MANDALORIAN: Una jornada de 43 años para llegar a casa Pt.2
POR: SAÚL ARELLANO MONTORO
15-01-2021 23:53:22
EPISODIO II: LA SERIE
En el episodio anterior presenté, a manera de contexto, todo lo que ocurrió previo al estreno de la primera serie de acción viva relacionada al Universo de La Guerra de las Galaxias The Mandalorian. Un camino de 4 décadas con muchos obstáculos pero también de grandes historias que sumaron y enriquecieron la serie para presentar un producto sólido, con su propia mitología y respetuoso en todo sentido a lo creado por George Lucas para beneplácito de la vieja guardia y las diferentes generaciones que se han sumado a la saga con el paso de los años hasta nuestros días donde toda una nueva generación está descubriendo los mundos, personajes y situaciones que han hecho de La Guerra de las Galaxias una aventura infinita en una galaxia lejana, muy lejana.
“NO IMPORTA CUANTO HAYAMOS PELEADO, SIEMPRE ODIÉ VERTE PARTIR…”
Mientras que en las pantallas de televisión la serie animada Star Wars: Clone Wars de Genndy Tartakovsky era vista en Cartoon Network por los fanáticos ese 2005, en los cuarteles de Lucasfilm se le daba una y otra vez vueltas a la idea de realizar una serie en acción real ubicada en el universo de La Guerra de las Galaxias. Nueve años antes Lucasfilm había terminado su primera experiencia televisiva con otro de sus personajes esenciales con la serie The Young Indiana Jones Chronicles (1992 – 1996) y no les había ido nada mal; pero Lucas y su productor en esos años, Rick McCallum, no se sentían del todo seguros respecto a los efectos especiales (y su elevado costo monetario) que necesitarían para poder contar la historia (con el tentativo y no confirmado título de Star Wars: Underworld) que tenían contemplada en esas fechas. 3 años y cerca de 50 guiones fueron suficientes para que el proyecto se guardara en el cajón del escritorio de Lucas a esperar mejores oportunidades de realización.
Como ya sabemos todos, a finales del 2012 George Lucas vende a The Walt Disney Company su empresa Lucasfilm con todo el contenido creativo y planes a desarrollar en el futuro. De pronto los fans se sintieron huérfanos y llenos de dudas respecto al tratamiento que le daría Kathleen Kennedy para satisfacer a sus nuevos jefes encabezados por Robert Iger. Y no pasó mucho tiempo para descubrirlo cuando se anunció la salida de una nueva trilogía y series animadas orientadas hacia el nuevo espectador: El público infantil y adolescente, debido a que los fans de más edad estaban más que enganchados y jamás dejarían de consumir lo que produjera la maquinaria de mercancía ahora en poder de Disney.
Entre 2016 y 2018, el actor/director/productor Jon Favreau trabajó por su cuenta en la historia y guion para una nueva aventura del Universo de la Guerra de las Galaxias mientras realizaba trabajos para Marvel (Avengers en el 2016 y 2018), Disney (Jungle Book en 2016) y suyos para la televisión (The Shannara Chronicles en 2016, The Orville y Young Sheldon en el 2017). Al presentar el proyecto a Kathleen Kennedy, ambos llegaron a la conclusión que éste sería llevado a la televisión en formato de serie en lugar de exhibirse en cine; con lo que Favreau de inmediato trabajó en todos los aspectos relacionados no solo con la historia sino con la producción y realización de la serie teniendo un presupuesto bastante cómodo para llevarlo a cabo convirtiéndose en el todopoderoso Showrunner de la ambiciosa y aún sin nombre en ese momento nueva propuesta de Disney.
Gracias al impulso creativo de Favreau, la serie entró en una dinámica de producción veloz y certera. Durante el último cuatrimestre de 2018 ocurrió una avalancha de situaciones relacionadas con el proyecto; En esos meses se dio a conocer el sencillo pero poderoso título de la serie: The Mandalorian; que los protagonistas serian Pedro Pascal, Gina Carano Nick Nolte, Giancarlo Esposito, Emily Swallow, Carl Weathers, Omid Abtahi y (gran sorpresa) Werner Herzog; la co-producción estaría a cargo del mismo Favreau además de Kathleen Kennedy, Colin Wilson, Karen Gilchrist y el “hasta en la sopa” Dave Filoni; la música sería compuesta por el ganador del Oscar por el OST de Black Panther (2018) Ludwig Göransson, los guiones serían escritos en su mayoría por Jon Favreau y otros tantos por Dave Filoni, Rick Famuyiwa y Christopher Yost; y que los directores para dar forma a la creación de Favreau en sus dos primeras temporadas serían Dave Filoni, Rick Famuyiwa, Deborah Chow, Bryce Dallas Howard, Taika Waititi, Peyton Reed, Carl Weathers y Robert Rodríguez. La producción arrancó oficialmente los primeros días de octubre de 2018 pero el “espaldarazo” oficial fue el 19 de ese mes cuando George Lucas se presentó en el set de rodaje como regalo de cumpleaños a Favreau y para darle su apoyo moral en esta nueva etapa de La Guerra de las Galaxias como serie de acción real.
