ofrecieron Jennifer Clemont y los productores Jim Stark y Nicolás Celis como parte de las actividades del 36 Festival Internacional de Cine en Guadalajara, Celis habló sobre cómo Tatiana Huezo retomó la novela de Clemont para contar la historia de tres amigas que crecen en un lugar hostil y violento, “a Tatiana le gusta crear personajes complejos, con claroscuros, reales, algo que muchas veces no pasa en el cine mexicano”.
“Con Noche de Fuego quisimos hacer una película que contara una historia que ya hemos visto en los periódicos, porque la violencia es algo que se vive todos los días en este país, pero sin victimizar, sin hacer una apología de la violencia, una historia que nos representara a los mexicanos y lo que vivimos para así llegar al público pero no desde los balazos sino desde la verdad y la empatía”.
Como productor, Celis comentó que la apuesta de Pimienta Films, es realizar un tipo de cine que tenga un balance entre las películas que cada vez lleguen a más gente pero que a la vez nos alimenten, que conecten con el público, “con menos calorías pero mucha proteína, por eso hay que fomentar que los cineastas y productores nos arriesguemos, que aprovechemos de la mejor manera los fondos públicos para hacer buen cine”.