Lo que sigue es The Mandalorian.
“¿CUÁNTOS HOMBRES PUEDEN RECLAMAR TAL LEGADO?”
La serie se ubica a cinco años de los acontecimientos que se vieron en Return of the Jedi (1983) y a veinticinco del nacimiento de Rey de The Force Awakens (2015), lo que permite a Favreau tener un buen margen de situaciones y personajes al ubicar la Nueva República en ajuste político y social en los diferentes planetas pertenecientes tanto a los sistemas centrales como a los externos con una presencia aún notoria del Imperio; esto para continuar con lo visto en la última trilogía y la Nueva Orden.
El argumento es sencillo pero no por eso simplón. Narra la historia de un cazarrecompensas Mandaloriano que trabaja para El Gremio dirigido por Greef Karga en el planeta Nevarro. En uno de esos trabajos, el Mandaloriano rompe el código del Gremio de no involucrarse con el “objetivo”, un ser de la misma raza del fallecido Maestro Yoda pero que resulta ser un infante salvándolo de la muerte; primeramente a manos de un robot IG y luego del misterioso cliente que pagó por tenerlo y que lo quería para un experimento genético. Debido en parte a la enseñanza del credo mandaloriano, en el que el padre es el encargado de la educación de los hijos, y a que él mismo fue un huérfano adoptado por esos mismos guerreros, acepta la encomienda de la armera y sacerdotisa del Resol'nare de entregar al expósito a sus congéneres como parte de las creencias de los acólitos del Manda.
A partir de este momento es que la serie toma fuerza y una identidad propia narrada bajo el guion y supervisión del showrunner Favreau quien, apoyado por Dave Filoni como asesor en la mitología de La Guerra de las Galaxias, da forma a la historia del mandaloriano Din Djarin y el “niño” Grogu en su misión a través de la galaxia para llegar al destino encomendado.
“ES OBVIO QUE ESTO NO PUEDE DECIDIRSE POR NUESTRO CONOCIMIENTO DE LA FUERZA…”
La narrativa de la serie es característica del genero western; donde el protagonista principal es un “extraño” o “forastero” que generalmente tiene una personalidad taciturna, estoica, resolutiva y de pocas palabras, irrumpe un entrono controlado o en ocasiones pasmado, para solucionar un conflicto que afecta los motivos de los otros personajes para continuar sus vidas en paz; como en los argumentos de las películas Shane (1953) de George Stevens, Río Bravo (1959) de Howard Hawks, Young Billy Young (1969) de Burt Kennedy o la referencia constante de toda la serie hasta el final de la temporada 2 que es la extraordinaria película 3 Godfathers (1948) de John Ford protagonizada por John Wayne y Pedro Armendariz. Esta también es una narrativa muy utilizada en el cine de samuráis japoneses como Sengoko Burai (1952) de Iroshi Inagaki o Yojimbo (1961) de Akira Kurosawa.
Esta fórmula ya había resultado antes porque, como es de todos conocido, el argumento de La Guerra de las Galaxias de Lucas fue inspirado en la película Kakushi-toride no san-akunin (1958), de Kurosawa; por lo que Favreau simplemente retomó todos esos elementos para crear un entorno hostil en el que el mandaloriano y el niño deben sobrevivir. Y si bien esta es la base argumental de la serie, cada episodio tiene una fuerte influencia del cine con el que creció Favreau y que se reconoce a manera de homenaje en secuencias como por ejemplo, la del Episodio 13 de la temporada 2 The Jedi (el único medianamente bien dirigido por Filoni) donde el enfrentamiento de Ahsoka Tano y la Magistrada es una evidente referencia a Kill Bill Vol. 1 (2004) de Quentin Tarantino que es, a su vez, una referencia a la película Shurayukihime (1973) de Toshiya Fujita inspirada a su vez en el Manga Lady Snowblood (1972) de Kazuo Koike. De hecho, no pude evitar cantar Please don´t let me be Misunderstood de Santa Esmeralda cuando vi este duelo.
¿Qué les puedo decir? Es una cosa generacional.
Desde el primer episodio, The Mandalorian, que es la presentación del personaje y que corrió a cargo del novato y muy verde director para acción viva Dave Filoni (y que tuvo la suerte de contar con el guion sólido de Favreau y Lucas, además de la asesoría de ambos), la serie es una constante referencia a cinematografías antes vistas pero que en manos de directores con más experiencia podemos relajarnos y aceptarlas más como homenajes que como copias de escasa originalidad como en el caso de Rick Famuyiwa que sus capítulos emulan al cine de asalto o a la hija del director y viejo amigo de George Lucas Ron Howard, Bryce Dallas Howard, quién manejó sus episodios con mano firme y segura - aunque es imposible no evocar la clara referencia a Yojimbo (1961) en “Sanctuary” y que en “The Heiress” resalta como una directora capaz de manejar situaciones de tensión y acción dejando en claro la igualdad de resolución y contundencia en cuestiones de género. Esto mismo aplica a la otra directora, Deborah Chow, cuya experiencia en series de televisión le permite contar la historia de forma breve y sin dejar rastros de incongruencia en el episodio.
Es de resaltar la participación de directores con experiencia en cine en géneros muy específicos como Taika Waititi (What We Do in the Shadows de 2014, Thor Ragnarok de 2017 o Jojo Rabbit de 2019), Robert Rodriguez (creo que sobra mencionar algo de su filmografía ¿verdad?), el mismo creador de la serie Jon Favreau y Peyton Reed (director de Bring It On en el 2000, Down with Love del 2003 y la saga de Ant Man en 2015, 2018 y la que viene en 2022) que fue el encargado del épico final de temporada 2 “The Rescue”.
De resaltar la forma de trabajo de Favreau al permitir que el resto los directores de la serie estuvieran presentes y aportando ideas en el set cuando filmaba el director encargado de un episodio específico para reafirmar una narrativa homogénea y fluida donde lo realmente importante es la historia y no quien la dirige aunque también se permitió que cada uno dejase su sello impreso en cada capítulo; excepto Dave Filoni que, simplemente, salía sobrando y jamás pudo dejar una marca que lo identificase como al resto, pese a ser el único que dirigió tres episodios; la ventaja de ser amigo del patrón. Ojalá esto no se repita en la temporada 3 y quede tras bambalinas de donde no debió haber salido.
“TUS OJOS PUEDEN ENGAÑARTE, NO CONFIES EN ELLOS…”
La serie cae en los hombros de Pedro Pascal al tener el protagónico de la misma pero era natural que su coprotagonista, una marioneta, robara la atención entre los que se acercaban a la mitología de La Guerra de las Galaxias por primera vez o que no les interesaba la saga de películas y mucho menos toda la mercancía que buscan psicóticamente año tras año los compradores compulsivos amparados bajo la palabra “coleccionistas”. A ese público fue el que Disney quería atraer a su telaraña y lo logró de sobrada manera. Y para muestra nada más hay que dar un vistazo a la lista de juguetes más vendidos no solo de temporada sino del año entero para descubrir que Grogu (Baby Yoda para los iniciados) arrasó a las otras opciones de juguetes entre niñas y niños además de los adultos y los “coleccionistas”.
Sin embargo, y gracias nuevamente a un guion bien estructurado, la serie tiene un balance preciso para permitir que los personajes que interactúan con Pascal el Mandaloriano y Grogu tengan una presencia fuerte e importante en el arco argumental de la historia hasta el final de la segunda temporada. Sería inocente restar importancia a las actrices y actores que dieron vida a esos personajes y que sorprendieron a otro público más versado en la cinematografía mundial como el caso del director Werner Herzog en un papel pequeño pero clave para el viaje que emprende el Mandaloriano o Nick Nolte dando voz al ugnaught Kuiil, Natalia Tena (Nymphadora Tonks de las películas de Harry Potter y Osha en Game of Thrones) como Xi'an la Twi'lek, Clancy Brown (Kurgan en Highlander o el Capitán Byron Hadley en The Shawshank Redemption) como el devoriano Burg, Giancarlo Esposito (Gustavo Fring en Breaking Bad, Jorge en la saga de Maze Runner y varias películas del director Spike Lee), Michael Biehn (Kyle Reese en Terminator y Hicks en Aliens), Rosario Dawson (Gail in Sin City, Mimi en Rent, Ross en Death Proff y Claire en la serie Daredevil) y por supuesto Carl Weathers (Apollo Creed en la saga de Rocky y Dillon en Depredador) actuando y dirigiendo.
El recurso interpretativo de Pascal más un manejo de cuerpo en diferentes situaciones permiten que la presencia del Mandaloriano siempre sea notoria por el peso no solo visual sino mitológico que lleva la armadura y el credo que le impone y que puede presentar emociones que van de la parsimonia a la impaciencia, del dolor a lo divertido o de la fiereza a una gran ternura y cuidado cuando interactúa con Grogu; un gran logro como actor debido a que el rostro lo tiene siempre bajo el casco y que a su vez exige también una interpretación al nivel de todos aquellos que comparten escena con Pascal debido a que no hay un intercambio de emociones y parten del diálogo y de su forma de abordar las situaciones dependiendo de su personaje.
“LAS RELIGIONES TONTAS Y LAS ARMAS ANTIGUAS NO SON RIVAL PARA UN BUEN BLÁSTER”
Algo que llama la atención respecto a la ética, moral y religión que incluye el uso de la armadura y el aura que hay alrededor de ella, es lo que constantemente se nos menciona en los dogmas de los acólitos del Manda y que Din Djarin tiene siempre muy presente: Conservar el honor no solo al cumplir lo que prometen sino de nunca mostrar el rostro. Sin embargo y en la medida que la serie avanza, nos asombramos a la par del Mandaloriano: Los otros que portan la armadura no guardan los preceptos, quitándose el casco constantemente como lo vemos inicialmente en el episodio 9 de la segunda temporada “The Marshal” que después se explica que el alguacil del pequeño pueblo, Cobb Vanth, se hizo de la armadura gracias a unos Jawas que la encontraron en el desierto.
En el episodio 11 Din Djarin, conoce a otros Mandalorianos que al quitarse el casco resultan ser Bo-Katan Kryze (hermana de Satine Kryze, Duquesa de Mandalore, y heredera al trono) y su guardia personal. Cuando Djarin les dice que no se portan como Mandalorianos, Bo-Katan le explica que él es un “Children of the Watch, un culto de fanáticos religiosos que se separó de la sociedad de Mandalore. Su objetivo era restablecer el camino antiguo”. Es decir, que Djarin fue criado por fundamentalistas.
Un giro majestuoso en la serie fue en el episodio 14 “The Tragedy” donde Djarin vuelve a enfrentarse a sus creencias debido a que conoce al dueño de la armadura original que rescató en el episodio 9: el hijo de Jango Fett nativo de Concord Dawn e igualmente adoptado por los guerreros Mandalorianos; Boba Fett que sobrevivió al Sarlack. Inicialmente Djarin duda en regresar la armadura a Boba pero acepta al reconocer a Jango como un expósito igual que él y que Grogu. En los episodios finales 15 “The Beliver” y 16 “The Rescue” Djarin se quita voluntariamente el casco, en el primero para poder encontrar al chico y el segundo para afianzar los lazos entre él y Grogu cuando se separan para que Luke Skywalker pueda llevarse y encargarse de la educación del poderoso niño.
Todas estas situaciones nos remiten al discurso entre líneas que se establecieron en la trilogía de los episodios VII, VIII y IX donde se dejaba ver la diferencia entre lo hecho por Lucas y sus seguidores de la “vieja guardia” y la nueva forma de abordar la saga con Disney al frente y la búsqueda de nuevos y más jóvenes públicos. Igual sucede con el Mandaloriano y la metáfora que resulta respecto a esta actitud dogmatica a las tradiciones milenarias. Mientras que un grupo se oculta en las sombras, otros luchan por ganarse un lugar en la galaxia mientras comparten las bases de su formación como guerreros Mandalore; un mensaje de adoctrinamiento de Disney que Favreau adoptó gustoso (parafraseando a Yoda: mucho dinero y libertad creativa tentadores son) pese a ser leal al canon de Lucas.
Con esto termino la segunda de tres partes dedicada al personaje del Mandaloriano y la serie que rompió la puerta para llevar, con una extraordinaria historia y una realización cinemática espectacular, a La Guerra de las Galaxias a la pantalla casera. En el siguiente episodio hablaremos de la producción, banda sonora, formato casero y el análisis final a manera de conclusión.
Hasta entonces: This is the Way
EPISODIO II: LA SERIE
En el episodio anterior presenté, a manera de contexto, todo lo que ocurrió previo al estreno de la primera serie de acción viva relacionada al Universo de La Guerra de las Galaxias The Mandalorian. Un camino de 4 décadas con muchos obstáculos pero también de grandes historias que sumaron y enriquecieron la serie para presentar un producto sólido, con su propia mitología y respetuoso en todo sentido a lo creado por George Lucas para beneplácito de la vieja guardia y las diferentes generaciones que se han sumado a la saga con el paso de los años hasta nuestros días donde toda una nueva generación está descubriendo los mundos, personajes y situaciones que han hecho de La Guerra de las Galaxias una aventura infinita en una galaxia lejana, muy lejana.
“NO IMPORTA CUANTO HAYAMOS PELEADO, SIEMPRE ODIÉ VERTE PARTIR…”
Mientras que en las pantallas de televisión la serie animada Star Wars: Clone Wars de Genndy Tartakovsky era vista en Cartoon Network por los fanáticos ese 2005, en los cuarteles de Lucasfilm se le daba una y otra vez vueltas a la idea de realizar una serie en acción real ubicada en el universo de La Guerra de las Galaxias. Nueve años antes Lucasfilm había terminado su primera experiencia televisiva con otro de sus personajes esenciales con la serie The Young Indiana Jones Chronicles (1992 – 1996) y no les había ido nada mal; pero Lucas y su productor en esos años, Rick McCallum, no se sentían del todo seguros respecto a los efectos especiales (y su elevado costo monetario) que necesitarían para poder contar la historia (con el tentativo y no confirmado título de Star Wars: Underworld) que tenían contemplada en esas fechas. 3 años y cerca de 50 guiones fueron suficientes para que el proyecto se guardara en el cajón del escritorio de Lucas a esperar mejores oportunidades de realización.
Como ya sabemos todos, a finales del 2012 George Lucas vende a The Walt Disney Company su empresa Lucasfilm con todo el contenido creativo y planes a desarrollar en el futuro. De pronto los fans se sintieron huérfanos y llenos de dudas respecto al tratamiento que le daría Kathleen Kennedy para satisfacer a sus nuevos jefes encabezados por Robert Iger. Y no pasó mucho tiempo para descubrirlo cuando se anunció la salida de una nueva trilogía y series animadas orientadas hacia el nuevo espectador: El público infantil y adolescente, debido a que los fans de más edad estaban más que enganchados y jamás dejarían de consumir lo que produjera la maquinaria de mercancía ahora en poder de Disney.
Entre 2016 y 2018, el actor/director/productor Jon Favreau trabajó por su cuenta en la historia y guion para una nueva aventura del Universo de la Guerra de las Galaxias mientras realizaba trabajos para Marvel (Avengers en el 2016 y 2018), Disney (Jungle Book en 2016) y suyos para la televisión (The Shannara Chronicles en 2016, The Orville y Young Sheldon en el 2017). Al presentar el proyecto a Kathleen Kennedy, ambos llegaron a la conclusión que éste sería llevado a la televisión en formato de serie en lugar de exhibirse en cine; con lo que Favreau de inmediato trabajó en todos los aspectos relacionados no solo con la historia sino con la producción y realización de la serie teniendo un presupuesto bastante cómodo para llevarlo a cabo convirtiéndose en el todopoderoso Showrunner de la ambiciosa y aún sin nombre en ese momento nueva propuesta de Disney.
Gracias al impulso creativo de Favreau, la serie entró en una dinámica de producción veloz y certera. Durante el último cuatrimestre de 2018 ocurrió una avalancha de situaciones relacionadas con el proyecto; En esos meses se dio a conocer el sencillo pero poderoso título de la serie: The Mandalorian; que los protagonistas serian Pedro Pascal, Gina Carano Nick Nolte, Giancarlo Esposito, Emily Swallow, Carl Weathers, Omid Abtahi y (gran sorpresa) Werner Herzog; la co-producción estaría a cargo del mismo Favreau además de Kathleen Kennedy, Colin Wilson, Karen Gilchrist y el “hasta en la sopa” Dave Filoni; la música sería compuesta por el ganador del Oscar por el OST de Black Panther (2018) Ludwig Göransson, los guiones serían escritos en su mayoría por Jon Favreau y otros tantos por Dave Filoni, Rick Famuyiwa y Christopher Yost; y que los directores para dar forma a la creación de Favreau en sus dos primeras temporadas serían Dave Filoni, Rick Famuyiwa, Deborah Chow, Bryce Dallas Howard, Taika Waititi, Peyton Reed, Carl Weathers y Robert Rodríguez. La producción arrancó oficialmente los primeros días de octubre de 2018 pero el “espaldarazo” oficial fue el 19 de ese mes cuando George Lucas se presentó en el set de rodaje como regalo de cumpleaños a Favreau y para darle su apoyo moral en esta nueva etapa de La Guerra de las Galaxias como serie de acción real.
Lo que sigue es The Mandalorian.
“¿CUÁNTOS HOMBRES PUEDEN RECLAMAR TAL LEGADO?”
La serie se ubica a cinco años de los acontecimientos que se vieron en Return of the Jedi (1983) y a veinticinco del nacimiento de Rey de The Force Awakens (2015), lo que permite a Favreau tener un buen margen de situaciones y personajes al ubicar la Nueva República en ajuste político y social en los diferentes planetas pertenecientes tanto a los sistemas centrales como a los externos con una presencia aún notoria del Imperio; esto para continuar con lo visto en la última trilogía y la Nueva Orden.
El argumento es sencillo pero no por eso simplón. Narra la historia de un cazarrecompensas Mandaloriano que trabaja para El Gremio dirigido por Greef Karga en el planeta Nevarro. En uno de esos trabajos, el Mandaloriano rompe el código del Gremio de no involucrarse con el “objetivo”, un ser de la misma raza del fallecido Maestro Yoda pero que resulta ser un infante salvándolo de la muerte; primeramente a manos de un robot IG y luego del misterioso cliente que pagó por tenerlo y que lo quería para un experimento genético. Debido en parte a la enseñanza del credo mandaloriano, en el que el padre es el encargado de la educación de los hijos, y a que él mismo fue un huérfano adoptado por esos mismos guerreros, acepta la encomienda de la armera y sacerdotisa del Resol'nare de entregar al expósito a sus congéneres como parte de las creencias de los acólitos del Manda.
A partir de este momento es que la serie toma fuerza y una identidad propia narrada bajo el guion y supervisión del showrunner Favreau quien, apoyado por Dave Filoni como asesor en la mitología de La Guerra de las Galaxias, da forma a la historia del mandaloriano Din Djarin y el “niño” Grogu en su misión a través de la galaxia para llegar al destino encomendado.
“ES OBVIO QUE ESTO NO PUEDE DECIDIRSE POR NUESTRO CONOCIMIENTO DE LA FUERZA…”
La narrativa de la serie es característica del genero western; donde el protagonista principal es un “extraño” o “forastero” que generalmente tiene una personalidad taciturna, estoica, resolutiva y de pocas palabras, irrumpe un entrono controlado o en ocasiones pasmado, para solucionar un conflicto que afecta los motivos de los otros personajes para continuar sus vidas en paz; como en los argumentos de las películas Shane (1953) de George Stevens, Río Bravo (1959) de Howard Hawks, Young Billy Young (1969) de Burt Kennedy o la referencia constante de toda la serie hasta el final de la temporada 2 que es la extraordinaria película 3 Godfathers (1948) de John Ford protagonizada por John Wayne y Pedro Armendariz. Esta también es una narrativa muy utilizada en el cine de samuráis japoneses como Sengoko Burai (1952) de Iroshi Inagaki o Yojimbo (1961) de Akira Kurosawa.
Esta fórmula ya había resultado antes porque, como es de todos conocido, el argumento de La Guerra de las Galaxias de Lucas fue inspirado en la película Kakushi-toride no san-akunin (1958), de Kurosawa; por lo que Favreau simplemente retomó todos esos elementos para crear un entorno hostil en el que el mandaloriano y el niño deben sobrevivir. Y si bien esta es la base argumental de la serie, cada episodio tiene una fuerte influencia del cine con el que creció Favreau y que se reconoce a manera de homenaje en secuencias como por ejemplo, la del Episodio 13 de la temporada 2 The Jedi (el único medianamente bien dirigido por Filoni) donde el enfrentamiento de Ahsoka Tano y la Magistrada es una evidente referencia a Kill Bill Vol. 1 (2004) de Quentin Tarantino que es, a su vez, una referencia a la película Shurayukihime (1973) de Toshiya Fujita inspirada a su vez en el Manga Lady Snowblood (1972) de Kazuo Koike. De hecho, no pude evitar cantar Please don´t let me be Misunderstood de Santa Esmeralda cuando vi este duelo.
¿Qué les puedo decir? Es una cosa generacional.
Desde el primer episodio, The Mandalorian, que es la presentación del personaje y que corrió a cargo del novato y muy verde director para acción viva Dave Filoni (y que tuvo la suerte de contar con el guion sólido de Favreau y Lucas, además de la asesoría de ambos), la serie es una constante referencia a cinematografías antes vistas pero que en manos de directores con más experiencia podemos relajarnos y aceptarlas más como homenajes que como copias de escasa originalidad como en el caso de Rick Famuyiwa que sus capítulos emulan al cine de asalto o a la hija del director y viejo amigo de George Lucas Ron Howard, Bryce Dallas Howard, quién manejó sus episodios con mano firme y segura - aunque es imposible no evocar la clara referencia a Yojimbo (1961) en “Sanctuary” y que en “The Heiress” resalta como una directora capaz de manejar situaciones de tensión y acción dejando en claro la igualdad de resolución y contundencia en cuestiones de género. Esto mismo aplica a la otra directora, Deborah Chow, cuya experiencia en series de televisión le permite contar la historia de forma breve y sin dejar rastros de incongruencia en el episodio.
Es de resaltar la participación de directores con experiencia en cine en géneros muy específicos como Taika Waititi (What We Do in the Shadows de 2014, Thor Ragnarok de 2017 o Jojo Rabbit de 2019), Robert Rodriguez (creo que sobra mencionar algo de su filmografía ¿verdad?), el mismo creador de la serie Jon Favreau y Peyton Reed (director de Bring It On en el 2000, Down with Love del 2003 y la saga de Ant Man en 2015, 2018 y la que viene en 2022) que fue el encargado del épico final de temporada 2 “The Rescue”.
De resaltar la forma de trabajo de Favreau al permitir que el resto los directores de la serie estuvieran presentes y aportando ideas en el set cuando filmaba el director encargado de un episodio específico para reafirmar una narrativa homogénea y fluida donde lo realmente importante es la historia y no quien la dirige aunque también se permitió que cada uno dejase su sello impreso en cada capítulo; excepto Dave Filoni que, simplemente, salía sobrando y jamás pudo dejar una marca que lo identificase como al resto, pese a ser el único que dirigió tres episodios; la ventaja de ser amigo del patrón. Ojalá esto no se repita en la temporada 3 y quede tras bambalinas de donde no debió haber salido.
“TUS OJOS PUEDEN ENGAÑARTE, NO CONFIES EN ELLOS…”
La serie cae en los hombros de Pedro Pascal al tener el protagónico de la misma pero era natural que su coprotagonista, una marioneta, robara la atención entre los que se acercaban a la mitología de La Guerra de las Galaxias por primera vez o que no les interesaba la saga de películas y mucho menos toda la mercancía que buscan psicóticamente año tras año los compradores compulsivos amparados bajo la palabra “coleccionistas”. A ese público fue el que Disney quería atraer a su telaraña y lo logró de sobrada manera. Y para muestra nada más hay que dar un vistazo a la lista de juguetes más vendidos no solo de temporada sino del año entero para descubrir que Grogu (Baby Yoda para los iniciados) arrasó a las otras opciones de juguetes entre niñas y niños además de los adultos y los “coleccionistas”.
Sin embargo, y gracias nuevamente a un guion bien estructurado, la serie tiene un balance preciso para permitir que los personajes que interactúan con Pascal el Mandaloriano y Grogu tengan una presencia fuerte e importante en el arco argumental de la historia hasta el final de la segunda temporada. Sería inocente restar importancia a las actrices y actores que dieron vida a esos personajes y que sorprendieron a otro público más versado en la cinematografía mundial como el caso del director Werner Herzog en un papel pequeño pero clave para el viaje que emprende el Mandaloriano o Nick Nolte dando voz al ugnaught Kuiil, Natalia Tena (Nymphadora Tonks de las películas de Harry Potter y Osha en Game of Thrones) como Xi'an la Twi'lek, Clancy Brown (Kurgan en Highlander o el Capitán Byron Hadley en The Shawshank Redemption) como el devoriano Burg, Giancarlo Esposito (Gustavo Fring en Breaking Bad, Jorge en la saga de Maze Runner y varias películas del director Spike Lee), Michael Biehn (Kyle Reese en Terminator y Hicks en Aliens), Rosario Dawson (Gail in Sin City, Mimi en Rent, Ross en Death Proff y Claire en la serie Daredevil) y por supuesto Carl Weathers (Apollo Creed en la saga de Rocky y Dillon en Depredador) actuando y dirigiendo.
El recurso interpretativo de Pascal más un manejo de cuerpo en diferentes situaciones permiten que la presencia del Mandaloriano siempre sea notoria por el peso no solo visual sino mitológico que lleva la armadura y el credo que le impone y que puede presentar emociones que van de la parsimonia a la impaciencia, del dolor a lo divertido o de la fiereza a una gran ternura y cuidado cuando interactúa con Grogu; un gran logro como actor debido a que el rostro lo tiene siempre bajo el casco y que a su vez exige también una interpretación al nivel de todos aquellos que comparten escena con Pascal debido a que no hay un intercambio de emociones y parten del diálogo y de su forma de abordar las situaciones dependiendo de su personaje.
“LAS RELIGIONES TONTAS Y LAS ARMAS ANTIGUAS NO SON RIVAL PARA UN BUEN BLÁSTER”
Algo que llama la atención respecto a la ética, moral y religión que incluye el uso de la armadura y el aura que hay alrededor de ella, es lo que constantemente se nos menciona en los dogmas de los acólitos del Manda y que Din Djarin tiene siempre muy presente: Conservar el honor no solo al cumplir lo que prometen sino de nunca mostrar el rostro. Sin embargo y en la medida que la serie avanza, nos asombramos a la par del Mandaloriano: Los otros que portan la armadura no guardan los preceptos, quitándose el casco constantemente como lo vemos inicialmente en el episodio 9 de la segunda temporada “The Marshal” que después se explica que el alguacil del pequeño pueblo, Cobb Vanth, se hizo de la armadura gracias a unos Jawas que la encontraron en el desierto.
En el episodio 11 Din Djarin, conoce a otros Mandalorianos que al quitarse el casco resultan ser Bo-Katan Kryze (hermana de Satine Kryze, Duquesa de Mandalore, y heredera al trono) y su guardia personal. Cuando Djarin les dice que no se portan como Mandalorianos, Bo-Katan le explica que él es un “Children of the Watch, un culto de fanáticos religiosos que se separó de la sociedad de Mandalore. Su objetivo era restablecer el camino antiguo”. Es decir, que Djarin fue criado por fundamentalistas.
Un giro majestuoso en la serie fue en el episodio 14 “The Tragedy” donde Djarin vuelve a enfrentarse a sus creencias debido a que conoce al dueño de la armadura original que rescató en el episodio 9: el hijo de Jango Fett nativo de Concord Dawn e igualmente adoptado por los guerreros Mandalorianos; Boba Fett que sobrevivió al Sarlack. Inicialmente Djarin duda en regresar la armadura a Boba pero acepta al reconocer a Jango como un expósito igual que él y que Grogu. En los episodios finales 15 “The Beliver” y 16 “The Rescue” Djarin se quita voluntariamente el casco, en el primero para poder encontrar al chico y el segundo para afianzar los lazos entre él y Grogu cuando se separan para que Luke Skywalker pueda llevarse y encargarse de la educación del poderoso niño.
Todas estas situaciones nos remiten al discurso entre líneas que se establecieron en la trilogía de los episodios VII, VIII y IX donde se dejaba ver la diferencia entre lo hecho por Lucas y sus seguidores de la “vieja guardia” y la nueva forma de abordar la saga con Disney al frente y la búsqueda de nuevos y más jóvenes públicos. Igual sucede con el Mandaloriano y la metáfora que resulta respecto a esta actitud dogmatica a las tradiciones milenarias. Mientras que un grupo se oculta en las sombras, otros luchan por ganarse un lugar en la galaxia mientras comparten las bases de su formación como guerreros Mandalore; un mensaje de adoctrinamiento de Disney que Favreau adoptó gustoso (parafraseando a Yoda: mucho dinero y libertad creativa tentadores son) pese a ser leal al canon de Lucas.
Con esto termino la segunda de tres partes dedicada al personaje del Mandaloriano y la serie que rompió la puerta para llevar, con una extraordinaria historia y una realización cinemática espectacular, a La Guerra de las Galaxias a la pantalla casera. En el siguiente episodio hablaremos de la producción, banda sonora, formato casero y el análisis final a manera de conclusión.
Hasta entonces: This is the Way